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Origen

ORIGEN DEL FEMINISMO

A través de la historia, las mujeres hemos luchado por la igualdad y por contar con los mismos derechos que los varones. Es así como el primer movimiento de mujeres surge en Europa en la Revolución francesa en el que se demandaba igualdad, debido a que se cobraba la mitad del salario solo por el hecho de ser mujer. En 1791 surge la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadanía, este es uno de los avances históricos que decretaron la igualdad de derechos y el derecho al voto. En lo que respecta al movimiento sufragista en Inglaterra de 1913, Emily Davidson se coloca en un circuito de carrera de caballos y muere. Ella, junto con otras compañeras del movimiento fue encarcelada en diversas ocasiones por participar en actos violentos, como romper ventanas del parlamento o incendiar buzones de correos y orinar en sedes diplomáticas, consciente de que estas acciones no conseguían resultados tangibles. LAS MUJERES HACEN HISTORIA

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La aparición del feminismo como movimeinto colectivo

La aparición del feminismo como movimiento colectivo, se inició en la ciudad de Nueva York en 1848, en donde se demandaba la igualdad de género, la no discriminación y se reclamaba el derecho al voto.

Evolución del feminismo

Durante el siglo XIX el feminismo ya se articula como un movimiento social de mujeres que se unían para ayudar con la abolición de esclavitud, pero sobre todo se unían para reclamar los derechos políticos de la mujer: eran las sufragistas. Las sufragistas pusieron el énfasis en la lucha por el sufragio universal, porque confiaban en conseguir la igualdad en un sentido más amplio una vez ya pudieran votar. Conseguir el sufragio universal costó 80 años y pese a que la lucha fue difícil, nunca se rindieron.

Feminismo en México

El 2000 fue el año de los balances. Arribamos al nuevo siglo tratando de hacer “tabla rasa con el pasado”,2 volteando hacia atrás en busca de explicaciones y aspirando por un futuro sin sobresaltos. ¡Qué ilusas nos vimos! El siglo XX fue de guerras, revoluciones y levantamientos: la primera y la segunda mundial, la revolución mexicana, la rusa, la china y la cubana, por mencionar algunas. Entre los levantamientos, el del EZLN contribuyó a sacudir conciencias, a develar desigualdades y a mostrarnos que existía un grupo más olvidado dentro de nuestra sociedad: “los otros y las otras”. Entre los movimientos sociales surgidos desde los años sesenta, el feminismo ha sido uno de los más importantes, ya que contribuyó a cambiar y a transformar usos, costumbres y mentalidades de las personas a lo largo y ancho del orbe. El 9 de mayo de 1971 hizo su aparición en la ciudad de México el primer grupo de lo que sería el movimiento feminista mexicano: Mujeres en Acción Solidaria.

De entonces a la fecha han pasado muchas cosas y hoy estamos aquí precisamente para hablar de este movimiento social. Considero que hay un movimiento feminista que cobija a sus militantes, quienes a su vez apoyan diversas corrientes: feminismo liberal, socialista, radical, ecologista, de la igualdad, de la diferencia. Mujeres que se organizan en torno de reivindicaciones e inconformidades y que constituyen un movimiento social cuyas características han girado alrededor de una organización con un propósito de acción colectiva que persigue metas comunes.

“Y POR ESOS SEGUIMOS LUCHANDO PARA VISIBILIZAR UN PROBLEMA SOCIAL QUE AFECTA A TODOS Y A TODAS“

La tendenia Latinoaméricana

La tendencia a nivel Latinoamérica respecto a movimientos feministas surge en Argentina, Brasil y Chile. Actualmente en México nos encontramos con diversos movimientos que reflejan el hartazgo social de nosotras las mujeres. Cada cuatro minutos una mujer sufre una violación, las denuncias por agresiones sexuales a mujeres se incrementaron un 20% en el 2019; en cuanto al acoso se integró el movimiento Me Too, el cual logró que las mujeres denunciaran a sus acosadores. Frente a esto, las primeras expresiones fueron brillantina y pintura morada, migrando recientemente al performance “El violador eres tú” replicado en varios estados del país.

FEMINISMO ACTUALMENTE

Desde los últimos meses de 2019 -más precisamente a partir de agosto- hemos asistido en México y en particular en la Ciudad de México, a una creciente y vigorosa movilización de mujeres jóvenes que han tomado el espacio público (calles, plazas, universidades, medios masivos y redes sociales) y han protagonizado a la fecha uno de los movimientos más novedosos, radicales y estimulantes de las últimas décadas. El núcleo central de sus demandas ha sido, desde el inicio, la denuncia y el alto a la violencia contra las mujeres, que en muy diversos ámbitos se ha hecho cada vez más visible y persistente, llegando a extremos escandalosos e inadmisibles, como el aumento de feminicidios en distintas regiones del país, con particular énfasis en Ciudad Juárez y el Estado de México. Desde hace más de cuatro décadas los feminicidios eran ya una dramática realidad en ciertas ciudades y entidades emblemáticas: Ciudad Juárez, en Chihuahua, distintos municipios del Estado de México como Ecatepec, ciertas ciudades de Veracruz y Guerrero, entre otros. En los años más recientes esta geografía de la violencia contra las mujeres se extendió progresivamente también a otras regiones -incluida la ciudad capital, Ciudad de México- Coahuila, Tamaulipas, Nayarit, Sonora, Oaxaca e Hidalgo, entre las más notorias. El aumento de los feminicidios ha sido, sin duda, la punta de lanza de la nueva oleada de movilización feminista, pero éste ha ido de la mano de otros muchos agravios y modalidades de violencia de género cada vez más inaceptables e intolerables para las mujeres, especialmente para las nuevas generaciones de jóvenes, extremadamente amenazadas en su vida cotidiana. El acoso, la violación, el secuestro, la trata, el amedrentamiento, la discriminación y el abuso presente en múltiples espacios (laborales, escolares, familiares) han sido signos inequívocos de un permanente asedio a las mujeres, que lejos de disminuir se ha agudizado en los últimos años. Si bien este escenario es nacional, y el movimiento desencadenado en torno a la violencia de género se inscribe también en este ámbito, uno de las manifestaciones más significativas y visibles fue la que surgió en el interior de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el seno mismo de la capital del país desde la primera mitad del 2018, y que se intensificó y adquirió creciente relevancia a partir de agosto de 2019. Y ello, porque fue en la propia Universidad Nacional donde se registraron de manera progresiva diversos episodios de violencia y denuncias por motivos de género, incluido el feminicidio de dos alumnas y reiterados casos de acoso, violación y desaparición de otras tantas. Esto condujo a que diversos colectivos estudiantiles de mujeres jóvenes realizaran numerosas movilizaciones y llevaran al paro a varias escuelas de bachillerato y nivel superior (varias de éstas se mantienen aún en esta situación); también condujo a que el movimiento rebasara los confines de la universidad, saliera a las calles, convocando a otros colectivos y actoras y actores sociales, y se uniera así también a una ola mucho más amplia latente en el país (y también en varios países de América Latina): la llamada “Marea Verde”, por la despenalización del aborto.

IMPORTANCIA

La importancia del evento Paro Nacional de Mujeres de este pasado 9 de marzo, tiene que ver con la ola de violencia que hemos sufrido las mujeres, pero sobre todo con el tratamiento que se le ha dado al tema de la violencia sistemática, feminicidios, desapariciones y delitos sexuales contra las mujeres. El sentimiento de indiferencia por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno, la falta de incapacidad institucional en la atención a víctimas mujeres, la violencia generalizada, la corrupción, la impunidad y la ausencia de políticas públicas integrales dirigidas a las mujeres, nos duele ahora más que nunca, por ello no es menor que hoy tenga tanta relevancia unirnos a este movimiento y visibilizar la importancia de la mujer en los diferentes ámbitos de la vida social. Nunca nada se ha logrado sin acciones de re-evolución, sobre todo tratándose de feminismo.

El movimiento feminista ha sido determinante en el reconocimiento fundamental del derecho al voto femenino, siguiendo con la ampliación de los derechos políticos, civiles y sociales de las mismas, que han contribuido en el proceso de visibilizar a la mujer como sujeto pleno de derechos. Aún en aras de la modernidad, la palabra feminismo continúa escandalizando las fibras más internas de la sociedad que se rehúsa a aceptarlo. El discurso antifeminista proviene principalmente de tres factores: la ignorancia, el miedo a la desaprobación social y la negativa por parte de los hombres de renunciar a determinados privilegios que han sido estructurados en base a la subordinación y dominación del sexo femenino, cuestiones que rayan en lo absurdo. No obstante, es un hecho que la resistencia al movimiento feminista no resulta exclusivo de los hombres. En las sociedades, la cultura machista ha sido indirectamente institucionalizada por el sexo femenino. A pesar de que la violencia y la discriminación de género sigue siendo una adversidad, en la actualidad destaca la gran presencia de mujeres que se resisten al feminismo, y es entendible, debido a que no resulta fácil renunciar a la falsa idea de que la mujer vive en un mundo color de rosa, para dar paso a cuestionar la cruda realidad que en nada se asemeja al cuento falaz de hadas que nos venden. Feminismo es más que un movimiento, es una ideología que propugna el cuestionamiento tanto de la realidad como del pasado a través de la historia, con el objetivo de identificar y evidenciar los distintos factores que oprimen a la mujer por el simple hecho de pertenecer a dicho sexo, y con base en ello, proponer soluciones que permitan devolverle al sexo femenino su protagonismo como personas.

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