22 minute read

TRISTES ARMAS

Next Article
MÚSICAS DEL MUNDO

MÚSICAS DEL MUNDO

El sentido de sus palabras

Advertisement

Y dejaré en silencio mis palabras entre sollozos. Quise servir y salvar alas rotas. Cada noche viví el susurro del lamento interminable sin percibir los latidos de la sangre y el transcurrir el tiempo de vida, en una soledad terrible y aplastante, esperando el final de los días incongruentes. La mente no descansa en las noches y las imágenes bombardean despiadadamente: cuerpos fusileros amenazantes, los rostros de la pobreza infantil, el despropósito de los disparos en la oscuridad, pavor en las mujeres y niñas que pierden su libertad con sadismo, miedo hasta las entrañas, de respirar, de gemir, de ser oídos, sangre, en regueros de armamento sembrando la tierra . Hambre, armas, muerte… ¡Pánico! demasiado pánico. ¿Dónde está tu mundo?, ¿dónde, nadie es extranjero? ¿Y dónde, nadie te cierra las puertas? ¿Y aún dices a qué venimos? ¿Quizá buscando la paz? ¿A encontrar la tierra donde seamos seres humanos? Lloro con amargura, nada te pido, ni mi nombre sabes.

Carmen Santos Bonet. Barrio del Pilar (Madrid) Creadora inquieta de diversas actividades, escritura, poesía, relatos. He publicado Otoños y Primaveras, novela. Y un poemario, Sinfonía con el mar. También tengo dos obras de teatro. Pero soy una simple aficionada.

El clavo

RELATO

Maria Jesus Perez (Madrid)

Manuela arrastraba su carro jadeando, el calor de junio y el esfuerzo de la calle cuesta arriba, la estaban ahogando. Aquella mañana se había levantado muy temprano. Había recorrido todo el pueblo y después se adentró en los campos de fútbol. Los fue recorriendo uno a uno, bordeándolos y sin dejar de mirar al suelo. De vez en cuando se paraba, recogía algo, lo guardaba en el carro y seguía su camino. Parecía seguir un plan muy bien organizado y al medio día había terminado de revisar todos los campos de entrenamiento y las pistas de tenis. Entonces se dirigió a los alrededores de la fábrica. Cuando llegó continuó su búsqueda. Vestía un blusón floreado, fruncido bajo el pecho, un pantalón muy ancho con un estampado de flores también, pero distintas a las del blusón. Un gorro de punto que casi le llegaba a los ojos, cubría su pelo enmarañado y el sudor de su frente. La había estado observando con curiosidad y poco a poco me acerqué a ella. Cuando llegué a su lado, se estaba agachando para recoger del suelo un clavo viejo y lleno de herrumbre. Su rostro mostraba felicidad con aquel hallazgo y lo guardó sin siquiera mirarme. Miré en el interior del carro y alcancé a ver tablas viejas, cartones, trozos de cuerdas, botes de bebidas vacíos y abollados, una jaula oxidada y más cosas que yo no alcanzaba a distinguir. Poco a poco me alejé de ella sin poder evitar las lágrimas, comprendiendo que en algún momento de su vida, algo muy importante en su interior, se había roto.

(El 10 de octubre ha sido el Día Mundial de la Salud Mental)

Trabajemos por una sociedad

más creativa, solidaria y humana

Para lograr la paz, hay que «humanizar la sociedad». Y esa educación lleva implícita algunos valores como «justicia», «solidaridad», «tolerancia», convivencia», «respeto» y, sobre todo, «amor a la verdad». Tenemos que aprender a ejercer la tolerancia, no discriminar a nadie, desobedecer órdenes que humillen nuestra conciencia, ser fieles a nuestros principios, nuestra ética, nuestro respeto por el prójimo.

«Horacio Oliveira se hace las preguntas que nacen de lo más hondo de la angustia. Se pregunta muchas veces cómo es posible que el hombre como género, como especie, como conjunto de civilizaciones, haya llegado a los tiempos actuales siguiendo un camino que no le garantiza en absoluto el alcance definitivo de la paz, la justicia y la felicidad, por un camino lleno de azares, injusticias y catástrofes en que el hombre es el lobo del hombre, en que unos hombres atacan y destrozan a otros, en que justicia e injusticia se manejan muchas veces como cartas de póquer». Clases de Literatura. Berkeley, 1980. Julio Cortázar. Sobre el personaje de su novela Rayuela (1963) Manifestarnos siempre de manera pacífica cuando estamos en contra de algún abuso de autoridad, cuando se avasallan los derechos humanos, como hizo Martin Luther King en su «marcha sobre Washington», donde pronunció el discurso «Yo tengo un sueño». Y seguramente todos tenemos un sueño, el sueño de vivir en un mundo donde haya lugar para todos, un mundo sin desigualdades, un mundo donde la cultura no pueda ni deba ser sometida a la ley del mercado, porque la cultura no es una mercancía, es un instrumento valioso para profundizar la democracia. Tenemos que aprender de una buena vez que la cultura nos iguala, y nos hace mejores seres humanos, un libro en las manos de un niño abre el camino a encontrarnos con un mejor ciudadano. Quienes desarrollamos alguna actividad en el campo de las artes, nos vemos comprometidos a realizar un trabajo solidario y humano. La cultura también es uno de los caminos hacia la paz, hacia la no violencia, porque la cultura no es un capricho, no es un antojo, no es un lujo, «LA CULTURA ES LIBERTAD». Inspiremos a los otros, motivemos a otras personas, ayudemos dando lo mejor de uno a los otros, para así hacer una sociedad más creativa inteligente y por sobre todo más ¡HUMANA!

Gustavo Olivera

no paran de gritar los gritos

Hay noches en las que no paran de gritar los gritos, pues hay miedo… a los silbiditos de los disparos a discreción, a las carcajadas de las ráfagas, a la algarabía de las bombas al caer con destino, siempre, al estómago de la triste paz, a los pies de la malherida esperanza, a la frente de esa deseada pero utópica libertad.

Y siempre ocurre que al amanecer las impotentes bocas, cansadas, despiertan resecas.

Queda claro, al amanecer, tras la macabra fiesta, que las armas sólo sirven para tatuar en la piel de un teórico infierno los desmedidos odios que el ser humano siente por los de su especie.

Desde la preminente posición de inerte espectador noto cómo se cierran mis ojos ante la función de luces que se emite a diario en directo.

Boqueo por no poder animar a los inocentes damnificados de las guerras, por no saber qué decir a los instigadores y beneficiarios de las mismas.

No obstante, mis dedos, en el aire, reaccionan retirando del suelo los casquillos vacíos, útiles de inútiles conflictos. Con delicadeza, plantan esas vainas entre estas líneas, surcos de ilusión, esperando que, algún día, del hueco donde anteriormente se alojaba la bala, nazca una vida, despierte una sonrisa, o brote un sueño…, uno no, ¡millones de ellos!, que sirvan para crear, simplemente, un mundo mejor.

Jose Luis Cisneros

gaudiumwaka (Madrid, España)

TRisTEs ARmAs... ...si nO sOn LAs pALAbRAs madres de plaza de mayo, un símbolo de lucha

Es el año 1977, en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) un grupo de mujeres caminan del brazo alrededor de la Pirámide de Mayo, frente a la casa de Gobierno. Sus hijos han desaparecido y nadie les da una respuesta. Un año antes se produce un golpe de estado y miles de personas son secuestradas, torturadas y asesinadas: más de 30 mil desaparecidos. Estas mujeres no tienen miedo, están unidas. Ellas frente a los torturadores, a la dictadura que se ha adueñado del poder. Son las Madres de Plaza de Mayo: un ejemplo de lucha en defensa de los derechos humanos. Una causa que ha sido reconocida internacionalmente y que se legitima en el tiempo. El 30 de abril de 1977 las Madres marcharon por primera vez alrededor del monolito que está en el centro de la plaza. Lo hicieron después de que un oficial les dijera «circulen, circulen». Ante la falta de respuestas, Azucena Villaflor, una de las madres expresó «individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vea que somos muchas, Jorge Videla (el entonces presidente de facto) tendrá que recibirnos». La orden de la policía federal fue que circularan porque no podían quedarse allí reunidas para manifestarse. Entonces, tomadas de los brazos, comenzaron a dar vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo, originando así la primera ronda de muchas otras que se sucederían, jueves tras jueves, a lo largo de todos estos años de lucha, una lucha que no cesa, Gobierno tras Gobierno, logrando el reconocimiento internacional. Azucena Villaflor fue secuestrada en diciembre de 1977 y desaparecida. Su cuerpo apareció el 20 de diciembre en las playas de Buenos Aires, pero fue enterrada como NN. Fue identificada en 2005. Los pañuelos blancos, son un símbolo de lucha y de justicia En octubre de 1976 para festejar el Día de la Madre, la Iglesia católica realizó una marcha a la basílica de Luján. Para identificarse, las madres

resolvieron poner en sus cabezas un pañal de tela de sus hijos. Ese pañuelo pasó a ser el símbolo de las Madres de Plaza de Mayo. En 1979, dejaron de manifestarse en la Plaza de Mayo debido a la represión, pero a partir de 1980 continuaron haciéndolo. En los primeros días de diciembre de ese año realizaron la primera Marcha de la Resistencia, consistente en caminar alrededor de la plaza durante 24 horas. A pesar de la llegada de la democracia al país, en 1983, continuaron con sus marchas y actos, pidiendo condena para los militares que participaron en el Gobierno. Han recibido apoyo y reconocimiento en gran cantidad de organizaciones internacionales y dado su apoyo a otros tantos grupos de lucha por los derechos humanos. Y la lucha continúa. Siguen las denuncias, los juicios porque un derecho humano fundamental es el La resistencia y la lucha continuará derecho a la vida. Las Madres lo saben y siguen luchando por la de sus hijos y de toda la sociedad. En su organización se investigan y denuncian constantes violaciones a los derechos fundamentales de personas y comunidades. La resistencia y la lucha continuará mientras exista mientras exista unión y fuerza para dar voz a los sin voz. Para construir una sociedad sin violencia. Sí, seguramente unión y fuerza es una utopía, pero el ser humano por naturaleza, se mueve por instinto. ¿Acaso no hay algo más esencial para dar voz a que una utopia? los sin voz

Betina F. Mattio

bethmathius St. Albans (Reino Unido)

El amor se gana con el amor

Una palabra no puede parar un tanque de guerra, pero puede partirle el corazón al guerrero que lo conduce. Esto lo resume todo. Esos puntos suspensivos, entre defensa y ataque. Entre la elegancia e inteligencia verbal literaria, de saber comunicar, lo que emocional y racionalmente, te hace desesperar. Siempre el mundo al revés, debería ser siempre de esta manera. Y que el cañón de ese tanque, disparara simplemente amor, sin desdichas ni fronteras. El amor se gana con el amor, ya lo decía mi abuela. Cuánta razón. Al final, los guerreros, solo son una montaña de traumas con vestimenta de coraje rasgado. Lo que no se verbaliza, se somatiza. Hablando se entiende la gente. Y miles de refranes, sabios, más. Que todo cambie, que lo simple del tratar bien marinado con educación y bondad, depende y empieza, por nosotros mismos. Tenemos en nuestras manos y labios, el poder de que, al menos, por nuestra parte, este planeta se quede con una huella bonita, por el simple hecho, de tratar como te gustaría que te trataran. ¿Quién se une a este plan? Vivan y dejen vivir. Que todo se acaba, antes de lo que en esta ventana puedan leer, reflexionar y sentir.

somos armas prodigiosas

Somos seres vivos, armas biológicas, distintas personas prodigiosas, capitanes de sueños grandes, vivimos anclados en este planeta Tierra.

¿Qué podría destruirnos, tan perfectos…? Esparciendo química de sentimientos, de amor y de maldad, de ser y de no ser, ¡inventores de máquinas, sin parar!

No, no podemos seleccionarnos y vivir separados: ¡nos necesitamos! Con cada vibración humana, ¡la naturaleza celebra la vida!

Daniela L. Radu

danielle_rdl Madrid (España)

Sonsoles Jimenez

(Málaga, España)

Foto | frank mckenna (Unsplash)

La violencia sigilosa de las redes sociales,

algo que podemos cambiar

La violencia por internet se da por diferentes acciones de ciberbullying, puede ser a través de diferentes formas: las llamadas telefónicas, envío de mensajes de texto, imágenes y videoclips con contenidos sexuales. Sin embargo, hay una violencia social que se va gestionando de manera silenciosa a través de las redes sociales por medio de los algoritmos. Estos analizan los gustos de cada usuario, por esta razón los videos o publicidad de cada perfil son diferentes para cada uno. El programa relaciona el asunto que se está investigando o el producto que se quiere adquirir y de esta manera el internauta solo ve información de su interés, así solo analiza un punto de vista, produciendo polarización. Aunque hay estudios, como el de Imperial College de Londres en 2016, donde indican que la polarización tiene que ver más con lo psicológico y no con lo tecnológico; los psicólogos han demostrado que el cerebro tiende a polarizar debido a que el ser humano busca contacto con gente de su interés. Por eso, muchos periódicos afirman que el recibir contenidos periodísticos afines a las creencias políticas de cada persona, solo fomenta la radicalización. Gracias a los estudios realizados por los expertos, se entiende que es algo que nosotros podemos cambiar, regulando el tiempo, y las entradas. Algunas recomendaciones que se aconsejan es seguir a gente contraria a tu forma de pensar, para poder entender su visión y ser más tolerantes. También indican que, al conversar con individuos con pensamientos opuestos, se hable desde los valores del ser humano, ya que estas «palabras» producen reflexión sobre el tema propuesto.

Recordar… Debes ser el cambio, que deseas ver en el mundo” Gandhi

Priscilla Zerega priscilla.cultural (Guayaquil, Ecuador)

TRisTEs ARmAs... ...si nO sOn LAs pALAbRAs Reflexiones por la paz

Paz, tres letras que unidas forman una canción de amor que debería extenderse a lo largo y ancho de nuestra sufrida Tierra. Su símbolo una paloma que lleva en su pico una rama de laurel. Un argumento muy utilizado en el mundo y sin embargo cruelmente violado una y otra vez a lo largo de las generaciones desde que el homo sapiens y sus ancestros comenzaron a caminar para extenderse por el planeta. Desde ese mismo momento, no ha conocido la paz. Luchas por el territorio, por el poder, por la ambición, por el odio... se han extendido a lo largo de la historia de la humanidad. No han existido límites en su corto caminar. La sangre derramada siempre nos ha acompañado a lo largo de los siglos. De los puños se pasó a los bastones, de ahí a las lanzas y flechas, más tarde las espadas y el acero para terminar en la pólvora, las balas, las bombas, las armas de fuego y carros de combate de todo tipo tanto terrestres, como aéreos y marinos, para terminar con las bombas atómicas, misiles y drones armados y armas bacteriológicas Las sociedades han vivido dentro de un concepto general, preparándose siempre para la guerra. Somos un pueblo guerrero y la violencia se encuentra en nuestros genes. Pero ya es hora de evolucionar. Los gobiernos del mundo y las grandes multinacionales son los culpables de seguir manteniendo el error evolutivo de destruir la Paz. Los intereses claramente geopolíticos, son el motor para que las sociedades de hoy en día sufran las guerras y las continuas violaciones de los derechos humanos junto con los crímenes de lesa humanidad. Tristemente, este sistema opresivo y militar va a continuar, según vaya aumentando la escasez de recursos naturales como el agua y ciertos minerales que enriquecen a los poderes fácticos que manejan el mundo. ¿Cómo podemos cambiar este rumbo? Siento decir que de ninguna forma. Para que ello ocurra tiene que existir una hecatombe de grandes proporciones para que todos nos demos la mano y formemos una sociedad más justa. Solo nos queda la esperanza de intentar que nosotros mismos extendamos la paz, que olvidemos los rencores y nos esforcemos en ver lo positivo de nuestras vidas y enseñárselo a nuestros hijos. Que sembremos la semilla de la paloma y el laurel, para ver si entre todos, con esa sinergia unida, al menos vayan floreciendo brotes de Paz y que se vayan extendiendo a lo largo del mundo como lo hicieron nuestros ancestros. Y así tal vez, dentro de miles de años si aún nuestra especie está viva y si no para los que estén, nazca un gran árbol del amor, enorme y con muchas ramas donde sus hojas serán banderas de paz y con el viento pueda extenderse hasta el infinito. | Pedro Pozas Terrados

muerte en Kabul

Sangre, sufrimiento, muerte y dolor. Bombas de ira, de miedo y angustia…. cuerpos destrozados de rabia impura, paz dolorida amarga figura de tristeza sin vida bajo la cerradura.

¿Qué somos?

¿Cómo podemos soportar tanta locura?

¿Cómo es posible que seamos imagen y semejanza de un Dios que es todo dulzura?

Caen lágrimas que oxidan la cerradura de nuestra existencia….

Qué vergüenza el camino humano plagado de insensatez, crueldad oculta que mancha las venas y mueren de sed.

Bajo la mirada el silencio calla, amarga voz de una sociedad de manos atadas, de ojos ciegos que niegan la realidad de un mundo extraviado en la inmensidad.

Busco respuestas y solo encuentro en el fango pisadas que rompen la historia, aplastada dignidad, abismos inciertos de una frágil humanidad.

Busco un rayo de luz y el sol se oculta en tinieblas con alaridos en cruz.

Dedicado a las de personas asesinadas y heridas en el aeropuerto de Kabul que solo buscaban un rayo de esperanza para poder vivir con dignidad.

Las cinco «A»

Un año has cumplido en un mundo extraño donde todos se tapan la cara y ocultan con sus manos la luz de cada mañana con el rostro caído y los rayos en la piel de una pandemia extraña.

Pero tú, inocente, miras sin saber jugando al mundo mágico de formas y colores, de juguetes vivientes, de mundos perdidos de fantasía clara, de un presente y un futuro, de un ayer hundido en la explanada.

Te han robado los besos de los que te quieren, los abrazos de los tuyos, el rostro con sonrisas de payasos callados con sonoras mordazas.

Te han robado acariciarte, sentir el contacto de una sociedad ajena que se dirige al abismo, que destruye el entorno que es tuyo, que es nuestro, propiedad de los que vienen… de los que se quedan, del pájaro cantor o de esa pequeña flor.

Te han quitado la luz de la primavera, los rayos del sol, el aroma del viento, el aire natural y hasta la pureza del amor.

Pedro Pozas

pedropozasterrados (Tres Cantos, España)

La tolerancia tiene un límite

La tolerancia es el respeto a las ideas, pensamientos o actitudes de los demás, aunque no se esté de acuerdo con ellos. Ser tolerante es tener la mente abierta; es ser objetivo; denota inteligencia. ¡Queda muy bien ir de tolerante por la vida!...; pero, ¿se entiende bien la tolerancia? La tolerancia tiene un límite. Pienso que hay actitudes y conductas que no se deberían tolerar: las injusticias, los actos abusivos, las agresiones a los derechos humanos, la violencia, el maltrato a los animales y a la madre naturaleza... y todo tipo de comportamiento no ético. A veces, se confunde tolerancia con indiferencia y pasividad; ambas, actitudes sumamente negativas en el ámbito social. Cuando se trata de cerrar los ojos y no hacer nada ante conductas humillantes, violentas y destructivas, no hablamos de tolerancia, sino de complicidad silenciosa, asimismo, delictiva. Tolerancia no significa ni indiferencia ni aceptación de todo, significa respeto que se sostiene si es mutuo.

Ana R. Valle

(Limburg an der Lahn, Alemania)

Collage | Fernando Martínez Sola No a las armas

Ángel rojo

Ángel rojo de la guarda, patrón de las prisiones: tú impedías que las balas atravesaran los barrotes.

Ángel del perdón y la amnistía: tú detenías los linchamientos de los que, cara al sol, cada día bordaban sus camisas de presos. Ángel de la compasión, ángel de la libertad y la anarquía, que ni a grises ni a rojos querías de rodillas en prisión. Ángel de los Alzados y los Caídos a los que redimiste de sus caídas, para que la sangre de sus rodillas no cayera y cayera hasta cubrirlos. Ángel de los rebeldes armados a los que perdonaste la vida en aquella España dividida donde todos eran fusilados.

Ángel de todos los Sublevados a los que en el Cielo diste cabida, aunque pudieran ser el Diablo y convertir tu mundo en cenizas. Ángel de todos los villanos a los que volviste a subir arriba por mucho que cayeron abajo, superando al Dios de La Biblia.

Si tú, Melchor Rodríguez García, fueras Dios y Dios fuera tú, el Demonio estaría en el Paraíso y el mal, quizá, en algún otro sitio. El Infierno no sería rojo, sino azul.

Jamás se prohibiría ningún árbol y todos los frutos se podrían comer. Las ramas y raíces del manzano doblarían todas las rejas del Edén.

Cada cárcel sería un gran vergel que ya nadie regaría con sangre. Las hiedras no dejarían de crecer, llevando hasta los reos la llave.

No habría rencores ni recelos y Dios, convertido en serpiente, llevaría manzanas a los presos arrastrándose sobre el vientre.

No existiría el odio ni la venganza y Dios, transformado nuevamente, entregaría a Eva la manzana para que, junto a Adán, viviera eternamente. Pero Dios es Dios, y él no perdona. Las jaulas son de raíces y ramas que cuelgan de alguna manzana con la que una serpiente se ahoga.

Un manzano bloquea cada puerta y todas, todas las llaves se doblan; los reos se ahorcan con hiedras que llevan la sangre de la aurora.

La venganza es una con Dios, que mueve sus fichas en la mesa mientras devora la costilla de Eva y observa intrigado a Melchor.

Melchor Rodríguez García, que a los presos salvabas con una pistola de canicas y la luna llena como bala. Ángel rojo de la madrugada, que los paseos detenías con una escopeta de saliva y otra en el cinto descargada.

Querías volar sin alas y parar todas las guerras con dos armas forjadas en la escarcha de tu lengua. Ángel del cielo y de la tierra, que de la tierra al cielo ibas con varios fusiles de arcilla que moldeaban las estrellas.

Que hasta la luna llena menguaba al ver tu afán, tu audacia y tu risa, deseando bajar a tu cara para brillar en tu sonrisa. Ángel con las alas de cera, que contra todos luchabas con una pistola de arena, echa con cera de tus alas.

Cuidando un Jardín estabas, regando las malas hierbas con el anís que Dios se bebía mientras arrancaba sus malas hierbas del Jardín.

Que no te importaba si eran malas o buenas, que para ti todas merecían vivir; que un jardín del Edén rodeado de verjas jamás tendrá a un pajarito feliz.

Que tú, ángel rojo, siempre solías decir que puedes luchar y morir por tus ideas; pero nunca matar... pues morirás con ellas.

Sara de Mingo

(Madrid, España)

La palabra

La palabra es el don más preciado que tenemos, si perdemos ese don habremos perdido toda nuestra identidad. La palabra tiene que estar por encima de cualquier situación, ha de imperar en cualquier conflicto. La palabra tranquila, sosegada y bien entendida, es la que nos hace sentir que se pueden resolver los conflictos de los que antes hacía mención, ya sean de la clase que sean. Y si, además de la palabra, hay empatía, habrá entendimiento. Y es que la palabra es el quid de la cuestión, resuelve todo, incluso los conflictos personales que, desgraciadamente, están a la orden del día. La palabra es el único camino hacia la paz. Cierto que es un camino largo y tortuoso, pero debemos avanzar por él con la palabra como bandera. Con esa misma bandera podremos poner un granito de ilusión y esperanza para que la carrera de las armas no avance por el camino equivocado. Para que aquellos poderosos no nos enseñen su poder a través de las armas. Que nos muestren su poder empatizando con nuestra bandera de la paz. Ayudando a construir un mundo mejor y más justo, empleando su poderío apoyando a los países que más necesitan la paz y no las armas para seguir destruyéndose. NO MATEMOS LA PALABRA. | José Navarro Pardo

Esa bonita palabra

Levanto la mano para decir que quiero la palabra, para decir que quiero hablar y decir aquello que antes no me dejaron decir. Quiero expresarme bien claro con la palabra, pues considero que es el único medio con el que puedo llevar a cabo aquello que pretendo. No pretendo sino, que a través de la palabra, pedir a todo el mundo que no tenga miedo de usarla. porque la palabra es justicia. Sí, hace justicia más pronto que tarde. La palabra, a veces, aunque fría, es el todo, no es la nada. La palabra es crédito, es alegría es… Es magia. Usémosla para conquistar el crédito perdido. Tomémosla sin miedo, sin temor. Cojámosla desde el principio y hagamos con ella LA PAZ.

Jose Navarro

Madrid (España)

This article is from: