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CONJETURAS ANTES DEL VIAJE

Cuando Diego y su madre se fueron, los niños hicieron muchas preguntas a sus padres y a la abuela. Todos sabían que el papá de su primo se había ido cuando él tenía tres años, que nunca más lo vio y que era algo doloroso. Aunque casi no lo recordaba, lo lastimaba que no lo quisiera ni se interesara por saber de su vida.

Jamás tocaban el tema en la familia para que Diego no sufriera. Pero ahora era diferente.

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¿Significaba quizás que su padre regresaría?

Eso no parece posible explicó el papá . Según sabemos, se radicó en Australia; allá trabaja y formó una nueva familia. Tampoco sabemos si ha venido alguna vez, pero si lo ha hecho, no preguntó por Diego ni quiso visitarlo. Es de esas personas que dejan atrás las cosas y no les importa.

Mi nieto no es una cosa dijo la abuela cruzándose de brazos.

Era muy inmaduro agregó la mamá . Y al parecer no ha cambiado.

A mí nunca me gustó y se lo dije hasta cansarme la abuela volvió a cruzar los brazos para enfatizar su molestia . Pero ya sabemos lo que es una jovencita enamorada: alguien que no piensa con la cabeza. Y hasta que él no se fue y la hizo sufrir, no se dio cuenta de cómo era.

La tía es linda pensó Antonia en voz alta—. Y han pasado tantos años… Ella debería tener un novio. Debería crearse un perfil para conocer a alguien por las redes y casarse de nuevo.

¿Y para qué querría eso Diego? No necesita a un padrastro, tiene a nuestro papá opinó Pablo.

No estamos hablando de un padrastro, sino de un hombre que le guste a ella y la divierta dijo Antonia.

Antonia, no te metas en lo que no te incumbe. Conozco a mi hermana siguió la mamá y sé que si sale con alguien no va a contarnos ni a presentárselo a Diego hasta que no esté segura de que la cosa va en serio. Por supuesto que ha tenido citas, pero no se ha vuelto a enamorar, y me parece bien que no obligue a su hijo a conocer a nadie.

A mí me gustaría estar en esa situación imaginó Antonia . Sería simpática con todos tus enamorados, mamá, y sacaría el máximo provecho de la situación, les pediría que te convenzan de que me des permisos que no me das, que viajemos a lugares lejanos...

Nooooo exclamó Sarita . Yo no quiero que mi papá y mi mamá estén nunca separados. No me interesa que me den regalos ni permisos ni nada, ¡quiero estar con ustedes siempre! y los abrazó.

Ella habla por hablar intervino Pablo . No sé de dónde saca tantas ideas tontas.

Antonia suspiró, exhaló todo lo que pudo y, tras una pausa, dijo solemnemente:

Yo me he dado cuenta de un asunto importante: cada vez que digo algo, me miran feo. ¿Y saben por qué? Porque también lo piensan; solo que no se atreven a decirlo. ¿Quién piensa que la tía debería tener un novio? Todos. ¿Quién lo dice? Nadie. Por suerte estoy yo para que sus pensamientos se transformen en palabras.

Hablas enredado le dijo Sarita.

Es que usa demasiadas palabras aclaró Pablo.

Sus palabras viajan más rápido que sus pensamientos se rio la abuela.

No tiene filtros suspiró la mamá.

Por ejemplo continuó Antonia , sé que están pensando que si Diego quiere ir a conocer al abuelo está bien que lo haga. Pero yo encuentro que hay que poner condiciones. Años y años de no saber nada de Diego, si estaba enfermo, si necesitaba algo, ¡nada! Entonces ahora no puede salirle ni fácil ni gratis.

Así como va, esta niñita acabará en la política dijo el papá.

—“Niñita” refunfuñóAntonia. Tenía catorce años y no había nada que la enfureciera más que ser tratada como una niña. Cuando salía con sus amigos e iba a sus casas, los otros padres le hablaban como adulta y respetaban sus opiniones. Y sus amigas le pedían consejo todo el tiempo porque ella sabía muy bien hacia donde iba el mundo.

Ya, nadie diga nada más. Lo importante es que Diego dirá qué hacer, cómo y cuándo y todos lo apoyaremos concluyó la abuela.

Y si decide viajar lo acompañaremos sentenció Antonia . Como dije antes: está decidido.

Sus papás suspiraron con paciencia y los mandaron a acostarse.

Una vez en la cama, debajo de las mantas,Pablo llamó por teléfono a su primo y conversaron. Diego le confesó que su única preocupación era que a su mamá la hiciera sufrir que él fuera, que se sintiera abandonada o pensara que era una especie de traición acercarse a la familia de su papá.

Porque obviamente él quería conocer a este abuelo, le daba curiosidad y tenía muy claro que si no se entendían, no perdía nada porque nunca lo había conocido ni había contado con él. Pero si viajo concluyó Diego , tú vienes conmigo. ¡Cuenta con eso! respondió Pablo antes de colgar.