hablamos con Ganadería Isaac Albarrán
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En el muy popular término municipal de Zalamea de la Serena, en una finca de quinientas Has denominada “El Rincón de las Yeguas” se ubica la Ganadería Isaac Albarrán.
Ganadería Isaac Albarrán
Nos adentramos en una preciosa y representativa dehesa extremeña. El nombre no puede ser más Santo Cristo, 16 apropiado ya que en un espacio de cien fanegas 06430 ZALAMEA DE LA SERENA (Badajoz) Teléf. 676 025 101 exclusivamente dedicado para ellas, nos encontraganaderia.ialbarran@yahoo.es mos pastando en este entorno tan privilegiado, el producto obtenido tras tantos años de selección y crianza. Son yeguas importantes que sin vacilar se vienen hacia nosotros y comparten solicitando atención, el inmejorable momento: tarde de primavera, dehesa, su propia historia… La historia de la Ganadería se remonta al año 1988 cuando D. Isaac Albarrán Marzal adquiere unas yeguas de Moreno de la Cova, compradas a D. Carlos Montijano Carbonell (Viuda de Terry), incrementándose posteriormente con otros vientres de D. Manuel Nogales, D. Francisco Fernández Daza e Ignacio Burgos Bravo. Con la desaparición de D. Isaac y el posterior fallecimiento de su viuda Dña. Consuelo Fernández un año más tarde, la Ganadería pasa a ser propiedad de su sobrina Dña. María Dolores Fernández Gironza que mantiene en la actualidad la línea conseguida por su fundador.
Todo esto se plasmó en un relevo generacional, un paulatino proceso de aprendizaje en el que se espera mantener la trayectoria inicial de las enseñanzas del ganadero, basadas en el respeto y ser respetado. La trayectoria se llevó a cabo comenzando con el ganado equino y finalmente con toda la ganadería.
ExtremaduraPRE
D. Óscar Bravo González, quien nos recibe en representación de la familia, nos aclara cómo llega a tomar contacto con este mundo de la mano de D. Isaac Albarrán: “Yo venía los fines de semana a disfrutar del campo y de montar a caballo, con la qué aún no era mi esposa. En los últimos años, su
tío, el desaparecido D. Isaac, se sentía poco a poco perder facultades y el compartir su gran afición le ayudó mucho pues, sentía cómo esos paseos por la dehesa le quitaban diez años de encima y “le ponían las pilas”. Verdaderamente, estábamos unidos por las mismas pasiones y, como era una persona muy inteligente, fue delegando por así decirlo, sus caballos. En el transcurso de cinco o seis años fue tomando confianza para ceder a aquellos que tanto gustaba de mirarlos, al animal en sí, en el campo… Se puede decir que lo que comenzó como ocio, acabó en una gran compenetración”
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A. E. C. C. P. R. E.
Asociación Extremeña de Criadores de Caballos de Pura Raza Española