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La escucha activa, estrategias y propuestas Juan Mesquita, Florencia Ramos

La escucha activa, estrategias y propuestas

Mesquita, Juan. Maestro Escuela N° 2 y Escuela N° 121, Salto. Ramos, Florencia. Coordinadora de profesores remotos, British Council Argentina.

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“(...) Es por eso por lo que, agrego, quien tiene algo que decir debe asumir el deber de motivar, de desafiar a quien escucha, en el sentido de que, quien escucha diga, hable, responda”.

“Pedagogía de la Autonomía” (1996), Paulo Freire

Resumen

El proceso de comunicación humana "es una transacción de significados que se realiza por medio de textos" orales y escritos. Para comunicarse de manera efectiva es indispensable la adecuada codificación o producción de la información y la decodificación o comprensión de esta; y de tal forma, creando e interpretando textos se logra la interrelación social que constituye la comunicación.

Escuchar, hablar, leer y escribir son habilidades comunicativas fundamentales para poseer competencia comunicativa y ser comunicadores eficientes; de ahí que su desarrollo constituya una tarea de primer orden en el proceso docente - educando, que es, a su vez, un proceso comunicativo. La experiencia que se desea compartir es el trabajo que se viene desarrollando durante este año lectivo sobre la escucha activa, por parte de los/las estudiantes, desde dos perspectivas, la del maestro de clase y la del docente remoto de inglés. A raíz del diagnóstico al comienzo del año realizado por ambos docentes, pudo observarse que la mayoría de los/las estudiantes no habían desarrollado las destrezas necesarias para comunicarse de manera efectiva. Más precisamente, el factor que mayor incidencia tuvo en la etapa de diagnóstico, y que pudo observarse a lo largo de las primeras clases, fue la escasa atención o escucha atenta de los/las estudiantes a las propuestas realizada por los/las docentes.

Por medio de este trabajo, se pretende compartir y reflexionar con los participantes acerca de ideas para propiciar el fortalecimiento individual y colectivo sobre la valoración de la habilidad comunicativa de la escucha en el aprendizaje de los/las estudiantes, pensar estrategias de concientización sobre la importancia de la escucha activa como promotora de buenas relaciones interpersonales, promover la implementación de estrategias que mejoren la escucha en el aprendizaje y fomentar un ambiente de aprendizaje que promueva la escucha como expresión y habilidad comunicativa.

Introducción

La comunicación, como proceso de intercambio de mensajes entre los seres humanos mediante el cual se transmiten, a través del lenguaje, pensamientos, experiencias, sentimientos, y se lleva a cabo todo el sistema de relaciones humanas, surgió desde los orígenes de la humanidad y constituye un importantísimo factor para el desarrollo de la personalidad del individuo y de la sociedad.

Los niños y las niñas aprenden a hablar la lengua materna por imitación, porque escuchan a sus padres y otras personas de su entorno antes de iniciar la etapa escolar. Después en la escuela se hace énfasis en el desarrollo de las habilidades para leer, escribir, hablar; sin embargo, no se le da mucha importancia a la habilidad de escuchar, aunque si pensamos bien, los/las estudiantes deben permanecer una parte significativa de la clase escuchando, y, de hecho, se adquieren, a través de la escucha, múltiples conocimientos. En la actualidad en que muchas de las clases, en todos los niveles, se transmiten mediante la utilización de videoclases, videoconferencias o con el apoyo de los programas audiovisuales, el desarrollo de la habilidad escuchar en los/las estudiantes resulta de fundamental importancia. La profesora chilena Cecilia Beuchat señala: Escuchar incluye, además de oír, la capacidad de recibir y responder al estímulo físico y de utilizar la información captada a través del canal auditivo. En tal sentido la escucha podría definirse como el proceso por el cual el lenguaje hablado se convierte en significado en la mente del receptor. Estudios realizados han constatado que, de las habilidades comunicativas, la que más se practica es la de escuchar, pero contradictoriamente en la escuela no se ejercita suficientemente. La habilidad de saber escuchar es un indicador de gran valor en el comportamiento de un buen comunicador.

Problema

Luego de realizada la Evaluación diagnóstica del grupo y al observar cómo se desarrolla el acto comunicativo oral en el mismo, se puede constatar que no han desarrollado las destrezas necesarias para el desarrollo correcto del acto del habla. Esta situación se da en casi un 70 % de los/las estudiantes.

Generalmente se expresan sin escucharse, superponen sus opiniones a las de los demás expresándose en un tono más alto e incluso repitiendo temas de diálogo por la misma razón de no escucharse. El grupo no emplea una escucha activa ya que tampoco se interpretan las consignas propuestas por los/las docentes, a veces no se entienden o los/las estudiantes actúan por impulso. Las situaciones se dan en el aula, en el patio, en las clases de Educación Física y también en la clase de inglés virtual. Es por esta razón que se piensa y proyecta una serie de actividades que posibiliten el espacio institucional necesario para favorecer el desarrollo de estas estrategias comunicativas.

Objetivo general

• Propiciar el fortalecimiento individual y colectivo sobre la valoración de la habilidad comunicativa de la escucha en el aprendizaje de los/las estudiantes.

Objetivos específicos

• Favorecer el empleo de la escucha activa como promotora de buenas relaciones interpersonales. • Promover la implementación de estrategias que mejoren la escucha en el aprendizaje. • Fomentar un ambiente de aprendizaje que promueva la escucha como expresión y habilidad comunicativa.

Marco teórico

El acto de “escuchar” es muchas veces confundido con el acto de “oír”. Es por ello que se cree necesario comenzar con la distinción de ambas, para poder luego ahondar en el concepto que nos llevará a la puesta en práctica de estrategias para mejorar resultados en las distintas clases. Oír se incluye en el territorio fisiológico y conlleva simplemente percibir un sonido. Se dice que es un procedimiento pasivo, ya que no es necesario realizar ningún esfuerzo físico ni mental. En contraste, escuchar implica la realización de un esfuerzo físico y mental, el cual pertenece al orden

interpretativo del lenguaje, ya que implica comprender, decodificar y codificar la lengua para darle significado al sonido. Se dice que es un procedimiento activo, porque podemos dejar de escuchar cuando queramos. En síntesis, oír es parte de la escucha activa, con el condimento adicional y principal de interpretar el mensaje que se nos transmite.

Saber escuchar, realizando la distinción con el término más general “escuchar”, significa dirigir la atención hacia las palabras del otro, tratando de lograr una percepción exacta de la palabra hablada y extraer lo esencial del mensaje oído y no hacer juicios anticipados, sin haber comprendido cabalmente la información brindada por el interlocutor. Por eso es necesario dejar que los demás hablen y den su mensaje de manera completa. Al desarrollarse los tres componentes más importantes de la escucha activa orientación auditiva, técnicas de reflexión, y la capacidad de preguntar y problematizar situaciones, se estará frente a grandes oportunidades para maximizar el efecto y productividad de la escucha activa. La escucha activa es una habilidad que puede ser adquirida y desarrollada con práctica, sin embargo, puede ser difícil de manejarla de manera integral, y para ello se requiere paciencia y tiempo. Es un deber del docente contribuir a que sus estudiantes practiquen la escucha activa, para lograrlo es una necesidad enseñarles a escuchar partiendo del ejemplo personal como modelo de comunicador eficiente que posee un dominio pleno de su lengua y las habilidades comunicativas, proponer actividades que favorezcan el aprendizaje adecuado para desarrollar la habilidad de escuchar y que esta se convierta en un hábito. Durante la clase es imprescindible la motivación constante para lograr una plena atención, que se propicie el diálogo profesoralumno y entre los propios estudiantes, favoreciendo la participación de todos; debe habituarse a mantenerse en silencio cuando los otros hablan, a no interrumpir, a solicitar la palabra y esperar su turno para expresarse, a mostrar atención e interés hacia lo que dicen los demás.

La escucha activa implica que el que escucha está tratando de comprender al que habla, requiere captar la idea central, hacer preguntas para cerciorarse de haber entendido lo que ha querido decir el interlocutor.

Es necesario también tener presente que en la comunicación tan importante como lo que se dice es cómo se dice y tomar en cuenta la comunicación no verbal. El educador ha de ser cuidadoso de su expresión no verbal, la que debe ser coherente con su discurso verbal; mirar de frente a sus estudiantes cuando se dirige a ellos, hablarles en un tono de voz adecuado, cuidar la entonación, los gestos y la mímica facial; observar sus rostros para apreciar si comprenden lo que se les comunica, escucharlos atentamente, tratar de percibir sus sentimientos, inquietudes, aunque no los expresen abiertamente; apreciar sus gestos, sus posturas, si denotan insatisfacción, cansancio, aburrimiento, o si está despertando en ellos interés, agrado, y puede continuar la comunicación.

Escucha activa: estrategias

Hay estrategias que deben implementarse entre docentes, como “modelos” a seguir para los/las estudiantes, y otras que implican al docente y al alumno, en el plano institucional:

Entre docentes:

• Conocer a nuestros estudiantes y dejar espacio para que ellos nos conozcan: Los niños y las niñas escuchan más cuando se establece una relación empática. • Hablar menos o callar para poder escuchar: Lecciones magistrales

breves, entre una explicación y otra debe haber tiempo para el diálogo en grupos, en duplas, la discusión o el intercambio. Escuchar a otros compañeros docentes: dar tiempo para que compartan y dialoguen con los niños y las niñas y entre sí (paralela, docente de inglés, secretaria, directora, Prof. Educación Física, docente del año anterior). Buscar que los/las estudiantes sean responsables de su propia escucha: debemos darles razones convincentes a los/las estudiantes para que nos escuchen con atención. Preguntar siempre: preguntas capaces de promover la reflexión; ellas son las propician los aprendizajes. Ser modelo de buen oyente: practicar la escucha activa cuando los/las estudiantes se expresan. Dar un tiempo para que comprueben lo que han entendido: dejar un tiempo para el intercambio entre los/las estudiantes para que entiendan lo explicado por el docente. Evitar la monotonía: el docente debe tratar de no hablar por mucho tiempo, es mejor buscar otras estrategias y recursos. Escuchar “con los ojos”: observar las congruencias e incongruencias entre su lenguaje verbal y corporal.

Entre docentes y estudiantes:

• Buscar que los/las estudiantes sean responsables de su propia escucha. • Usar diferentes patrones de interacción (grupos, pares, etc.). • Usar lenguaje corporal como gestos, mímica, y expresiones faciales, como así también elementos que nos ayuden a dar nuestro mensaje (“realia”). • Usar consignas, explicaciones e instrucciones sencillas y claras. • Usar de manera graduada nuestra habla. Disponer de los bancos de manera apropiada o efectiva. Mostrar tolerancia y flexibilidad. Respetar turnos para hablar y generar silencio consciente para escuchar al otro. Dar tiempo para interpretar, formular y expresar opiniones y respuestas. Proveer de modelos y ejemplos. Establecer rutinas sencillas.

Si bien muchos de los componentes de la escucha activa se manifiestan por igual en clases cara a cara como en clases remotas, en estas últimas, se conjugan una serie de estrategias que resultan imprescindibles para dar espacio a la presentación, experimentación, práctica y comunicación en la lengua extranjera. Por ejemplo, el TTT (Teacher Talking Time), tiempo que pasa el docente hablando, tiene que ser juicioso. Si se tiende a abusar de este aspecto, el cual no deja de ser fundamental en clase, la clase puede volverse monótona y la no participación del alumno termina desencadenando en su desconcentración, aburrimiento y poco aprendizaje. Por otro lado, si se realiza demasiado hincapié en el docente y su discurso (teacher-centered teaching), le estamos quitando a los/las estudiantes la posibilidad de investigar y descubrir cosas por sí mismo. Esto no se logra de otro modo que, indagando, incentivando a los niños y niñas a pensar y alimentando su espíritu crítico. A su vez, los/las docentes tienden a focalizarse en explicaciones basadas en la gramática, parte de su propio aprendizaje, lo cual desemboca en confusión y dificultad para poder seguir lo que se propone. Asimismo, si el docente es el que inicia el tópico, asigna cuándo y cómo participar, limita las oportunidades de los/las estudiantes a expresarse. El control constante y dominante desencadenará falta de autonomía y responsabilidad por parte del alumno sobre su propio aprendizaje. Hay múltiples estrategias para reducir el tiempo que el docente habla la clase remota, y una de las más comunes es el uso de diferentes patrones de interacción como

trabajo en grupo y en duplas. También se le puede pedir a los/las estudiantes que nominen unos a otros, dándoles la responsabilidad de estar atentos a lo que sucede en la clase. Por otro lado, el docente debe, en vez de ser el proveedor de toda explicación, incentivar a los niños y niñas a pensar, debe proponer preguntas y situaciones que provoquen el pensamiento reflexivo y crítico en los niños y las niñas. Otro componente importante, y que suele destacarse en clases por videoconferencia, es el uso de lenguaje corporal como gestos, mímica, y expresiones faciales. Muchas veces, este tipo de lenguaje puede explicar más de lo que pensamos. Lo mismo sucede con el uso de imágenes, sonidos, videos y objetos (realia). Siendo las clases cara a cara o remotas, lo importante es realizar un uso equilibrado de todas las herramientas, y de nuestro discurso, leyendo entre líneas, qué recursos pueden ser más eficaces con determinados grupos y cuales no resultan tan bien. El docente debe entrenar su “ojo crítico”, su ojo de educador, y evaluar qué cambios son necesarios para sus estudiantes. Por último, es crucial que el docente les dé tiempo a los/las estudiantes. Tiempo para procesar, para reflexionar y arrojar una respuesta, este no debe agregar más información y sobre explicar conceptos, lo que a veces los niños y las niñas necesitan es tiempo para pensar.

Escucha activa: sus beneficios

Desde un punto de vista más generalista, la escucha de manera activa entraña numerosos beneficios. Cuando un docente toma conciencia de la importancia de esta habilidad y decide ponerla en marcha en su clase, los resultados positivos y beneficios comienzan a verse desde temprano, entre ellos: • Permite al profesor entender y conocer qué pasa por la cabeza del niño en una situación determinada y cómo está entendiendo en ese momento la realidad que está viviendo, que frecuentemente no coincide con lo que los adultos interpretamos. El/La niño/a siente seguridad en ese docente que lo escucha de verdad, ante el que poco a poco se irá abriendo y mostrándose tal y como es, pues entiende que no se le censura ni se le coarta su libertad de expresión. Posibilita al profesor conocer realmente a la persona que tiene delante: cómo es ese niño con el que trabaja y convive día tras día, sus inquietudes, sus miedos, sus preocupaciones, sus motivaciones, sus intereses curriculares. Supone un ejemplo beneficioso para el resto de personas que en el aula observan ese acto de escucha activa pues se está ensalzando un aspecto fundamental en la comunicación humana: el respeto. Además, se transmite implícitamente para el resto de estudiantes el mensaje de que escuchar al otro es fundamental para avanzar. Es frecuente que en un ambiente donde los/las docentes despliegan su capacidad de escuchar activamente y comunicarse de forma respetuosa y libre de juicio, los niños y las niñas comiencen a desarrollar también esta habilidad de manera natural. Por ejemplo, es habitual que en aulas multigrado los mayores se agachen para ponerse a la altura visual de los/las estudiantes cuando les hablan. Da al adulto la oportunidad de poner límites de manera calmada, serena, y ejercer la autoridad, que no el autoritarismo, al tiempo que se muestra abierto a las reacciones de los/las estudiantes y su posible desacuerdo.

Evaluación

Se cree en el hecho de que evaluar la oralidad y su empleo en el aula son tareas complejas. El aspecto a trabajar y mejorar que se propone en este proyecto no es ajeno a esta situación. Lo que sucede a diario con la oralidad de los/las estudiantes no resulta

fácil de medir, por esta razón en este proyecto se emplearán actividades, técnicas e instrumentos de observación, como la lista de control, que nos permitirá una evaluación eficaz y lo más válida posible. Como se vio anteriormente se realizó una evaluación diagnóstica de situación y se continúa con evaluaciones de desarrollo durante el correr del año lectivo.

La lista de control es un instrumento que permite evaluar a los/las estudiantes a través de la observación y seguimiento. Combina evaluación de procesos y evaluación de productos finales. Ella indica si una determinada característica o comportamiento, importante de observar, está presente o no. Como instrumento de observación incluye un conjunto de afirmaciones, ya sea características que se deben observar en el objeto o proceso, o bien un comportamiento cuya presencia o ausencia se desea verificar en la actuación o desempeño de los/las estudiantes. Es así que se preparan listas de control individuales y grupal (a modo de resumen) con la finalidad de marcar avances o no. Las mismas se emplean en tres instancias repartidas en el año lectivo.

Nuestros avances

Los porcentajes están basados en la totalidad de estudiantes que forman parte de 6to año, es decir, 19 estudiantes = 100%. Como se puede apreciar, desde la evaluación diagnóstica hasta la semestral, el incremento en el uso y desarrollo las distintas habilidades comunicativas fueron significativos. Lo mismo puede apreciarse desde la evaluación semestral hasta la final, en donde inclusive, si se comparan resultados entre el diagnóstico y la evaluación semestral, y esta última con la final, el porcentaje de mejoras fue hasta mayor.

Categorías / Períodos de evaluación

Escucha con atención respetando turnos y sin interrumpir. Escucha, comprende, aplica y responde a consignas con pertinencia. Formula preguntas pertinentes vinculadas al tema planteado.

Presenta actitud crítica frente a lo escuchado o leído.

Demuestra atención y apertura a los argumentos de sus compañeros y docentes. Evaluación diagnóstica (abril) 30% Evaluación semestral (agosto) 55%

25% 48%

25%

20%

25% 40%

40%

50% Evaluación final (noviembre) 80%

75%

82%

76%

80%

Conclusión

Escuchar activamente, a diferencia de escuchar, pone el acento en las relaciones interpersonales. Se trata de escuchar, leer los gestos del otro, interpretar, codificar y decodificar el lenguaje. Es en el ámbito educativo primario en donde la experiencia se lleva a cabo, a raíz de un diagnóstico que arrojó situaciones de falta de comunicación e interpretación de mensajes. A través de este trabajo de campo, se investigó acerca de la escucha activa, sus beneficios y estrategias, y se implementaron en clases con el fin de mejorar las relaciones escolares. Si bien el proceso es gradual, se han observado cambios positivos en los/las estudiantes a la hora de escuchar a sus

docentes o pares, respetar turnos, utilizar el pensamiento crítico y demostrar atención y apertura a los argumentos expresados por otros.

Creemos que es de suma importancia trabajar de manera colaborativa, estableciendo ciertas rutinas, para que las estrategias tengan poco a poco efecto. Se espera continuar con el proyecto de investigación con nuevos grupos escolares.

Referencias bibliográficas

Avedaño, F (2007). El desarrollo de la lengua oral en el aula: estrategias para enseñar a escuchar y hablar. Beuchat, C. (1989). Escuchar: el punto de partida, en la revista Lectura y vida, Argentina. Casanova, M. (2007). Evaluación: concepto, tipología y objetivos. Capítulo 3 de: Manual de evaluación educativa. Madrid: La Muralla.

Chancellor, J (2017). The Techniques and Benefits of Active Listening. Disponible en https://pairedlife.com/etiquette/What-isactive-listening--How-can-you-become-amore-active-listener

Muñoz, E. (2010). Talleres para la construcción de instrumentos evaluativos en educación. Capítulos 3-5 Santiago: Bibliográfica Internacional. Rodríguez Luna, M. E. (2000) Talleres para el desarrollo de la oralidad. Revista ‘Didáctica XXI’ Asociación Mexicana de Profesores de Lengua y Literatura, Época I, n 3, agosto. Schooltivity (2018). Los beneficios de la escucha activa en el aula. Disponible en http://schooltivity.com/los-beneficios-de-laescucha-activa-en-el-aula/ Tello, M (2016). Ideas para fomentar la escucha activa en el aula. Disponible en https://www.panorama.com.ve/pitoquito/Id eas-para-fomentar-la-escucha-activa-en-elaula-20161010-0049.html

Información de contacto

Juan Manuel Mesquita juanmanuel.mesquita@gmail.com Florencia Ramos Florencia.Ramos@britishcouncil.org

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