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(Editores)

Adentrarse en el universo creador de Leopoldo María Panero es una aventura que transcurre por terrenos inexplorados de la que uno sale siempre enriquecido, y este libro es una guía de viaje.

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Este libro reúne una serie de trabajos de especialistas que analizan su obra y alrededores desde los más distintos presupuestos: su cultivado malditismo, su relación con la poesía del momento y los novísimos, el mundo de las drogas, su lenguaje escatológico, la tendencia en su obra hacia el mal y la fealdad, los vericuetos de su prosa, sus traducciones o sus apariciones en el cine.

Clara Isabel Martínez Cantón Sergio Santiago Romero Javier Domingo Martín

La figura del poeta loco cuya lucidez deslumbra en sus versos suele ser un tópico que no existe salvo en contadas ocasiones. Leopoldo María Panero es uno de esos raros ejemplos. Ha pasado a la posteridad como un poeta maldito, a la vez clásico y moderno, ordinario y cultísimo, periférico y central en antologías y estudios académicos.

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LOS LÍMITES DE LA PALABRA POÉTICA

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LEOPOLDO MARÍA PANERO

LOS LÍMITES DE LA PALABRA POÉTICA

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CLARA ISABEL MARTÍNEZ CANTÓN SERGIO SANTIAGO ROMERO JAVIER DOMINGO MARTÍN (Editores)

LEOPOLDO MARÍA PANERO:

LOS LÍMITES DE LA PALABRA POÉTICA

COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES Manuel Asensi Pérez

Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València

Ramón Cotarelo

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia

Mª Teresa Echenique Elizondo Catedrática de Lengua Española Universitat de València

Juan Manuel Fernández Soria

Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València

Pablo Oñate Rubalcaba

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València

Joan Romero

Catedrático de Geografía Humana Universitat de València

Juan José Tamayo

Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid

Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales

LEOPOLDO MARÍA PANERO: LOS LÍMITES DE LA PALABRA POÉTICA

CLARA ISABEL MARTÍNEZ CANTÓN SERGIO SANTIAGO ROMERO JAVIER DOMINGO MARTÍN (Editores)

Prólogo de:

Javier Huerta Calvo

tirant humanidades Valencia, 2020

Copyright ® 2020 Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación sin permiso escrito de los autores y del editor.

En caso de erratas y actualizaciones, la Editorial Tirant Humanidades publicará la pertinente corrección en la página web www.tirant.com.

La presente edición ha sido publicada con financiación de las Ayudas Complementarias a la Investigación concedidas por la Facultad de Filología de la UNED.

© AA.VV.

© TIRANT HUMANIDADES

EDITA: TIRANT HUMANIDADES

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TELFS.: 96/361 00 48 - 50

FAX: 96/369 41 51 Email:tlb@tirant.com www.tirant.com

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ISBN: 978-84-17706-69-2

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Autores:

TÚA BLESA JORGE BRAGA OLGA DOMINGO MANRIQUE JAVIER DOMINGO MARTÍN J. BENITO FERNÁNDEZ SERGIO FERNÁNDEZ MARTÍN JAVIER HUERTA CALVO JEAN-MARC LAGNIER RAQUEL LANSEROS SÁNCHEZ BLAS MACÍAS AGUADO CLARA ISABEL MARTÍNEZ CANTÓN/DANIELA GATO GEMMA PIMENTA SOTO ANTONIO JOSÉ QUESADA SÁNCHEZ ANTONIO RIVERO MACHINA SERGIO SANTIAGO ROMERO LUIS MIGUEL SUÁREZ MARTÍNEZ

Índice Prólogo...................................................................................................................... 11 Javier Huerta Calvo

I. EL POETA, ENTRE LO NOVÍSIMO Y LO MALDITO Leopoldo María Panero, poeta no español............................................................ 19 Túa Blesa Tradición y modernidad en la poesía novísima de Leopoldo María Panero..... 61 Luis Miguel Suárez Martínez “Atad a un cadáver con hermosas correas”: un acercamiento al sadismo corporal en la poesía reciente de Leopoldo María Panero........................................ 75 Sergio Fernández Martínez La escritura y la marranada. Palabra explotada y cuerpo horadado en el lenguaje escindido del loco....................................................................................... 103 Gemma Pimenta Soto Sobre poetas malditos: tres ejemplos actuales de “poesía drogada”.................... 115 Olga Domingo Manrique “Trapecios una y otra vez”: la metáfora escénica en la poesía de Leopoldo María Panero............................................................................................................. 127 Sergio Santiago Romero

II. EL HOMBRE EN FAMILIA Leopoldo María Panero: nueva carta al padre..................................................... 141 Javier Huerta Calvo Leopoldo Panero (padre) y los itinerarios del malditismo................................... 175 Antonio Rivero Machina

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Índice

Cine y literatura. El desencanto, hacia una poética del cine.............................. 201 Jean-Marc Lagnier Leopoldo María Panero y sus apariciones cinematográficas: Leopoldo María y sus circunstancias................................................................................................ 219 Antonio José Quesada Sánchez

III. OTROS TEXTOS Y CONTEXTOS “Presentimiento de la locura” o la exploración de lo fantástico en un relato de Leopoldo María Panero...................................................................................... 255 Clara I. Martínez Cantón Daniela Vanesa Gato Losinno La creatividad traductora de Leopoldo María Panero: los textos poéticos........ 275 Jorge Braga Riera El contexto generacional de Leopoldo María Panero: seis poetas no novísimos... 305 Raquel Lanseros Sánchez Sobre el concepto de paraísos artificiales y su utilización en la literatura modernista española: el caso de Rubén Darío....................................................... 325 Blas Macías Aguado Leopoldo María Panero y la perversión intermedial: análisis de las relaciones palabra-imagen en El tarot del inconsciente anónimo (1997)...................... 349 Javier Domingo Martín

IV. EL EPÍLOGO Leopoldo María Panero: quien escribe el dolor.................................................... 371 J. Benito Fernández

Prólogo Desde 1936, en que apareció Cantos del ofrecimiento, el único libro publicado por Juan Panero (1908-1937) en la imprenta de Manolo Altolaguirre1, hasta 2014, en que muere Leopoldo María, son casi ochenta años de sostenida presencia de los Panero en la poesía contemporánea. Como hito fundamental, la obra de Leopoldo Panero (1909-1962), autor de dos libros fundamentales en la inmediata posguerra —La estancia vacía (1944) y Escrito a cada instante (1949)—, ejemplos máximos de la que Dámaso Alonso llamó “poesía arraigada”; un gran poeta, sin duda, para algunos el mejor de la saga, pero que se ha visto ninguneado por el sectarismo cainita de quienes siguen entendiendo la literatura como un campo de batalla política.

Bajo la poderosa sombra de su padre, al que pese a todo admiró mucho, Juan Luis Panero (1942-2013), outsider de la promoción novísima, es autor de una obra discreta, muy inspirada en la lección de Luis Cernuda2. Y, en fin, Leopoldo María (1948-2014).

Su progenitor, a quien tanto amó/odió, le dedicó, cuando sólo tenía cinco años, un soneto en el que le vaticinaba una infancia vitalicia —“un niño será toda la vida”—, a tono con el que sería mito predilecto suyo, el de Peter Pan. Debía ser por entonces cuando Leopoldo María, que —según el testimonio de su madre, Felicidad Blanc— se denominaba “poetiso”, escribía ya versos sobre tumbas y esqueletos, es decir, sobre la muerte, tema capital de su lírica. Por aquel entonces el pintor Álvaro Delgado le hizo un retrato vestido de Arlequín; un Arlequín de expresión melancólica que preludia el extraordinario

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Véase la reciente edición de Sergio Santiago (Astorga, Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías / Asociación de Amigos de la Casa Panero, 2017).

Juan Luis Panero fue objeto de las primeras jornadas organizadas por la Asociación de Amigos de la Casa Panero; las intervenciones están recogidas en Abolido esplendor. En torno a la poesía de Juan Luis Panero, Ediciones Antígona, Madrid, 2017.

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que le haría muchos años después, ya Leopoldo María sumido en su terrible y no pocas veces siniestra locura.

Conviviendo con esa locura, escribiendo contra la psiquiatría y contra los mismos locos, se ha ido forjando la poesía de Leopoldo María. No es obra menor, ni en cantidad ni en calidad, la suya. El irracionalismo de su inspiración —que ha sido objeto de sesudos análisis lacanianos— no contradice su ambiciosa voluntad de estilo e, incluso, cierta tendencia al orden y al sistema. Como en tantos otros poetas, hay en él muchos versos prescindibles, exceso de hojarasca retórica, sobre todo en su última producción, caracterizada entre otras cosas por misteriosas e inexplicables coautorías, de modo que lo mejor es leerlo en antologías. Respecto de su primera etapa, en la órbita de la estética novísima, contamos con una excelente preparada por Jenaro Talens, muy significativamente titulada Agujero llamado Nevermore (1992). Se recogen en ella textos que van desde su primer libro, Por el camino de Swann (1968), hasta los publicados a fines de los 80, entre los cuales destacan los Poemas del manicomio de Mondragón (1987).

Con los novísimos Leopoldo María compartió el deseo de sacar a la poesía española de las casillas en que la había encerrado la práctica de la poesía social y la veneración machadista. En sus versos afloran los grandes nombres de la poesía internacional Rilke, Eliot, Pound, Benn, junto a la nueva valoración de la cultura pop, la música rock y, en su caso, el mundo de las drogas, además de una tendencia irrefrenable al mal y la fealdad, de acuerdo con los grandes maudits del xix: Poe, Baudelaire, Lautréamont… Panero extrema, a ejemplo de los beatniks, la exploración en el mundo del sexo y de la escatología, a veces coincidentes, como sucede con “Proyecto de un beso”, brillante elegía amorosa en versos alejandrinos: “Te mataré mañana cuando la luna salga / y el primer somormujo me diga su palabra / te mataré mañana poco antes del alba / cuando estés en el lecho, perdida entre los sueños / y será como cópula o semen en los labios”.

Narciso en el acorde último de las flautas (1979) es —a mi juicio— el mejor título de esa etapa. Curiosamente, incluye dos poemas que

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inciden en el tema familiar: uno es “Carta al padre”, en que glosa de modo brillante el célebre “Epitafio” de Leopoldo Panero: “Ha muerto / acribillado por los besos de sus hijos…”. Más que un kafkiano ajuste de cuentas, es un diálogo imposible con el padre —“solos tú y yo, e irremediablemente / unidos por la muerte”—, para proponer como conclusión un acto de amor no convencional sino incestuoso: “solos yo y tú, mi amada, / aquí, bajo esta piedra”3. El otro, dedicado a la madre aún viva, discurre por terrenos no tan afectuosos, y está lleno de imágenes que recalcan como improperios el sadismo de la madre ante los sufrimientos del hijo, convertido su espíritu “en teatro / vacío, del que todo pensamiento ha desertado”; un teatro vacío y absurdo que recuerda el espacio desolado de Esperando a Godot.

Con los Poemas del manicomio de Mondragón (1987) comienza una nueva etapa, en la que domina más el poema corto, donde quizá obtiene los mejores resultados a base de un estilo sentencioso que asombra por su concisión y su serenidad: “Hombre normal que por un momento / cruzas tu vida con la del esperpento / has de saber que no fue por matar al pelícano / sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros / y que a nada sino al azar y a ninguna voluntad sagrada / de demonio o de dios debo mi ruina”.

La obra posterior (Poesía completa, 2000-2010) fue editada por Visor en 2012 con un prólogo de Túa Blesa: abismo, miedo, suicidio, esquizofrenia, locura, muerte son los temas que se encaraman a los títulos de estos libros últimos para componer un concierto en el que predomina “la voz de la tiniebla”; una voz en exceso monódica; una suerte de escritura casi automática que vuelve sobre sí misma, para ensartar cita tras cita (a menudo autocitas) en un alarde de erudición poética que, si es un festín para cualquier filólogo que quiera ejercitarse en la intertextualidad, llega a ser cansino y dificultoso para un lector que se acerque por primera vez a sus versos.

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Este y otros poemas son comentados en un libro de próxima aparición: El poema, flor de la nada. Quince glosas a la poesía de Leopoldo María Panero, ed.

J. Huerta, Madrid, Sial / Pigmalión, 2019, en curso de publicación.

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“Este es un libro puesto ya en orden por la muerte”, escribió Luis Rosales al frente de El contenido del corazón, dedicado póstumamente a quien fuera su gran amigo Leopoldo Panero. Parafraseándolo, podríamos nosotros decir que, con la desaparición de Leopoldo María, el clan poético de los Panero está ya puesto en orden por la muerte. Acabado el espectáculo, ahora sólo queda la palabra poética, es decir, la hora de los lectores. ……

A esos lectores, devotos de la poesía de Leopoldo María Panero, va dirigido este libro, que recoge una selección de las mejores ponencias presentadas en un congreso que la Asociación de Amigos de la Casa Panero, en colaboración con la Universidad de León, la UNED y el Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías, y con el patrocinio del Ayuntamiento de Astorga y el Instituto Leonés de Cultura, convocó bajo el título de Leopoldo María Panero: la palabra poética y sus límites y que tuvieron lugar entre el 20 y el 22 de julio de 2017.

Presentamos esas interesantes aportaciones en tres bloques. El primero aborda el proceso del poeta, desde su primera afiliación novísima a los elementos cada vez más reiterados de su poética maldita.

Para ello era imprescindible contar con el sabio criterio de Túa Blesa, hoy por hoy el estudioso que mejor conoce la poesía de Panero y cuya ponencia abre en justicia el volumen. A ella sigue un documentado trabajo de Luis Miguel Suárez sobre la presencia de elementos tradicionales y modernos en su poesía. Y después: tres estudios que tienen como autores a tres excelentes investigadores jóvenes (la juventud fue marca de aquel encuentro astorgano, y ese es el mejor indicio de porvenir): Gemma Pimenta, Sergio Fernández y Sergio Santiago, estos dos últimos cada vez más vinculados a las actividades de la Asociación.

El segundo bloque trata del lugar del poeta en la siempre imprevisible y ya mítica familia Panero. Antonio Rivero dedica un sugerente ensayo a la consideración como maldito del patriarca de la saga frente a su tradicional consideración como poeta oficial del franquismo.

Quien firma estas líneas ahonda en las relaciones poéticas de padre e

Prólogo

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hijo, más cordiales de lo que pudiera parecer a la luz de las opiniones emitidas por el poeta en El desencanto y otras películas, cuestión de la que se ocupan Antonio José Quesada y Marc Lagnier.

El tercer bloque aborda otras facetas de la creación literaria de Leopoldo María: su narrativa (Clara Isabel Martínez Cantón y Daniela Gato), su incesante labor traductora (Jorge Braga) su relación con lo pictórico y lo visual (Javier Domingo Martín), además de otros trabajos de carácter más contextual. A cargo de Raquel Lanseros, Blas Macías y Olga Domingo, como se ve, una feliz conjunción de críticos y creadores. J. Benito Fernández, biógrafo del poeta, pone el punto final al volumen, de cuya coordinación se han encargado con magnífica eficiencia Clara Isabel Martínez, Sergio Santiago y Javier Domingo.

Javier Huerta Calvo

I. EL POETA, ENTRE LO NOVÍSIMO Y LO MALDITO

Leopoldo María Panero, poeta no español Túa Blesa Universidad de Zaragoza

Hace ahora casi un siglo escribía T. S. Eliot, en su importante ensayo “Tradition and the individual talent”: “Procedamos a una exposición más inteligible de la relación del poeta con el pasado: no puede asumirlo en bloque, como un mazacote, ni puede formarse del todo en una o dos admiraciones personales, ni el poeta puede formarse del todo en un periodo preferido”1. Cierto e independientemente de otros de los juicios de ese ensayo, cada poeta nuevo selecciona de la tradición, o de las diversas tradiciones, ciertos modelos, estilos, etc., a partir de los cuales se traza la nueva escritura, en lo que supone también una revitalización de aquello que es asumido. Siendo así, ¿qué hace suyo del pasado Leopoldo María Panero?, ¿qué rechaza?, ¿qué imagen de su obra construye con ello?

Cuando en 1968 Leopoldo María Panero puso como título a su primera publicación, un cuadernillo de tan solo cinco poemas, Por el camino de Swann, evidente traducción del título del primer tomo de À la recherche du temps perdu, Du cotê de chez Swann, ello señalaba que ponía sus poemas bajo un rótulo tomado de la literatura francesa. A propósito de tal título, explicaría tiempo después: “Por el camino de Swann lo titulé porque no había leído a Proust, entonces en mi dulce ignorancia yo me creía que en el primer tomo, como eran las confesiones de Proust, el primer tomo era la infancia… y por

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T. S. Eliot, El bosque sagrado, ed., intr. y nn. José Luis Palomares, trad. Ignacio Rey Agudo, Langre, Madrid, 2004, pp. 223-225.

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Túa Blesa

eso fue”2. Tras el título el lector encuentra una cita de Georg Trakl, “Die Süsse unserer traurigen Kindheit”, “la dulzura de nuestra triste infancia”, verso quinto del poema “Abendlied”, cita que se repetirá en Así se fundó Carnaby street de 1970 —título que, como es bien sabido, nombra una entonces famosa calle de Londres— como lema en la sección “Tarzán traicionado” que recoge los cinco poemas de la anterior publicación3 y que, muchos años después, en 2002, servirá como título para uno de los textos de Prueba de vida. Autobiografía de la muerte4, un texto que empieza como relato de la infancia y que recupera, por tanto, el mundo que se evoca en aquellos textos.

Sabemos además por unas cartas de Pedro Gimferrer reproducidas en la excelente biografía del poeta debida a J. Benito Fernández que en principio Panero había pensado para esa primera publicación un título en italiano, lo que el autor de Arde el mar le desaconsejó. En carta del 13 de enero de 1968 escribe Gimferrer: “Sobre tu libro: / a) Titular en idioma extranjero me parece bien si se trata de un poema, pero para un libro creo que es excesivo y peligroso”, y en otra del 24 de ese mismo mes vuelve sobre ello: “Lo del título en italiano no era, o me expresé mal, un reproche teórico (mal podría yo hacerlo después de “Malienus” y “Band of angels”) sino puramente práctico y circunstancial”5.

En cualquier caso, ya el título en italiano, ya en francés, además de la cita en alemán mencionada apuntaban a situar esa escritura en el margen de la tradición española, aún más, fuera de ella. Además, en Así se fundó, Panero tomó de nuevo de Trakl otro verso, el último de “Der Wanderer”, también en alemán, “Schaukelt auf schwarzen Gondelschiffen durch die verfallene Stadt”, “balancea en góndola ne-

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T. Blesa, “De los principios poéticos” [entrevista con L. M. Panero], Archipiélago, 18-19, invierno, 1994, p. 212b.

L. M. Panero, Poesía completa. 1970-2000, ed. Túa Blesa, Visor, Madrid, 2001, p. 59.

L. M. Panero, Prueba de vida. Autobiografía de la muerte, Huerga y Fierro, Madrid, 2002, p. 43.

J. B. Fernández, El contorno del abismo. Vida y leyenda de Leopoldo María Panero, Tusquets, Barcelona, 1999, p. 93.