1 minute read

Lo mismo, pero distinto

José Luis Mondragón *

Hoy, por primera vez, disfruté el encierro.

Advertisement

Estaba leyendo un cuento de Bolaño, que no he terminado pero me gusta mucho, y pensé que no me gustaría tanto si no llevara más de una semana sin salir de mi apartamento por la pandemia que acecha más allá de mi puerta. Pensé también en la sospechosa realidad que se esconde en las ¿ficciones? de Bolaño. Sospechosa porque es como si algo no terminara de encajar pero se sabe allí, como la ficha extraviada de un rompecabezas. Algo que puede ser una oreja o una flor de algodón, pero nunca se sabrá a ciencia cierta. Y luego pensé que nada de eso lo estaría pensando si pudiera salir, si pudiera ir a tomar una cerveza o comer un helado, o simplemente caminar. O simplemente saber que podía salir, pensar en todo lo que podría hacer, planearlo detalladamente sólo para quedarme en mi apartamento, tirado en el sofá, mirando el celular o leyendo a Bolaño y reflexionando sobre sus ¿ficciones?, pero en todo caso sin disfrutarlo tanto.

Docente, Fundación Universitaria Konrad Lorenz Magíster en Construcción de paz, Universidad de los Andes. Filósofo, Universidad Nacional de Colombia josel.mondragong@konradlorenz.edu.co