había dado una linda voz para cantar, y él componía sus propias canciones. Pero, no todo era tranquilidad. David enfrentaba cada día muchos peligros. A veces, las ovejas caían a profundos precipicios y se lastimaban; otras veces, se metían en cavernas que eran guaridas de fieras. En muchas ocasiones, osos y leones hambrientos atacaron el rebaño, y David intervino para defenderlo. Solo que él no contaba con armas como las que hay hoy. Él tenía apenas un cayado y una honda para ahuyentar las fieras. Una vez, un león atacó a una de sus ovejas, pero David muy valiente la libró de la boca del león, y tomando a la fiera de la melena, la mató. Esa vida de peligros, lo acercó más a Dios, cosa que es posible percibir en muchos de los cánticos que él compuso. Cierto día, cuando pastoreaba su rebaño, David fue llamado por un siervo de su padre, pues el profeta Samuel estaba en su casa y quería hablar con él. El muchacho se sorprendió. ¿Qué sería lo que el profeta le quería decir? Sin demora, respondió al llamado. Ese día, Samuel había ido a la casa de Isaí, porque Dios le había encomendado una misión muy especial: tenía que ungir al nuevo rey de Israel. Pero, ¿por qué un nuevo rey? La verdad es que los israelitas quisieron un rey para ser iguales a los otros pueblos. Hasta entonces, habían tenido la conducción de Dios a través de los profetas. Samuel mismo era un buen profeta, y les transmitía todas las orientaciones de Dios, pero aun así, ellos pedían un rey y coronaron a Saúl. Saúl era alto, lindo y valiente, pero con el tiempo, se fue apartando de Dios y comenzó a actuar según su propio parecer. Por eso, Dios quiso elegir a otra persona para que ocupara su lugar. Cuando Samuel llegó a la casa de Isaí, pensó en encontrar en el futuro rey cualidades
parecidas a las de Saúl. Miró bien a todos los hijos de Isaí, pero Dios le dijo que ninguno de ellos era el elegido. Confuso, Samuel preguntó si no había otro hijo en la familia. Isaí, entonces, le dijo que faltaba el menor, que era apenas un muchacho y que estaba en el campo cuidando el rebaño. Samuel pidió hablar con el muchacho y, cuando este se presentó, el profeta pudo ver un hermoso jovencito, sano, de ojos brillantes y cabellos rubios. Dios le dijo, entonces: Este es. Úngelo. Samuel, entonces, tomó el cuerno lleno de aceite y ungió a David delante de sus hermanos. Todos allí supieron que David había sido elegido por Dios para una gran tarea, pero no sabían cuál. Cumplido su deber, Samuel regresó a la ciudad, y David, a su rebaño, pensando en todo lo que había sucedido. Sabía que tenía mucho por aprender y, allá en sus verdes colinas, junto a las ovejas que tanto amaba, continuó componiendo sus canciones y permaneciendo siempre en comunión con Dios. Curiosidades David tocaba la lira, que es un instrumento musical que parece un arpa pequeña. Muchos de sus salmos fueron compuestos para ser acompañados por instrumentos musicales. Actividades sugeridas a) Mostrar figuras de instrumentos musicales antiguos. Si la consigue, muestre un arpa y haga sonar una grabación de este instrumento. b) Si es posible, invite a alguien para que toque un instrumento. c) Confeccionar un arpa (Cuaderno de recortables, p. 23).
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