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“Sentirme intocable me llevó a laS adiccioneS”
Responsable de exitosas telenovelas, Juan OsOriO revela la fórmula que finalmente lo encaminó al éxito
nos conocemos desde hace 35 años, cuando debutó como productor ejecutivo de telenovelas con ElpadreGallo(1986). Así las cosas, charlar con Juan Osorio es “netearnos” sin tapujos ni escondites.
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“cada proYecto es un nuevo reto” no sabes cuánto me emociona entrar a televisa san Ángel. ¿sigue siendo la fábrica de estrellas? ¿sigue siendo un lugar mágico?
Es un lugar para soñar, para fantasear y también para darle rienda suelta a tu imaginación. Siempre he dicho que, cuando entras a un foro, a diseño de imagen, a escenografía, a la misma oficina, luego luego te cambia el estado emocional. A mí no se me olvida cuando pisé por primera vez la entrada de Televicentro y los mosaicos negros, con las firmas de los famosos en dorado… Me parecía que no debía de pisar esos nombres.
¿Qué edad tenías?
Catorce años… Yo digo que hay dos épocas de la televisión: antes de la fusión y después de la fusión; hay dos espíritus diferentes, dos liderazgos. A nosotros, que hemos estado tantos años acá, nos invade una nostalgia tremenda. Hoy en día, con esta modernidad, tecnología y nuevos implementos para producir, también te emociona, porque son retos. Claro, se tiene que contar la historia de diferente manera, porque estás en competencia y no. Siempre he creído que la telenovela no compite con las series ni con las plataformas; es un género único, exclusivo y quién más que Televisa para hacerla… La telenovela es un producto de consumo tradicional en la familia que ha creado hábitos; es decir, está la señora que ve su novela por las tardes y es como un alimento, son historias que te deben conectar. Además, hoy en día tenemos la obligación de sumar a las nuevas generaciones. Recuerdo que el señor Azcárraga Milmo decía: “Ya tenemos estas estrellas, ya son nuestros protagonistas; hay que preocuparnos por las que vienen a suplirlas”. Y es exactamente el mismo fenómeno con la audiencia: ya hay un público cautivvo y hay que preocuparse por los que vienen.
¿cómo le haces? ¿te metes a estudiar el comportamiento de la gente? ¿o es más intuitivo?, porque llevas años haciendo esto. pareciera que ya te la sabes. No, para nada. Cada proyecto es un nuevo reto, y a esto se suma la intuición, pero también debes rodearte de personas con la experiencia, y sobre todo, integrar sangre nueva, siempre hay que tomar en cuenta a los jóvenes, sean actores, escritores, técnicos… Para sumar sangre nueva se necesitan madurez y humildad principalmente. Tu servidor ha pasado por etapas difíciles de salud, difíciles profesionalmente y difíciles de familia; sin embargo, nada te puede derrumbar… Hace unos días falleció mi hermana, y tenía miedo con mi mamá, porque pensé: “¿Cómo va a reaccionar ante tal noticia?”, y me sor-
Quería ser actor; por fortuna, me fui por otro camino”
proFesional. Se involucra al 100 en cada trabajo, como si se tratara del primero de su carrera.
prende la señora de 81 años, diciéndome: “Me duele mucho. Estoy muy triste, pero la vida continúa y tenemos que seguir adelante. ¿Fuiste la persona que correspondía al amor de tu hermana? ¿Sí? Entonces no tienes nada de qué sentirte mal. Yo me siento bien porque he sido una buena madre”. Son experiencias que también nutren tu carrera profesional.
“Mi adicciÓn Fue FuertÍsiMa; nunca pensÉ Que tendrÍa la FortaleZa para salir” Has pasado tormentas, muchas… ¡Imagínate! Dos situaciones difíciles me han marcado: mi adicción fue fuertísima, nunca pensé que tendría la fortaleza para salir; y la segunda: la muerte de mi hijo Juan. Nunca pensé que un acontecimiento de esa índole te devastara, te dejara tan mal, porque no lo tienes planeado. Te pega, te sacude… Sin embargo, también te fortalece porque empiezas a ver la vida de otra manera y cómo vas evolucionando. Eso también tiene que estar en mi carrera profesional: saber que aquí estoy de paso y que el día de mañana no voy a estar. Antes no pensaba así, me sentía intocable, y eso es lo que me arrastró a mi adicción, perdí el piso. La oportunidad de productor me llegó a muy temprana edad y no supe cómo manejarlo. Luego tienes una entrevista, la gente empieza a reconocerte... Eso todavía ayudó más a desubicarme.
te convertiste en una figura mediática muy rápido...
Mi primera entrevista me la hizo Alberto Catani, un reportero de El Heraldo de México. Yo era un chavito que se colaba en los pasillos tratando de aprender este oficio, jalando cables, llevando café, porque tenía esa hambre de hacer y llegar a donde yo soñaba. Yo quería ser actor, pero afortunadamente me fui por otro camino. Ese tipo de situaciones me fueron inflando, y llegó un momento en el que no tuve con- dato curioso Su primer crédito en pantalla fue como jefe de producción en la telenovela Donde termina el camino.
30 telenovelas producidas De 1986 a la fecha: la más reciente La herencia (2022).

DATO cuRIOSO trol de mí mismo. La adicción es el tropiezo más grande que tuve en mi vida dentro de la carrera.
También ha producido obras de teatro; una de las más exitosas: Aventurera.
Porque no nos prepararon para el éxito… Todo el mundo me decía: “El grupo, las terapias, tu padrino”... Renuncié a todo eso y me dije: “¡Voy a salir!”. ¿Sabes por qué? Si seguía en eso, me iba a morir. Sé que un día sucederá, pero no quiero que los doctores le digan a mi hija: “Tu padre consumía”, y yo tratando de decirle: “No, yo estoy bien”. Me pareció una falta de ética y de responsabilidad con mis hijos, de vergüenza que yo, después de muerto, les dejara ese peso y ese dolor. Eso es lo que, hoy por hoy, me sostiene sobrio. Y otra: no le voy a dar gusto a quienes creyeron que me verían derrotado. Cuando salí de la empresa, porque me pidieron que me retirara para resolver mi adicción, sentí el guamazo, sentí que el mundo se me acababa…
Llevas toda tu vida en este mundo… ¿Quién fue la primera figura que te encontraste?
Ofelia Medina; hacía Lucía Sombra, con Raúl Ra mírez, Betty Sheridan y Jorge del Campo. Luego me fui al foro donde grababan Elamortienecarademujer, y vi a Lucy Gallardo, a Anel, a Irán Eory… La primera versión, dirigida por Fernando Wagner y una actriz preciosa que dije: “¡Es un ángel!”: Irma Lozano.

“cuANDO DEScuBRÍ LA MAGIA DE LA TELEVISIÓN, ¡SENTÍ QuE VOLABA!”
¿Qué sentiste? ¿cuál fue el impacto de ver la magia que ya veías en la tele?
Sentí que volaba, como la primera vez que supe que llegaban Los Reyes Magos. Sentí también que había llegado a un reto que me había puesto: entrar a un estudio de televisión. Así fui conociendo a muchos famosos: Raphael. Yo hice su telenovela (Donde termina el camino, con el señor Antulio Jiménez Pons).
Tus novelas son un éxito…
Vas aprendiendo… Pero me emocioné aún más cuando conocí a Yolanda Vargas Dulché, porque de niño leía Rarotonga,Lahistoriadelcanalla,MemínPinguín…Cuando la vi, pensé: “¡Dios mío, cómo le hace para que en su cerebro haya tanta imaginación!”. Siempre me puse los retos del cuate que iluminaba, del cuate que dirigía cámaras, el que musicalizaba, el que dirigía cámaras...
¿cómo empiezas a armar ese gran rompecabezas?
3 PREMIOS TVYNOVELAS
Ha conquistado por La casa al final de la calle (1990), Mi segunda madre (1990) y Mi corazón es tuyo (2015).
Cuando te dan la oportunidad de producir tu primer proyecto. Lo primero que implementé fueron los programas Fantástico animal y Lo increíble… Tuve que respetar mucho y admirar a don Félix Cortés Camarillo y a doña Virginia Sendel Lemaitre. Ellos lideraban este proyecto; por lo tanto, te exigían mucho.
Hablamos de figuras, pero hoy tú eres la figura, el master de la producción, eres un referente a nivel mundial de la telenovela. ¿Soñabas con esto?
No, yo quería trabajar. La primera vez que armé un break para grabar, trabajé toda una noche… No existía nada de la tecnología, de los celulares... ¡nada! Era el break de una serie de Silvia Pinal llamada AhoraSilvia, producida por Guillermo Diazayas y dirigida por Raúl Araiza; lo armé cortando y pegando los papelitos de cada escena. Recuerdo haber usado el piso y hacer mi sábana larga-larga; pegaba los papelitos con cinta adhesiva… Esos procesos son los que me han dado seguridad… Trato siempre de dejar al productor en la oficina, llegar a la casa y prepararme un sándwich, colgar un cuadro, agarrar el trapeador y limpiar donde está sucio... Soy muy hogareño. Aunque tengas a la gente, es padre hacerlo tú. Limpiar mi coche me aterriza, me tomo un té, me siento en la silla y hago catarsis: “A ver, Juan; cálmate; el éxito o la novela que funcionó no es tuyo, es de todo un equipo de producción. Y estés tú o no estés, iba a ser un éxito”.

“ESTOY FELIZ cON MI PAREJA; LA VOY A cuIDAR EL RESTO DE MI VIDA”
¿Ves las telenovelas de tus compañeros?
Sí, por supuesto. Tengo que hacerlo; de lo contrario, te puedes empatar, copiar un personaje, y ya al aire no hay manera de rectificar, de corregir. Todo el tiempo te estás retando…
¿Son importantes los premios?
No. Los premios más importantes son el reconocimiento del público y el de la empresa donde trabajas. Los premios son un adorno, un aderezo. El rating siempre es discutible.
Si tuvieras la oportunidad de regresar y ver al Juan Osorio, de 14 años, entrando a Televicentro, ¿qué le dirías? Que siga adelante y se trace el mismo camino, que no cambie nada de su trayectoria, ni siquiera el tropiezo de la adicción; gracias a eso, soy un hombre diferente, más responsable, con más conciencia y mayor madurez. Disfruto las cosas importantes de mi vida, como mi familia, mis amigos y el amor de mi vida. He sido un hombre que ha intentado formar una familia; he tenido relaciones con varias mujeres, y siempre he llegado a la conclusión de que soy yo el que no embonaba por mis acciones, comportamiento, carácter y trabajo. ¡Hoy, qué chistoso! Encuentro a una mujer mucho más joven que yo, pero con una madurez... La amo, la respeto y trato de no darle motivos para que se ponga mal: la llevo padrísimo. Me demuestra su cariño, su amor de una manera muy especial.

¿Más enamorado que nunca?
Sí. Con respeto a las personas con quienes tuve una relación, me urgía tener una compañera. Hoy ya no me urge, estoy feliz con mi pareja y la voy a cuidar el resto de mi vida.