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MEJORAS para el PROFESORADO de RELIGIÓN de SECUNDARIA

Durante la última década, el profesorado de Religión de Secundaria ha vivido un verdadero carrusel de situaciones dependiendo de los gestores que han ido ocupando la Administración educativa. Hemos tenido que soportar decisiones arbitrarias y en algunas ocasiones “denigrantes”, porque la interpretación que se hace en algunos casos de la norma es que “aquello que no lo permite expresamente la Orden que regula la relación laboral del profesorado, no se puede hacer”. Esta interpretación restringida de la normativa es contraria a cualquier principio de buena fe establecido en nuestro sistema jurídico.

En los últimos años, quienes han estado al frente de la Consejería, han considerado al profesorado de Religión como un docente más dentro del sistema público, algo que jamás debió ser puesto en entredicho. Desde ANPE Canarias, hemos necesitado mucho diálogo, encuentro, presencia y actitud de escucha.

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Así, los dirigentes de la actual Consejería de Educación han entendido que cualquier mejora que se consiga para el colectivo de funcionarios e interinos, debe hacerse extensible al profesorado de Religión. Y hemos conseguido, sin necesidad de ir a contenciosos improductivos, ineficaces y costosos para las arcas públicas, que se aplique la reducción horaria a 18 lectivas, que se haya contratado como indefinidos a todos los docentes que ocupen una plaza vacante a fecha 1 de septiembre, que cobremos sexenios y otros complementos por ejercicio de una función, que se completen horarios (y por supuesto, jornada laboral) con otras funciones o con horas de Religión en otros centros educativos según la preferencia del profesorado, que el procedimiento de adjudicación de destinos se realice en fechas y forma similar al resto del profesorado o que se reconozcan los servicios prestados para el Ministerio de Educación a efectos de trienios y sexenios. Algunos dirán “eso es lo lógico”, pero es importante saber que cada una de los logros citados anteriormente, fueron muy cuestionados por parte de la Administración. Es un trabajo silencioso y constante, en la sombra, pero con resultados que salen a la luz. Y si miramos la realidad de otras comunidades, seguro que nos sorprendemos y valoramos más lo que tenemos. Es por eso que desde hace algunos años hemos tratado de acometer una reforma de la Orden que regula la relación laboral del profesorado de Religión. Una reforma que pueda introducir avances y que no deje cabida a interpretaciones posteriores de los derechos y obligaciones de este profesorado. Presentamos propuestas de mejora y, en su gran mayoría, estaban dispuestos a asumirlas, pero con el final de la legislatura, ha sido imposible ponerlas en marcha para el presente curso escolar. Se trata de cuestiones como las excedencias, estabilidad del profesorado mayor de 55 años, reducción de horas lectivas al profesorado mayor de 59 años, contratación por tramos horarios, explicitar las funciones a ejercer en los centros, adscripciones temporales a plazas por motivos de salud, conciliación de la vida familiar y laboral o por motivos de violencia de género, modificación del baremo de méritos en el que la antigüedad del profesorado no tenga tope (como sucede con los funcionarios de carrera en los concursos de traslados), mejoras en el sistema de adjudicación (posibilidad de cambio de centro, aun cuando tiene jornada completa en un solo centro), etc.

Seguiremos insistiendo para que esta modificación de la Orden se pueda conseguir lo antes posible.