30a Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Guadalajara, Jalisco, 17 de enero de 2010 Estimados evangelizadores y catequistas: Hemos llegado a un momento especial en el caminar de la Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis (SEDEC): Celebramos los 30 años de estar realizando la Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas Catequistas,, como espacio de encuentro y relación con nuestro nuestro Obispo y nuestros hermanos catequistas, como oportunidad de diálogo fecundo y esperanzador, como vínculo que nos une con aquellos que en otras partes de nuestra Iglesia diocesana al igual que nosotros aman la catequesis, y entregan la vida al servic servicio de la Evangelización. Para muchos de nosotros esta hermosa experiencia eclesial ha sido como la fuente en la que nuestra vocación toma impulso que nos anima a seguir en el ajetreo diario de la evangelización por un año más, en ella también nos identificamos con nuestra familia catequística; en fin, llegar a este aniversario es una ocasión de enorme alegría. Es para nosotros un aliento en nuestro peregrinar el haber conocido el testimonio de respuesta al Plan de Dios de tantas personas y comunidades, de modo especial recordamos a nuestros Arzobispos y Cardenales D. José Salazar López, D. Juan Jesús Posadas Ocampo y D. Juan Sandoval Íñiguez, a sus Obispos Auxiliares, a los sacerdotes que han coordinado el SEDEC, a quienes han integrado el equipo diocesano, a los sacerdotes y catequistas quistas que han coordinado los equipos vicariales y decanales, a tantos catequistas que en sus comunidades ofrecen generosamente su vida al servicio del Evangelio. Ha sido un peregrinar de inspiración para tantas otras obras de la catequesis diocesana: Congresos, ngresos, Asambleas, Centros de Formación de Catequistas, Casa del Catequista, etc. Ha sido un peregrinar que nos llena de la fuerza del Espíritu Santo y nos nutre de satisfacciones por el avance logrado y de aspiraciones ante el horizonte por conquistar. Por tal motivo, este año queremos celebrar con la vivencia de tres etapas importantes: -

Jornada Parroquial : “El Señor ha hecho grandes cosas con nosotros, y estamos alegres” Jornada Decanal: “Redescubriendo la belleza y la alegría de la Catechesi Tradendae” Traden Jornada Vicarial: “En tu nombre, Señor, echaré las redes”

Un vistazo a los años transcurridos de la Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas nos lleva a mirar la madurez que han ido alcanzando las personas, la solidez a que han llegado las obras emprendidas, al reconocimiento que el trabajo catequístico catequísti diocesano ha obtenido en las comunidades parroquiales, a tomar conciencia de que a través de estos 30 años todos hemos sido bendecidos de diferentes formas, a decir con el salmista: “El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y estamos alegres” (Sal 126 (125), 3). Servidor en Cristo: Pbro. Antonio Godina Tejeda Coordinador SEDEC

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas PRESENTACIÓN Desde el año 1981, en nuestra Arquidiócesis de Guadalajara se han venido celebrando las Jornadas Diocesanas para Evangelizadores y Catequistas con el siguiente Objetivo:

OBJETIVO

Propiciar un espacio de reflexión sobre algunos aspectos importantes del caminar catequístico de nuestra Arquidiócesis, viviendo juntos la experiencia de orar con esperanza, celebrar la experiencia de Jesús en la Eucaristía y disfrutar de la alegría del encuentro fraterno con nuestro Pastor, sacerdotes y hermanos catequistas. A 29 años de su realización, queremos celebrar la 30ª Jornada Diocesana viviendo tres etapas importantes que son convenientes que las tomemos en cuenta: 1. JORNADA PARROQUIAL: “EL SEÑOR HA HECHO GRANDES COSAS CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES” OBJETIVO.- Presentar a los catequistas de la comunidad los frutos del peregrinar de 30 años de la Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas. Agradecer al Señor por las bendiciones recibidas, tanto personales como comunidad a lo largo de estos 30 años. Y renovar el compromiso de servicio a nuestra comunidad, a través de nuestro ser de evangelizadores y catequistas. 2. JORNADA DECANAL: “REDESCUBRIENDO LA BELLEZA Y LA ALEGRÍA DE LA CATECHESI TRADENDAE” OBJETIVO.- Lograr un mejor acercamiento a la exhortación apostólica Catechesi tradendae, para conocer las grandes orientaciones que de ella surgen para la catequesis de nuestros días. 3. JORNADA VICARIAL: “EN TU NOMBRE, SEÑOR, ECHARÉ LAS REDES” OBJETIVO.- Celebrar alegremente el momento culmen de la 30ª Jornada Diocesana para

Evangelizadores y Catequistas. Y confrontar lo reflexionado en los momentos parroquial y decanal a la luz del V Plan Diocesano de Pastoral, y en consecuencia del Documento de Aparecida, en el marco de la Misión Continental en nuestras parroquias. PARA CADA CELEBRACIÓN ES NECESARIO TOMAR EN CUENTA: • • • • • • •

Que el lugar de realización de la Jornada, en sus tres etapas, sea adecuado y se preste para orar, profundizar, celebrar y convivir. Para la realización de cada etapa les sugerimos cuidar todos los momentos, sin olvidar la parte festiva del encuentro. Prever las distintas comisiones, tales como: Propaganda, expositor, liturgia, logística, animación, inscripciones, refrigerio, y otras que parezcan necesarias para la organización y realización de cada etapa. Prever hojas de cantos litúrgicos y de ambientación para cada participante. Contar con un buen equipo de sonido. Cuidar en cada etapa de la Jornada la ambientación o animación al iniciar cada momento y en los respectivos descansos. Para el trabajo en grupos de cada una de las Jornadas elegir un coordinador y un secretario. 2

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Para formar los diversos equipos se pueden optar por dinámicas adecuadas, o bien, diferenciando colores en los gafetes. Los distintos Coordinadores (Parroquia, Decanato y Vicaría) pueden intentar adaptar la experiencia de la Pre – Jornada en sus ambientes, según se crea conveniente.

EL SEDEC DE GUADALAJARA PONE A SU DISPOSICIÓN: • • • • •

Folleto guía para la realización de la Jornada con sus tres etapas correspondientes (se repartirá gratuitamente a toda la Arquidiócesis). Material de los temas en power point. Estos materiales y el mismo folleto podrán bajarse, muy pronto, de forma gratuita en nuestro sitio Web: www.sedecgdl.com. Servicio de librería para adquirir material catequístico que se crea conveniente (pueden solicitarla, enviando por escrito su petición). Películas de valores y CD´s con cantos catequísticos y de mensaje. Para la etapa Vicarial se contará con el apoyo de un asesor, miembro del SEDEC (pueden ponerse en contacto con nosotros. Teléfonos: 3618 6666 / 3617 5456), quien acompañará su Jornada:

Vicarías Foráneas: Vicaría “San Antonio”, Tlajomulco.- María Elena Ocegueda Juárez. Vicaría “San Francisco”, Nochistlán.- Víctor Hugo Escalante Gutiérrez. Vicaría “Señor de la Misericordia”, Ocotlán.- Srita. Alicia Aurora Pérez Pérez. Vicaría “Señor de los Rayos”, Temastián.- Hna. Claudia Hernández Vega. Vicaría “Señor Grande”, Ameca.- Hna. Nohemí Guadalupe Crisóstomo Pérez. Vicarías Urbanas: Vicaría “San Andrés”.- Sr. Abraham González Alcalá. Vicaría “Santa Cecilia”.- Hna. Rocío Elizabeth Cedeño Velázquez. Vicaría “San José de Analco”.- Srita. María de Jesús Ramírez Meléndrez. Vicaría “Nuestra Señora de Lourdes”.- Sr. Oscar Esaú Villafuerte López. Vicaría “Nuestra Señora del Rosario”, Toluquilla.- Pbro. Luis Armando Dueñas Gómez. Vicaría “Nuestra Señora de Zapopan”.- Sr. Víctor Hugo Escalante Gutiérrez. Vicaría “San Pedro”, Tlaquepaque.- Sr. José Inés Flores de la Cruz. Vicaría “Santos Mártires Mexicanos”.- Hna. Carmen Hernández Chumillas. Vicaría “Santuario de Guadalupe”.- Hna. Magola Sofán Guerra. Los invitamos a no perder el ritmo de cada Etapa. No se contenten con la vivencia de una sola. Cada momento introduce y prepara el siguiente. Les recordamos, finalmente, que la Jornada Diocesana involucra a todos los Evangelizadores y Catequistas, no la reduzcamos solamente a los agentes que atienden la Catequesis infantil… Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis 3

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“EL EL SEÑOR HA HECHO GRANDES COSAS CON NOSOTROS NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES” ALEGRES “Cuando Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía un sueño; la boca se nos llenaba de risas, la lengua de canciones; aunque unque iban llorando cuando llevaban la semilla, regresan contentos, trayendo la cosecha…” cosecha… Ver Sal 126 (125).

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EL SEÑOR HA HECHO GRANDES COSAS CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES ETAPA PARROQUIAL El momento parroquial de esta Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas nos ofrece el marco ideal para valorar nuestro caminar parroquial de los últimos 30 años. Es el momento para, juntos, contemplar con alegría las grandes cosas que el Señor ha hecho por nosotros y por nuestra comunidad. Se sugiere que para este momento se motive a la participación de todos aquellos que en la comunidad ofrecen su servicio pastoral como evangelizadores y catequistas de las diferentes edades y ambientes que en nuestra comunidad se atienden.

SUGERENCIAS PARA SU REALIZACIÓN:

Alentar y convocar a todos los Catequistas y Evangelizadores. Es importante que se motive e impulse desde este momento a vivir nuestro encuentro con disposición, alegría y apertura, para descubrir a Dios presente en el caminar Parroquial. Dedicar a esta etapa un mínimo de 4 horas, ya que contar con un tiempo preestablecido ayuda y dispone a vivir de lleno nuestra Jornada. Propiciar un ambiente de oración y reflexión. Prever que la bienvenida a la Jornada Parroquial sea dirigida por el Párroco, primer responsable de la Catequesis Parroquial. Motivar a la participación de la Jornada Decanal, pues nuestra Jornada Diocesana no termina con este encuentro, es necesario disponernos y abrirnos a vivir las otros dos etapas.

DESARROLLO DEL MOMENTO PARROQUIAL Iniciamos nuestra reunión cantando “Juntos como hermanos” para luego decir a una voz la Oración del Catequista atribuida a SS Juan Pablo II y que ha acompañado la realización de la mayoría de las Jornadas.

Al término de este momento parroquial habremos logrado: OBJETIVO

UBICACIÓN

En la medida de lo posible se proyecta el video de motivación a la 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas que el SEDEC ha preparado.

Presentar a los catequistas de la comunidad los frutos del peregrinar de 30 años de la Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas. Agradecer al Señor por las bendiciones recibidas, tanto personales como de comunidad a lo largo de estos 30 años. Renovar el compromiso de servicio a nuestra comunidad, a través de nuestro ser de evangelizadores y catequistas.

Se deja un momento para la reflexión personal y se invita a que en pequeños grupos se organicen con los más cercanos, y compartan las experiencias que se han tenido al participar en las anteriores Jornadas. Posteriormente quien conduce esta parte del momento parroquial invita a los 5

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VEAMOS


30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas presentes a participar atentamente en la reflexión que se presentará e invita a proclamar a una voz el Salmo 126 (125).

Pensamos

El SEDEC, los sacerdotes, los laicos coordinadores de vicarías y decanatos, y los catequistas coordinadores de parroquia empezaron a soñar con una catequesis renovada que a su vez habría de impulsar la renovación de las comunidades parroquiales de la diócesis.

La vida de una comunidad parroquial, así como la vida de una persona, sigue una serie de etapas que le llevan a ser lo que hoy es, como suma de los momentos vividos, como fruto de los logros obtenidos y como sueño latente de los anhelos por conquistar.

En tal cuna tan esperanzadora es que se gesta el sueño de organizar una reunión masiva de catequistas, en torno al Obispo Diocesano, para con la cercanía del Pastor y la convivencia con otros catequistas contagiarnos del ánimo necesario para ir logrando la renovación parroquial que la catequesis necesitaba para dar respuesta a las necesidades del momento que se vivía.

Nosotros hoy vamos a seguir la secuencia propuesta en el Salmo 126 (125) para que, a la luz del mismo, logremos los objetivos que nos hemos propuesto para este momento parroquial. “Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía un sueño”

El Seminario Mayor Diocesano fue el marco ideal para reunir alrededor de 1,500 catequistas provenientes de los más diversos rincones de la Arquidiócesis. La festividad de la Ascensión del Señor, es sin duda el día propicio para, como familia catequística, congregarnos y pedir que año con año resuene en nuestras mentes y corazones el envío misionero de Jesús: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28, 19); era el domingo 31 de Mayo de 1981, el último día del mes de María, quien en su advocación de Ntra. Sra. de Zapopan cubría con su manto protector, lleno de cariño maternal a los catequistas ahí reunidos.

Para 1980, el SEDEC, había logrado reunir los esfuerzos de los diferentes grupos parroquiales de catequistas en torno a la celebración del Año Jubilar Guadalupano. Pieza clave de este momento fueron las reuniones mensuales que se tenían con los catequistas coordinadores de parroquia. Era una época de cambios e incertidumbres. Los vientos de renovación eclesial surgidos del Concilio Vaticano II, el impulso evangelizador dado por el Papa Pablo VI con la exhortación apostólica Evangelli nuntiandi en diciembre de 1975, el documento conclusivo de la III CELAM celebrada en Puebla a inicios de 1979 y de modo eminentemente directo y decisivo para nuestra tarea pastoral con la exhortación apostólica Catechesi tradendae de su santidad Juan Pablo II sobre la catequesis en nuestro tiempo en octubre de 1979, vinieron a replantear el modo en que habríamos de entender y vivir nuestro ministerio como catequistas.

El Sr. Cardenal José Salazar López es quien lleva a cabo este envío en nombre de Jesucristo; así las jornadas perfilan el objetivo de que los enviados: evangelizadores y catequistas se congreguen en torno a su Obispo Pastor para ser fortalecidos en la vocación y en el ministerio de evangelizar y catequizar al pueblo, cumpliendo de esta manera el mandato de Jesucristo.

Nunca volvimos a ser los mismos… 6

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Era el inicio de un peregrinar, era el inicio de una nueva y renovada catequesis para nuestra Arquidiócesis.

organización recae en los equipos vicariales y decanales, los miembros del equipo del SEDEC acompañaban la organización y realización de la Jornada en las vicarías y en la medida de lo posible los Obispos Auxiliares y/o los Vicarios Episcopales presidían la Celebración de la Eucaristía.

Indicaciones para quien dirige la reflexión:

En este momento se presenta la memoria histórica de la comunidad parroquial en la década de los años 80´s. De modo especial, se hace referencia a la situación que la catequesis de la comunidad vivía en esos años: Textos que se empleaban, catequistas con que se contaba, edades que se atendían, modo en que estaba organizada, los sueños que se tenían, etc. Se sugiere, en la medida de lo posible, hacerlo de un modo creativo: mural, proyección de fotografías, testimonio de catequistas de entonces, etc.

Con el paso de los años se valoró que un día era insuficiente para lograr tantos sueños que en torno a la Jornada se iban gestando y, por tal motivo, se propone realizarla a lo largo de tres momentos: Uno parroquial (donde se privilegia la reflexión), uno decanal (donde se busca el logro de propuestas comunes) y uno vicarial (donde el ambiente celebrativo es lo que predomina). A la fecha seguimos trabajando bajo este esquema de tres momentos para la Jornada. Sin perder el sentido que dio origen a la Jornada: Hacer resonar en nuestros corazones el mandato misionero, la cercanía con el Obispo Diocesano y la relación fraterna entre los catequistas, ésta es una época de consolidación de la organización y responsabilidad en el trabajo para los equipos vicariales y decanales.

“La boca se nos llenaba de risas, la lengua de canciones” La Jornada se fue convirtiendo en el motor anímico para muchos de los catequistas. Después de los primeros tres años, el Seminario Mayor era ya insuficiente para albergar a los alrededor de tres mil catequistas que se reunían el Domingo de Ascensión para tan importante celebración en nuestro peregrinaje pastoral.

Indicaciones para quien dirige la reflexión:

Es entonces que, para la Jornada de 1984, se propone desde el SEDEC y de acuerdo con los sacerdotes y laicos que coordinaban los decanatos y vicarías (entonces llamadas zonas pastorales) que se tuviera, en el mismo día y bajo un mismo esquema, la celebración de la Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas en sedes vicariales, logrando con ello una mayor participación en el número de catequistas y una mejor atención a los mismos durante el desarrollo de la Jornada. La

En este momento se presenta una reseña sobre los sacerdotes que han conducido el peregrinar pastoral de nuestra comunidad; asimismo, de los laicos, quienes han coordinado la catequesis parroquial, destacando en ambos casos los logros que mayormente han incidido en la catequesis de la comunidad.

De ser posible, contar con la presencia de sacerdotes y laicos coordinadores en el desarrollo del momento parroquial de esta Jornada, se sugiere también aprovechar para ofrecerles nuestra gratitud y reconocimiento con algún gesto simbólico (ambiente festivo, entrega de algún reconocimiento, etc.).

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas “Aunque iban llorando cuando llevaban la semilla, regresan contentos, trayendo la cosecha”

Indicación para quien dirige la reflexión: •

La celebración del momento vicarial de la 13ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas, aquel día 23 de Mayo de 1993, vendría a imprimir un carácter especial a la Jornada en su ser más profundo. Ese domingo de Ascensión, el Sr. Cardenal D. Juan Jesús Posadas Ocampo, como Pastor amable y cercano a los catequistas, visitó la mayoría de las sedes vicariales de la Jornada y en su mensaje destacó varios aspectos que los ahí reunidos aún conservan en su mente y en su corazón:

Es el momento de recordar a aquellos catequistas de nuestra comunidad que en los últimos 30 años y habiendo un día compartido nuestro peregrinar, nos han precedido en el retorno a la Casa del Padre. A ellos, que con su entrega ejemplar fortalecieron la vida pastoral de nuestra parroquia, hoy les ofrecemos un justo y sentido homenaje.

“El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y estamos alegres” Al acercarse la celebración del XLVIII Congreso Eucarístico Internacional en el año 2004, dando respuesta a la celebración del Congreso por destinatarios específicos, en nuestro caso evangelizadores y catequistas, la Jornada se convirtió en el marco propicio para la celebración del Congreso Eucarístico para Evangelizadores y Catequistas teniendo en su tercer momento de realización la característica de volver a ser una reunión masiva como la de sus inicios, con una duración de dos días y usando como sede el Auditorio Benito Juárez del Gobierno del Estado. Alrededor de 5,000 mil catequistas se congregaron en el momento final de la 24ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas.

“La catequesis es tarea primordial en cada parroquia y a ella debemos dedicar nuestros mejores esfuerzos… El Obispo es el primer catequista de su diócesis y ha de dar testimonio de entrega a Cristo, incluso ofreciendo su vida, por aquellos que son su rebaño… La Jornada es la fiesta de los catequistas, para su celebración hemos de estar alegres y unidos; el Día de la Catequesis es la fiesta de la comunidad y en ella hemos de proyectar el gozo que en la Jornada nos inunda”. Sus palabras fueron regadas con su sangre de mártir al atardecer del siguiente día, cuando, con lágrimas en los ojos y tristeza en el corazón, los catequistas que horas antes le habían escuchado con atención, ahora se enteraban de su asesinato a manos de quienes desprecian el anuncio de la Buena Nueva y han llenado su corazón de un oscuro vacío.

Al siguiente año eran las Bodas de Plata de la Jornada, se cumplían 25 años de estar celebrando juntos tan importante acontecimiento para el peregrinar pastoral de nuestra Arquidiócesis, las campanas se echaban al vuelo y el Sr. Cardenal D. Juan Sandoval Íñiguez aprovecha el momento para dar forma concreta a un sueño más de los

Grande fue el impulso logrado entre los catequistas en esta Jornada, pues grande fue el testimonio del Sr. Cardenal D. Juan Jesús Posadas Ocampo. 8

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Nos comprometemos

catequistas:: Anuncia el surgimiento de la “Casa del Catequista”,, espacio de realización de la tan ansiada pastoral de los catequistas, lugar de servicios formativos, espirituales y de animación planeados en vistas a fortalecer el ser de cada catequista como persona, creyente y discípulo-misionero misionero de Jesucristo.

Para que estos frutos continúen dándose en nuestra comunidad, es necesario de nuestra entrega generosa día a día, al servicio del Evangelio. Vamos, cada uno, a pensar en renovar nuestro compromiso como evangelizadores y catequistas de esta comunidad parroquial. Si así deseamos hacerlo, v vamos a escribir nuestro nombre en una pequeña papeleta que más tarde ofreceremos durante nuestra celebración (se entrega una papeleta a cada participante).

Las siguientes cuatro Jornadas vendrían a fortalecer lo hasta entonces logrado. El sueño de los inicios había alcanzado un óptimo nivel de madurez y consolidación.

Cuando la Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas se estaba gestando, cuando apenas er era un sueño, la exhortación apostólica Catechesi tradendae de SS Juan Pablo II sobre la catequesis en nuestro tiempo era dada a conocer y guiaba la reflexión del momento... nos invitaba a:

En el horizonte se vislumbra ya la celebración de los 100 años del SEDEC para el año 2015, pues habiendo nacido en 1915 bajo la tutela del Sr. Arzobispo D. Francisco Orozco y Jiménez y habiendo crecido con distintos nombres y cobijados por el cuidado maternal de Ntra. Sra. de Zapopan y la atención diligente de los distintos Obispos Diocesanos, al llegar a su centenario de servicio pastoral, hoy se encuentra a más rejuvenecido que nunca, con los bríos necesarios para peregrinar hacia nuevos horizontes y la fortaleza de la esperanza por una catequesis más adecuada a los tiempos por venir.

Ampliar el concepto sobre la catequesis, adquiriendo un significado más rico, ubicado dentro de un proceso evangelizador. Clarificar la idea respecto al contenido de la catequesis en el que Cristo es su centro. Tener claro que la catequesis es un servicio pastoral que nos concierne a todos los bautizados. autizados. Comprender que los adultos son los primeros interlocutores de la catequesis. Utilizar métodos diversos, nos urge a la inculturación y a valorar el aporte de la religiosidad popular.

El sueño se ha vuelto realidad, pero los catequistas hemos aprendido a seguir s soñando y a llevar nuestros sueños a realidades concretas. Nuestro peregrinar a lo largo de 30 años de realización de la Jornada… apenas empieza. Indicación para quien dirige la reflexión: •

Han pasado 30 años desde entonces y sin embargo para muchos de nosotros la exhortación apostólica Catechesi tradendae aún no es compañera cercana de nuestro peregrinar, principalmente porque es desconocida entre nosotros.

Para concluir este momento, vamos a presentar los frutos de la catequesis parroquial que nos enorgullecen y llenan de alegría. Aquellos objetivos que hemos alcanzado, y aquellos logros que hoy podemos ofrecer a los fieles de nuestra comunidad.

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Actuamos


30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Mientras van pasando a colocar las papeletas se puede escuchar como música de fondo y a bajo volumen alguna melodía instrumental. Luego, se hace la siguiente oración:

Por tanto, y para prepararnos adecuadamente hacia el momento decanal de la 30ª Jornada, nos comprometemos a que durante las siguientes semanas desarrollaremos un Curso Parroquial de Estudio de la exhortación apostólica Catechesi tradendae.

Elevemos nuestras súplicas al Padre Bueno del Cielo, por estos hermanos nuestros y por todos los que ejercemos la función de evangelizar y catequizar. A cada intención responderemos:

Celebramos Reunidos en torno a una imagen de Cristo, a los pies del mismo se coloca un recipiente en el que se colocarán las papeletas del compromiso personal. Iniciamos nuestra celebración cantando “Vienen con alegría”. A continuación pasan cuatro lectores a proclamar los siguientes pasajes:

“Haz, Señor, que seamos fieles mensajeros del evangelio”.

Lc 1, 46 - 47 2 Cor 2, 14 1 Tes 5, 18 - 21 2 Tes 1, 3

Quien conduce la celebración dirige las siguientes palabras u otras parecidas:

Habiendo dado gracias a Dios por las bendiciones y favores recibidos, tanto a nivel personal como comunitario, ahora vamos a renovar nuestro compromiso con el Señor para servirle durante el siguiente año como evangelizadores y catequistas en esta comunidad parroquial. Quienes así deseen hacerlo se ponen de pie.

Mientras los que se han puesto de pie permanecen de frente al Cristo, un lector proclama el pasaje de 2 Tim 4, 1 - 5. Después de la lectura se continúa diciendo:

Hermanos, aprovechemos este momento para que cada uno de nosotros, si así lo desea en su corazón, se ofrezca a sí mismo a Dios. Nos acercaremos a este recipiente y pondremos en él la tarjeta en la cual hemos escrito nuestro nombre. Con ello cada cual dará significado a su voluntad de servir al Señor en nuestra comunidad parroquial.

Te pedimos, Señor, por tu Iglesia, para que fortalecida cada día más por tu amor, crezca en su entusiasmo por la extensión del Reino, roguemos al Señor. R. Te pedimos por estos hermanos y hermanas nuestras, que han sido enviados a catequizar la comunidad, para que cada día comprendan más el amor que comunicas a toda la creación, roguemos al Señor. R. Que el trabajo que estos catequistas van a realizar, con niños, adolescentes, jóvenes y adultos, esté fortalecido por su testimonio; y que quienes reciben sus enseñanzas, vean afirmado el empeño por mostrar la luz de Cristo a todos los hermanos, roguemos al Señor. R. Que cada día con mayor fecundidad suscites en nuestras comunidades nuevos catequistas, que quieran dedicarse al trabajo del anuncio de tu Palabra, roguemos al Señor. R. Por los catequistas difuntos de nuestra comunidad y de nuestra Iglesia, para que, por la fe que testimoniaron y el trabajo que realizaron en sus días, alcancen los bienes eternos, roguemos al Señor. R.

Concluimos nuestra celebración cantando “Id amigos” (“Sois la semilla”). Al final sería muy conveniente tener una convivencia fraterna entre todos los que han participado de este momento parroquial de la 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas. 10

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“REDESCUBRIENDO LA BELLEZA Y LA ALEGRÍA DE LA CATECHESI TRADENDAE TRADENDAE” “Después de la Resurrección,, Jesús confió formalmente a sus apóstoles la misión de hacer discípulos a todas las gentes...” gentes (Ver CT 10)

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REDESCUBRIENDO LA BELLEZA Y LA ALEGRÍA DE LA CATECHESI TRADENDAE ETAPA DECANAL SUGERENCIAS PARA SU REALIZACIÓN

Conviene, por tanto, hoy, al celebrar la 30ª Jornada, hacer un redescubrimiento alegre de toda la belleza que la Catechesi tradendae vino a aportar a nuestro ministerio pastoral.

Motivar a los Coordinadores Parroquiales para su organización, es necesario crear equipos de servicio. Involucrar a los Sacerdotes, Catequistas y Evangelizadores de las Parroquias pertenecientes. Procurar que la Sede de la Jornada sea céntrica para su mayo mayor participación. Dedicar a la etapa decanal un mínimo de 6 horas, teniendo en cuenta la convivencia. Invitar al Decano para que dé el mensaje de Bienvenida, así como al Sacerdote Asesor del Decanato. Prever lo necesario para la realización de la ambientación ón sugerida. sugerida Motivar a la participación de la Jornada Vicarial.

DESARROLLO DEL MOMENTO DECANAL Como ambientación del lugar se sugiere elaborar un cartel rtel con las dimensiones más grandes posibles. Contendrá las imágenes de los Papas Paulo VI, Juan Pablo I, y Juan Pablo II. En sus extremos las fechas “1979” y “2009” a izquierda y derecha, respectivamente. También algunas imágenes alusivas a estos eventos, eventos se pondrán debajo de las fechas; finalmente, la frase “Catechesi Tradendae” debajo de las imágenes de los Papas y cinco afluentes ríos que parecen emanar de ella. Como inspiración, puede servir esta imagen:

Al término de este momento decanal habremos logrado: OBJETIVO

Ubicación

Un mejor acercamiento a la exhortación apostólica Catechesi tradendae,, para conocer las grandes orientaciones que de ella surgen para la catequesis de nuestros días.

Contemplamos las imágenes del cartel.

Apenas había pasado poco más de un año y medio de la publicación de la Catechesi tradendae para cuando se realizó la 1ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas. Podemos con certeza afirmar que esta exhortación se encuentra en el “código genético” de la Jornada, es decir que es parte de su proceso de gestación.

Seguramente sí y, al mismo tiempo, no.

¿En qué mundo estábamos en 1977, cuando se desarrolló el Sínodo, y después en 1979, cuando Catechesi tradendae vio la luz? ¿Es el mismo mundo de hoy?

Enseguida, se hace alusión a las imágenes que se encuentran debajo de la fecha “1979”; quien dirige el momento puede irlas señalando directamente, o simplemente enunciarlas: 12

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Veamos


30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas El muro de Berlín, la guerra fría entre dos bloques políticos, las fronteras bien marcadas, en medio de ellos un “tercer mundo” con algunos movimientos revolucionarios, el mayo francés de 1968, el conflicto del petróleo de 1973, la máquina de escribir y la secretaria tomando el dictado, el correo postal, la crisis en el ambiente eclesial por las reformas del Concilio Vaticano II recién concluido en la década anterior, la catequesis poco a poco comenzaba a movilizar a muchos laicos y se empezaba a hablar de los adultos como principales destinatarios de la misma, había cuestionamientos pedagógicos y metodológicos sobre el hacer catequístico, se empezaba a hablar de una “catequesis renovada” y del “movimiento catequístico”, un nuevo Papa no italiano y proveniente de un país tras el muro de Berlín acababa de llegar, en las diócesis se empezaban a escuchar términos como “renovación pastoral”, “plan y zona pastoral”, etc.

Recibió de los padres sinodales una documentación rica de todo lo discutido en la asamblea, así como las conclusiones de los grupos de trabajo, el mensaje dirigido al pueblo de Dios y sobre todo una serie imponente de 34 proposiciones. En sus aportes se podía observar claramente el cuidado en la continuidad de lo iniciado por el Concilio Vaticano II. El Papa Pablo VI preparó unas reflexiones, utilizando toda esta documentación, pero no pudo terminar el trabajo, pues falleció antes de llegar a su publicación. El Papa Juan Pablo I, cuyo celo y cualidades de catequistas son ampliamente conocidos, siguió el trabajo de Pablo VI y se disponía a una publicación en el momento de su muerte. Es entonces que el Papa Juan Pablo II asume la herencia de estos dos Pontífices; él mismo, siendo entonces Cardenal de Cracovia, había presidido la comisión preparatoria del Sínodo y había acompañado todo el proceso de su realización. Heredaba una encomienda que conocía muy bien.

Luego, señalando las imágenes del año “2009”:

El muro de Berlín ha sido derribado, la computadora se ha hecho necesaria en los ambientes sociales, familiares y religiosos; el internet, el correo electrónico y el teléfono celular son de uso común, hablar de terrorismo y de globalización es algo cotidiano, el Papa Juan Pablo II ha fallecido, nuevamente un Papa no italiano es responsable de la conducción de la Iglesia, contamos con nuevos textos de catequesis, los centros de formación de catequistas surgen en varios decanatos, el laico ha asumido su papel protagónico en la catequesis, la Misión Continental y el discípulo misionero son temas de reflexión, etc.

Catechesi tradendae es uno de los primeros textos ofrecidos por el Papa Juan Pablo II a la Iglesia y al mundo. En Catechesi tradendae se articula, por un lado, la estabilidad de la época catequística y, por el otro, la novedad que surge en la misma. El orden y el movimiento que nos ofrece esta exhortación nos propone una visión que se refiere a la catequesis clásica y trata de integrar la novedad de la catequesis actual, avalándola. Hoy, volvemos nuestra mirada hacia la Catechesi tradendae, como quien contempla un momento de la historia de la Catequesis, un hito (móvil) fecundo, un indicador que marca el camino… Treinta años han pasado y ellos nos permiten una mirada en perspectiva.

Fue el Papa Pablo VI, quien convocó y presidió la IV Asamblea General del Sínodo de los Obispos, acudiendo a su llamada más de doscientos Obispos desde distintos lugares del mundo. 13

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas A partir del punto en el que estamos hoy, ¿Qué podemos entender de la Catechesi tradendae?

ríos llenos de energía vienen hacia nuestra catequesis, y en consecuencia, hacia nosotros, los catequistas.

Entenderlo eventualmente para nuestro beneficio, para el bien de la Catequesis en la Iglesia de hoy, es más que apremiante.

UNA PERSONA EN EL CENTRO DE LA CATEQUESIS Y UNA BUENA NUEVA QUE COMUNICAR

¿Qué líneas podemos trazar que abarquen estos treinta años y que sean luz para el camino por venir?

Jesús no sólo nos comunica la Palabra de Dios: Él es la Palabra de Dios, la Buena Nueva del Creador. Por eso, toda la catequesis está referida a Él y su persona es por tanto el centro mismo de la catequesis (Cfr CT 5).

Concluyamos este momento recordando las palabras que el Papa Pablo VI dirigió a los participantes del Sínodo y que en ellos han sido dichas también a nosotros:

A través de la catequesis, se comunica no nada más la Verdad que el Señor nos ha compartido, sino la Verdad que Jesús mismo es (Cfr CT 6).

“Pongan la mirada en el futuro, y animen, a través de ustedes, a quienes se sienten comprometidos por su condición de cristianos, a poner un gran empeño en que la renovación de la actividad catequética fluya desde este Sínodo a la Iglesia entera. Este impulso renovador, como una ola que se extiende cada vez más, llegará desde el Sínodo a las Conferencias Episcopales de Oriente y de Occidente y desde éstas a las parroquias, a las familias, a las escuelas, a las comunidades congregadas en nombre de Cristo y bajo la guía de sus Pastores legítimos. Así, pues, promoverán y dirigirán y apoyarán esta renovación continua de la catequesis, juntamente con el Vicario de Cristo, los obispos de las diversas partes del mundo, estrechamente unidos con los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los laicos que son conscientes del valor e importancia de este apostolado…”

Al dirigir nuestra mirada hacia Jesús le encontramos haciendo y enseñando, dos dimensiones de una misma misión que el Señor nos invita a seguir en nuestra vida de catequistas (Cfr CT 7). A Él es a quien con admiración, confianza, o ternura, los discípulos y la gente del pueblo llaman “Maestro”. Incluso lo llaman así los fariseos, los saduceos y los judíos en general. A Jesús Maestro la Catechesi tradendae nos invita a acercarnos, a su persona, a su palabra, a su vida (Cfr CT 8). “La vida entera de Cristo fue una continua enseñanza: Su silencio, sus milagros, sus gestos, su oración, su amor al hombre, su predilección por los pequeños y los pobres, la aceptación del sacrificio total en la cruz por la salvación del mundo, su resurrección son la actuación de su palabra y el cumplimiento de la revelación” (CT 9). Por eso el catequista lleva al pecho a Jesús crucificado, imagen sublime del Maestro que enseña con su hablar y con su actuar, imagen que nos invita a hacer lo mismo en nuestra vida.

(Sesión de clausura de la IV Asamblea del Sínodo de los Obispos, 29 de Octubre de 1977)

Al acercarnos a redescubrir la belleza y la alegría que, como manantial de agua viva, brotan de la exhortación apostólica Catechesi tradendae, podemos descubrir Pensamos los grandes afluentes que cual caudalosos 14

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas “Solamente en íntima comunión con Él, los catequistas encontrarán luz y fuerza para una renovación auténtica y deseable de la catequesis…” (CT 9).

sido llamado el relato de San Mateo “Evangelio del catequista” y el de San Marcos, “Evangelio del catecúmeno”?” (CT 11).

Para acercarse al Maestro, el catequista ha de impregnarse por el pensamiento, el espíritu y las actitudes evangélicas, para que así, de la Tradición, de las Sagradas Escrituras, de la Liturgia, de la enseñanza y de la vida de la Iglesia, reciba el alimento saludable que le nutrirá para dar frutos de santidad (Cfr CT 27).

“Más tarde se registra un hecho impresionante: Obispos y Pastores, los de mayor prestigio, sobre todo en los siglos tercero y cuarto, consideran como una parte importante de su ministerio episcopal enseñar de palabra o escribir tratados catequéticos. Es la época de Cirilo de Jerusalén y de Juan Crisóstomo, de Ambrosio y de Agustín, en la que brotan de la pluma de tantos Padres de la Iglesia obras que siguen siendo modelos para nosotros” (CT 12).

La misión de cada catequista consiste, entonces, en compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro de Jesucristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona en persona, de comunidad a comunidad y desde la Iglesia llevar la Buena Nueva de la Salvación hasta los más remotos confines del mundo (Cfr CT 26). 2

Años más adelante, el ministerio de la catequesis saca nuevas energías del Concilio de Trento, que en sus constituciones y decretos dio prioridad a la catequesis, surge el “catecismo romano” o “de Trento”, resumen de la doctrina cristiana que vino a promover en la Iglesia una organización notable de la catequesis y despertó en los sacerdotes la conciencia de sus deberes en relación a la misma (Cfr CT 13). Ante ello el Papa Juan Pablo II alza su voz y expresa su deseo: “¡Ojalá suscite el Concilio Vaticano II un impulso y una obra semejante en nuestros días!” (CT 13).

LA CATEQUESIS, NACE CON LA IGLESIA MISMA Y ESTÁ PRESENTE EN TODA SU ACTIVIDAD PASTORAL Y MISIONERA Si bien quizás nunca se ha reflexionado y hablado tanto de la catequesis como en nuestros tiempos, ella existe desde el primer equinoccio en que dio inicio la primavera de la vida de la Iglesia.

A partir de entonces, una forma concreta de hacer catequesis fueron las misiones y por esto surgieron congregaciones fundadas para esta tarea específica.

Es Jesús mismo, quien “después de la Resurrección les confió formalmente la misión de hacer discípulos a todas las gentes” (CT 10) y habiéndolos elegido para “que ellos vayan y den fruto” (CT 10), ahora les llama “amigos”.

Por todo lo anterior es muy válido decir que la catequesis está íntimamente unida a toda la vida de la Iglesia, de modo especial a cada uno de sus proyectos pastorales en los que hemos de reconocer a la catequesis como un deber sagrado y un derecho imprescriptible, en el que compartimos una responsabilidad común

Los mismos evangelios, que “antes de ser escritos, fueron la expresión de una enseñanza oral transmitida a las comunidades cristianas, tienen más o menos una estructura catequética. ¿No ha 15

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas y diferenciada a la vez, que se deriva de nuestro propio quehacer en la Iglesia misma y en el que hemos de poner nuestros mejores recursos y energías, sin ahorrar esfuerzos, fatigas y medios materiales, para así organizarla mejor y formar catequistas más capacitados (Cfr CT 13-15, 18).

Entre la evangelización y la catequesis, el Papa Juan Pablo II haciendo eco de lo ya dicho en 1975 por Pablo VI en Evangelii nuntiandi, nos recuerda que “no existe ni separación u oposición, ni identificación pura y simple, sino relaciones profundas de integración y de complemento recíproco” (CT 18). Por eso la catequesis ha de articularse con “cierto número de elementos de la misión pastoral de la Iglesia, sin confundirse con ellos, que tienen un aspecto catequético, preparan a la catequesis o emanan de ella: Primer anuncio del evangelio o predicación misional por medio del kerigma para suscitar la fe apologética o búsqueda de las razones de creer, experiencia de vida cristiana, celebración de los sacramentos, integración en la comunidad eclesial, testimonio apostólico y misional” (CT 18). 3

LA CATEQUESIS, PARA TODOS Y EN MANOS DE TODOS La Catechesi tradendae nos invita a adoptar un modo especial de catequizar de acuerdo a las características propias de cada una de las diferentes etapas y circunstancias presentes en el arco de la vida (Cfr CT 35-45): •

Los párvulos: Es el momento de la primera iniciación a la vida cristiana, de enseñar los primeros rudimentos en la fe y de encaminar a los pequeños a la celebración litúrgica. Momento fuertemente a cargo de los

padres de familia y los parientes cercanos. Los niños: Con un círculo social más amplio, que va más allá de los límites familiares, es el momento en que inicia la catequesis parroquial, cuando de manera orgánica se les presenta e inicia a la vida de la Iglesia, incluida una preparación a la vida sacramental. La comunidad cristiana, representada por los catequistas en íntima relación de corresponsabilidad con los Padres de Familia, acompaña de aquí en adelante el caminar catequístico de cada persona. Los adolescentes: Con todas las oportunidades y desafíos propios de la adolescencia, es un momento que invita a la catequesis a ser capaz de acompañarlos, en actitud de diálogo, a una revisión de su propia vida. Los jóvenes: Edad de las primeras decisiones, donde la catequesis cobra una importancia considerable, es el momento en que el evangelio podrá ser presentado, entendido y aceptado como capaz de dar sentido a la vida. Los adultos: Ocasión de una catequesis permanente, diversificada y complementaria, dirigida a las personas que tienen las mayores responsabilidades y la capacidad de vivir el mensaje cristiano bajo su forma plenamente desarrollada. Las personas con discapacidad: Como todo aquel llamado por Cristo a la Salvación, tienen el derecho a conocer y profundizar el misterio de la fe. En ellos la catequesis encuentra la oportunidad de hacer realidad, de un modo especialmente pleno, el envío misionero del Señor. Los seminaristas, religiosos, pastores y catequistas: Han de recibir también la catequesis que se ofrece en la comunidad, pues estando destinados

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas a este ministerio, lo desempeñarán mucho mejor si saben formarse humildemente en los espacios que la Iglesia les ofrece como gran catequista y a la vez como gran catequizada.

han reconocido con realismo, junto a un progreso innegable en la vitalidad de la actividad catequética y a iniciativas prometedoras, las limitaciones o incluso las deficiencias de lo que se ha realizado hasta el presente. Estos límites son particularmente graves cuando ponen en peligro la integridad del contenido. El “Mensaje al Pueblo de Dios” subrayó justamente que, para la catequesis, la repetición rutinaria, que se opone a todo cambio, por una parte, y la improvisación irreflexiva que afronta con ligereza los problemas, por la otra, son igualmente peligrosas. La repetición rutinaria lleva al estancamiento, al letargo y, en definitiva, a la parálisis.

Ante la mirada de tantas oportunidades para hacer fructificar la catequesis, recordamos que esta tarea nos la encomendó el Señor a todos y cada uno de nosotros (Obispo, sacerdotes, religiosos y laicos), según las circunstancias propias de su vida y según sus dones y carismas particulares: “Vayan y hagan discípulos a todos” (Mt 28, 19). El obispo es el primer responsable de la catequesis en la Diócesis, coordina la actividad de todos los dedicados a la catequesis en su Iglesia particular y se dedica en persona a la realización directa de este ministerio. Los demás, cada uno en su función, colaboran con él en la acción catequética; nadie puede realizarla solo, ya que exige la movilización de múltiples energías. Cada uno según su tarea y sus carismas, contribuye a la misma misión: Los obispos en unión con sus presbíteros, los diáconos, los padres de familia, los religiosos, los catequistas, los maestros, los animadores de comunidades cristianas, etc. (Cfr CT 62-71). 4

La improvisación irreflexiva engendra desconcierto en los catequizados y en sus padres, cuando se trata de los niños, causa desviaciones de todo tipo, rupturas y finalmente la ruina total de la unidad. Es necesario que la Iglesia dé prueba hoy -como supo hacerlo en otras épocas de su historia- de sabiduría, de valentía y de fidelidad evangélicas, buscando y abriendo caminos y perspectivas nuevas para la enseñanza catequética” (CT 17). La búsqueda de métodos y medios para la catequesis ha existido siempre, desde las cartas de los apóstoles hasta los medios modernos. Catechesi tradendae no se extiende sobre el tema de los medios de comunicación social ya que hay otros aportes dentro de la Iglesia que hablan sobre este tema. Pero sí nos invita a ver los múltiples lugares, momentos o reuniones por valorizar:

HACIENDO LA CATEQUESIS “La catequesis tiene necesidad de renovarse continuamente en un cierto alargamiento de su concepto mismo, en sus métodos, en la búsqueda de un lenguaje adaptado, en el empleo de nuevos medios de transmisión del mensaje… Esta renovación no siempre tiene igual valor, y los Padres del Sínodo

Las peregrinaciones diocesanas, las misiones, círculos bíblicos, reuniones en pequeñas comunidades, los grupos de jóvenes, etc., recordando siempre que: La catequesis tendrá mayores posibilidades de echar en ellos raíces y en consecuencia 17

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas dar frutos, cuanto más se respete su naturaleza y lenguajes propios (Cfr CT 46-47). Sin llegar a olvidar que “el método y el lenguaje utilizados deben seguir siendo verdaderamente instrumentos para comunicar la totalidad y no una parte de las palabras de vida eterna o del camino de la vida” (CT 31). Ya refiriéndose a la diversidad de métodos de los que la catequesis puede valerse, entendidos como signos de vida y riqueza para nuestro actuar pastoral, Juan Pablo II nos invita a considerar los siguientes aspectos sobre las condiciones indispensables para utilizarlos sin perjudicar la finalidad de la catequesis (Cfr CT 51-55):

Estar al servicio de la Revelación y de la conversión. Cuidar que el mensaje central que por medio de la catequesis se ha de transmitir, predomine por sobre cualquier perspectiva ideológicas o política de índole personal, evitando mezclarles indebidamente con la catequesis, pues esta quedaría desvirtuada en sus raíces más profundas. Propiciar la encarnación del mensaje en las diferentes culturas. La catequesis está llamada a llevar la fuerza del evangelio al corazón de la cultura y de las culturas. Para lograrlo, procurará conocer cada cultura en sus componentes esenciales; aprenderá sus expresiones más significativas, respetará sus valores y riquezas propias. Sólo así se podrá proponerles el mensaje de la Buena Nueva y ayudarles a hacer surgir de su propio interior expresiones originales de vida, de celebración y de pensamiento cristianos. Valorar la aportación de la religiosidad popular. Nuestro pueblo

practica con un fervor y una rectitud de intenciones conmovedoras, ciertas devociones que la catequesis, reconociendo que hay aspectos por purificar o rectificar desde la fe, ha de tener en cuenta: Oraciones fáciles de entender y que la gente sencilla gusta de repetir, actos de piedad practicados con deseo sincero de hacer penitencia o de agradar al Señor, etc. Reconocer el valor de la memorización. Tenemos que reconocer que la catequesis ha conocido una larga tradición de aprendizajes por la memoria de las verdades y asimismo hay que reconocer el peligro que estas verdades fueron memorizadas pero no asimiladas. El Papa Juan Pablo II hace eco de lo que se vivió en el Sínodo y nos invita a reequilibrar con buen criterio la parte de la reflexión y de la espontaneidad, del diálogo y del silencio, de los trabajos escritos y de la memoria. Lo esencial es que los textos memorizados sean interiorizados y entendidos progresivamente en su profundidad, para que sean fuente de vida cristiana personal y comunitaria.

“La pluralidad de métodos en la catequesis contemporánea puede ser signo de vitalidad y de ingeniosidad. En todo caso, conviene que el método escogido se refiera en fin de cuentas a una ley fundamental para toda la vida de la Iglesia: La fidelidad a Dios y la fidelidad al hombre, en una misma actitud de amor” (CT 55). LA ALEGRÍA DE LA FE EN UN MUNDO DIFÍCIL “Vivimos en un mundo difícil donde la angustia de ver que las mejores 18

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas mientras hacemos nuestro el consejo del Papa Juan Pablo II quien nos invita a volver la mirada hacia Aquel que es el principio inspirador de toda la catequesis y de los catequistas mismos: El Espíritu Santo, y hacia María de Nazaret, catecismo viviente, madre y modelo de los catequistas (Cfr CT 72-73).

realizaciones del hombre se le escapan y se vuelven contra él, crea un clima de incertidumbre. Es en este mundo donde la catequesis debe ayudar a los cristianos a ser, para su gozo y para el servicio de todos, luz y sal. Ello exige que la catequesis les dé firmeza en su propia identidad y que se sobreponga sin cesar a las vacilaciones, incertidumbres y desazones del ambiente” (CT 56).

Nota:

La catequesis tiene que enseñar a cada persona y a cada comunidad a permanecer lúcidos y coherentes en su fe, a aprender a vivir en este mundo que ampliamente ignora a Dios, mundo secularizado que, en cuestiones de fe, en lugar de un diálogo exigente y fraterno, estimulante para todos, cae muy a menudo en un indiferentismo y en un menosprecio en nombre del progreso y de la explicación científica (Cfr CT 57).

Partiendo de los subtítulos de nuestra reflexión y tomando en cuenta la situación concreta de nuestras comunidades parroquiales contestamos lo siguiente:

En este escenario, la catequesis ha de recordar a San Agustín y responder con efectividad y calidad al imperioso deber de encontrar un lenguaje adecuado y una actitud pedagógica para dirigirse a cada persona ya sea niño, joven, adulto o anciano, hombre de ciencia o analfabeto, citadino o campesino, con discapacidad o sin ella, etc., sin desvirtuar ni deformar, en aras de un modo más fácil de comunicarse, el contenido del mensaje cristiano, pues siempre hemos de recordar que la catequesis inspira su pedagogía en la pedagogía de Dios (Cfr CT 58-59).

Para los equipos que retomarán la primera línea de reflexión: reflexión Una persona en el centro de la catequesis y una buena nueva que comunicar. ¿Qué situaciones de la vida actual dificultan al catequista poner a Jesús en el centro de su vida y de su ministerio? ¿Cuáles lo facilitan? ¿Qué tan frecuente es en los catequistas de hoy llevar al pecho un Crucifijo como imagen sublime del Maestro a quien seguimos en nuestra vida como personas y como evangelizadores? ¿Qué acciones concretas deben emprenderse a nivel decanal para, a la luz de Catechesi tradendae, ofrecer al catequista espacios de encuentro con el Señor que le lleven a testimoniarlo y anunciarlo en todo tiempo y lugar?

Nos comprometemos

Actuamos

Se organiza a los participantes en cinco equipos para facilitar el trabajo de profundización, pues esta se hará en torno a los 5 puntos de la reflexión. El tiempo dedicado a este momento es tan importante como el que se dedicó a la reflexión anterior, por tanto, vamos a trabajar con esmero y actitud de búsqueda. Sería muy oportuno contar en este paso de nuestra reunión con la presencia de quien expuso la reflexión sobre Catechesi tradendae, pues tanto en los trabajos por equipos como en el plenario, su intervención puede ser de gran utilidad.

De modo breve y englobante, hoy, en nuestra reunión decanal, al celebrar la 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas, nos hemos acercado a la Catechesi tradendae para, de ella misma, recibir la fuerza de estos cinco ríos de vida que han de vitalizar nuestro ministerio, 19

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas

Para los equipos que retomarán la cuarta línea de reflexión: reflexión:

Para los equipos que retomarán la segunda línea de reflexión: reflexión La catequesis nace con la Iglesia misma y está presente en toda su actividad pastoral y misionera.

Haciendo la catequesis ¿Cuál es, en nuestra parroquia, el modo más empleado para “dar la catequesis” y por qué? ¿Qué otras opciones metodológicas se emplean en nuestra parroquia para enriquecer la catequesis que ofrecemos? ¿Qué hemos realizado desde la catequesis para valorar el aporte de la religiosidad popular y la memorización en nuestro quehacer pastoral? ¿Qué acciones concretas deben emprenderse a nivel decanal para, a la luz de Catechesi tradendae, orientar y capacitar a los catequistas hacia el empleo de variados métodos y adecuados lenguajes en la presentación del Mensaje Cristiano?

¿Qué importancia se le da a la catequesis en nuestra comunidad parroquial? ¿Qué dificultades y apoyos encuentra en ella? ¿Cómo es en nuestra parroquia la relación de la catequesis con otras acciones pastorales (litúrgica, social, juvenil, familiar, vocacional, etc.) y con los movimientos eclesiales (Acción Católica, Renovación Carismática, MFC, etc.)? ¿Qué acciones concretas deben emprenderse a nivel decanal para que, a la luz de Catechesi tradendae, crear vínculos de relación necesarios entre la catequesis y las demás acciones pastorales y los movimientos eclesiales?

Para los equipos que retomarán la quinta línea de reflexión: reflexión

Para los equipos que retomarán la tercera tercera línea de reflexión: reflexión:

La alegría de la fe en un mundo difícil.

La catequesis para todos y en manos de todos.

Como catequistas, ¿cuáles son los desafíos que el mundo actual nos presenta? ¿Cuál es nuestra actitud ante esos desafíos? ¿Por qué el rostro y las actitudes de un buen número de catequistas no reflejan la alegría de la Buena Nueva que con sus palabras comunican? ¿Qué acciones concretas deben emprenderse a nivel decanal para que, a la luz de Catechesi tradendae, facilitar que el catequista conozca los desafíos que el mundo actual le presenta y la manera cristiana de responder a ellos?

¿A quiénes se atiende de modo prioritario en la catequesis de nuestra parroquia? ¿Por qué lo hacemos así y en días y horarios muy concretos (sábados)? ¿Qué nos impide atender las otras edades y situaciones de la vida de las personas? ¿Qué acciones concretas deben emprenderse a nivel decanal para, a la luz de Catechesi tradendae, propiciar que se atiendan desde la catequesis a los jóvenes, a los adultos, a los ancianos y a las personas con discapacidad?

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Notas:

debe a la elección que Jesús ha hecho de nosotros, al valerse de lo más sencillo y humilde para dar a conocer a todos los demás la Buena Nueva del Reino.

Una vez concluido el trabajo por equipos, los secretarios de los equipos que trabajaron el mismo aspecto se reúnen para hacer un vaciado común y eligen un secretario para que ofrezca la reflexión en plenario. El resto de los asistentes participan mientras tanto en un momento de animación e integración humana. Terminado el trabajo de síntesis, los asistentes se reúnen para dar paso al plenario de nuestro trabajo en equipos. Quien conduce la reunión va invitando a cada uno de los secretarios a pasar al frente y colocarse en unos de los afluentes que surgen del letrero Catechesi tradendae (el mismo que está ambientando nuestra Jornada), como muestra de que lo que vamos a decir de ahí se nutre. Quien expuso la reflexión central concluye este momento con un comentario general a lo dicho en el plenario.

Cantamos: “Iglesia peregrina”. Presidente: Pidamos perdón al Señor, por esos momentos de la vida en que hemos flaqueado en nuestra misión como catequistas y no hemos dado nuestro mejor esfuerzo al servicio del Reino. Monitor: (Mientras un catequista pasa al frente sosteniendo un Crucifijo en todo lo alto). En nuestro trabajo como catequistas, es frecuente encontrar dificultades, obstáculos y tropiezos. Recordemos que el Señor nunca nos prometió liberarnos de ellos, sin embargo sí nos prometió su presencia y su fuerza para no desfallecer. Presidente: Por todas las veces que hemos renunciado a la cruz, queriendo solamente gloria, rechazando así el camino de Jesús hacia la resurrección.

Nota:

Celebramos

Presentamos una sencilla celebración de la Palabra para aquellos que no puedan celebrar la Santa Misa. Si se realiza Eucaristía, en ella se pueden incluir los signos aquí propuestos. Para nuestra celebración vamos a reunirnos en torno a la imagen de Cristo, a su derecha se coloca una imagen de Ntra. Sra. de Zapopan (patrona y evangelizadora de nuestra Arquidiócesis) y a la izquierda las imágenes de los Papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. A los pies del Cristo el letrero que dice Catechesi tradendae (de ser posible tal y como lo usamos en el primer paso de este momento decanal).

Todos: Señor, ten piedad. Monitor: (Mientras un catequista pasa al frente sosteniendo una Biblia en todo lo alto). El Señor ha querido que el anuncio de su mensaje esté en manos de los sencillos y no de los soberbios; el Señor se vale de lo pequeño para mostrar lo grande. Presidente: Por todas las veces en que nos hemos olvidado del mensaje del Evangelio y descuidamos dar testimonio del mensaje auténtico de Jesús.

Monitor: Este día, al celebrar el momento decanal de la 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas, es para nosotros un día especial. Es en nuestro decanato día de fiesta para la catequesis. Nuestra celebración tiene varios significados: Recordaremos que la catequesis es acción prioritaria de la Iglesia; que todos tenemos una responsabilidad para con la catequesis y particularmente los que hemos sido llamados al compromiso de ser catequistas; y, finalmente, que nuestro ser de catequistas se

Todos: Cristo, ten piedad de nosotros. Monitor: (Mientras un catequista pasa al frente sosteniendo la Catechesi tradendae en todo lo alto). La sencillez de muestra vida de catequistas debe estar acompañada por el empeño de conocer con mayor profundidad la enseñanza del Papa y los Obispos, para que en nuestras sesiones de catequesis se viva más plenamente la luz con que el Espíritu Santo ilumina el peregrinar de la Iglesia. 21

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Presidente: Por todas las veces en que nos hemos dejado guiar por la pereza, a la hora en que se nos pide un esfuerzo para prepararnos mejor.

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Todos: Señor, ten piedad de nosotros.

Zapopan en nuestras acciones como catequistas. Roguemos al Señor. Para que el caminar nuestro, como cristianos, se vea fortalecido y animado por la compañía de María de Zapopan. Roguemos al Señor.

Presidente: Que el Padre Bueno del cielo tenga compasión por nuestras limitaciones como personas, misericordia por nuestra debilidad como creyentes, perdone nuestras fallas en el servicio como catequistas y nos conduzca a la vida eterna feliz.

Presidente: Dirijámonos al Padre celestial, que constituyó a la Madre de su Hijo, Madre y Reina nuestra y, ayudados por la presencia de María en nuestras vidas, mujer orante en la Iglesia naciente, elevémosle la oración que su Hijo nos enseñó: Padre nuestro...

Todos: Amén.

Monitor: La Virgen María es, en el caminar de la Iglesia, la compañera y el ejemplo a seguir, pues de su fidelidad, sencillez y humildad, podemos aprender todos para hacer la voluntad del Señor. Concluyamos nuestra celebración diciendo juntos la oración para la Misión Continental:

Cantamos: “Juntos cantando la alegría”. A continuación se proclama el pasaje de Hechos de los Apóstoles 1, 3-5. 8-14. Tras un breve momento de silencio, quien preside hace una breve reflexión sobre el acompañamiento de María a la vida de la primera comunidad, pasando luego al acompañamiento evangelizador de Ntra. Sra. de Zapopan a la vida de nuestra Arquidiócesis en general y a nuestra vida de catequistas en lo particular. Al concluir invita a los presentes a presentar al Señor nuestras necesidades.

“Dios Padre Todopoderoso, que fortaleces y acompañas con tu Espíritu a la Iglesia en su peregrinación terrena, concédenos la gracia de empeñarnos en la Misión Continental, iluminados por nuestro Quinto Plan de Pastoral, para ser en verdad discípulos-misioneros, alimentados con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida y misión de la Iglesia. Que la intercesión de la Virgen de Zapopan, nuestra Madre y Patrona, y el testimonio de nuestros Santos y Beatos Mártires, nos ayuden a llevar el Evangelio a todos y, en especial, a las familias de nuestra Arquidiócesis. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.”

Presidente: Pongamos, hermanos, nuestras oraciones en las manos de María, que nos acompaña en nuestro caminar, para que por ella lleguen a Jesús. A cada intención respondemos: Contempla, Señor, a la Madre de tu Hijo, y escúchanos. -

-

-

Cantamos: “Santa María del Camino”.

Para que el Señor, que quiso que la santidad de la Iglesia se prefigurara y culminara en la perfección de María, nos conceda ser vivo reflejo de esa santidad de vida que resplandece en ella. Roguemos al Señor. Para que el ejemplo de la fortaleza de María, que sufrió al pie de la cruz, sea consuelo para los que sufren y esperanza para quienes se sienten decaídos. Roguemos al Señor. Para que en todo momento podamos sentir la presencia maternal de María de

Notas:

Si se tiene preparado el colocar a los catequistas un crucifijo, puede ser este el momento de hacerlo, si la participación es abundante convendrá pensar en una forma ágil para lograr hacer de este momento una experiencia significativa, pues este signo puede ayudarnos a retomar nuestra vocación y prepararnos al culmen de nuestra jornada en la vicaría: “En tu nombre, Señor, echaré las redes” Preparar algunos cantos que acompañen la entrega del crucifijo. Se puede concluir con una convivencia.

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“EN TU NOMBRE, SEÑOR, ECHARÉ LAS REDES” “Maestro, estuvimos toda la noche intentando pescar, sin conseguir nada, pero confiando en tu palabra, en tu nombre, Señor, echaré las redes...” redes (Ver Lc 5, 5)

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas

EN TU NOMBRE, SEÑOR, ECHARÉ LAS REDES ETAPA VICARIAL SUGERENCIAS PARA SU REALIZACIÓN

Para la realización de cada etapa les hemos estado sugiriendo cuidar todos los momentos, sin olvidar la parte festiva del encuentro. Prever las distintas comisiones: Propaganda, monitor, expositor, liturgia, logística, animación, inscripciones, refrigerio, y las necesarias para su organización y realización. Prever con tiempo la entrega de los reconocimientos. Para ello, favor de entregar al SEDEC la lista de los agentes que recibirán dichos reconocimientos, especificando los años de servicio a la Evangelización o a la Catequesis (5, 15, 25, 50 ó 75 años) Preparar un momento inaugural de apertura a la Jornada, tomando en cuenta nuestro lema: “En tu nombre, Señor, echaré las redes”. Prever un animador que conduzca la Jornada. Hacer la invitación al Vicario Episcopal para que dé un mensaje o la bienvenida. Realizar gafetes para las distintas comisiones. Prever ministros extraordinarios para repartir la Sagrada Comunión. Un momento emotivo de la Jornada podría ser contar con la presencia de la imagen o la reliquia del Santo a quien está dedicada la Vicaría. Si parece oportuno aplicarlo, les sugerimos el siguiente horario: 9:00 am Acogida. 9:30 am Ambientación.

10:00 am Exposición del Santísimo y presentación de los compromisos decanales. 10:45 am Tema. 11:45 am Descanso. 12:00 pm Trabajo en grupos y compromiso vicarial. 12:30 pm Plenario. 1:15 pm Comida. 2:00 pm Entrega de reconocimientos. 3:00 pm Ambientación. 3:30 pm Preparación para la Misa 3:45 pm Eucaristía 5:00 pm Fin de la Jornada NOTA: La entrega de reconocimientos puede hacerse como sugerimos, después de la comida o bien, en la misma celebración Eucarística, como se vea más oportuno.

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Es muy importante que este momento vicarial se celebre el domingo 16 de Mayo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, para, de esta manera, estar en comunión con el resto de las Vicarías Episcopales de la Arquidiócesis, que en distintas sedes pero en un mismo día estarán celebrando la 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas.

Al término de este momento vicarial habremos logrado: OBJETIVO

• •

Celebrar alegremente el momento culmen de la 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas. Confrontar lo reflexionado en los momentos parroquial y decanal a la luz del V Plan Diocesano de Pastoral, y en consecuencia del documento de Aparecida, en el marco de la Misión Continental en nuestras parroquias.

Nuevamente conviene recordar que la Jornada es para todos aquellos que en las comunidades parroquiales ofrecen su servicio pastoral como evangelizadores y catequistas de las diferentes edades y ambientes que en ellas se atienden, por tanto será muy benéfico elegir una sede que dé cabida al gran número de asistentes y adornarla con frases y símbolos relacionados con la reflexión de este día. Es necesario tener una imagen de Cristo suficientemente visible, desde el cual se desprenda una gran red de pesca (si no es posible conseguirla se puede realizar de algún material apropiado), en la cual se irán depositando algunos signos previamente preparados para este momento vicarial.

La Jornada, al igual que una persona, al llegar a los 30 años inicia una etapa de mirar hacia el camino recorrido y valorar Ubicación lo logrado para reorientar el rumbo que se ha de tomar en adelante. La inminente llegada a los “treinta y tantos”, puede ser, para una persona, y cada catequista es una, un momento en que se experimenta el cansancio de lo realizado para lograr llegar hasta este punto. Pero, igualmente, es la oportunidad para retomar un nuevo brío y “echar las redes” en busca de esos logros aún no alcanzados.

NOTAS PARA EL DESARROLLO DEL MOMENTO VICARIAL

Este momento vicarial ha de ser, para los catequistas, tan motivador, que les lleve a ofrecer al Señor una mayor entrega en la catequesis, con el entusiasmo y la determinación necesarias para lograr los objetivos que el Obispo Diocesano nos plantea para la Misión Continental en nuestras comunidades parroquiales.

ACOGIDA En este momento vicarial nos vamos a reunir un gran número de evangelizadores y catequistas, que en pocas ocasiones coincidimos en un mismo lugar, aunque somos de la misma Vicaría Episcopal.

Notas:

Por tanto, el momento de recepción es muy importante: La amabilidad y calidez de quien recibe, un ágil registro de los asistentes, la entrega de un gafete con un símbolo relacionado con la reflexión de hoy (se sugiere una red de pescador o algo relacionado con la pesca), etc.

Los coordinadores decanales habrán de traer, escritos en cartulinas, las síntesis de las acciones que a nivel decanal se van a emprender, para a la luz de Catechesi tradendae hacer realidad la catequesis que hoy necesitamos. Las cartulinas han de tener forma de peces para emplearlas en la dinámica de este momento. 25

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas MOMENTO DE ANIMACIÓN

Ti no es del todo sólida. No pescamos nada porque cerramos los ojos y las manos, y no reconocemos a quienes nos rodean. Pero hoy... queremos escucharte, Señor, y dejar que nos hables al corazón.

Ahora vamos a referirnos a dos aspectos importantes: Primero, el propiciar a través de dinámicas la integración e interrelación de los asistentes, y segundo, por medio de cantos, ir preparando el necesario ambiente festivo para el momento culmen de nuestra 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas (se sugiere invitar a alguno de los cantautores católicos que en la Arquidiócesis desempeñan el ministerio de evangelizar por medio del canto, ellos también son parte de la Jornada).

Notas:

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

Monitor: Nos hemos reunido en este día especial los evangelizadores y catequistas de la Vicaría de… (decir el nombre en cuestión), para agradecer al Señor su elección, para celebrar nuestro ministerio y para solicitar su Bendición. Con mucha alegría, recibamos a Jesús Eucaristía.

Se deja tiempo para la reflexión personal en silencio). Pasan los coordinadores decanales de catequesis y leen la síntesis del momento decanal, escrita en una cartulina en forma de pez, para luego colocarla en la red que se desprende desde el Cristo. Estos compromisos decanales son ofrecidos al Señor, solemne y respetuosamente, en este momento de oración. Se concluye con los cantos y ritos finales propios de este momento de exposición del Santísimo (incluyendo la bendición). Una vez reservado el Santísimo, concluimos cantando “Pescador” (de Antonio Berumen y Carlos Lara), canto que se utilizó en la última visita del Papa Juan Pablo II a México.

REFLEXIÓN A la orilla del lago

Notas:

“Estaba Jesús en cierta ocasión a la orilla del lago de Genesaret y de repente se juntó un gentío para oír la palabra de Dios” (Lc 5, 1).

Se inicia con un canto del repertorio conocido para el momento de exposición del Santísimo Sacramento. El sacerdote expone el Santísimo y dirige el momento de adoración y las alabanzas introductorias (estación menor). Luego, se deja un momento para la adoración personal en silencio. Se continúa entonando un canto del repertorio conocido. Después, se proclama el texto de Lc 5, 1-11.

En las orillas del lago de la vida, se reúne un gentío para conocerte, Señor, para oír tu palabra. Hombres y mujeres, unos de edad avanzada y otros despertando apenas a la vida, los hay del campo y de la gran ciudad, obreros, empleados, campesinos, estudiantes, amas de casa, un gentío tal cual.

Monitor (lee pausadamente): Llevamos toda la noche y no hemos pescado nada. No pescamos nada porque nos dormimos en nuestros propios pensamientos, en nuestros problemas, en nuestras comodidades. No pescamos nada porque echamos las redes en otros mares, en otros lagos, porque nuestra confianza en

Cada uno de ellos, se encuentra en “su orilla”, en el aquí y en el ahora que estamos viviendo. Cada uno presentando a nuestra catequesis diversos desafíos pastorales. Recordemos lo que ya reflexionamos al profundizar, en los anteriores momentos de esta Jornada (parroquial y decanal), en la Catechesi 26

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas tradendae, de modo particular en su quinta parte dedicada a los diferentes destinatarios de nuestra catequesis.

si “porque no me tomaron en cuenta”, que si “el párroco”, que si “la coordinadora”, que si “los compañeros”, que si “el grupo que atiendo”…

Ellos están ahí y, nosotros… ¿dónde estamos? Ellos vienen en búsqueda de ser atendidos, y es verdad: son muchos, demasiados quizá. Pero a nosotros, el Señor Jesús nos dijo: “Hagan que todos sean mis discípulos”, ¡preséntenme con ellos, evangelícenlos, catequícenlos! (Cfr. Mt 28, 19).

Cuantas veces en este caminar de 30 años de la Jornada, nos hemos bajado de la barca y nos hemos puesto a lavar las redes. O como dicen ahora, cuántas veces hemos querido “tirar la toalla”, “colgar los tenis”. En esas estamos, queriéndonos bajar de la barca, y Jesús que se sube a nuestra embarcación y nos pide separarnos un poco de la orilla (Cfr. Lc 5, 3). Separar la barca un poco para así poder contemplar al gentío y darnos cuenta que son muchos y que sus necesidades de crecer en la fe también son muchas.

Nos corresponde entonces, hacer vida en nuestras parroquias, una catequesis diversificada que atienda las diferentes edades y situaciones de la vida de la persona. Superar la limitante autoimpuesta (por sacerdotes y catequistas) en algunas comunidades de reducir la catequesis a la atención de los niños.

Y el Señor ha elegido la barca de nuestra vida para, desde ella, dirigir su palabra a todos ellos, dirigirla a través de nuestro ser y quehacer de catequistas. Él se subió a nuestra barca y nosotros, ¿queremos bajarnos de ella? Él quiere hacer llegar a todos sus palabras, y nosotros, queriendo silenciar la voz…

Estaban lavando sus redes “Vio entonces dos barcas a la orilla del lago, los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes” (Lc 5, 2).

Cuántas veces hemos desembarcado, bajando de la barca de la catequesis y nos hemos puesto a lavar nuestras redes… Es decir, cuántas veces nos hemos desanimado, pretendiendo dejar la catequesis “porque esto” o “porque lo otro”. Pues “lavar las redes” significa poner fin a un trabajo, quizá porque se ha perdido la motivación para seguir adelante. Los brazos se bajan, cansados, y en la mente se arraiga en la idea de que la pesca se ha acabado, que ya vendrán tiempos mejores…

Rema hacia adentro “Rema hacia adentro del lago y echen las redes para pescar” (Lc 5, 4).

Rema hacia adentro, “duc in altum”, es recordar con gratitud los 30 años que ya han pasado de la Jornada, es vivir con pasión el momento presente, es abrirnos con confianza al futuro que se acerca (Cfr. NMI 1). Y hoy, precisamente esa debe ser nuestra actitud.

Cuántas veces hemos “guardado en el closet” de la vida nuestra vocación de catequistas para dedicarnos a otra actividad, incluso a algo ajeno a la Iglesia. Que si “porque nos desilusionamos”, que

Rema hacia adentro, “duc in altum”, es tener la actitud de entrega total, dispuestos a ofrecer hasta el último esfuerzo por una catequesis como la que, 27

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas también desde hace 30 años, se nos pide en Catechesi tradendae. Es ir en búsqueda de nuevos horizontes para la catequesis de nuestra comunidad, reflejando en nuestro rostro la alegría del rostro de Jesús.

gran cantidad de peces y hacer señas a los compañeros de la otra barca (parroquia), para que se involucren en la catequesis para el aquí y el ahora, en la catequesis que requiere nuestra comunidad.

Rema hacia adentro, “duc in altum”, es ir desde lo profundo hasta esas distintas orillas donde se encuentran esperándonos, incluso sin saberlo, todos aquellos a quienes nuestro actuar catequístico aún no ha llegado.

Dejaron todo y lo siguieron “Jesús dijo a Simón: No temas, desde ahora serás pescador de hombres. Y después de arrimar las barcas a tierra, dejaron todo y lo siguieron” (Lc 5, 11).

Ahora es el tiempo de dejar los apegos a todo aquello que antes nos impedía crecer. Es el tiempo en que, a la luz del Documento de Aparecida, el V Plan Diocesano de Pastoral y la Misión Continental, hagamos realidad lo expresado en la Catechesi tradendae y en el camino de 30 años de la Jornada.

Rememos entonces hacia adentro y echemos las redes para pescar. Porque Tú lo dices, echaré las redes “Maestro, estuvimos toda la noche intentando pescar, sin conseguir nada, pero sólo porque tú lo dices, echaré las redes” (Lc 5, 5).

El V Plan Diocesano de Pastoral, en el espíritu del Documento de Aparecida, pide a la catequesis de nuestra parroquia y a cada uno de nosotros:

Hace ya 30 años, Señor, que pretendemos hacer realidad la Catechesi tradendae; hace ya 30 años, Señor, que celebramos la Jornada pretendiendo reunir a todo aquel que en su grupo parroquial se empeña por educar la fe de sus hermanos; hace ya 30 años, Señor, que intentamos conseguirlo y nos parece “nada” el avance logrado…

Impregnar nuestra catequesis, y en consecuencia a los catequistas, de un tono y sabor kerigmático de alegría y optimismo, generando espacios de amor y de júbilo en, desde, y para la catequesis. Dejemos de lado las caras largas y las expresiones tristes que en poco o en nada ayudan al caminar de nuestra comunidad (V PDP 21, 234).

Al subirse a la barca de nuestra vida, el Señor ha respaldado los logros obtenidos en estos 30 años, nos ha recordado que la catequesis en las parroquias se ha fortalecido, que en la mayoría de ellas se emplean los itinerarios propuestos por la diócesis, que los esfuerzos por una catequesis que atienda a los adultos y a las personas con discapacidad van dando frutos.

Generar en nuestras comunidades una catequesis que fortalezca la fe de cada persona, llevándole a profundizar en el conocimiento de Jesucristo al que ha aceptado en su vida por el Bautismo (V PDP 23, 237).

Nos invita a valorar lo ya logrado y a la vez nos pide echar nuevamente las redes, para, como lo hizo Simón, capturar una

Acompañar a los fieles hacia la vivencia de los criterios evangélicos y la recta conciencia, mediante el fortalecimiento 28

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30 jornada diocesana para evangelizadores y catequistas Como Vicaría, ¿a qué nos comprometemos para renovar la evangelización y la catequesis en nuestras comunidades? ¿Cómo vamos a involucrarnos en la realización de la Misión Continental a que nos ha enviado nuestro Obispo?

de la dimensión moral de la catequesis y la denuncia, clara y oportuna, de todo aquello que vaya en contra del Plan de Dios (V PDP 62-63). Proponer una catequesis permanente, a lo largo del arco de la vida, que profundizando en el conocimiento, amor y seguimiento de la persona y mensaje de Jesús, lleve a los fieles a una maduración en su ser de discípulos-misioneros del Señor, empleando para lograrlo los textos propuestos por la diócesis (V PDP 65, 67, 78, 236).

PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

Realizar, en torno a la celebración dominical de la Eucaristía encuentros fraternos, peregrinaciones, obras de caridad y momentos especiales de oración en el que participen los distintos grupos de la catequesis parroquial: Infantil, de adolescentes y jóvenes, presacramentales, de adultos, etc. (V PDP 181).

Se tomarán en cuenta las oraciones y las lecturas propias del domingo 16 de Mayo, en que celebramos la Ascensión del Señor. Después de la homilía, pasa un grupo de fieles de alguna o varias comunidades de la vicaría y, con el siguiente esquema, agradecen a los catequistas por su servicio:

GRACIAS CATEQUISTA Madre de familia: Gracias catequista, por responder a la llamada de Dios que te llamó para ser educador de la fe de tus hermanos.

El Señor, nos invita hoy a echar nuevamente las redes al lago y hacer realidad en nuestra catequesis las proposiciones del V Plan Diocesano de Pastoral.

Muchacha: Gracias catequista, porque con tu alegría, disponibilidad, amor y paciencia me ayudas a descubrir la presencia amorosa de Jesús. Abuelo: Gracias catequista, porque con tu vida sencilla y comprometida me enseñas que mi ser de creyente vivido al servicio de los hermanos, es fuente de felicidad.

COMPROMISO VICARIAL Se reúnen por decanatos y en cada uno de ellos se recoge la experiencia de los 3 momentos ya vividos de nuestra Jornada y se hace el siguiente cuestionamiento:

Muchacho: Gracias catequista, porque a través del estudio asiduo de la Palabra de Dios y de los documentos de la iglesia, me liberas y me haces crecer en la fe, al compartirlos conmigo.

Frente al caminar de nuestra catequesis en los últimos 30 años, frente a las líneas de renovación propuestas por Catechesi tradendae y frente al trabajo que estamos realizando en la Misión Continental en nuestras comunidades parroquiales que se ven reflejadas en nuestro V Plan Diocesano de Pastoral:

Mujer: Gracias catequista, porque lo que me enseñas no es solo el fruto del estudio de grandes libros, sino de tu simple y bella experiencia de fe.

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Niña: Gracias catequista, quista, porque me anunciaste a Jesús no solo con las palabras, sino también con los gestos, la mirada y el silencio.

Padre de familia: Gracias catequista, porque no respondiste a mis preguntas haciéndome creer que sabías mucho, sino que me ayudaste a inte interiorizarme, permitiéndome escuchar al Espíritu Santo que habla dentro de mí.

Hombre: Gracias catequista, porque me enseñaste a percibir a Dios como Padre y me enseñaste a dirigirme a Él como hijo suyo.

En la Oración de los fieles, tomar en cuenta los compromisos vicariales que se depositaron en la red durante la exposición del Santísimo. Después de la bendición y antes del canto de salida, habrán de entregarse los reconocimientos a los evangelizadores y catequistas que han cconsagrado su vida al servicio del Reino durante 25, 50 o 75 años. Recordemos que dichos reconocimientos han de solicitarse oportunamente en las oficinas del SEDEC. Los reconocimientos a los catequistas de 5 y 15 años de servicio habrán de entregarse en sus us comunidades parroquiales dentro del marco de la celebración del día de la catequesis que Dios mediante se realizará el próximo 30 de mayo.

CONVIVENCIA Sacerdote: Gracias catequista, porque al tener tanta paciencia conmigo me enseñaste a respetar el ritmo de los otros hacia Dios, del mismo modo que Él hace con cada uno de nosotros.

Se concluye la Jornada con una alegre convivencia donde, privilegiando la relación fraterna entre lo los catequistas, se festejen los 30 años de este caminar diocesano.

Niño: Gracias catequista, porque me haces vivir el día de la catequesis, como día de encuentro, de fiesta, de comunidad, de reflexión, eflexión, un día diferente a los otros. Abuela: Gracias las críticas desanimarte, y búsqueda de experiencias.

catequista, por aceptar y correcciones sin por estar siempre en nuevos métodos y

Persona con discapacidad: Gracias catequista, por escucharme, animarme, a exigirme, guiarme a Jesús y hacerme sentir miembro vivo de mi comunidad parroquial. Todos: Gracias por ser compañero en el camino de mi fe.

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APÉNDICE: SUGERENCIAS DE MONICIONES DE LA 30ª JORNADA DIOCESANA PARA EVANGELIZADORES Y CATEQUISTAS ETAPA VICARIAL Monición de Entrada: Convocados por Dios para la escucha de su Palabra y para ser alimentados con su Cuerpo y su Sangre, celebramos hoy la Solemnidad de la Ascensión del Señor a la gloria del Padre, y nos reunimos para celebrar como Iglesia de Guadalajara la 30ª Jornada Diocesana para Evangelizadores y Catequistas en esta etapa Vicarial. Dispongámonos para celebrar dignamente esta, nuestra fiesta. Moniciones para la Liturgia de la Palabra, Ciclo C: Primera lectura: Hch 1, 1-11 En esta primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, San Lucas nos dice que Jesús ha convivido cuarenta días con sus discípulos y los ha instruido con una nueva luz sobre el sentido del Reino de Dios. El momento de la Ascensión del Señor al cielo es la última acción personal de Jesús en el mundo. Promete el Espíritu Santo. Escuchemos. Segunda lectura: Heb 9, 24-28; 10, 19-23 En la carta a los hebreos se nos dice cómo Cristo inaugura una nueva era Mesiánica: Entrando en un nuevo santuario, inmolando una nueva víctima, y ofreciendo un nuevo altar. La exhortación concluye invitándonos a la esperanza. Escuchemos atentamente este mensaje de salvación. Evangelio: Lc 24, 46-53 El texto evangélico que escucharemos hoy pone de relieve la misión evangelizadora de la Iglesia y de los cristianos, así como los signos de liberación que según Jesús deben acompañar la palabra. ORACIÓN UNIVERSAL Sacerdote: Cristo está a la derecha de Dios para interceder por nosotros y por eso le dirigimos estas oraciones a nuestro Padre Dios, y actuamos de acuerdo con la promesa hecha por el mismo Jesús. A cada una de las siguientes invocaciones, responderemos: Cristo, Rey de la gloria, escucha nuestra oración. 31

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Por la Santa Iglesia de Dios: para que confiese que el Señor reina en los cielos y no se vea prisionera de los bienes de la tierra. Oremos. Salvador del Mundo, anima a tu Iglesia con la fuerza de tu Espíritu para que sepa anunciar a todos los pueblos los tesoros de tu gracia. Oremos. Luz del mundo, cuida con especial afecto a aquellos que han asumido en la Iglesia, la misión de anunciar tu Palabra y hazlos verdaderos testigos de tu Reino. Oremos. Por los que gobiernan las naciones, especialmente la nuestra: para que Dios les conceda ejercerlo con justicia y espíritu de servicio, y a nosotros nos haga sumisos a sus justas disposiciones. Oremos. Por los fieles que sufren en este mundo: para que el Señor les acorte la prueba y sean consolados y fortalecidos por la virtud del Espíritu Santo. Oremos. Por nuestra Vicaria (se dice el nombre): para que espere sin desfallecer la venida del Reino y viva siempre en la unidad de la Iglesia. Oremos. Tú que has muerto para que nosotros tengamos vida, da la vida eterna a todos aquellos hermanos nuestros catequistas que ya han partido pero que nos han dejado el testimonio de sus vidas cristianas. Oremos.

OREMOS: Concede, Señor, favorablemente estas súplicas que te hemos dirigido y envía tu Espíritu sobre nosotros y nuestros hermanos, para que acojamos tu Palabra y cumplamos tu voluntad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Monición de la Presentación de los dones: Lo que somos y tenemos traemos a tu altar, Señor. Recibe el fruto de nuestro esfuerzo y danos en cambio el alimento que no perece: tu Cuerpo y Sangre. Monición de Comunión: Te quedaste en el pan para ser nuestro alimento. Quédate en toda nuestra vida para que también nosotros sepamos entregarnos a nuestros hermanos. Luego de la oración de post-comunión se puede invitar a todos los catequistas a rezar juntos y delante de toda la comunidad la siguiente oración. Conviene distribuirlas antes de la celebración. Los Catequistas queremos un encuentro que nos transforme… Un encuentro contigo, Padre… Que sea capaz de provocar en nosotros tus sueños, para que el rostro de nuestra tarea catequística sea expresión de una Iglesia servidora de tu proyecto. Un encuentro contigo, Jesús… Que despierte en nuestras comunidades el ardor, el entusiasmo y la esperanza, para vivir y celebrar la experiencia del encuentro contigo Resucitado, como discípulos en el camino de Emaús. Un encuentro contigo, Espíritu Santo… Que nos guíe a ser fieles testigos de tu amor, nos regale crecer en libertad, audacia, creatividad, apertura a lo nuevo, y haga de nosotros verdaderos discípulos misioneros de Jesús. María, Madre y educadora de la Fe… Acompáñanos en nuestro caminar, inspira en nuestros corazones disponibilidad y entrega, para asumir nuestra participación como catequistas, en la conversión de la Iglesia de Guadalajara. Amén.

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esentamos en papelógrafos lo que se reflexionó en los grupos, tratando de darle aplicación a nuestra vida personal, Parroquial y de Decanato.

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Después, buscaremos una forma dinámica y creativa para colocarlos en torno a la Palabra de Dios.

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Podemos sacar en papeletas, previamente, la siguiente oración para decirla todos juntos:

¡Gracias, Jesús, porque nos invitas a escuchar tu Palabra que nos alimenta y fortalece para seguir trabajando en la construcción de tu Reino! ¡Gracias, Jesús, porque tu Palabra nos instruye y nos muestra el camino que todo cristiano debe seguir! ¡Gracias, Jesús, porque al alimentarnos con tu Palabra nos das los medios necesarios para lograr el contacto íntimo contigo! ¡Graciassús,

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Monición de Despedida:

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porque

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tu

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