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La Pluma Invitada
Just a small town girl…
Yo fui una de esas personas que descubrió su orientación sexual muy tarde en la vida. Pero muy tarde. Concretamente, tenía 26 años cuando supe que me había enamorado por primera vez de una chica, mi primera novia.
Como resultaría, al pasar de los años me di cuenta de que en realidad ella no era la primera persona del género femenino que me había atraído. Desde muy pequeñita tuve crushes con otras niñas de mi edad, con celebridades y hasta con dibujos animados. Pero en mi cabeza no cabía la noción de que yo pudiera ser otra cosa que hetero. El mundo queer era algo muy ajeno al pueblo de 3.000 habitantes donde crecí y también a la ciudad donde estudié y viví después, una de las más “mochas” (i.e., conservadoras) de México.
Para mi mala suerte, cuando me di cuenta de que era bisexual me encontraba viviendo en un país donde las relaciones con personas del mismo sexo eran estigmatizadas y penadas bajo una confusa ley de “decoro”: en Jordania la homosexualidad no es un delito per se, pero las muestras de afecto públicas sí podían ser sancionadas. Lo bueno era que al parecer todxs lxs jordanxs eran como yo: la homosexualidad y el lesbianismo estaban tan lejos de su radar que cuando mi novia de entonces y yo caminábamos de la mano por la calle todo el mundo asumía que éramos buenas amigas.
Por eso, cuando llegué por primera vez a vivir a España (hace un poco más de tres años) estaba más que entusiasmada por meterme de lleno en el ambiente LGTB+, hacer amigxs de la comunidad, salir a lugares, asistir a eventos y claro, CONOCER CHICAS COMO YO. Es que estaba en el segundo país en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo ¡wow! Mientras tanto yo en mi ciudad de origen no había visto prácticamente ni una bandera arcoíris y tenía exactamente UNA amiga lesbiana y CERO amigas bisexuales. Pues en el máster en Sevilla casi todas éramos bi, me sentía que encajaba, que estaba con mi gente. ¡Era hora de lanzarnos a todos los bares, discotecas, cafés y eventos para mujeres queer!
Solo había un pequeño problema: él último lugar que se definía para chicas LGTB+ había cerrado en 2017. Todos los resultados de Google apuntaban a sitios en Madrid o Barcelona… ¿y en Sevilla qué? ¿acaso no somos suficientes para considerarnos un público meta?
Pues desde entonces la situación sigue igual. Bueno, casi. Cuando empecé a trabajar en Togayther pensé… ¿y si nosotrxs podemos crear algo, aunque sea pequeñito? Así fue como surgió el evento mensual “Café del Círculo de Mujeres LBTIQ+ y Personas No Binarias”, que ya ha logrado reunir a 30 chicas y chicxs que han encontrado un espacio para conocer gente nueva, convivir y formar amistades. Aún seguimos construyendo esta red, pero confío en que podría ser el inicio para que mi amada ciudad adoptiva se dinamice y nos ofrezca más alternativas de ocio, ¡que las lesbianas, bisexuales y queers tanto cis como trans y NB también existimos y queremos salir, coño!
Lilia Sandoval Somos Comunidad
