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LA INFLUENCIA DE LAS IMÁGENES EN LAS REDES SOCIALES
Este innegable poder de la imagen ha sido impulsado por las redes sociales al proporcionarle a sus usuarios un vehículo digital que permite desarrollar el ego, elevar la autoestima y potenciar la visibilidad personal. Para acreditar este hecho solo tenemos que buscar en algún perfil de Instagram, Facebook o TikTok para comprobar esa cultura que busca exhibir un cuerpo esbelto, bello y saludable, o que por lo menos, aparenta ser.
La estructura de las plataformas actuales ha tenido muchas modificaciones, donde cada una de ellas ha mejorado para transformarse en un medio apropiado para el juego de miradas. Cada usuario de la red posee un elemento de visualización principal, el cual cumple con la función principal es identifica y gestionar su información para ser reconocido por otros. Cada modificación que se realiza en cualquier plataforma, está pensada para acelerar diariamente sus visitas, junto a ello se utilizan una serie de estrategias que desencadenan una atmósfera llena de ansiedad y genera una mayor interactividad de los usuarios y por ende un mayor consumo de “experiencias” en dichas plataformas digitales.
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Uno de los elementos permanentes que surgen a través de esta ansiedad de elevar el rating virtual de los usuarios, es la fotografía. Esta se caracteriza por ser elaborada o proyectada para ser consumida, por lo tanto, podríamos denominarla como una imagen dominante. A raíz de que el consumo de ciertas imágenes va cambiando constantemente, la producción de esta imagen varia de igual forma, los usuarios de ellas producen nuevos contenidos, generando que las modas o tendencias anteriores se eliminen o se creen algunas posibles diferencias, se une la constante necesidad de existir dentro de la red y podemos ver la obsesión por demostrar nuestra existencia, aunque dicha existencia muchas veces no son la realidad.
Estas redes presentan a los usuarios como creadores, consumidores y espectadores, que a pesar de pertenecer a este espacio virtual y sentirse hiperconectados en la web, caen dentro de una lógica reduccionista en torno a su propia identidad, limitando y mediando su personalidad a través de la pantalla y las redes. Todas estas características desencadenan una sociedad homogénea, disciplinada, clasificada y amparada bajo estas nuevas tendencias de relaciones y experiencias que más allá de ayudar a socializar nos está esclavizando.
Los Likes
Los likes se han convertido en cierto modo como una medida de aprobación a nuestra personalidad, muchas veces compartimos fotos o contenido solo para validar nuestra imagen a través de las redes. Este sentimiento genera adicción e incluso obsesión por lo que incluso subimos cosas cuando estamos mal para tratar de sentirnos mejor o para mejorar la situación que estamos atravesando.
En conclusión, la realidad no se resume en una foto y el hecho de estar pendientes de lo que se muestra en las redes hacen que nos perdamos algunos momentos importantes de nuestras vidas. Este planteamiento no está en contra de compartir lo que nos pasa en nuestros perfiles sociales, sino de perdernos momentos especiales por estar pendientes de la aprobación de los demás.