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I Inclusión

El valorde compartir

El Centro Comunitario Lamroth Hakol impulsa programas para brindar contención a personas en situación de vulnerabilidad social, en la zona norte del conurbano. Articula con otras organizaciones y cuenta con más de 2 mil socios.

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TEXTO MAIA PELMAN

La Comunidad Lamroth Hakol fue fundada hace 77 años, en el partido de Vicente López, por un grupo de judíos alemanes que emigraron hacia la Argentina escapando del horror de la Segunda Guerra Mundial. Ellos tenían la convicción de que valía la pena sostener el judaísmo, de ahí el significado de su nombre en hebreo: “A pesar de todo”. Actualmente, con más de 2000 socios, es una congregación destacada y activa de la zona norte de la Provincia de Buenos Aires. Lamroth Hakol promueve en forma activa el valor de la Tzedaká (justicia social) como pilar esencial de la vida judía. Dentro del centro funciona un departamento de Acción Social que ayuda a 100 familias y trabaja en conjunto con más de catorce instituciones. “Cada vínculo tiene su tinte espe-

cial. No todos reciben las mismas ayudas y soportes, hay un trabajo de escucha y de ver qué es lo que el otro necesita”, explica “Puchi” Sztamfater, Directora de Acción Social.

Mirar al otro

El área cuenta con 85 voluntarios, que van desde los 16 años hasta los 85 y sostiene, en el tiempo, múltiples iniciativas basadas en tres ejes fundamentales: la alimentación, la educación y la salud. Quienes participan en los programas entregan cajas de alimentos, ropa y elementos de primera necesidad a las familias y centros de Vicente López.

A través del proyecto Plato caliente, el catering Sameaj, perteneciente a la comunidad, los voluntarios cocinan 1.500 viandas por semana que entregan a personas en situación de calle y alta vulnerabilidad social. “Hay una cadena muy grande de gente que colabora. A mí me da mucho bienestar personal, porque estoy ayudando al otro, pero ayudar al otro me ayuda a mí, es un círculo absolutamente virtuoso. La solidaridad es un valor fundamental para poner el cuerpo y para pensar”, cuenta Andrea Max, voluntaria de Lamroth Hakol.

Otros programas están orientados a la formación laboral. Se dictan cursos de inclusión digital y técnicas de cocina para mejorar la productividad y generar nuevas herramientas en poblaciones de barrios populares. El arte también está presente en la comunidad. Hay mujeres que realizan un aporte solidario a través del arte textil, confeccionando mochilas y mantas, entre otras cosas. Además, desde hace diez años existe ArteLamroth, una feria en donde artistas reconocidos y emergentes donan una parte del

valor de sus obras para las actividades.

Con respecto a la salud, el centro cuenta con iniciativas de promoción de hábitos saludables, relevamientos médicos en el barrio y entrega de lentes y medicamentos.

“Lo que tiene Lamroth en particular es nuestro sello y nuestra manera de hacer, que es amorosa y comprometida. Somos una comunidad abierta, inclusiva y que mira hacia el otro”, señala Sztamfater. Un centro en expansión que se destaca por el trabajo colectivo, la transparencia en cómo hacen las cosas y el bienestar comunitario.

Entre otras acciones,los voluntarios cocinan y entregan 1500 viandas a personas de barrios vulnerables.

CÓMO CONECTARSE

Lamrot Hakol: Facebook:/LamrothHakol Instagram:/lamroth.hakol @ lamroth@lamroth.org