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A. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ..…….……30 B. JULIO CORTÁZAR
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (1927-2014)
Biografía
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Antología...33
Gabriel José García Márquez fue un novelista colombiano ganador del premio Nobel de Literatura en 1982 y uno de los grandes maestros de la literatura universal. Además de ser la figura fundamental del llamado Boom de la literatura hispanoamericana, fenómeno editorial que, en la década de 1960, dio proyección mundial a las últimas hornadas de narradores del continente (EITB, 2014).
Durante su infancia, Márquez vivió con sus abuelos y sus tías, ya que sus padres se fueron a vivir a Sucre sin él. Sus abuelos fueron los que más influenciaron en el gusto literario de Gabriel, ya que su abuelo le narraba sus experiencias de guerra y cuentos y su abuela le contaba fábulas. Quienes también influenciaron e insistían en su educación, hasta que su abuelo fallece y se muda con sus padres. Dónde se ve influenciado por uno de sus profesores, Carlos Julio Calderón Hermida, a quien en su obra La hojarasca le conmemora una dedicación (Tamaro, 2004).
Publicó su obra más exitosa, Cien años de soledad en 1967 y se convirtió en una de las novelas más importantes de la literatura del siglo XX. La historia de la familia Buendía ha sido traducida a más de 24 idiomas. En 2007, la Real Academia Española lanzó una edición popular conmemorativa de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos (EITB, 2014). Además, obtuvo un gran éxito y una enorme repercusión con sus obras Crónica de una muerte anunciada, El amor en tiempos de cólera, El coronel no tiene quién le escriba, “Los funerales de la Mamá Grande ” , Relato de un náufrago, Ojos de perro azul, “Doce cuentos peregrinos ” , etc (Tamaro, 2004).
Así, García Márquez ha sido el mayor representante del llamado “ realismo mágico ” , caracterizado por el encuentro de elementos realistas con apariciones y circunstancias fantasiosas (Tamaro, 2004).
Antología...34 100 AÑOS DE SOLEDAD
Estaba tan absorto, que no sintió tampoco la segunda arremetida del viento, cuya potencia ciclónica arrancó de los quicios las puertas y las ventanas, descuajó el techo de la galería oriental y desarraigó los cimientos. Sólo entonces descubrió que Amaranta Úrsula no era su hermana, sino su tía, y que Francis Drake había asaltado a Riohacha solamente para que ellos pudieran buscarse por los laberintos más intricados de la sangre, hasta engendrar el animal mitológico que había de poner término a la estirpe. Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugados por la cólera del huracán bíblico, cuando Aureliano saltó once páginas para no perder el tiempo en hechos demasiado conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba viviendo, descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose a sí mismo en el acto de descifrar la última página de los pergaminos. Como si se estuviera viendo en un espejo hablado. Entonces dio otro salto para anticiparse a las predicciones y averiguar la fecha y las circunstancias de su muerte. Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad o tenían una segunda oportunidad sobre la tierra (Márquez, 1969, p.350-351).

Era bella, elástica, con una piel tierna de color del pan y ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda, y un aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes. Estaba vestida con un gusto sutil: chaqueta de lince, blusa de seda natural con flores muy tenues, pantalones de lino crudo, y unos zapatos lineales del color de las bugambilias. ´Esta es la mujer más bella que he visto en mi vida ´ ,pensé, cuando la vi pasar con sus sigilosos trancos de leona, mientras yo hacía la cola para abordar el avión de Nueva York en el aeropuerto Charles de Gaulle de Paris. Fue una aparición sobrenatural que existió sólo un instante y desapareció en la muchedumbre del vestíbulo (Márquez, 2015, p.64).
REFERENCIAS

