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ÁLEX PALOU

Álex Palou besa la Astor Cup tras la carrera en Long Beach © IndyCar Media

El venerado sueño se hizo realidad. La frase ya se puede decir con orgullo y suma satisfacción: Álex Palou es campeón de la IndyCar. El piloto de Sant Antoni de Vilamajor logró este pasado domingo en Long Beach una realidad tan esquiva como impensable hace unos años para el automovilismo español: la de dominar la máxima categoría de monoplazas de Estados Unidos y una de las más prestigiosas del panorama internacional, haciéndose valer ante una de las parrillas más competitivas que han pasado por el campeonato. Una machada legendaria para el deporte nacional con el que culmina la primera parte de un camino que comenzó Adrián Campos, al descubrirle, apoyarle y prometer al “nuevo Fernando Alonso”. Como tantas otras veces, su olfato acertó.

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Acertó también Palou poniendo no solo su innegable talento en la pista californiana durante todo el fin de semana, sino también su temple. Desde los primeros entrenamientos libres del viernes se mostró confiado ante el reto que tenía por delante, sereno, sin que los nervios se le notaran ni una sola vez. Cómo sería la materia que no salió a pista hasta bien entrado el FP1 para ya mostrarse rápido con pocas vueltas, decidido a alcanzar por sí mismo el Top 11, y posteriormente Top 12, que le valía para alcanzar la Astor

EL GRAN FAVORITO

Cup, sin tener que depender de los resultados de sus rivales.

Así se plantó en la clasificación, donde evitó la complicación de quedarse fuera en la primera ronda en su último intento, casi con el tiempo cumplido, en un grupo en el que estaban presentes sus rivales al título, Patricio O’Ward y Josef Newgarden. Pudo con la inquietud de la situación también en el Fast 12 posterior, donde, a pesar de la progresión en las vueltas rápidas que venía demostrando y que podían dejarle en un cómodo Top 6 para afrontar la carrera, una bandera amarilla arruinó sus opciones al tener que ralentizar, como le ocurrió a su rival mexicano. Y eso que Dirección de Carrera estuvo varios minutos dirimiendo qué hacer tanto con Palou como con O’Ward, puesto que pilotos que no redujeron el ritmo mejoraron su registro y quedaron por delante. Mientras que Pato sí fue presa de un sustancial cabreo por la injusticia cometida, Álex no levantó la voz y desde la tranquilidad pensó en la carrera, sabedor de que aún podía manejar una buena estrategia pese a clasificar décimo, tener a O’Ward delante, octavo, y a Newgarden en la pole, lo que hacía al de Penske mantener sus opciones vivas.

Con esos principales focos en la batalla por el título se conformaría la parrilla, aunque ésta quedaría prácticamente vista para sentencia en los primeros compases de la carrera. Y es que a Patricio O’Ward le perjudicaría verse metido de lleno en el pelotón por la inexplicable falta de acción del director de carrera, pues, en la primera vuelta, Ed Jones le tocó en la famosa horquilla del circuito californiano, haciéndole trompear y quedando último. En esa acción, Palou, que iba justo detrás, pudo evitarle, aunque el alerón del Chip Ganassi llegó a rozar al McLaren. Como consecuencia del incidente O’Ward decidió buscar la machada a la desesperada con una estrategia a pie cambiado, como hizo Palou en Portland para lograr la victoria, pero la suerte fue definitivamente esquiva con él: en la vuelta 18 quedó fuera de la carrera por la rotura del palier de su monoplaza.

CERO RIESGOS EN LA QUALY

PATO, K.O. A LA PRIMERA DE CAMBIO

Salida del GP de Long Beach © IndyCar Media

Así se acabaron sus opciones, en una carrera que no hizo justicia a toda su pelea presentada por el título a lo largo de 2021. Sin embargo, las de Álex se multiplicaron sustancialmente, pues pasó a valerle terminar vigésimo segundo, mientras que a Newgarden solo le valía ganar con el máximo de vueltas lideradas. El español pasó a controlar su carrera particular, con menos presión aún, y a la espera de hacer movimientos claros en pista con la ayuda de la estrategia del equipo.

Sin embargo, Colton Herta terminó de echarle una mano, aunque no la necesitara. Tras su victoria en Laguna Seca, el patio de recreo particular de su familia, Herta llegó a Long Beach con ganas de repetir. De hecho, era el favorito al triunfo tras ser el más rápido en los entrenamientos libres, pero un mínimo toque con el muro en la clasificación que dañó la dirección le dejó en la décimo cuarta plaza en parrilla. Eso sí, en carrera pudo imponer su ritmo y desde el comienzo fue decidido a remontar, encadenando adelantamientos sucesivos con facilidad, entre ellos al español. De esa forma, en poco tiempo se plantó en el podio, a lo que le sucedió dos adelantamientos sucesivos a Scott Dixon y a Josef Newgarden para colocarse líder virtual en la vuelta 32, siendo una primera posición efectiva tres giros después, con la parada de los pilotos a estrategia cambiada. Nadie pudo detener al #26, que en apenas 15 vueltas ya contaría con casi 10 segundos de ventaja, negándole al rival de Palou los 50 puntos del triunfo y los dos de las vueltas lideradas que necesitaba.

Un final de carrera más tranquilo, con un último stint que apenas varió la clasificación, dejó a Herta triunfante sobre los citados Newgarden y Dixon, y a Palou en una válida cuarta posición para el campeonato, a la que llegó gracias a las buenas paradas de Chip Ganassi, que beneficiaron overcuts como el que le realizó a James Hinchcliffe, y a incidentes que dejaron fuera a rivales, como Marcus Ericsson.

De esta forma fue como forjó Álex esta maravillosa gesta, a la que tampoco hay que olvidar que podría haber llegado antes. Su genial estado de forma en el triplete final de la temporada, con la victoria en Portland a pesar de la jugada de Dirección de Carrera en el incidente de la primera vuelta, la segunda posición en Laguna Seca y este cuarto puesto en Long Beach han hecho olvidar la nefasta segunda carrera en el rutero de Indianapolis, cuando rompió motor en una carrera que podía ganar, o la aún peor ronda en el

HERTA, SU GRAN ALIADO

óvalo de Gateway, donde perdió la cabeza del campeonato al coartar Rinus VeeKay su remontada, con sanción de puestos por el cambio de motor de la propia prueba de Indianapolis.

No ha estado exenta de suspense, por tanto, la consecución del sueño de aquel chico que destacando en el karting llegó a la EuroFormula, campeonato en el que lo hizo también que ya pasó a la escalera por llegar a la F1. Una escalera en la que tropezó, pero de la que ha salido a las mil maravillas, demostrando su talento en una escapada extrema a la SuperFormula japonesa y que ha acabado con el español en Estados Unidos, donde tras conquistar a Chip Ganassi, una de las mejores cosas que se pueden decir en este deporte, ha rematado el objetivo de forma magistral, entrando en el olimpo de pioneros y leyendas del motor español como Fernando Alonso, Antonio García, Marc Gené o Carlos Sainz. En ese grupo está ya Palou, con apenas 24 años, librando una carrera deportiva donde lo mejor está por llegar. Los que le conocíamos desde hace años sabíamos que estaba capacitado para hacer esto y más, pero ahora ya nadie puede decir que pensar en Álex ganando en las 500 millas de Indianápolis, luchando por más títulos de la IndyCar o poniendo sus vistas en otras categorías con grandes opciones es utópico. El consejo está claro: disfrutemos de él. Dará muchas más alegrías.

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