Revista_Volumen_III

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Rev. Acad. Puert. De Jur. y Leg.

3 135, 1991

hombre casado con una mujer estéril y acordó gestar al niño hasta su nacimiento y entonces renunciar a sus derechos maternos filiales y entregar la custodia al padre biológico, dándolo en adopción a la esposa de éste. A cambio de los servicios prestados, la madre subrogada recibiría $10,000, pagaderos a través del Centro de Fertilidad de Nueva York el cual a su vez habría de recibir $7,500 por haber gestionado la búsqueda de la madre subrogada. El problema surgió porque la sensibilidad humana es más compleja que un acuerdo que en última instancia pretende dar obligatoriedad legal a una realidad ajena a la contractual: La Sra. Whitehead fue inseminada artificialmente con el semen del Sr. Stern, procreando una criatura que nació el 27 de marzo de 1986. La misma fue inscrita con el nombre de Elizabeth e hija de los esposos Whitehead. Tres días más tarde, la madre biológica, gestante y jurídica, entregó la recién nacida a los esposos Stern, los cuales la llaman Melisa. Al día siguiente la Sra. Whitehead visitó a los Stern y ante la patente crisis emocional por la cual atraviesa, la dejan se lleve a la bebe por una semana, transcurren cuatro largos y angustiosos meses, que comprenden hasta la huida a otro estado de la unión americana, antes de que la criatura regrese a casa de los esposos Stern. Después de varias órdenes judiciales, fundamentalmente relacionadas con la custodia de la niña, los Stern exigieron el cumplimiento específico del contrato.18 El Tribunal de Instancia resolvió a favor de la validez del contrato, pero el Tribunal Supremo de Nueva Jersey lo revocó. Nótese que aún en este caso, no hubo duda sobre la determinación de la filiación materna, la madre era “la madre biológica, gestante y legal”. Creemos que acertadamente el Tribunal Supremo estatal resolvió que este contrato tiene como finalidad no articulada la futura adopción del hijo gestado en una tercera persona por encargo del matrimonio, que realmente es la parte contratante, aunque en este caso aparece como firmante sólo uno de los, miembros de ese matrimonio, el padre biológico”. Este contrato de subrogación - adopción, resuelve el tribunal, es contrario a la ley porque pretende validar la compra de un menor. El profesor Silva Ruiz, ante, destaca el señalamiento del tribunal de que: “no es ofensivo al ordenamiento jurídico vigente en el estado de Nueva Jersey el que una mujer voluntaria y sin que medie pago convenga 18

Silva Ruiz, supra nota 7, a la pág. 39.


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