No. 6•ABRIL - 2011
Podría decirse que de entre todos los valores hay uno que es el más importante, del cual emanan todos los demás, este es el amor. El amor es mucho más que un sentimiento. Si fuese sólo eso sería muy inestable y no podría mover el espíritu humano para hacer cosas maravillosas y trascendentes. El amor no es sólo un acto del corazón, es un acto de la mente, requiere de la razón, pues sólo con compromiso puede existir. El amor para existir, no puede estar condicionado. Es un regalo no un intercambio. Por eso nos es difícil experimentarlo realmente, pues hemos aprendido que todo en la vida tiene un precio que se debe pagar. Desde niños hemos aprendido que las cosas se negocian, “tú me das y yo te doy”. Caminamos por la vida preguntándonos siempre ¿qué obtengo yo a cambio de esto? Por eso cuando experimentamos el amor, creemos que funciona igual que todo lo demás y que en la medida en que hagamos lo necesario para agradar a los demás, obtendremos algo de amor de ellos, o que nosotros brindaremos nuestro amor a aquellos que hagan lo necesario por obtenerlo. Pero así no funciona el amor, el verdadero amor. En el amor la satisfacción está en el dar, no en el recibir, por eso es un regalo. No se espera nada a cambio. Esto no es nada sencillo, requiere de una verdadera convicción, y como dije antes de compromiso. Uno se dispone a amar a alguien y día a día renueva su compromiso de brindarle su amor incondicional. El Movimiento Scout promueve el amor invitando a todo scout a ser amigo de todos y hermano de todo scout. El motor de la amistad es el amor, por ello la amistad también es incondicional. La Ley Scout no habla de ser amigo de sus amigos, sino de todos y en ello hay un gran desafío. Ser amigo de todos requiere de saber expresar amor a todos, aun a aquellos que nos dañan, a aquellos que hablan a espaldas nuestras, que nos engañan, que frente a nosotros sonríen pero al volver la espalda nos atacan. Cierto es que no es nada fácil mantener una relación de confianza con aquellos que actúan así, sin embargo podemos expresar nuestro amor evitando caer en su mismo juego, es decir evitando hablar mal de ellos o levantándoles falsos. De esa manera aprenderemos a ser amigos de todos y mejor aun a amar a todos cuantos nos rodean de manera incondicional, tal y como lo hace Dios con nosotros. Ser hermano de todo scout requiere de un gran compromiso y de entender que eso es también un acto de amor. Los llamamos hermanos porque son más que amigos, porque comparten nuestros ideales y nuestro anhelo de Construir Un Mundo Mejor. Decidamos hoy comenzar a aprender a amar, brindémonos sin condición alguna, demos mucho, como decía Teresa de Calcuta, hasta que duela. Siempre listo para servir Raúl Sánchez Vaca Director Regional Oficina Scout Mundial Región Interamericana
O. SUB . UMBRA . FLORE