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Diez ejercicios para mejorar la lectura rápida
Diez ejercicios para mejorar la lectura rápida.
1. Lee un poco todos los días
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Una de las cosas que ayuda notablemente a todos los niños y adultos que necesitan agilizar la velocidad de su lectura es la práctica de un poco de lectura diaria. Es indistinto si la persona lee las instrucciones de un juego en línea, una carta, el manual de instrucciones de un juego, etc., lo importante es que adquiera el hábito de la lectura. En este sentido es recomendable que el niño lea algo que le agrade, así que es indistinto lo que lea, siempre y cuando ese texto se encuentre en su idioma y no se mezclen palabras en otro idioma, pues podría confundirlo. También debe evitar los textos que tengan números y, preferentemente, escoger textos escritos en prosa.
2. Escoge lecturas en letra de imprenta.
La letra en imprenta es más comprensible para los niños que están iniciando su lectura y para aquellos que tienen alguna dificultad.
3. Utiliza una regla
Muchos niños son lentos para leer porque no logran distinguir las letras con claridad. Aunque en este punto es recomendable que la evaluación la realice un psicopedagogo; se puede colocar una regla marcando cada renglón y mover la misma a medida que el niño vaya leyendo. Si se detecta que el niño luego de colocar la regla lee un poco más rápido, quizás sea prudente que se realice una evaluación para descartar dislexia.
4. Práctica lectura colocando una parte del texto borrado o tapado Si la parte que se cubre es la superior, probablemente la lectura sea más difícil de descifrar.
5. El tesoro escondido de las palabras. Un juego que puedes emplear tanto en la clase como en el hogar es el “juego del tesoro de las palabras”.
Procedimiento: Coloca, distribuidos previamente en el aula o en el hogar, diferentes papelitos con consignas relacionadas con la lectura. Por ejemplo: Coloca un papelito en la cocina que diga: “A mamá se le extravió la receta de la abuela para hacer galletas dulces de avena. Ayúdala a buscarla entre las siguientes letras. Deberás colorear solo los ingredientes de la receta. Pero apresúrate, pues tienes solo 35 segundos”.

6. Agrupación de palabras Esta técnica se considera la más potente a la hora de practicar la lectura rápida. Sin embargo, también es de las que más dificultades presentan sobre todo porque los alumnos quieren empezar demasiado rápido. Se basa en leer grupos de palabras en vez de palabras individuales. Un ejemplo sería leer:
7. Técnica del Marcador ¿Recuerdas cómo te enseñaron a ti a reconocer las diferentes letras y a leerlas sobre el papel? Exacto, alargando el dedo y señalando lo que vas a leer a continuación. Literalmente marcando la letra o palabra (de ahí el nombre). Esto es esencial para la lectura rápida porque establece una conexión entre el texto que lees y tu cerebro.
8. Técnica de la Fijación Lo primero que debes saber es que esta técnica se trabaja en varios niveles.
A medida que se supera un nivel, se incrementa su complejidad y se potencian los resultados. Hoy me centraré en la parte más básica de la fijación. Un ejemplo puntual: Lo común es leer así, fijando la vista en cada palabra… la –luna –es –elegante –y –redonda Cuando empiezas a trabajar la técnica de fijación pasaría a ser así… la luna –es elegante –y redonda … Y más tarde, así: la luna es –elegante y redonda … Y así: la luna es elegante y redonda
9. No leas en voz alta Tampoco susurres. Es más, no muevas los labios. Muchas personas creen que leer en voz alta sirve para mejorar la concentración, pero esto depende mucho más de un buen entorno. Cuando lees en voz alta, en realidad lo que estás haciendo es repetir lo que ya has leído. Así que mejor aprende a escuchar a tu yo interior y deja la lectura en voz alta para cuando leas para alguien más.
10. Persigue las palabras Puedes utilizar un lápiz o un palillo para guiar tu lectura. El objetivo es que tus ojos ‘alcancen’ las palabras que vas señalando. Este simple ejercicio aumentará considerablemente tu velocidad al leer. Practica mucho y lleva a tus ojos al límite. Intenta ir cada vez más rápido y descubre el punto máximo en el que no sacrificas la retención de las palabras. Seguro te sorprenderás.