
6 minute read
Perfiles: Julián Arroyo, con sangre de viajero
Son las 13:00 horas del día. Tenemos cita en la operadora turística Omextur, ubicada en Álvaro Obregón número 248, en la colonia Roma. Es el despacho 202 donde esperamos a que el director general de la empresa termine una orden del día antes de nuestra entrevista.
Por: Laura Llerena. Fotos: Moisés Ramírez
Advertisement

Tras algunos minutos, portando un traje impecable, Julián Arroyo sale a saludarnos con una sonrisa amable y un apretón de manos. Es el nuevo presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes de la Ciudad de México (AMAV-CDMX), desde el pasado primero de diciembre de 2018.
Julián, de 45 años, con una experiencia de 15 años al frente de Omextur, siete años como socio de la AMAV-CDMX y varios más estudiando e involucrándose en diferentes áreas del turismo, supo desde muy joven que, en la vida, quería dedicarse a viajar, aunque no tenía del todo claro de qué forma: “La primera vez que me subí a un avión pensé que quería ser piloto aviador”, recuerda.
Su experiencia como viajero inició en la preparatoria, cuando tuvo oportunidad de conocer muchas partes de México gracias a sus padres, quienes eran trotamundos frecuentes. Ya con el turismo en la sangre, decidió estudiar la carrera de Relaciones Turísticas en la Universidad Intercontinental (UIC) en la Ciudad de México. Confiesa que, si bien no fue un estudiante aplicado, “tampoco le di tanta lata a mi madre”.
Literatura, Español, Civismo, Deportes, Inglés Biología e Historia fueron sus materias favoritas, mientras que Física, Química y Matemáticas siempre se le complicaron más.
Al terminar sus estudios, cambió de residencia a Taxco, Guerrero, donde tiene familia y obtuvo su primer trabajo en el hotel Monte Taxco. Ahí comenzó en el área de Alimentos y Bebidas y luego pasó a la sección de Relaciones Públicas. Laboró en ese hotel año y medio, mientras que a la par trabajaba como guía de turistas.
Después de ese tiempo regresó a la Ciudad de México donde buscó trabajo en una agencia de viajes. A partir de entonces, laboró 10 años como guía de turistas: “Ahí le di más valor a mi país porque para los turistas, muchos extranjeros, era un sueño conocer México”.
Más tarde vino su primer viaje internacional. Eligió Costa Rica, pues había un boom de viajeros costarricenses a México y quiso conocer ese destino. Ahí pasó tres meses de descanso y luego obtuvo trabajo en Otec, una gran agencia de viajes corporativos, donde laboraban alrededor de 500 personas.
Permaneció ahí año y medio, tiempo en el que se capacitó en diferentes áreas y luego tuvo que regresar a México por un tema familiar para laborar nuevamente como guía de turistas.
Fue entonces que inició su propia compañía de transporte y taxis ejecutivos. Ese fue su primer paso para consolidar Omextur en 2004. “Llevar gente a conocer mi país fue el motor que me llevó a poner mi propia empresa. Sobre todo, después de Costa Rica. Eso me marcó”, asegura Julián.
El directivo cuenta que su primera negociación fue con la aerolínea Taca, así como con importantes mayoristas, de quienes Omextur fue el operador oficial. Así, crecieron rápidamente los cinco primeros años, pues no había Internet, “entonces los turistas contrataban todo con nosotros”, afirma.
Incluso, recuerda, antes de que Mexicana de Aviación desapareciera, Omextur fue el primer operador que se sumó a las caravanas de la aerolínea, con lo que Julián conoció países como Argentina, Colombia y Guatemala. Al desaparecer Mexicana, Omextur continuó creciendo con más países, como Colombia, que se ha convertido en el mercado más fuerte de la agencia.
Ya con la vasta experiencia adquirida, Julián se unió al Consejo Directivo de la AMAV-CDMX, primero en el área de Receptivos y Transporte, donde tiene mayor experiencia, y los dos últimos dos años y medio, ya como vicepresidente ejecutivo, hasta que el mes de septiembre fue elegido por la mayoría de los socios para ocupar la presidencia de la Asociación.
Detrás de un gran hombre…
Cuando le preguntamos por qué había aceptado la propuesta de ser presidente de la AMAV-CDMX, Julián reflexiona unos segundos y contesta con firmeza: “Quiero enseñarles a las agencias de viajes que no están solas, que debemos trabajar en conjunto y aliados”.
Pero llegar a ocupar ese puesto le llevó mucho trabajo previo, no sólo en el campo laboral, pues no sólo debe llevar la batuta de una agencia de viajes; las tareas familiares tampoco pueden esperar.
Y es que Julián no sólo debe hacerse espacio para la AMAV-CDMX y Omextur, también debe multiplicar su tiempo para estar con su esposa, con quien está casado desde hace ocho años y con quien, nos platica, tuvo que hablar muchas veces de su nuevo cargo, ya que también es padre de dos pequeños: Isabela, de cinco años y medio, y Emilio, de tres años y medio, por lo que debe programarse para llevarlos a la escuela y a las fiestas infantiles.
“Ellos Influyeron a que yo tomara la decisión de ser presidente de la AMAV-CDMX porque sabía el compromiso”, nos dice, y agrega que es buen tiempo para que en dos años ya esté de lleno con ellos, pues conforme van creciendo van demandando más tiempo y atención.
Julián se describe como un papá consentidor, pero también sabe poner límites cuando debe hacerlo. Señala que, aunque hay poco tiempo, trata de organizarse para compartir momentos de calidad con su esposa e hijos.
Julián, además, debe hacer espacio para ver también a sus padres y hermanos. Su padre es periodista y fotógrafo en Taxco, su madre tiene un negocio propio y tiene seis hermanos, todos más chicos que él. Tiene dos hermanas por parte de su madre y cuatro hermanos por parte de su padre y asegura que todos son muy unidos y se ven regularmente.
El nuevo presidente de la AMAV-CDM se considera workaholic, pero no lo ve como un defecto, por el contrario, afirma, es gracias a eso que ha llegado hasta donde está hoy, sin descuidar sus relaciones personales, incluyendo a sus amigos: “con organización todo se puede”, responde cada vez que le preguntan ¿cómo le hace?
Más allá del trabajo
Pero cuando Julián no está trabajando o cuidando de sus hijos, aprovecha para nadar, jugar futbol y leer; gusta de libros de superación personal, historia, gastronomía y, claro, de viajes, para estar actualizado.
Julián comenta que los hobbies también cambian una vez que se tienen hijos. Anteriormente, junto con su esposa, las escapadas de fines de semana estaban entre sus actividades favoritas; ahora, pasar tiempo con sus niños es lo que más disfruta.
Lo único que no ha cambiado es su pasión por viajar. Si bien muchas de las travesías que ha realizado han sido por cuestiones laborales, confiesa que siempre intenta darse un espacio para hacer turismo por ocio. “Eso es lo que nos da esto: viajar y conocer”, dice Julián cuando habla de su forma de vida y agrega que por eso “son trabajos envidiables”.
Nos comparte que al unirse a la AMAV- CDMX tuvo oportunidad de conocer otros destinos internacionales con su agencia de viajes, como Brasil y diversos rincones de Perú.
Entre sus mejores recuerdos con Omextur destaca el momento cuando recibió a un cónsul de Argelia, cuando trabajaban como el primer proveedor de Best Day. Tras la visita del cónsul a México, Julián fue invitado a una feria en Argelia, pues el cónsul había quedado encantado con su trabajo y costearon todos los gastos del viaje, desde el vuelo, que según Julián recuerda estaba alrededor de los 60 mil pesos.
“Fue una experiencia divina. También iban reporteros de México, Francia e Inglaterra y nos llevaron al desierto del Sahara, donde acampamos para dormir. Todo eso te llena de pasión y experiencias”, nos comparte.

Un conciliador al frente de la AMAV-CDMX
Julián se considera conciliador, cree en el diálogo, gusta de hacer equipo con todos, no suele discutir con nadie y tiene mucha apertura, cualidades que piensa que le ayudarán a llevar a bien la presidencia de la AMAV-CDMX.
Indicó que trabajará para fortalecer a las agencias de viajes, tomando en cuenta el segmento de especialización de cada una, desde las mayoristas y minoristas, los receptivos, los meeting planners y los DMC, que son diferentes, incluso desde el tema académico.
Agregó que hay mucho por hacer, por ejemplo, en cuanto a la promoción, en capacitar a los agentes de viajes con tecnología, además de abrir paso al desarrollo de proyectos sustentables, pues está consciente de que “el viajero ha evolucionado”.
El directivo también hizo hincapié en la profesionalización de las agencias de viajes y la importancia de vincularlas con la industria turística: “Vamos a llevar mesas de trabajo entre los diferentes sectores”, afirmó.
Julián asegura que no es político, “soy de trabajo duro de empresa, desde abajo” y, al conocer todas las áreas del turismo desde muy joven “puedo representarlos (a los agentes de viajes) ante las cámaras, asociaciones y entidades de gobierno, pues son una pieza de gran importancia para la toma de decisión del cliente”.
Por último, respecto a la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), Julián menciona que, si bien les ocasiona ruido, “es una oportunidad para las empresas de retomar alianzas que se había perdido. Antes tenía buenos efectos. Será un tema de unidad, pues con internet ahora es fácil desligarse. Será bueno retomarlo, como lo hará también la AMAV-CDMX con las mesas de trabajo”, finalizó.