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Actividad Física ¿Por qué?
Dr. Rafael Agüero Médico Deportólogo
El título de esta nota es una pregunta frecuente, sobre todo en aquellas personas que no tienen el hábito de ejercitarse.
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¿Por qué hacerlo entonces, si se sienten saludables, no hay problemas de sobrepeso y estéticamente se sienten conformes?
Parece lógico pensar de esa manera, sin embargo, es un grave error.
El ser humano esta diseñado para el movimiento y la acción, no para estar inactivo, como sucede actualmente y valga como ejemplo, estarse sentado frente a una computadora durante largas horas.
Desde el nacimiento, el niño se moviliza permanentemente, como parte de su impulso vital para aprender a conocer el mundo que lo rodea.
Mediante el movimiento el ser humano se conoce a si mismo y al medio exterior.
La psicomotricidad es la ciencia que estudia estos hechos. Nuestros movimientos corporales hablan por nosotros. Son un lenguaje no hablado.
Nos movemos y realizamos gestos según nuestro interior, según nuestro estado de ánimo y según hemos aprendido a situarnos en el espacio.
Es sabido que una persona calma y serena tendrá movimientos más suaves y lentos y quienes son dinámicos e inquietos tendrán acciones más rápidas.
Ninguna manera es mejor que la otra, son personalidades distintas, en las que influye la genética, la educación, las circunstancias de vida en general y de que manera esa persona se fue adaptando al medio.
Y aquí llegamos al punto central: La adaptación
El ser humano se adapta. A todo. O a casi todo. Pero esto tiene límites. Cuando esos límites son sobrepasados sobreviene la enfermedad.
¿Qué significa esto? Que tiempo antes que la persona presente signos y síntomas de patología, el organismo ya estaba enfermándose, se estaba adaptando, pero su resistencia fue superada…y sobrevino la enfermedad y no se daba cuenta, justamente por no sentir malestar alguno.
Asimismo, es común que, luego un análisis de sangre y orina “rutinarios” normales, se tenga la optimista y a veces falsa sensación de buena salud.
Es decir, se logrará una adaptación beneficiosa, ya que se aumentará el tono y fuerza muscular, el corazón será mas eficaz, habrá más flexibilidad en todos los sectores corporales y tan importante como lo anterior, se incrementará la autoestima, con marcados efectos placenteros, que se traducirán en un andar más coordinado, más “suelto” y en movimientos y posiciones corporales saludables y relajadas. Todo esto, alimenta positivamente el deseo de ejercitarse, porque se perciben mejorías y un estado juvenil a pesar del paso del tiempo.
Pero, por lo anteriormente citado, esto no siempre es cierto!!!
Así, es imprescindible un examen general periódico, al menos una vez al año, que incluya no solo el aspecto cardiovascular, sino también el examen muscular, articular, óseo, endócrino, también el estado anímico actual, para finalmente, sobre todo si es un Deportólogo, evaluará e indicará la actividad física más conveniente, sobre todo en personas de más de 50 años.
Pero volviendo al tema del entrenamiento o la actividad física periódica, es esto fundamental para lograr la adaptación del organismo a un nivel superior de capacidad.
En contraste con lo anterior, si el organismo se “adapta” a la inactividad, sobrevendrán las limitaciones en fuerza muscular, la capacidad de trabajo disminuye, aparecen las contracturas y cierta incomodidad con el propio cuerpo, que en algunos casos son verdaderas discapacidades.
La actividad física recreativa y los deportes en general son, por lo tanto, elementos importantísimos para el bienestar.
Asimismo, quienes entrenan se preocupan más por su alimentación y disminuyen de manera significativa o anulan el consumo de alcohol y cigarrillos.
Porque de alguna manera están ejercitando su voluntad, que luego podrá ser aplicada en otros aspectos de la vida.
Así y para finalizar, un plan de entrenamiento progresivo y adaptado a cada persona es fundamental para una vida plena y en salud.