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EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO FENOMENOLÓGICO-EXISTENCIALlSTA
tramos a los riegligentes que nadie quiere, en ningún lugar, incapa ces de ocupar cualquier puesto de responsabilidad. Algunas veces, el educador apela a la seducción para ganar rápi damente y sin costo alguno la confianza de los niños. En lugar de organizar la vida del grupo, lo que representaría un trabajo lento y consciente, condesciende en participar en sus juegos, en los días en que se siente bien dispuesto. Esta indulgencia señorial siempre está a merced de cualquier momento de mal humor y sólo lo hace más ridículo ante los ojos de los niños. El educador, en ocasiones, es muy ambicioso y piensa en cam biar al hombre con la ayuda de la persuasión, con palabras moralizq.ntes; cree que es suficiente conmover para obtener una pro mesa de enmienda. Él acaba irritando y molestando. y aparentemente benévolo, piensa en hacerse pasar por aliado; usando palabras hipócritas, su falsedad, puesta a la luz, sólo inspira rá disgusto. [... ] El conocimiento de los niños sería muy pobre si no lo buscara junto a un camarada o si no nos escuchara en secreto, atrás de las puertas, sorprendiendo nuestras conversaciones. ¡Respeto por su incansable búsqueda del saber! ¡Respeto por sus reveses y por sus lágrimas! Una media rasgada, un vaso quebrado significan al mismo tiem po.una rodilla arañada, un dedo herido. Cada hematoma, cada con tusión están acompañados de dolor. Una mancha de tinta en el cuaderno es sólo un pequeño acci dente infeliz, pero también un nuevo revés, un nuevo sufrimiento. -Cuando es pap¿ quien derrama el café, mi mamá dice: no es nada; cuando soy yo, me llevo una tunda. Aún poco familiarizados con el dolor y la injusticia, los niños sufren y lloran más que nosotros. Pero nos burlamos de sus lágrimas, nos parecen no tener gravedad, en ocasiones nos irritan. -Llorón, refunfuñón, gritón. He aquí algunos epítetos encantadores con que enriquecemos nuestro vocabulario para hablar de los niños. Cuando él se obstina, hace caprichos, sus lágrimas expresan su impotencia, su indignación, su desesperación; es el llamado de socorro de un ser desamparado o privado de su libertad, sopor tando una coacción injusta y crueL Estas lágrimas en ocasiones son síntomas de una enfermedad y, siempre, los de un sufrimien to. [... ]