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EL LEGADO MÁS IMPORTANTE

Juan David Ortiz es un hombre excepcional que ha sabido equilibrar con sabiduría su rol de empresario y padre. Su familia está conformada por su esposa y sus tres pequeños hijos. “Ser papá ha sido la oportunidad que Dios me ha dado y lo he recibido con mucho amor”. Como padre dedica momentos a sus hijos, brindándoles cariño, apoyo y enseñanzas valiosas para que crezcan como personas íntegras y seguras de sí mismas.

Así como lo es en su día a día como empresario, Juan David considera fundamental establecer horarios y disciplina para poder equilibrar su vida laboral y el tiempo con sus hijos. Aunque su trabajo y su pasión por el deporte, compitiendo en pruebas como el Ironman, requieren de muchos viajes, él aprovecha al máximo el tiempo que pasa con sus hijos. “Los niños necesitan tu presencia y los recuerdos familiares son importantes para ellos”.

El mayor desafío al que se enfrenta como padre y emprendedor es lograr un equilibrio entre su éxito empresarial y dejar un legado familiar. Juan David se apoya en su fe y confía en que, aunque hay situaciones que escapan de su control, lo más importante es que sus hijos crean en sí mismos. Con su ejemplo y tenacidad, les enseña que su vida no debe depender de las expectativas de los demás, sino que deben seguir sus propios sueños y ser los mejores en lo que elijan. Además, los anima constantemente a que encuentren la felicidad en lo que hacen y así se esfuercen por alcanzar sus metas con amor y dedicación.

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LOS MEJORES

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