causa de las dudas y los temores de los discípulos bíblico adventista, t. 5, pp. 406, 407). Historia Jesús había pasado el día entero enseñando a la multitud. Estaba cansado y deseaba volver a su casa. Entonces, les pidió a los discípulos que subieran a la barca y cruzaran al otro lado, mientras él despedía a la gente. Cuando todos se hubieron ido, Jesús subió al monte para orar. Él quería estar a solas con Dios. Ya estaba oscuro y el barco todavía estaba en medio del lago. Los discípulos estaban cansados de remar contra un viento tan fuerte que hacía que las olas golpearan la embarcación. Por más que remaran, no conseguían salir del lugar. Ya era de madrugada, cuando Jesús fue al encuentro de sus amigos, y notó que estaban en dificultades. Entonces, empezó a caminar sobre las aguas, hasta llegar cerca de la embarcación. Cuando los discípulos vieron un bulto que avanzaba sobre las olas, creyeron que era un fantasma y gritaron de miedo. Calma, soy yo, no tengan miedo dijo Jesús. Si eres tú, Señor, manda que yo vaya a tu encuentro sobre las aguas pidió Pedro. ¡Ven! dijo Jesús. Pedro salió del barco y comenzó a caminar en dirección a Jesús. El viento era muy fuerte y Pedro empezó a sentir miedo, y al momento, comenzó a hundirse. Había dudado de la protección que Jesús le estaba ofreciendo. ¡Sálvame, Señor! gritó. En un segundo, Jesús estaba a su lado tomándolo de la mano. ¡Qué pequeña es tu fe, Pedro! ¿Por qué dudaste? Entonces, los dos entraron al barco y el viento se calmó. Los discípulos cayeron de rodillas
Curiosidades En algún lugar del ilimitado océano, una brisa mansa despierta una pequeña ondulación en la plácida superficie de las aguas. La brisa se convierte en viento y la ondulación aumenta y así se convierte en una ola furiosa e irresistible. Para comprender la tremenda fuerza que la ola tiene, consideremos que una pequeña ola de un metro, al rodar en una playa de dos kilómetros, libera cerca de 35 mil HP. La ola grande es el resultado de muchas olas menores que, a su vez, son el producto de olas más pequeñas todavía, hasta que llegamos a la pequeña fricción original del aire con el agua. Las olas son distintas de las corrientes. Estas representan, simplemente, energía en movimiento, transferida desde el viento hacia el agua. Por ejemplo, un pedazo de madera a la deriva se eleva y cae con la ola que pasa. Pero pasada esa ola, el pedazo de madera estará casi en el mismo lugar donde estaba antes. La corriente, por su lado, llevará consigo el palo, aún en la dirección opuesta a la de la ola. Actividades sugeridas ▪ Torbellino de ideas con la palabra CONFIAR. Escribir en el pizarrón las ideas que vayan surgiendo. Leer en el diccionario la definición. ▪ Ver diferentes situaciones reales problemáticas y en quién debemos confiar y en quién no. Por ejemplo: Se extravían en un lugar público; ¿en quién confían? (Primero en Dios, y luego busco un guardia de seguridad, o un empleado del negocio o una señora con niños.) ▪ Dramatizar la historia. ▪ Proyectar un video de la historia. ▪ Investigar: ¿Cómo navega un barco a vela? ¿Qué importancia tienen el viento y las olas para la navegación?
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