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UN REY ENTRE LOS PECES: EL PEJERREY

Cuando tratamos de entender las razones por las cuales la pesca de pejerrey convoca tantos aficionados, sin dudas tendremos que remontarnos a la infancia, ese territorio donde anidan las pasiones.

Es que ya sea en los ríos, el mar, los diques o las lagunas, el pejerrey nos invita a revivir ese ritual de la boyita que se corre o que se hunde, volviendo a emocionar a nuestro “niño interior” con el recuerdo de sus primeras armas en la pesca. Muchos factores contribuyen a que el pejerrey sea la especie más pescada por los argentinos. En primer lugar, el estar presente en casi todas las provincias argentinas, por la variedad de ambientes que habita y su adaptabilidad a nuevos ecosistemas. Contribuye a estar tan presente en aguas interiores la posibilidad de criarlos en cautiverio y sembrar ovas fecundadas o alevinos, permitiendo repoblar ámbitos muy presionados por la pesca deportiva o comercial. Pero también hay características propias del rey de los peces que lo hacen tan atractivo: el sabor de su carne, manjar gastronómico de excepción; el no tener radios espinosos como los bagres (permitiendo su manipulación sin peligro por niños o adultos) y –sobre todo- esa forma de picar mágica que hace despertar el brillo en los ojos de cada pescador que ve que una boya se sale de la línea de deriva o se hunde suavemente. Ahí está la clave de tanta pasión detrás de la pesca de estos peces maravillosos.

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Cabe destacar que dentro de los peces que pueblan nuestras aguas dulces al norte del río colorado, podemos decir que el pejerrey, en su especie más popular que es el Odonthestes argentinensis, es un pez de “aguas frescas” y no frías. Es decir, que pese a que su pesca la asociamos al invierno, es clave medir a temperatura del agua para saber si van a estar activos o remisos. La experiencia de tantos años pescándolos en el Río de la Plata y las lagunas bonaerenses y cordobesas indica que si el agua lugar. Y si pasa por encima de 18 grados (sobre todo el verano), ya el plancton en abundancia de los distintos espejos de agua hará que el pejerrey esté recibiendo mucha comida (zooplancton) con solo filtrar agua con sus branquias y pasen a segundo plano nuestros alimentos sustitutos (las carna - manipular un paternóster o balancín estará bien con una caña de 3 metros mientras que para pescar pejerreyes en el Río de la Plata se imponen los modelos más largos. Las cañas pueden ser telescópicas (un tramo se mete dentro del otro) o tramos enchufables y el reel debe estar acorde al peso de la caña, o de

Reel Spinit Turbo

Multifilamento

Spinit Ultrabride

Máxima resistencia reemplazar al monofilamento o nailon, por el multifilamento, compuesto de hebras trenzadas, con mayor resistencia y flotabilidad garantizada. Hace unos años, este material erosionaba los pasahilos, pero la tecnología los trae ahora de materiales más sedosos evitando este inconveniente y manteniendo todas las ventajas anteriores, a las que debemos agregarle que al tener mayor resistencia con menos diámetro nos entra más carga en el reel. Para pejerreyes, medidas entre 0,15 y 0,22 serán más que suficientes para estar cubiertos con los mayores ejemplares de la especie (hasta 2 kilos) y eventuales sorpresas como dorados, grandes bagres o patíes que se nos prendan en las líneas de pejerrey.

LOS REELES que usemos pueden ser tanto frontales como de bajo perfil y deben tener relación con la caña y el pejerrey que esté saliendo. Es decir, para reeles rotativos de bajo perfil se usan cañas diseñadas especialmente para esos reeles, con mas pasahilos que hagan de guía a la línea, mientras que para los frontales, tendremos menos pasahilos y de aros mas grandes, que permitan pronta salida del sedal. ¿Cuándo optar por uno u otro? Si bien mucho tiene que ver el gusto del pescador,

EL PEJERREY ES UNA ESPECIE EURIHALINA, ES DECIR, CON CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN A

DISTINTOS GRADOS DE SALINIDAD DE AGUA.

podemos decir que para pescar con línea más controlada usaremos los reeles de perfil bajo, que requieren algo de experiencia en su uso y suelen tener menos capacidad de carga de nailon o multifilamento obligándonos a pescar mas cerca de la embarcación. Estos reeles no son recomendables para aparejos muy sutiles, de poco peso, salvo que usemos puntero impulsor. Y su ventaja principal es que ante un pique no tendremos pansa que ganar, sino que simplemente con cerrar el pick up y cañar ya lograremos un mejor efecto “acción reacción” ante el pique. Mientras que para principiantes o pescas donde tenemos que soltar hilo constantemente para derivas rápidas o pescas a mucha distancia, será mejor el uso de frontales, con más capacidad de carga y facilidad de uso. Un dato interesante es que el mercado, atendiendo a esta posibilidad de optar por un reel u otro, ha generado cañas híbridas que admiten ambas posibilidades, es decir, que se adaptan a pescas con frontales o reeles de perfil bajo. De río y de mar

El pejerrey es una especie eurihalina, es decir, con capacidad de adaptación a distintos grados de salinidad de agua. Eso ha hecho que tengamos pejerreyes puramente de mar, como los cornos, panzones y escardones que pescamos en el litoral atlántico, pero también estuariales y dulceacuícolas como los pejerreyes juncaleros, los gran Paraná y los de laguna. Basicamente a los pejerreyes de la cuenca del Plata o los de lagunas, los pescaremos con los aparejos descriptos de líneas largas de flote, salvo en tiempos en donde se fondean y podemos buscarlos también con aparejos de fondo. En ocasiones, también es muy útil el uso de una línea que cubre toda la columna de agua: el paternóster.

Mientras que en el mar, desde playa se hará indispensable el uso de una línea de fondo, con rulero cebador para mantener los pejes cerca, que deberemos trabajar cerquita de la rompiente. Y si podemos pescar desde muelles o escolleras, ahí podremos usar también líneas de flote de no más de dos o tres boyas (pues a veces hay que alargar brazoladas hasta un metro y con más boyas se complicaría), o también la clásica línea de boya zanahoria, que es una variante del paternóster con una boya distinta. Este aparejo también puede llevar cerca de la plomada un rulero cebador para arrimar las piezas a nuestros cebos. Los viejos pescadores de escollera suelen contar con un balde con ceba llamado “manyanza” (harina y desechos de pescado, procesado con aceites), que se consigue en los principales centros turísticos, echando cada tanto una paladita al lugar de pesca, para retener a los pejerreyes en la zona donde trabajan sus líneas

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