Boletín Mayo 2012

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Personaje del Mes

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hacer las compras. En algunos días, la necesidad fue tan urgente que aun los trabajadores sintieron la presión. ¡Pero Dios nunca falló! Esas provisiones "apenas a tiempo" hicieron que Müller exclamara: "¡Verdaderamente vale la pena estar pobre y grandemente probados en la fe, por el motivo de experimentar a diario tales preciosas pruebas, las cuales nuestro Padre cariñoso, con interés amante, nos hace pasar en todos los asuntos que nos conciernen! ¿Cómo puede hacer otra cosa nuestro Padre? Él, quien nos ha dado la prueba más grande que su amor podía hacer —darnos su propio Hijo—, ¿no nos dará también con Él todas las cosas?' (Romanos 8:32). Cierta vez el doctor A. T. Pierson fue huésped de Jorge Müller en su orfanato. Una noche, después que todos se habían acostado, Müller lo llamó para que viniese a orar, diciéndole que en la casa no había nada para comer. El doctor Pierson quiso recordarle que los comercios estaban cerrados, pero Müller lo sabía perfectamente. Después de orar, se acostaron y durmieron, y al amanecer ya los alimentos habían sido suplidos, y en abundancia, para los 2.000 niños. Ni el doctor Pierson, ni Jorge Müller llegaron a saber nunca cómo esos alimentos habían sido enviados. La historia le fue contada aquella misma mañana al señor Simón Short, bajo la promesa de que la guardaría en secreto hasta el día de la muerte del benefactor. El Señor había despertado a esa persona de su sueño y lo había llamado para que llevase alimentos suficientes para suplir la despensa del orfanato para todo un mes. Y eso ocurrió sin que él supiera nada de que Jorge Müller y el doctor Pierson habían estado orando al respecto.

Jorge pudo escribir: "Aunque nuestras pruebas de fe durante estos 17 meses duraron más tiempo y fueron más agudas que las anteriores, sin embargo no faltaba ni la comida nutritiva ni la ropa necesaria para los huérfanos, durante todo ese tiempo." Otra prueba de fe fue la de ver morir a su padre y a su her mano, aparentemente sin ser salvos. ¿Qué podía ser más duro? Pero aun en esto, Jorge encontró paz por medio de la palabra de la Escritura: "El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?" (Génesis 18:25). De igual modo, acudió a la Palabra de Dios para consuelo y paz, cuando falsas noticias circulaban; las que decían que los huérfanos no tenían suficiente para comer, y que eran tratados cruelmente. Muchas personas le preguntaban con frecuencia a Jorge Müller — y muchas aún lo preguntan — cómo lograba él saber la voluntad de Dios, pues nunca realizaba ninguna transacción, por pequeña que fuese, sin tener primero la seguridad de la voluntad de Dios.


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