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Huasca de Ocampo
Por: Karen villeda
Donde el agua se regocija
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repárate para vivir una aventura intensa en Huasca de Ocampo, lugar de antiguas minas de oro y plata. Hospédate en una antigua hacienda como San Miguel Regla, si eres muy activo y no quieres parar en todo el día, o Santa María Regla, si vas en plan romántico y solitario. Ambas fueron propiedad de Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla, quien fue el hombre más rico del mundo a finales del siglo XVIII y dicen que era dueño de medio México. Si no te apetece quedarte en sitios con tanta historia, no te preocupes: hay zonas para acampar como El Huariche, cabañitas rústicas en El Zembo y hasta un spa en este Pueblo Mágico. Antes de irte a dormir, cena unos deliciosos y calientitos pastes rellenos de carne molida de res y papa o de poro con cebolla. También hay pastes dulces como los de zarzamora con queso y chocolate. Al día siguiente, visita los Prismas Basálticos, inmotalizados en un dibujo de su descubridor Alexander Von Humboldt, quien se quedó fascinado con estas columnas hechas de lava congelada. Si puedes, acércate a una de las partes bajas de la cascada, el panorama es espectacular.
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Después de visitar esta maravilla natural, puedes comer en el Parque Ecoturístico de San Miguel Regla, su plaza El Parían tiene más de veinte restaurantes y hasta te pueden cocinar una trucha arcoíris recién pescada al mojo de ajo o a la diabla. Por la tarde, puedes relajarte en el centro de Huasca de Ocampo y comer un pan de pulque o nata. No te olvides de entrar a la Iglesia de san Juan Bautista, que cuenta con arte del siglo XVI. En la noche, puedes hacer el recorrido nocturno por los túneles de Santa María Regla y conocer un poco más acerca de la decadencia oculta tras sus gruesos muros. Si tienes más tiempo, puedes visitar la Ex-Hacienda de San Juan Hueyapan, construida por un sobrino de Hernán Cortés. En las cercanías elaboran rompope artesanal. No dejes de comer barbacoa de borrego estilo Hidalgo hecha en bota alcoholera acompañada por un delicioso vino de fruta. De postre, puedes degustar unos muéganos con un cafecito de olla.De recuerdo, puedes traer alfarería de arcilla y quesos frescos. Huasca está lleno tanta naturaleza e historia que vas a querer volver.