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Indecente ttttt

La historia detrás de El Dios de la Venganza, una de las grandes obras de teatro judías, vuelve al Teatro Helénico

TEATRO QUE HABLA SOBRE

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TEATRO, que se las ingenia para montar una puesta en escena dentro la misma obra y que nos ayude a sensibilizarnos sobre los sufrimientos de toda una comunidad en el pasado. A todo esto nos encaramos al hablar de Indecente, una pieza que le otorgó a su dramaturga, Paula Vogel, el premio Pulitzer y el Tony a Mejor Obra de Teatro.

Indecente nos relata toda la historia alrededor de El Dios de la Venganza (1918), una pieza judía completamente disruptiva para su tiempo, de Sholem Asch, que mostró un beso lésbico y que se volvió una obra de resistencia en tiempos del holocausto.

DE QUÉ VA…

Sobre los problemas que pasaron los creadores de la obra El Dios de la Venganza.

POR QUÉ VERLA… à Teatro Helénico. Revolución 1500, Guadalupe Inn. Jue y vie 8pm, sáb 7pm y dom 6pm. $360-$505. Hasta el 20 de agosto.

Tiene una producción impecable, es enternecedora.

Crear obras de arte para una comunidad es indispensable para construir su identidad, por eso El Dios de la Venganza fue —y es— tan importante alrededor del mundo, porque retrata desde una mirada honesta, retadora y local a la comunidad judía: imperfecta, humana… real. En Indecente vemos la vida de su creador, y de sus amigos y colegas, que montaron la obra por Europa y EEUU. Nos muestran los problemas que les trajo mostrar un beso lésbico, así como lo que significó presentarla en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial, en medio del Holocausto.

Y con todo esto, la obra pareciera desoladora y solemne, pero se toma sus tiempos para el humor, para la alegría y el cariño. En particular el montaje de la gira por toda Europa es brillante.

La puesta en escena de Indecente en el Teatro Helénico no tiene fallos que valgan la pena mencionar. Es emotiva, vivaz, sus actores se lucen interpretando a más de un personaje en varias ocasiones. Tiene carisma, alma y mucho corazón.

Sin embargo, si en El Dios de la Venganza vemos a personajes imperfectos, reales y hermosos por ser humanos; en Indecente pareciera no hay uno solo que no sea virtuoso. Aún sus errores se redimen con sencillez, se justifican con tibieza.