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3.14. El Asesinato del Presidente Castillo Armas

EL ASESINATO DEL PRESIDENTE CASTILLO ARMAS

El gobierno liberacionista terminó súbitamente, cuando el 26 de julio de 1957 se produjo el asesinato del presidente en el interior de la Casa Presidencial en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala. Aquel día, Castillo Armas publicó su último acuerdo, por el que reorganizó las categorías de las municipalidades de la República,2 y posteriormente tuvo una reunión con empresarios. He aquí como lo relata Marta Sandoval en su artículo «Tres Disparos en una noche lluviosa» lo que ocurrió después:

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Esa misma noche la Comisión Permanente del Congreso de la República convocó a sesiones extraordinarias de Legislativo, el que al día siguiente que emitió los decretos 1191 y 1192, por medio de los que llamó al licenciado Luis Arturo González López – un liberacionista radical – a hacerse cargo de la presidencia interina, convocó a elecciones presidenciales y estableció el estado de sitio.4

Como primer acto oficial, el presidente interino decretó nueve días de duelo nacional por la muerte del presidente, utilizando la propaganda anti-comunista que caracterizó a los regímenes liberacionistas

El Presidente de la República interino,

Considerando: que es motivo de pesar nacional el trágico fallecimiento del coronel Carlos Castillo Armas, por cuanto Guatemala pierda al mejor paladín de su liberación y al ciudadano que con el único propósito de implantar en el país el sistema democrático, puso su vida al servicio de la Patria y cayó como un mártir en aras de sus ideales.

A tan insigne patriota, la Nación le debe su eterno reconocimiento, y como un homenaje póstumo al Héroe Nacional, le es imperativo manifestarle la más pura expresión de dolor;

Por tanto, en Consejo de Ministros, acuerda:

1. Declarar Duelo Nacional por el término de nueve días a partir de hoy, con suspensión de labores de todas las oficinas públicas, los días 27, 28, 29 y 30 del mes en curso, por el sentido fallecimiento del coronel Carlos Castillo Armas.

2. Que el cadáver permanezca en Capilla Ardiente en el Salón de Recepciones del Palacio Nacional, durante los días 27, 28 y 29.

3. Que los Ministros de Gobernación, Defensa Nacional y Relaciones Exteriores, se encarguen de los respectivos funerales, de conformidad con los honores que corresponden a su alto rango.

A partir de aquí empieza la incertidumbre sobre el crimen. La primera versión oficial indicaba que después de matar a Castillo Armas, el soldado Vásquez Sánchez corrió escaleras arriba pero que al verse acorralado descansó la barbilla sobre el cañón y se disparó. En su cráneo encontraron una bala idéntica a la usada para matar al presidente y en su casillero un diario con 23 páginas en las que hablaba de sus planes que, inspirados en el comunismo, lograrían que el Dr. Juan José Arévalo regresara al poder al morir Castillo Armas.1

Como era de esperarse, la opinión pública no quedó conforme con esa versión, y el gobierno tuvo que convocar a la prensa para mostrarles la letra de unas cartas que proporcionó la madre del sargento Vásquez y donde se constataba que era igual a la del diario. Pero lo que no terminó de convencer fue que un soldado con muy poca instrucción pudiera escribir frases como «sois chacales buscando un cadáver que roer «. Y, finalmente, la longitud del fusil del soldado Vásquez era más larga que sus extremidades superiores, de forma que para poder haberse suicidado se tendría que haber quitado la bota para poder dispararse y luego volvérsela a poner para que lo encontraran en la condición en que lo hicieron

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