Jordania 2018

La empatía Aprender de lo diferente Cuando en la maleta se empaqueta una dosis de querer entender lo diferente, todo sale bien.

Cuando se mira con ojos nuevos, evitando las ideas preconcebidas y los tópicos, todo es más bello.

Al margen de las connotaciones religiosas que no hay por qué compartir, se puede intentar entender el velo como un elemento cultural y por qué no estético.

Si el fondo de la escena aumenta la belleza de la composición, estas dos mujeres resultan aún más enigmáticas.

La mirada

Cuando miramos, nuestros ojos dicen mucho de si nuestra mirada es de observación, de aprobación, de duda, de amor, de simpatía…

Su mirada parece decir que está de acuerdo con la explicación sobre el proceso de fabricación de los jabones. No hay duda, es fundamental el uso del aceite de oliva en su composición.

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Empoderada

Empoderada para hablar en público, para cuestionar y preguntar.

Aunque algunos sigan pensando que “nos ponen en determinados puestos”, se equivocan.

Nadie nos pone porque no es necesario. Nos sabemos poner solas. Da igual el país, el sector, la religión, la condición…

Y tampoco van a ser ellos los que nos quiten.

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Las riendas

Lleva las riendas de su vida. No le van a decir qué camino tomar.

En este caso, el camino es claro hacia el Tesoro, pero incluso cuando el camino se bifurca, su capacidad de decisión no requiere que nadie le dé indicaciones, si esas indicaciones se dan desde una posición de falsa superioridad.

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Paso firme El viento mueve su vestido. Pero sigue caminando, con paso firme porque tiene unas metas claras.

Sea el viento racheado, haya un vendaval o se acerque un huracรกn, va a seguir caminando. Le da igual lo que piensen los demรกs.

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El selfie

Ya no necesita a nadie que le haga una foto. Se la hace ella sola.

Tampoco necesita que nadie la lleve, que nadie la proteja, que nadie le diga lo que tiene que hacer. Lo que necesita es que los hombres aprendan a no atacar para que otros hombres no piensen que la tienen que proteger. Y despuĂŠs va y se hace un selfie.

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Me visto como me da la gana

Tiene estilo. El color y el corte del vestido mola. El paĂąuelo es chulo. Las gafas de sol son top.

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El tesoro

Siempre aparece la recompensa al final del camino. Celebra la llegada con una sonrisa Todo a su alrededor se mimetiza con el fondo y solo se aprecia una bonita manta de colores y su gesto de alegrĂ­a por haberlo conseguido.

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El gran templo

Solo quedan algunos órdenes corintios y la huella del templo para recordar el pasado.

De la misma manera, aún quedan beduinas que vuelven a la que fuera su ciudad para así recordar que ellas también formaban parte de ese escenario. Es imposible saber cuántos años llevan allí vendiendo monedas y cuantas horas caminan para llegar cada día a su destino.

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El Siq

La foto celebra que la higuera ha sido capaz de florecer en un ambiente hostil.

Ella es feliz y libre de ponerse los pantalones que le apetece. Posa sonriente frente a la higuera con su doble paĂąuelo y sus cordones rosas.

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Viaje de amigas

Paseamos por la ciudad perdida. Somos felices de que alguien la recuperara para asombro de la humanidad.

Somos amigas y disfrutamos de la vida.

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Mar Muerto

Observando un paisaje singular. Hablando de la belleza que rodea este momento. Sintiendo la luz de la mañana. Estamos vivas y cada día puede ser una nueva aventura.

Si deseamos o no trabajar, si queremos ser madres, si nos apetece tener novio o tener mil amigos, si nos gusta desayunar cereales o huevos fritos…todo eso lo podemos decidir cada día porque estamos vivas. Y no nos apetece que nadie decida por nuestras vidas que son únicas e individuales. No somos de nadie ni nadie nos pertenece.

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Wadi Rum

El regalo que nos hacen los países musulmanes son los viernes...Nos regalan unas horas en el desierto. No es Marte. Está en la tierra y es la expresión máxima de una belleza roja sublime.

Quiero ser nómada y sorprenderme de la belleza que nos rodea.

Y quiero conservar el regalo de la empatía que nos ayuda a entender que todas somos distintas, pero hay algo muy poderoso que nos une: nuestro género…Quiero aprender a ponerme en la piel de la que se pone el velo porque le apetece, de la que decide libremente… pero quiero poder pensar que ninguna cultura ni ninguna religión la obligará a tomar decisiones indeseadas.

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Special thanks to Me encanta colar en el texto a aquellos compaĂąeros, amigos y familiares que, con su frescura y simpatĂ­a, hacen que mole seguir siendo feminista.

AquĂ­ va el beduino bieloruso.

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Yolanda Mayo 2018

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