Boletín Cuaresma. Hermandad de la Soledad. Año 2022

SOLEDAD 2022

250 ANIVERSARIO FUNDACIONAL

Boletín de Cuaresma de la Iltre. Hdad. del Santísimo Sacramento y Ntra. Sra. de los Dolores. ALMERÍA

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EDITA Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de los Dolores (Soledad). Almería.

Calle Tenor Iribarne, 21.

Almería. www.soledadalmeria.com hermandadsoledadalmeria@gmail.com

HERMANO MAYOR José Carlos Ibáñez Gómez MAQUETACIÓN Álvaro Blanes Pérez PORTADA Juan Andrés Cabezas Martínez IMPRESIÓN Gráficas Andalusí

Boletín de Cuaresma nº 33 Año 2022

COLABORADORES Francisco J. Escámez Mañas Francisco J. Morcillo Matillas Luis Criado del Águila Eduardo Blanes Arrufat Emir Jesús Díaz Pérez María Jesús Gómez Fernández Antonio J.M. Saldaña Martínez Vicente Lorente Pérez Juan Fco. Escámez Trujillo Antonio J. Montellano Fenoy Baltasar González Pascual

Depósito Legal AL - 220 - 2019

FOTOGRAFÍAS José Alfredo Felices Figueredo Víctor González Felices Ramón Guijo Fernández Juan Miguel Fernández Viedma Soledad

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ISSN 2659 - 6164

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SUMARIO

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Carta del Consiliario D. Francisco Escámez Mañas Apuntes sobre la presencia de la familia Servita en Carta del Hermano Mayor España D. José Carlos Ibáñez Gómez Vicente Lorente Pérez Reflexiones El dolor de una Madre Luis Criado del Águila Julio Gonzálvez Calendario de Cuaresma Feliz Cumpleaños Luis Criado del Águila Ntra. Sra. de los Dolores Un nuevo Obispo en Almería y la ciudad de Almería Juan Francisco Emir Jesús Díaz Pérez Escámez Trujillo A los veinte años del pontificado del obispo Álvarez Gastón Antonio J.M. Saldaña Martínez

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María Jesús Gómez Fernández

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Nuestros Mayores Eduardo Blanes Arrufat

Diego Guirado Aguilar, padre de la fotografía de la Soledad

Baltasar González Pascual Itinerario 2022

Ternura Vestir el hábito de nazareno

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Cartel Viernes Santo 2022

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UNA VIDA SACERDOTAL ENTRE LA CATEDRAL Y LA PARROQUIA DE SANTIAGO M. I. S. Francisco J. Escámez Mañas

Canónigo Archivero y Consiliario de la Hermandad

Así puede definirse a Don Manuel de Bargas, Fundador de nuestra Hermandad. D. Manuel comenzó su ministerio colaborando en la Catedral de Almería como ‘capellán de coro’. Sabemos que más tarde sirvió la Parroquia de San Sebastián, y después hizo lo propio en nuestra querida Parroquia. La amorosa Providencia divina ha dispuesto que un canónigo de la Catedral -y al mismo tiempo Cura de Santiago- logre esbozar la biografía de aquel buen presbítero del XVIII almeriense, 242 años después de la Fundación. Doy gracias a Dios por permitirme documentar la vida de este hombre singular.

Don Manuel de Bargas, al solicitar inscribir la Cofradía en la Orden de los Servitas, quiso entroncar con esa espiritualidad cuya génesis fue una honda vivencia de fe, el deseo de fidelidad a Jesucristo, como pide la Virgen María: ‘Haced lo que Él os diga’ (Jn 2,5) y con plena eclesialidad. No era un impulso ocasional ajeno a su vida personal. Los movía un santo propósito, coherente con el Evangelio; con una especificidad: la devoción a la Virgen de los Dolores. Lo cual introdujo un aspecto penitencial: acompañar al Redentor en su Pasión y muerte. De manera que el hábito negro responde a la conmoción por la inmolación del Señor en favor nuestro, que hace olvidar mi propio parecer para realizar la voluntad de Dios. De ahí la intensa y constante vida de oración y sacramental que los Servitas cultivaron y transmitieron, para la unión con Cristo.

Celebrar el 250º aniversario de la Hermandad de la Soledad supone un deber de acción de gracias y, al mismo tiempo, un deseo de renovación. Los cristianos miramos al pasado queriendo tomar ímpetu para el presente, construyendo un futuro según el querer de Dios. Hemos de transmitir al mundo el tesoro de la fe católica que da sentido a la existencia y fuerza para vivir. Anuncio que debemos realizar con el testimonio de nuestra vida personal, de nuestra vida cofrade, y de nuestros cultos.

En el 250º aniversario expreso mi agradecimiento en memoria del presbítero Don Manuel de Bargas, por esa fervorosa determinación de dotar a la Parroquia de Santiago de una nueva Imagen devota, de la Virgen de los Dolores, que tanto nos mueve a vivir como católicos. Gracias por la piadosa decisión de crear una Cofradía, donde tantos han mamado y alimentado la fe católica. Gracias por la incorporación a los Servitas, que afianza lo esencial y vacuna contra el subjetivismo, que diluye lo sagrado y exalta lo accesorio. Gracias por acentuar en la Hermandad la primacía de la Santísima Eucaristía.

Gracias muy sentidas a los fieles devotos de la Soledad que no quieren aguar ni meter bajo el celemín la espiritualidad mariana. Y gracias a nuestro Obispo D. Antonio, de quién aprendí -recién llegado entre nosotros- esta invocación: ‘Virgen de la Soledad, -habita nuestras soledades.’

Con todo afecto, os abraza y bendice.

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Antonio Sánchez Blanes

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CARTA DEL HERMANO MAYOR José Carlos Ibañez Gómez

Hermano Mayor

Queridos hermanos:

gen de los Dolores, nuestra hermandad ha estado rezando por los enfermos y los que descansan en el Señor, poniendo a disposición de los fieles medios para continuar la celebración de la Eucaristía y el rezo del Santo Rosario a través de las redes sociales, ha demostrado la caridad a los más necesitados ayudando con el Banco de Alimentos. Cuando las medidas sanitarias lo permitieron, también se celebraron los cultos del 15 de septiembre, los cultos a San Juan Evangelista y la celebración del Oficio de Tinieblas el pasado Viernes Santo de 2021.

En primer lugar, me dirijo a todos vosotros para agradecer el apoyo recibido y darme la oportunidad de estar escribiendo estas líneas como nuevo Hermano Mayor. Espero demostrar la confianza depositada en esta Junta de Gobierno.

Mi mayor deseo es trabajar unidos con ilusión y entrega durante mi candidatura, en especial en este año tan importante en nuestro calendario, nuestro 250 aniversario, también dando continuidad a los proyectos ya iniciados por la anterior Junta de Gobierno, la futura casa de hermandad en la calle Tiendas.

Para un cofrade vestir la túnica es un orgullo, el sentirse identificado. Es el momento ideal para la penitencia interior y la reflexión de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Esta Semana Santa, tenemos la oportunidad de hacer pública nuestra fe, hacer estación de penitencia en la calle el Viernes Santo.

Como hermanos, debemos dar ejemplo y acompañar a nuestros titulares sintiendo y rezando porque el mundo más que nunca necesita oración y ayuda.

Estamos en Cuaresma, tiempo de conversión y penitencia. Nuestra Iltre. Hdad. del Santísimo Sacramento y Ntra. Sra. de los Dolores nos invita a vivir este tiempo preparándonos activamente en la Parroquia de Santiago Apóstol a través de los actos propuestos por nuestro M. Iltre. Sr. Don Francisco Escámez Mañas: celebración del miércoles de ceniza, retiro de cuaresma, charlas cuaresmales, Vía Crucis tras la misa de los viernes, así como los cultos del Septenario y la subida al cerro de San Cristóbal el Viernes de Dolores.

El próximo día 1 de abril cumplimos 250 años de fundación. Debemos de estar orgullosos de pertenecer a esta gran familia soleana y de seguir haciendo historia con el mismo compromiso, servicio y carisma que tuvieron nuestros hermanos predecesores. El programa de activi-

Estos años de pandemia nos han golpeado y hemos apreciado la fragilidad del ser humano. Unidos en Cristo y la Vir-

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dades para conmemorar esta efeméride se iniciará con una misa extraordinaria presidida por Excmo. y Rvdmo. Sr. obispo Don Antonio Gómez Cantero. Me enorgullece, en nombre de mi Junta de Gobierno, poder invitaros a que nos acompañéis en este gran día y en los siguientes actos que se irán informando.

Siguiendo al Papa Francisco y su mensaje de cuaresma <<No nos cansemos de hacer el bien>> (Ga 6,9), como cristianos y cofrades, nos unimos con Cristo y la Virgen de los Dolores en oración por el fin de la guerra y la paz en el mundo. Que sepamos ser solidarios con el prójimo.

Un fuerte abrazo

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REFLEXIONES Luis Criado del Águila

Teniente Hermano Mayor

A vos queridos Cofrades y devotos de la Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Ntra. Sra. de los Dolores (Soledad) van dirigidas estas líneas, estos pensamientos; medítalos e imprégnate de su sentido.

- Ten fe, alegría y optimismo- Pero no la sandez de cerrar los ojos a la realidad.

- Frecuenta tus visitas al Santísimo – recuerda que somos Hermandad Sacramental.

- La acción nada vale sin la oración. La oración se valora con el sacrificio.

- Persevera en la oración.- Persevera aunque tu labor parezca estéril.- La oración es siempre fecunda.

- No dejes tu lectura espiritual. Te relaja, te une mas a Dios y a su Santa Madre.

- Cristo ha muerto por tí- Tú... ¿qué debes hacer por Cristo?

- Todo lo que se hace por Amor adquiere hermosura y se engrandece.

- No hagas critica negativa: cuando no puedas hablar, cállate.

- El amor a la Señora es prueba de buen espíritu, en las obras y en las personas singulares.

- Soledad de María. ¡Sola!- Llora en desamparo. Tú y yo debemos acompañar a la Señora, y llorar también. Porque a Jesús le cosieron al madero, con clavos, nuestras miserias.

- Ante nuestra Madre bendita de los Dolores, reflexiona en silencio y ama a tus hermanos.

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CALENDARIO DE CUARESMA 1 abril

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Celebración del 250 aniversario de la Hermandad

17:30h. Santos Oficios.

22:00 h. Hora Santa

2 - 8 abril

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Solemne y Tradicional Septenario en honor de Nuestra Señora de los Dolores

Viernes Santo

Adoración al Santísimo Sacramento de la Eucaristía en el Sagrario desde las 9 mañana hasta las 13:30. Y desde las 15:30 tarde hasta los Oficios

8 Viernes de Dolores

11:00h. Laudes 17:30h. Santos Oficios.

Veneración a Ntra. Sra. de los Dolores

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de Ra10 Domingo mos

Sábado Santo

21:00h. Vigilia Pascual en el Convento de las Claras.

10:15h. Bendición de Ramos y Eucaristía. (Latín. Misal de S. Juan XXIII).

19:00h. Eucaristía

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Domingo Resurrección

10:30h. Eucaristía. (Latín. Misal de S. Juan XXIII) 19:00h. Eucaristía

12 Martes Santo 20:30h. Oficio de Tinieblas

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NTRA. SRA. DE LOS DOLORES (SOLEDAD) Y LA CIUDAD DE ALMERÍA Emir Jesús Díaz Pérez

No se puede concebir Almería sin Nuestra Señora de la Soledad. Ella ha estado presente en cada acontecimiento, así como en el devenir de la ciudad.

barín, del manto de color negro y bordado en hilo de oro (1835), amén de la donación de la diadema de oro por parte de los Marqueses de Torrealta (1858).

La Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores (Soledad) de Almería nació el 1 de abril de 1772, por parte de los miembros de la Venerable Orden Tercera de María Santísima de los Dolores, conocida como los Servitas, quedando fusionada con la Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento, que se ubicaba en la Parroquia de Santiago Apóstol, templo cercano a la calle de las Tiendas, centro neurálgico y comercial de la ciudad. Hay que referir que esta iglesia tenía una fábrica aparentemente majestuosa para que desde el mar se confundiera con un edificio militar y así creara confusión y respeto ante los posibles ataques.

Entre los años 1868 y 1874, la Hermandad vivió el sexenio revolucionario, una época de incertidumbre política y de mucha convulsión que terminó con la vuelta a trono de la casa de Borbón en la figura de Alfonso XII. Con la llegada de la monarquía a España, el país comenzó a vivir una época de paz y tranquilidad política y es cuando la hermandad empezó a tener vida pública. En 1876, en la noche del Viernes Santo se convirtió por primera vez en cofradía, recorriendo las calles y plazas de la ciudad. Para la imaginación del lector recordaré que en aquella época era un recorrido intramuros. En 1877, incorporó nazarenos a su cortejo vistiendo el hábito de la orden servita. Pero la hermandad siguió creciendo y, en 1880, instituyó el septenario a la Virgen de los Dolores.

Pero la providencia no dejó tranquila a la ciudad de Almería, y el 11 de septiembre de 1891, Almería volvió a ser devastada, pero esta vez por el agua. Y es que una gran tormenta hizo crecer las aguas de las ramblas que rodeaban la urbe, arrastrando hacia el mar toda la historia. Almería tuvo que volver a empezar de nuevo su reconstrucción, pero ahora desde la esperanza, ya que la devoción a

En 1804, Nuestra Señora amparó a la ciudad del terremoto, que la destruyó por completo.

En 1837, el país sufrió la desamortización de Mendizábal y Almería no escapó a ese robo. En consecuencia, la hermandad tuvo que abordar su primer exilio, trasladándose al Real Monasterio de Santa Clara, (las Clarisas), ya que la Iglesia Parroquial se había convertido en almacén del cuerpo de ingenieros. En estos años comenzó a enriquecer su patrimonio con el regalo, por parte de la familia Bar-

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la Virgen de la Soledad estaba difundida por toda la ciudad.

aproximada de la devastada por el fuego. San Juan Evangelista no volvió a la hermandad hasta 1946.

Se estrenó el siglo XX con la proclamación del rey Alfonso XIII. España fue ajena a la primera gran guerra europea y vivió las dos primeras décadas con la normalidad del momento. Tan solo en 1918, y algunos años más, se vivió la epidemia de la gripe española. Dicen que muchas fueron las promesas que se acercaban hasta la imagen de Nuestra Señora de la Soledad en rogativas.

En 1960, se reabrió al culto la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, volviendo la cofradía de su segundo exilio a su parroquia.

Tras los años de esplendor de nacional catolicismo, la crisis política empezó hacer mella en la religiosidad popular y fue entre los años 1969 y 1978, ambos inclusive, cuando dejó de realizar estación de penitencia, haciéndole peligrar existencia a consecuencia del cambio político que estaba viviendo el país.

Los dorados años veinte España los vivió bajo el yugo de la dictadura del general Primo de Rivera (1923-1930), la cual desembocó en el quinquenio republicano (1931-1936).

En 1979-2019, la hermandad volvió a hacer estación de penitencia por las calles de la ciudad, no dejándolo de hacer solo a causa de las inclemencias meteorológicas.

Ante el ambiente hostil de aquellos años, la hermandad tuvo que vivir algunos episodios de gran tensión, sobre todo, los primeros dos años. La Republica desembocó en el alzamiento militar que llevó a España a la guerra civil (1936-1939). Se podría decir que ha sido el conflicto bélico que más sangre a costado en nuestro país. En julio de 1936, ardió la Parroquia de Santiago y las imágenes fueron sacadas a la plaza, hoy plaza Flores, para ser calcinadas a los ojos de los almerienses para sembrar el pánico y el terror.

En estos treinta años, la hermandad vivió sus años de esplendor económico y social, haciéndose eco en los acontecimientos de la ciudad. Así, en la mitad de los noventa, empezó a abandonar su rancio estilo para acogerse tímidamente al arte regionalista que el maestro Rodríguez Ojeda había creado a principios del S.XX.

El 1 de abril de 1939, terminó la guerra y comenzó el periodo de dictadura más largo de la historia de España, pero el régimen que dirigía el país le dio protagonismo a la Iglesia y, con ella, al nacional catolicismo que apoyó en todo momento a la religiosidad popular.

En 2020, la hermandad volvió a ser sacudida por la providencia, esta vez por la pandemia de la Covid-19, que azotó al mundo entero. Sin embargo, la corporación supo estar a la altura de las circunstancias, colaborando con las ayudas alimentarias a todos aquellos que lo necesitaban.

En 1940, se reorganizó la cofradía en la Parroquia de San Sebastián. Los reorganizadores fueron en gran parte los comerciantes de la calle las Tiendas.

Como antesala a su aniversario, el Viernes de Dolores del 2021, la productora Blogosur apostó por la fraternidad, haciendo un especial ‘Casa de Hermandad’ en directo desde la Parroquia de Santiago, dirigido por Fernando Haldon, sien-

En 1941, se bendijo la actual imagen de la Soledad, que pasa por ser una copia

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do la primera vez que se hacía tal programa fuera de la provincia de Sevilla. Y será el programa de Semana Santa dirigido por Enrique Romero en Canal Sur Televisión el que apueste este año por la decana Hermandad de la Soledad para mostrar a toda Andalucía los 250 años de historia de una hermandad que no se entiende sin la historia de la ciudad.

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DONATIVOS A TRAVÉS DE BIZUM 1. ENTRA EN LA APLICACIÓN BIZUM DE TU TELÉFONO MÓVIL 2. PULSA EN DONATIVO A ONG 3. INTRODUCE EL CÓDIGO

01304 4. INDICAR EL IMPORTE QUE DESEAS DONAR

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A LOS VEINTE AÑOS DEL PONTIFICADO DEL OBISPO ÁLVAREZ GASTÓN Una mirada a su defensa de la religiosidad popular Antonio J. M. Saldaña Martínez

Delegado Episcopal para Santuarios Diocesanos, Religiosidad Popular y Romerías

Hace veinte años, concretamente el quince de abril de 2002, el Papa san Juan Pablo II aceptaba la renuncia de don Rosendo Álvarez Gastón al Obispado de Almería. Había permanecido trece años al frente de la Sede de san Indalecio. Ahora, gracias a esta benemérita publicación, puedo rendir tributo a su memoria y evocar su defensa de la religiosidad popular.

año antes, se había creado la Diócesis de Huelva y su nuevo Obispo, don Pedro Cantero Cuadrado, pidió la colaboración de sacerdotes. Don Rosendo sintió la llamada misionera y abandonó todo para asentarse en tierras onubenses. Rápidamente fue nombrado director de la Casa de Ejercicios Virgen de la Cinta, pasando al Seminario como director espiritual en 1962 y Rector en 1965. Entre 1970 y 1977 se hizo cargo de la parroquia de Almonte y, como es natural, del célebre santuario del Rocío. Delegado diocesano del Clero y Vicario General después, tuvo además tiempo para doctorarse en Teología Moral en la Academia Pontificia Alfonsiana de Roma en el año 1975.

SU TRAYECTORIA SACERDOTAL Y EPISCOPAL Don Rosendo, perspicaz conocedor del alma andaluza, había nacido en regiones mucho más gélidas que las que protagonizaron sus andanzas apostólicas.

El navarro pueblecito de Mues, que no llega actualmente al centenar de habitantes, acogió su nacimiento el diez de agosto de 1926. Criado en una laboriosa familia de catorce hermanos, ingresó en 1939 en el Seminario Conciliar de Pamplona. El Obispo Delgado y Gómez, que con anterioridad había sido nuestro Prelado, lo ordenó el veintidós de julio de 1951 y le encomendó la diminuta parroquia de Leache. Compaginó su ministerio pastoral con una profunda formación espiritual, diplomándose en la Escuela de Formación de Directores de Ejercicios Espirituales de Vitoria.

En 1984 se produjo un nuevo cambio en su trayectoria, cuando el Papa san Juan Pablo II lo nombró Obispo de Jaca y fue consagrado el doce de enero de 1985 por el Nuncio Innocenti. Apenas cuatro años duró su episcopado aragonés, pues el mismo Papa le confío la delicada tarea de hacerse con las riendas de la Diócesis de Almería en 1989 tras el precipitado final del pontificado de don Manuel Casares Hervás.

De nuevo inmerso en la realidad andaluza, don Rosendo se preocupó inmediatamente por la formación de los clérigos y regresó el Seminario a la ciudad de Almería. La celebración del IV Sínodo Dio-

En 1955 su vida cambió radicalmente. Un

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cesano fue el corazón de todo su pontificado almeriense.

te por antonomasia de la religiosidad popular andaluza, abrió un horizonte nuevo en su pastoral y pensamiento teológico. Esta vivencia explica su aprecio y difusión de este fenómeno religioso, que siempre consideró un excelente principio de evangelización.

En la Conferencia Episcopal Española trabajó en las Comisiones Episcopales para el Apostolado Seglar y la Liturgia, presidiendo esta última entre los años 1990 y 1996. Del mismo modo, su labor litúrgica centró los esfuerzos de los Obispos sureños.

En Almería, es menester confesarlo así, la comprensión de la religiosidad popular había comenzado a virar durante los últimos años del pontificado de Casares Hervás. El Papa san Juan Pablo II, al recibir a los Obispos andaluces durante su visita ad limina de 1982, los alentó a que apoyasen con decisión la renovación de los cofrades y las manifestaciones de la religiosidad popular. Fiel a la exhortación papal, Monseñor Casares Hervás decretó unas nuevas normas para las Cofradías y creó el Secretariado Diocesano para Hermandades y Cofradías. Incluso aceptó la celebración del Encuentro Mariano de Hermandades y la coronación pontificia de la sagrada imagen de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente.

Al cumplir setenta y cinco años, presentó la preceptiva renuncia que san Juan Pablo II demoró casi un año en hacer efectiva. Ya como Emérito destacó su proverbial discreción, en humilde colaboración con el Obispo y austeridad de vida. Sus últimos años, marcados trágicamente por la enfermedad, forzaron varios ingresos clínicos y el cuidado de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Murió, finalmente, el tres de febrero de 2014 y fue sepultado en la S. y A. I. Catedral de la Encarnación de Almería.

El corazón misionero de don Rosendo salta a la vista al repasar su trayectoria.

De este modo, podemos entender su preocupación en adquirir una formación espiritual y moral suficiente; así como el abandono de su tierra natal para marchar a la aventura de la nueva Diócesis onubense. Todo su afán pastoral fue responder satisfactoriamente a las necesidades de la Iglesia, con una atenta observación de la realidad social para presentar una formulación cabal y contemporánea del anuncio cristiano.

Desde su propia experiencia parroquial, es decir, leyendo en la vívida página de la cotidianidad popular; don Rosendo sintetizó con claridad meridiana la real situación religiosa del pueblo.

Con estos mimbres, don Rosendo supo tejer el cesto de sus ambiciones apostólicas. Se preocupó en otorgar una mayor consideración y rango canónico al Secretariado de Hermandades en 1992. También respondió veloz a las súplicas de los cofrades acerca de la inoperancia de la normativa anterior, creando una nueva más lógica y acorde a las circunstancias de la época. Solo en la ciudad de Almería, aprobó la creación de una quincena de Hermandades. Así mismo, otras innumerables Hermandades y Cofradías fueron renovadas en diferentes enclaves diocesanos. Esta proliferación cofrade conllevó, inevitablemente, la aprobación episcopal para la hechura de una respetable cantidad de imágenes de culto.

Buena parte de las mismas recibieron la bendición de la propia mano de este Prelado. Menor fortuna obtuvo, aunque

UN GRAN LEGADO COFRADE Y RELIGIOSO EN ALMERÍA La profunda experiencia de Rosendo al frente del Santuario del Rocío, exponen-

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no por falta de propio empuje, su empeño para que en cada pueblo o barrio se fundase una comunidad cofrade para ocuparse del culto y las fiestas patronales.

No creamos, sin embargo, que llevado de su anhelo evangelizador admitía todo por el mero hecho de responder a la religiosidad popular. Don Rosendo, que nunca se caracterizó por la blandura de sus modos y palabras, insistió siempre acerca de la religiosidad popular que únicamente podía justificarse y comprenderse desde su pertenencia a la Iglesia misma. La fe de la Iglesia le otorgaba sentido, desdibujándose en nimia manifestación pintoresca si carecía de lo primero. Como corrigió una y mil veces: «Mucho podemos decir sobre la vocación cristiana y apostólica de los miembros de las Hermandades y Cofradías, y sobre el cauce valioso que ellas pueden ofrecer a la evangelización, cuando responden a sus verdaderos fines […] Pero, hay un punto de partida indispensable, que es su eclesialidad.» 3

Dispensó a los santuarios una delicada atención, multiplicando su presencia en los mismos con verdadero celo. Organizó distintos congresos para reflexionar acerca de la Sagrada Eucaristía y la Santísima Virgen, condujo la beatificación del Obispo don Diego Ventaja Milán y la coronación de Nuestra Señora del Rosario de Roquetas de Mar.

SU REFLEXIÓN TEOLÓGICA Y PASTORAL Don Rosendo había sido testigo, desde la década de los sesenta del pasado siglo, de la pretensión clerical de extirpar toda manifestación de la religiosidad popular. Tamaño disparate pastoral, inaceptable lectura maximalista de la renovación litúrgica, le hizo prestar una prolija atención al sentir de los pueblos. Él mismo, con profunda honestidad, reconocía: «Al abrir los ojos, hemos advertido con sorpresa y admiración cómo, cuando nuestros templos de liturgias renovadas se van quedando vacíos, este pueblo impersonal, al que habíamos intentado hacer comprender el misterio y el kerigma, pone de relieve su religiosidad: sigue acudiendo en masa a los santuarios, pide constituir nuevas hermandades, sigue bautizando a sus hijos, y no se olvida de los santos.»1

En sus enseñanzas, la religiosidad popular no se pervertía en un elemento alienante de las obligaciones para con la justicia. Antes bien, un correcto entendimiento de su naturaleza y fines llevaba a un mayor compromiso social. En sus reiteradas misivas, insistió una y mil veces en esta necesidad: «Han mirado también con amor a las imágenes vivas del Señor, la imagen de Jesús en los pobres y en los oprimidos […] Tengo la confianza que los va a encontrar entre los costaleros, entre las hermanas de mantilla, entre los hermanos con insignias y entre tantos cofrades anónimos que vais a desfilar en silencio, ocultos tras las túnicas de vuestras hermandades. Entonces será la nuestra una Semana Santa hermosa, aunque no tenga relumbrón.» 4

Para este buen Obispo la: «Religiosidad popular, que no ha sido destruida por la secularización, ni barrida por el turismo, ni ahogada por la emigración a la ciudad o al extranjero. Que sobrevive al nivel de vida, al consumismo, a los cambios sociales y a las nuevas costumbres más liberales.»2

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La elevada lucidez evangelizadora de don Rosendo, siempre guiado por su corazón misionero, hacen que sus enseñanzas permanezcan extraordinariamente vigentes veinte años después.

Sirvan, pues, de colofón y estímulo sus propias palabras:

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Hoy la religión tiene una palabra que decir, y puede ser un punto de apoyo para restituir el equilibrio del hombre al hombre del mundo, ya tan desequilibrado […]

Podemos añadir, aunque sea duro, que, mientras en algunos hombres de Iglesia ha decaído la oración y la religiosidad, está brotando con fuerza en el pueblo. Es, sin duda, una acción del Espíritu, es un “signo de los tiempos”. […] Hay, pues, motivos de esperanza, si sabemos aprovechar los valores y posibilidades de esta acción del Espíritu.» 5

BIBLIOGRAFÍA 1. Rosendo ÁLVAREZ GASTÓN, La religión del pueblo. Defensa de sus valores, BAC Popular (Madrid, 1976) pp. 8 y 9.

2. Rosendo ÁLVAREZ GASTÓN, La religión del pueblo. Defensa de sus valores, BAC Popular (Madrid, 1976) p. 9.

3. Rosendo ÁLVAREZ GASTÓN, “Hermandades y Cofradías, 19 de agosto de 1989” en: Escritos Pastorales. Vocación cristiana, vocación a la santidad, Obispado de Almería (Almería, 2001) p. 425.

4. Rosendo ÁLVAREZ GASTÓN, “Las Cofradías y los pobres, 9 de abril de 1995” en: Escritos Pastorales. Vocación cristiana, vocación a la santidad, Obispado de Almería (Almería, 2001) p. 427.

5. Rosendo ÁLVAREZ GASTÓN, La religión del pueblo. Defensa de sus valores, BAC Popular (Madrid, 1976) p. 109.

En acción de gracias

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TERNURA Madre de amor y ternura en esta larga y triste noche donde está la alegría y las risas de los niños que la busco en los jardines y solo encuentro silencio.

Dolorosa en tu dolor esta noche Viernes Santo te pedimos con fervor que cese el llanto, el sufrimiento... y termine este mal sueño que asola a la humanidad. ¡Qué vuelvan las risas! ¡Qué vuelvan los besos! y todos unidos, sin miedo rezaremos entre lirios y alhelíes por las calles de Almería a paso de costalero. !Costalero! ¡costalero! mece con mimo a la Señora y pídele con fe que la esperanza brille en los heridos corazones.

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NUESTROS MAYORES Eduardo Blanes Arrufat

Hermano de la Soledad

Nuestra Hermandad de la Soledad no olvida y tiene presentes a todos aquellos que, en el pasado, han entregado su esfuerzo, tiempo y dedicación, de modo altruista, para construir la Hermandad que tenemos hoy y que, al paso de los años, por razón de avanzada edad, ya no pueden estar disponibles y colaboradores como antes.

La edad les ha obligado a dejar de aportar, en bien de la Hermandad, sus habilidades, sus ideas, sus tareas, su tiempo y su presencia física, pero siguen vinculados afectivamente de modo inmutable con nuestros Titulares, el Santísimo Sacramento, la Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista.

En el transcurso de los años nuevos hermanos se han incorporado y han asumido el peso de la gestión de la Hermandad, repitiendo la entrega y dedicación admirable de los anteriores, y aunque pudiera pensarse que los recuerdos y la memoria por nuestros mayores han caído en el olvido, sigue habiendo gestos y ejemplos de reconocimiento hacia ellos.

En esta Cuaresma se ha dado uno de ellos, insuficiente al estar inevitablemente personalizado en una única hermana, nuestra querida Anita Capel Arcos, pero representativo y extensivo a todos nuestros mayores.

En nuestra Hermandad, como en todas, cada uno de los logros de consolidación y crecimiento espiritual y material que se han ido alcanzando tiene asociados nombres de queridos hermanos. Así, la mejora de los cultos, la propia procesión del Viernes Santo, la estrecha vinculación con la Parroquia, la organización interna y de cara al exterior, la importante caridad, las distintas publicaciones, las nuevas imágenes y pasos, la Casa de Hermandad y cada uno de los enseres de patrimonio, con su adecuada exposición, mantenimiento y cuidado, en su múltiple variedad, entre otros, tienen grabados indeleblemente sus nombres.

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Anita les ha puesto cara y representado a todos ellos en un emotivo reportaje grabado por el equipo del programa de Canal Sur Televisión “Andalucía en Semana Santa” que se emite en Cuaresma, en esta su segunda temporada, y presentado por Enrique Romero, que ha

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sido galardonado con el Premio Andalucía de Periodismo.

Anita ha dedicado su vida al trabajo de modista en su taller de costura de la actual calle Cofrade Juan Sánchez hasta su jubilación y siempre estuvo a disposición de las necesidades, siempre con prisas, que le requería la Hermandad, como confección de túnicas y antifaces, faldones de pasos, vestimentas de imágenes y todo lo que requiriera cortar y coser, amén de asistir a los cultos de la Hermandad.

Acertadamente se titula el reportaje del programa de televisión “Reencuentros que dan vida” y recoge, precisamente, el retorno a la Iglesia de Santiago de una hermana que por razón de edad, de limitaciones físicas y alejamiento del casco antiguo le cuesta volver a las vivencias y emociones que en el pasado eran frecuentes.

Para este fin la Parroquia ha permitido poner la Iglesia de Santiago a disposición del equipo de televisión para la grabación, a lo que ha colaborado la Hermandad. Conste nuestro agradecimiento por haber posibilitado que este gesto de reconocimiento traspase las puertas de la Iglesia y de nuestra Hermandad. Nos hubiera gustado que este reencuentro pudiera haberse extendido a todos nuestros mayores que, sin duda, son también merecedores de este reconocimiento.

Gracias a Canal Sur Televisión por el trato amable y el tono cariñoso del reportaje que es una ventana abierta de los sentimientos cofrades de la Hermandad de la Soledad de Almería al mundo cofrade andaluz.

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APUNTES SOBRE LA PRESENCIA DE LA FAMILIA SERVITA EN ESPAÑA Vicente Lorente Pérez La presencia de los Siervos de María en España está atestiguada desde finales del siglo XV. En esos años la presencia se concretó en la fundación del monasterio de monjas (Sagunto) y el convento de frailes de Las Cuevas de Cañart, que los frailes poco después abandonaron, volviendo en el siglo XVII.

presenta: o seguir en España, exclaustrados y dependiendo de la pensión del gobierno o de algún beneficio eclesiástico, o la segunda opción, y que tomaron una veintena de frailes, el seguir viviendo su vocación religiosa en un convento italiano de la Orden.

En España, los frailes apenas mantuvieron relación entre ellos, y aunque hubo durante muchos años un responsable provincial (Vicario General) que mantenía lazos con la curia servita en Roma, a penas pudieron hacer nada por volver a fundar nuevos conventos, o refundar los ya existentes, que en muchos casos estaban abandonados o habían sido utilizados para otras funciones.

Fue a partir del ultimo cuarto del siglo XVI cuando comienza la estabilidad de los frailes en España y será a lo largo del siglo XVII cuando empieza a crecer la provincia española. Se van fundando conventos en Barcelona, Sant Boi de Llobregat, Belloch (que un siglo después pasó a la provincia francesa de los servitas), Vila-Rodona, el monasterio de monjas de Valencia, y los conventos de Ampurias, Quart de les Valls, Montán, Marsá, Bañolas, Bolea y la refundación en Las Cuevas de Cañart.

Es cierto que intentaron nuevas fundaciones en otras localidades, siempre en la llamada “Antigua Corona de Aragón”, pero no llegaron a realizarse, incluso el anhelo que siempre tuvo la provincia de tener un convento en Madrid no llegó a cuajar, a pesar de los intentos realizados en el siglo XVII y XVIII. A finales de ese siglo XVII ya se consolidaba con 10 conventos y a mediados del siglo XVIII pasó a tener más de 330 frailes.

Esta presencia se mantuvo hasta 1835, año en el que los frailes son expulsados de sus conventos, lo que les llevará a tomar una de las dos opciones que se les

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Escapulario servita

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Es cierto que hubo un intento de refundación en 1901 por parte de un fraile servita, el cual visitó Barcelona y los monasterios de monjas (Sagunto, Valencia y Madrid) con los siempre se mantuvo una relación epistolar. La Orden tenía intención de volver, pero no fue hasta los años 40 del siglo XX que los frailes comenzaron su nueva andadura en nuestras tierras. A pesar de encontrarse en una España dañada y sobreviviendo en la postguerra, lograron sacar adelante algunas fundaciones. Hoy están presentes en Denia, Madrid, Mislata y Plasencia, comunidades que siguen manteniendo relación con los seglares (terciarios, hermandades, congregantes, etc) que aún siguen viviendo la espiritualidad servita.

como la devoción a la Virgen de los Dolores fueron dos realidades que fueron de la mano.

Si bien ya tenemos algún testimonio del movimiento seglar Servita en los conventos españoles a principios del siglo XVII y de la devoción a la Dolorosa, será, a partir de la segunda mitad, cuando se desarrollen plenamente dichas realidades.

En 1660, la cofradía del «Buensuceso» de Barcelona cambia el nombre por «cofradía de los Dolores»; al año siguiente (1661), también en Barcelona, se instituye la procesión de los Dolores de María que se celebra el Domingo de las Palmas. Un primer protagonista será fray Francisco Epifanio Cedó, quien dio principio, en 1663, a la «Congregación de Terciarios del Hábito según la regla de Martín V», edificando un oratorio para los terciarios, donde el altar estaba dedicado a la Virgen de los Dolores. En su Relación, escrita en 1667, fray Francisco Epifanio diferencia entre «Terciarios del Hábito» y «Cofradía de los Dolores». Escribió dos obras sobe esta temática (Reformación de los devotos de María Virgen y Regula de la congregación de sus siervos, Barcelona 1663; Corona dolorosa, Barcelona 1664).

Esta realidad servita seglar había comenzado hacía mucho tiempo. Tanto el inicio y la difusión de la Tercera Orden

Además de fray Francisco Epifanio, iniciador y propulsor, hubo otro protagonista, Diego de Escolano y Ledesma que siendo obispo de Segovia pidió ser inscrito en la Congregación de Terciarios de Barcelona, y también licencia para fundar en Segovia una Congregación, que fundó en 1667. Poco después fue nombrado arzobispo de Granada, y allí también fundó, en 1668, otra Congregación de Terciarios. En 1670 se le mandan cartas patentes para que participe en los bienes espirituales de la Orden, y escribió un Memorial, en 1670, a la reina Mariana de Austria, la cual pidió a la Santa Sede

Iglesia del Buensuceso. Barcelona

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que se pudiera recitar el oficio y celebrar la misa de los Dolores. El 29 de abril de 1671, Clemente X, concede se pueda celebrar la misa y el oficio de la Virgen de los Dolores en los reinos de España.

Otros destacados terciarios fueron: Braulio Suñer, obispo de Lérida; Francisco Dou, obispo de Gerona; Manuel de Santa Cruz, obispo de Puebla de los Ángeles, México, quien había sido sacerdote en Segovia cuando Diego Escolano era obispo; Antonio Pascual, obispo de Vich, y Juan de Villacé y Vozmediano, obispo de Plasencia.

La fiesta de los Dolores se celebraba la feria sexta después del domingo de la Pasión. En 1672 se conceden algunas modificaciones sobre las rubricas de esta misa. Al año siguiente se dan otras concesiones (sobre el oficio y la misa), e incluso el poder recitar el oficio y la misa de las Dolores en la diócesis de Córdoba.

En el siglo siguiente, en 1739, se concede celebrarla el tercer domingo de septiembre.

Portada del libro Congregante y Siervo Perfecto de la Santísima Virgen de los Dolores

difundió dicha devoción publicando un libro (Breve historia del origen y progressos de la sagrada Religion de los Siervos de Maria Santissima, Madrid, (1683), y dando el escapulario de los Siete Dolores, según él mismo cuenta, a la reina Mariana de Austria, a sus damas y a la Corte. En 1684 el prior provincial manda una carta de hermandad al monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. En el último decenio del siglo XVII, la correspondencia entre la provincia española y la curia de la Orden muestra la importancia de este fenómeno, mandando las patentes oportunas.

A las Congregaciones de Terciarios de Barcelona, Segovia y Granada, y las de los conventos de los servitas en Quart, Vila-rodona, Ampurias y Bañolas, hay que agregarle las que fueron surgiendo por la geografía española como en Motril, Loja, Alhama, Sevilla, Villa de Mora (Teruel), Besalú, Gerona, Cuenca, y otras muchas que surgieron en tierras catalanas antes de acabar el siglo.

A lo largo del siglo XVIII la «familia» Servita siguió extendiéndose, y a ello contribuyeron los frailes y los mismos congregantes, entre los que se encontraban altas dignidades eclesiásticas y nobiliarias. Se multiplicarán las Congregaciones de los Dolores por la geografía nacional, basta ver los registros de los priores generales para entender la dimensión que tomó este fenómeno. Sirva de ejemplo: Zara-

A esta difusión de la devoción a la dolorosa como a las fundaciones de congregaciones de los dolores también contribuyeron, entre otros, fray Narciso Madiona, fray Narciso Galindo, fray Lorenzo Reymundinez (Congregante y siervo perfecto de la Santissima Virgen de los Dolores[...], Barcelona 1687, libro que tuvo numerosas ediciones), y fray José Gaspar Pescara quien, en Madrid,

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ciedad de la Tercera Orden, aprobada en 1826 y que comenzará su andadura con la inscripción, en 1830, del rey Fernando VII y su familia. Una andadura marcada, no solo por la correspondencia con la curia de la Orden, sino también por las publicaciones que en esos años realizaron.

En 1820 se publica El verdadero siervo de María o Historia del origen de los servitas, y durante los años siguientes seguirán imprimiéndose distintas publicaciones (fray Antonio Porta, Vicente Perote o Martín de Gorostiza), a las que se suman versos, sumarios de indulgencias, novenas y septenarios. El repertorio es inmenso.

El rey Fernando VII y su familia

goza, Jaén, Laguna en las Canarias, Arjona, Villamorón, Tarrasa, Campo Maraña, Cádiz, Arcos, Novelda, Lucena, Cangas, Lebrija, Vélez Málaga, Cabral, Aguas Porta, Castellón de Farfaña, Villa de la Casa de Uceda, Caramiña, Arjonilla, Fragaisla de la Magdalena, Murcia, etc. También las monjas Servitas del monasterio del Pie de la Cruz de Valencia alentaron la Tercera Orden en su ciudad, y los frailes de Barcelona siguieron manifestando y celebrando la devoción a la Dolorosa en la liturgia, incluso personas ajenas a la Orden, como Martín Gorostiza o el franciscano fray Lázaro de León.

Llegó 1835 y la presencia servita siguió viva en España, como hemos dicho, a través de los frailes exclaustrados, las Congregaciones, la Tercera Orden y los monasterios de monjas.

En ese mismo siglo XIX, fray Luis Francisco Marín, tras la exclaustración, ejerció como capellán de la Congregación de los Dolores de Madrid y fue, además, nombrado vicario general en 1876, y ejerció una gran labor como propagador de la devoción a la Dolorosa (Librito de las prácticas de la piadosa asociación titulada Turnos Compasivos a María Dolorosa, Madrid 1861.), fundó diversas confraternidades y asociaciones de la Tercera Orden y mantuvo correspondencia con diferentes Terceras Órdenes (Murcia, Valls -Tarragona-, Ciudad Real y Barcelona).

También agregó a la Congregación de los Dolores y Tercera Orden de Madrid varios monasterios femeninos como el de las Salesas de Vitoria, Salesas de Madrid, Mercedarias Descalzas de Miguelturra (Ciudad Real) y las Hermanas de

Además de otras nuevas fundaciones se publican obras como la de José Sagarra y Baldrich (Historia del origen y fundacion del Sagrado Orden de los Siervos de Maria y vidas de sus siete beatos fundadores, Barcelona, [1766]) o la de fray Zenón Mateo de Sorribas.

Ya en los primeros años del siglo XIX se da permiso para incluir en la Congregación de Terciarios a las religiosas del Monasterio de las Descalzas Reales y se mantendrá correspondencia con Sevilla, Córdoba, Madrid, e, incluso, con la Corte. En 1818 se instituyó en Madrid la so-

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los Dolores del Hospital de san Jacinto de Córdoba.

generales.

No está de más recordar el breve Exponi nobis con el que Clemente XII, el 14 de diciembre de 1733, convalidó y confirmó todas las Congregaciones de los Siete Dolores erigidas en cualquier sitio y de las cuales no constaba la institución canónica, eso sí, siempre y cuando hubiesen sido fundadas con la autoridad del prior general de la Orden.

Como vemos, muchas congregaciones surgen de la iniciativa de los frailes, sobre todo aquellas que estaban cercanas a sus conventos o en los lugares donde predicaban. También es cierto que otras muchas surgen de las iniciativas personales de obispos, sacerdotes o rectores, sea por su devoción o impulsados por la devoción de seglares. Así, para erigir la fundación de una nueva congregación se ponían en contacto con el prior provincial o con la curia de la Orden en Roma. No era necesaria la presencia de frailes.

Por diversas razones, se ha dado, sobre todo en España, que las facultades concedidas por la Orden para la erección de una “Congregación de los Siete Dolores” fuesen mal interpretadas, dando origen a una Tercera Orden. Posiblemente, la equivocación estaba en su nacimiento, pues a lo mejor ésta era la intención de quien había realizado tal petición. Hay que considerar que en España la Tercera Orden era llamada Congregación (y los terciarios congregantes), término bastante cercano a Societas o Compañía, que eran con los que en Italia se llamaba a la “Confraternita”. También hemos de tener presente que en España la facultad para la erección de una Comgregación era concedida por el vicario general, sin que se informara siempre a Roma.

A estas alturas y con la ayuda de lo que escribió Odir J. Dias, queremos hablar de dos circunstancias: Por un lado, la autoridad y facultad para erigir una congregación, hermandad, o una Tercera Orden; y por otro la confusión histórica que se dio con la traducción del término Congregación.

Para la fundación de una Tercera Orden era el prior general quien concedía tal facultad. Con respecto a las Congregaciones (Hermandades, cofradías) también se hizo obligatorio realizar las peticiones a la Orden, fuese para nuevas erecciones o para el reconocimiento de las ya existentes, sobre todo desde que la Santa Sede reservó a la Orden dicha potestad incluso para las iglesias que no pertenecían a los Siervos de María.

Un primer paso hacia el reconocimiento de tantas Congregaciones españolas como Terceras Ordenes fue el breve con el que el 30 de marzo de 1830 el papa Pio VIII – a petición del prior provincial español fray Rafael Darnis-, el cual había referido que no se estaba seguro si las congregaciones bajo el titulo de Virgen de los Dolores existentes en España gozasen de privilegios propios de la Tercera Orden- declaró que tales «sodalitates seu confraternitates seu congregationes Beatae Mariae Virginis Dolorosae», siempre y cuando hubiesen sido regularmente erigidas por los superiores de la Orden, podían beneficiarse de todas las indulgencias y privilegios de la Tercera

Tras la concesión de Urbano VIII en 1628, para la erección de la Congregación, incluso en iglesias no pertenecientes a la Orden, se hizo necesario, como ya hemos indicado, dirigirse al prior general para obtener las oportunas facultades para que la Hermandad fuese reconocida canónicamente, y, al igual que otros actos del gobierno, estas facultades se anotaban en los registros de los priores

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Orden, aunque no tuviesen tal título.

Trascurridos casi cien años, fue realizada otra petición, tramite la Sacra Congregazione de los Religiosos, pidiendo no solo una sanatoria a favor de todas las congregaciones de los Siete Dolores en España y en los territorios de lengua española, que, nacidas como Hermandades se creían consorcios de la Tercera Orden, sino también, para evitar otros equívocos, que para en el futuro ninguna Tercera Orden pudiera obstentar este título si no había sido erigida como tal por un diploma del prior general de la Orden. La respuesta fue un nuevo breve pontificio con el que Benedetto XV, el 25 giugno 1918, acogió ambas peticiones.

Los Siervos de María es una gran familia en la que tienen cabida multitud de vocaciones y en la que todas enriquecen a las demás. Es una Orden que bajo la protección de la bienaventurada Virgen María, en su advocación de los Dolores ha acogido distintas sensibilidades que actualizan la invitación Mariana “haced lo que Él os diga”.

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J O Y E R Í A

REGENTE

Paseo de Almería, 15 Telf. 950 23 04 32 04001 Almería

Distribuidor oficial de primeras marcas Soledad

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EL DOLOR DE UNA MADRE Julio Gonzálvez

Comunicador

Cuánto bien va a hacer a nuestra sociedad la contemplación de la Virgen en este Viernes Santo. La Madre dolorosa, mujer fuerte que sabe estar al pie de la cruz de su Hijo. La Soledad que de la gubia de José Pascual Ortells López, naciera para la posteridad que nos hace levantar los ojos arrasados de lágrimas para verla y orarla por las calles de la Almería vieja detrás del Santo Sepulcro, vuelve a revivir aquel tremendo Viacrucis que tuvo lugar en Jerusalén hace ya más de dos mil años.

María, la Madre, en su advocación más cercana a la pasión y muerte de Cristo. Y el Hijo, caído, azotado, coronado de espinas, clavado en la cruz, escarnecido, roto, en parihuelas o desfallecido sobre el regazo de la Madre, componiendo algunas de las muchas escenas que estamos viviendo, por fin, después de la pandemia, como todos los años en la Semana de Pasión. Y en medio del drama, el silencio. Es el sonido que sólo debe de acompañar a Nuestra Señora de los Dolores, nuestra Soledad. El silencio, siempre el silencio acompasando y acompañando el discurrir procesional.

Si la imagen de nuestra Titular vale más que mil palabras, el silencio que la envuelve, vale más que mil imágenes y mil palabras. Estar en silencio y de hablar en silencio hacia adentro, a los adentros, desde dentro. Sólo el latido del corazón y el fluir de la sangre por las venas, los pensamientos callados, en silencio y el Hijo de Dios, recorriendo las calles de nuestra Almería convertidas en calvario, hasta llegar al Gólgota, entre Dimas y Gestas, para expirar y resucitar, después de redimir, en silencio, a los hombres.

Hoy, estamos en silencio, Mañana estaremos en silencio, en el silencio. Cristo ha muerto para darnos la vida Hasta el Domingo de Resurrección, todo es silencio. Dice una piadosa tradición que el encuentro entrañable y dramático entre madre e hijo tuvo lugar apenas se había levantado Jesús de la primera caída. Con inmenso dolor mira María a Jesús y Jesús mira a su Madre. Sus ojos se encuentran. Y con la mirada se dicen todo: su cariño, su dolor, su esperanza.

Los ojos de la Virgen, esos ojos bellísimos que esculpió Ortells con tanto mimo, van del rostro de Cristo a la cruz que carga. Y lloran lágrimas que son dolor, no de amargura, lágrimas que limpian, lágrimas que desahogan.

Termino pidiendo a Nuestra Señora algo que le habéis pedido queridos lectores muchas veces: Madre, habla bien a tu Hijo de nosotros, los almerienses. Las madres siempre hablan bien de los hijos. Y en este encuentro, la comprensión y el cariño de la Madre no nos puede faltar.

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FELIZ CUMPLEAÑOS Luis Criado del Águila

Teniente Hermano Mayor

Hay un viejo tango que dice “que veinte años no es nada” ¿Y 250 años qué son?.

Eso celebramos queridos Cofrades este 2022. A lo largo de estos años ¡cuántos cambios se han dado en la Hermandad para bien de todos! Los actos que se están preparando para su celebración tendrán ese viejo sabor del recuerdo y sobre todo de un sincero y profundo agradecimiento a todas y todos nuestros antepasados que mantuvieron vivo el amor a la Santísima Virgen de Los Dolores.

lebraba la fiesta de pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de la primavera. Esta fecha la fijaban en base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno”. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de días para hacerla coincidir con la luna llena, pese a que algunos años la hemos visto aunque ha llorado el cielo con esa benéfica lluvia que tan necesaria es.

Pero no nos desviemos y volvamos a estas celebraciones. No es nostalgia de lo anterior pero como una vieja película de blanco y negro han pasado por mi memoria muchas Semanas Santas que en este artículo sería muy dificil de plasmar. ¡Qué diferencia de aquella sencilla y modesta Hermandad de La Soledad a esta actual!, y tenemos que sentirnos TODOS orgullosos. Y cuando digo TODOS meto en el canasto desde el primer cofrade al último inscrito.

Siguiendo la vieja tradición católica, durante la Semana Santa celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo el Hijo de Dios. Desde el Domingo de Ramos 10 de Abril al de Resurrección o Domingo de Pascua son los días liturgicos más intensos de todo el año, días que a fuer de ser sinceros muchos ciudadanos de todo sexo y condición social han convertido estos siete días en una ocasión de descanso y diversión. Por contrario es bien cierto que otra gran cantidad de ciudadanos católicas más o menos practicantes lo dedican a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión.

Nuestro día grande es el Viernes Santo.

Adriana Morales es Licenciada en Letras y ha escrito que “durante la Semana Santa se conmemoran los actos religiosos más importantes para los cristianos, tiempo para reafirmar la fe y recordar cuáles son las bases sobre las que se fundamenta el cristianismo”. Esos actos religiosos a los que se refiere la licenciada son los Santos Oficios del Jueves y Viernes Santo, Pero es la Vigilia Pascual la tarde o noche más importante de todo creyente.

Otro volver a nuestro reciente pasado.

1.941 marcaría una importante fecha en

Rebuscando en viejos escritos he encontrado que a la Semana Santa en un principio se le llamaba “la gran semana”, ahora se la conoce como Semana Santa o Semana Mayor o Días Santos. Nos hemos preguntado en muchas ocasiones por qué cambia de fechas algunos años.

He aquí la respuesta que los historiadores nos han dejado. “El pueblo judío ce-

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la Ilustre Hermandad, porque el anhelo de muchos Cofrades se iba a cumplir. Don Manuel Rodríguez, el párroco, bendecía la actual imagen que un año antes el entonces Hermano Mayor Don Antonio Ramón Hernández encarga al imaginero Don José Pascual Ortells, un castellonense afincado en Madrid. Ortells se inspira para su realización en una foto que Don Antonio le hizo llegar de la anterior imagen y que al decir de los Cofrades era un calco de la que había sido destruida. Pasan los años y llegamos a 1.946 y otro cumpleaños porque se crea la Agrupación de sanjuanistas dando la bienvenida a una imagen obra del almeriense Don Jesús de Perceval, imagen según datos que fue costeada junto con su vestimenta (túnica blanca con adornos en oro y capa roja que se conserva), por Don Juan Soriano que era miembro de la Junta Directiva. El 28 de febrero de 1.947 se solicitaba la integración en la Agrupación de Cofradías. Y seguimos arrancando hojas de almanaque para llegar a 1.961. Ese Viernes Santo salíamos por última vez de la Iglesia de San Sebastían donde estuvimos durante veintiún años.

Tras nuestro recorrido se nos abrían las puertas de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, nuestra sede canónica, y la Virgen de Los Dolores volvía a su capilla de Santa Lucía. Era Hermano Mayor Don José Marín Rosa. La capilla lucía un artístico retablo obra también de Perceval. Y en Santiago seguimos y a la capilla de la Virgen acuden cofrades, devotas y devotos a elevar su oración en silencio.

Me he preguntado muchas veces ¿qué le estará pidiendo a nuestra Madre de Los Dolores? Posiblemente lo que le pedimos cuando nos ponemos a sus pies y miramos su cara perlada de lágrimas y veo que una de ellas brilla más que las otras… es por el hijo o hija y hermano o hermana que se nos han ido.

“Dame la mano Soledad que la apriete con la mía que la estreche, que la bese, que consuele tu agonía.

No me abandones, Señora

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UN NUEVO OBISPO EN ALMERÍA Juan Francisco Escámez Trujillo

Investigador

La prometedora llegada del Obispo Todo parecía normal. Un día de verano caluroso como cualquier otro dentro del clima mediterráneo. La misma actividad de barcos en el puerto, el mismo trasiego de arrieros entrando y saliendo de la Plaza del Juego de Cañas, donde estaban las barracas y tiendas del mercado. Carros tirados por mulas o bueyes procedentes de las huertas y de las vegas cargados de cereal y hortalizas.

Nada hacía advertir que aquella mañana del 13 de julio de 1761, desde la iglesia de Santa María la Mayor en Roma se estaba cambiando la historia y el devenir de la ciudad: el papa Clemente XIII estaba firmando las bulas que promovían a Claudio Sanz y Torres como obispo de Almería.

se trasladó a Pechina donde estaba pernoctando el prelado para hacer la entrada a la ciudad al día siguiente.

Así pues, la mañana del 14 de septiembre de 1761 el cortejo que avanPapa Clemente XIII zaba por el camino de Granada debió hacer su entrada por la majestuosa Puerta de Purchena. Puerta de considerables dimensiones, recuerdo del esplendor vivido por la ciudad en el siglo X y que ahora, cuando el siglo XVIII superaba su ecuador, había dejado su finalidad militar para conformarse con la de control aduanero de la ciudad. Recordemos que aquella ciudad, que era admirada y mencionada por todos los pueblos del Mediterráneo, llegó a alcanzar los veinte mil habitantes y que ahora no supera los tres mil.

Cabe mencionar que el nuevo obispo había nacido en la villa toledana de Torres y que, tras llevar muchos años de presbítero, ser doctor en Derecho Canónico y nombrado como canónigo doctoral en la catedral de Osma, le llegaba este nombramiento a la edad de 57 años.

Debieron pasar dos meses para que el 13 de septiembre, el arcediano Vicente González acompañado de cuatro capellanes, el pertiguero y los ministriles procediera a la tradicional ceremonia de recepción del nuevo obispo. El cortejo, junto a representantes y regidores de la ciudad,

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Según se acercaban a la puerta, se podía advertir el complejo sistema defensivo que la hizo inexpugnable. El espacio

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que desde la mitad del siglo XVI ha dado la bienvenida a propios y extraños en la ciudad de Almería: la iglesia de Santiago.

Tras el anuncio de los soldados de la ciudad, las campanas comenzaron a sonar al vuelo anunciando a toda la ciudad la llegada del nuevo obispo.

El cortejo llegó a la plaza de la catedral y se detuvo en el estrado que se había construido para la ocasión. El obispo, tras bajar del carruaje y saludar a los representantes del Cabildo Capitular y Catedralicio que esperaban su llegada, se subió a la plataforma de madera, se arrodilló y con una mano en el misal y la otra sobre la cruz de plata que portaba el deán, frente a las puertas del templo, juró guardar la erección, estatutos y loables costumbres de esta Santa Iglesia.

Escudo del Obispo don Claudio Sanz y Torres

A continuación, se procedió a realizar la procesión de entrada al templo. Una vez dentro se cantó el Te Deum, el deán procedió a hacer una oración conmemorativa y a continuación se realizó el besamanos al obispo. Para finalizar el acto, se leyó la antífona y la oración de San Indalecio, patrón de la diócesis y se concluyó con la bendición solemne impartida a todos los asistentes.

previo al paso, estaba franqueado en un primer momento por dos torres de época musulmana que fueron adaptadas y actualizadas para albergar elementos de artillería. Una vez adentrado en el espacio resguardado por las torres, se percibía la eficacia frente a cualquier enfrentamiento enemigo: rodeado completamente por muros que superaban los seis metros de altura, solo existían dos opciones: la muerte o la retirada.

1772: la confirmación de un impulso Diez años habían pasado de la llegada del obispo Claudio Sanz y Torres y el ambiente de la ciudad parecía que había cambiado. En el verano de 1771, en la misma plaza que se había levantado el estrado para su juramento, ahora estaba instalado un obrador para los artesanos que estaban trabajando dentro de la Iglesia Mayor.

La Puerta Purchena realmente se configuraba como un acceso en recodo. Al pasar el primer vano de gran tamaño y rica decoración, se daba paso a una galería en la que se debía girar a la derecha y que desembocaba a una nueva puerta, antes de poner un pie en una calle de la ciudad.

Esta calle, la que comunicaba la Puerta de Purchena con la plaza donde estaba el mercado era una continuación del camino de Granada. Justo al inicio de la calle, el cortejo fue recibido por la parroquia

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A los carros de cereales, aceite y fruta que circulaban por la ciudad, se le añadían los que trasportaban piedra y tablones de madera. El bullicio de las barracas y tiendas en la plaza del mercado tenía

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un duro competidor en la plaza de la catedral con los canteros, aprendices y artesanos trabajando la piedra y la madera.

La actividad hacía que la población saliera de su hastío diario para interesarse por los nuevos proyectos que salían del Palacio Episcopal.

lidad del mismo. Para la realización del mismo se eligió al también arquitecto granadino Eusebio Valdés que, aunque era poco conocido en nuestra ciudad, había trabajado realizando el púlpito y el frontal del altar mayor de la Colegiata de Baza y en el púlpito del pueblo de Atarfe.

El impulso constructivo generado por el nuevo obispo comenzó unos años antes.

Desde la Corte llegó el maestro organero Leonardo Fernández Dávila para acometer el primer proyecto de Sanz y Torres: la realización de un nuevo órgano para la catedral. En marzo de 1768, Fernández Dávila llega a Almería por orden del obispo después de haber realizado los órganos de la catedral de Granada y los de la capilla del Palacio Real. Esto desencadenó que el Cabildo Catedralicio, formado por el cuerpo de canónigos de la catedral, decidiera costear otro órgano, que hiciera pareja con el primero, en 1770.

Este proyecto fue encargado a los maestros Diego López y Anselmo Espinar.

Los hermanos de la Soledad como testigos del cambio La Almería de 1772, año de especial cariño para los hermanos de la Soledad, estaba comenzando una nueva etapa impulsada por el obispo Claudio Sanz y Torres. Que la institución eclesiástica se pusiera como abanderada en la promoción y ejecución de nuevos proyectos o ampliaciones de templos suponía para esa población un nuevo atractivo económico. La llegada de nuevos maestros de obras y artesanos, con sus familias y criados de otras ciudades vecinas, el arrendamiento de casas que hasta ese momento estaban vacías, la contratación de nuevo personal como arrieros y aprendices para el acarreo de materiales y herramientas, así como la actividad en

La finalización de los órganos, a falta de dorar la madera que se dejó para más adelante, dio paso a la realización de un nuevo trascoro. El templo disponía de un retablo de madera en la antigua capilla de Santa Catalina, pero el obispo se decidió promover uno nuevo siguiendo las indicaciones impuestas por la Academia de San Fernando realizándolo en piedra natural.

Hasta la ciudad llegaron tres proyectos que fueron comunicados al cabildo siendo elegido el firmado por el arquitecto Ventura Rodríguez debido al exceso de gusto con el que estaba delineado y la ca-

Almería en el siglo XVIII

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los propios talleres de la ciudad transformaba por completo el ambiente y ánimo de sus vecinos.

En cuanto a la Iglesia Mayor, tras la realización de los órganos nuevos y el retablo del trascoro, llegó el tabernáculo de la Capilla Mayor y la decoración de la capilla de San Indalecio. Tras la muerte de este magnífico prelado en el 1779, se promovió la realización de la última gran obra dentro de la Catedral: El claustro neoclásico proyectado por Juan Antonio Munar en 1786.

Y posterior a estas, tendrían que venir las obras de las fachadas de la iglesia de San Pedro por Juan Antonio Munar y la de San Sebastián por Ventura Rodríguez antes de que concluyera el siglo XVIII. Habría que esperar hasta mediados del siglo XIX para el impulso económico definitivo de la ciudad que provocara el derribo de las murallas proporcionando el crecimiento sin limitaciones de la ciudad, la remodelación de la Plaza Vieja con el proyecto de una plaza mayor en la que convivieran los edificios administrativos, el mercado, la realización de las principales fiestas de la ciudad y los eventos taurinos.

Pero todos estos cambios y otros más que tendrían que llegar serán vividos por los propios hermanos de la Soledad, que durante los últimos 250 años han podido ser testigos de una verdadera transformación de nuestra ciudad.

R E S TA U R A N T E

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DIEGO GUIRADO AGUILAR, PADRE DE LA FOTOGRAFÍA DE LA SOLEDAD Baltasar González Pascual

Los recuerdos son las fotografías. Sobre todo, las de blanco y negro. Las de papel arrugado y resquebrajado. Más aún en una hermandad con casi doscientos cincuenta años de historia. Fotografías en las que se plasma la devoción, la fe y la piedad hacia Nuestra Señora de los Dolores. Instantes detenidos en el tiempo, en los que cada detalle descubre un pedazo de tradición soleana en Almería.

tico referente devocional en Almería, el escenario fue idéntico al vivido en Sevilla y otras ciudades andaluzas. De la litografía de la Virgen de la Soledad realizada por Hilario Navarro de Vera en los últimos años del siglo XIX, se pasó a una serie de fotografías (desde 1902 hasta la guerra civil), que engrosaron un corpus documental de las que pocas cofradías de nuestro país pueden presumir.

Desde que los primeros daguerrotipos llegaron a España allá por el ecuador del siglo XIX, se empezaron a inmortalizar las imágenes que más fervor despertaban en los feligreses de toda España, sustituyendo de esta forma a las añejas litografías. Así sucedió en la cuna hispalense, donde nombres como Ramón Almela o Lucien Levy, primero, y Serrano, Ángel Montes o Haretón, después, dejaban para la posteridad históricas fotografías de estudio y de calle de los titulares de las cofradías sevillanas en el último tercio del XIX y primero del XX. Y así, como no podía ser de otra forma, sucedió también en Almería, donde conocemos las imágenes de las cofradías (Nazareno, Amargura, Escucha, Borriquita, Sepulcro, Dolores…) a través de las fotografías que salieron de las cámaras de almerienses que en las primeras décadas del siglo pasado se habían instaurado en la ciudad.

Pero entre todas ellas, una destaca sobremanera. Nos referimos a la que plasma a la primitiva Virgen de la Soledad, delante de un fondo blanco, con la diadema y manto de salida. Esta fotografía se utilizó durante décadas en prensa, incluso en la posguerra, estando ya la actual imagen; en los años anteriores a la guerra se les obsequiaba con una reproducción a los hermanos que ingresaban en la cofradía; también se le mandó a Ortells para que realizara la actual Virgen; y a día de hoy todavía cuelga en los salones de los hermanos soleanos más antiguos. No es una foto más. Es la foto.

Poco se conocía de la fotografía. La primera vez que salió en prensa fue el Viernes Santo de 1930 en el Diario de Almería. Sin embargo, investigaciones recientes la databan años antes, ya que la Virgen luce el manto de salida, pero sin la ampliación que recibió en 1924 y que lo dejó tal y como hoy lo conocemos.

Y he aquí que doscientos cincuenta

En la hermandad de la Soledad, autén-

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Primitiva imagen de Ntra. Sra. de los Dolores

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años son muchos años y que la devoción a Nuestra Señora de los Dolores es grandiosa y no deja de sorprender. A comienzos del pasado mes de julio, tras un confinamiento de lo más preocupante, José María Saldaña, nieto de una devota soleana por cuyas venas siempre ha corrido el fervor a María Santísima de los Siete Dolores, entregaba a la cofradía la fotografía en cuestión. Pero no una simple copia, sino una de las originales que el fotógrafo realizó delante de la primitiva Virgen de la Soledad. ¿Pero qué fotógrafo? ¿Quién tuvo ese privilegio? Y ahí está la sorprendente novedad del regalo: la fotografía, colocada sobre un paspartú en el que el tiempo ha dejado su huella, presenta el sello del estudio de fotografía: D. GUIRADO. ALMERÍA.

Nuestra Señora de los Dolores. Además, durante años también tuvo abierto otro estudio en Cuevas de Almanzora.

Tras sus primeros años de retratos a particulares, Diego Guirado alcanza gran renombre en la alta sociedad almeriense y empieza a inmortalizar a ilustres personajes, como, por ejemplo, el obispo Vicente Casanova y Marzol en 1915.

También inaugura el fotoperiodismo en Almería, estando contratado a tiempo completo en algunos de los diarios de la época, dejando su trabajo en guías de Almería, revistas, El Radical, Diario de Almería o La crónica meridional, donde inmortalizaba cualquier acto de sociedad, actividades políticas y escenas de la Almería de la época. Diego Guirado se casó con Ana María Cano Laborda y tuvieron tres hijos. Parece que murió en 1947.

Es decir, que un tal D. Guirado inmortalizó a la original Virgen de la Soledad antes de 1924. A cualquier investigador se le hubieran puesto los pelos de punta ante esa novedad y la posibilidad de encontrar rastros del fotógrafo en cuestión. Y ahí nos pusimos. No fue difícil, puesto que en los últimos años se han publicado varias obras sobre los fotógrafos almerienses en el siglo XIX y primeras décadas del XX.

El segundo de los hijos, Diego Guirado Cano, nació el 3 de julio de 1919 y también fue un fotógrafo insigne en Almería. Antes de fallecer el 28 de octubre de 1995, trabajó para el Yugo y fue durante muchísimos años fotógrafo de la Agencia EFE y colaborador en numerosas publicaciones de carácter nacional. Da la casualidad que suyas son las fotografías que a principios de año Pilar Gracia y Velazco, sobrina de este, entregó a la cofradía y que habían salido de la cámara de esta segunda generación de fotógrafos Guirado. Casi un siglo dejando constancia de la vida de la hermandad de la Soledad.

Diego Guirado Aguilar había nacido en Almería en el año 1887 y, después de haber trabajado en algún taller fotográfico, con veintipocos años estableció el suyo propio en la plaza del Pino de la capital (un poco más arriba del Hospital). El estudio de fotografía de Diego Guirado se trasladó bastante durante la segunda década del siglo XX: en 1917 a la calle Azara (entre la plaza Flores y la calle de las Tiendas), antes de 1925 al número 6 de la calle Mariana, en 1931 al mismo número de la avenida Pablo Iglesias, en 1932 de nuevo vuelve a la calle Azara, y en 1933 en la plaza Vivas Pérez (junto a la calle Rostrico). Todos sus emplazamientos muy cerca de la parroquia de Santiago y de

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Como curiosidad, en la Cuaresma de 1929 fue el padrino de bodas de su sobrina Carmen Balonga Rodríguez, en la ceremonia que la unió en matrimonio a Juan Campos Segura y que se celebró en la parroquia de Santiago, ante la atenta mirada de Nuestra Señora de los Dolores que estaba celebrando su solemne septenario, y que ofició el párroco

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don Carmelo Coronel, consiliario de la hermandad por aquellos entonces.

Volvamos ahora a la imagen en cuestión, a la primitiva imagen de la Soledad, a la foto con mayúsculas. Hasta ahora solo podíamos afirmar que había sido realizada antes de 1924. Pero ahora podemos sumar algo más de información. Nuestra Señora de los Dolores, con su dulce rostro acotado en un rostrico, luce el manto de la familia Barbarín todavía sin ampliar, el corazón que todavía se conserva, la diadema de los marqueses de Torre Alta que sigue luciendo todos los Viernes Santos y un sudario, corona y clavos que se perdieron.

Sin embargo, si nos fijamos bien en la diadema, veremos que, encima de cada una de las seis estrellas, aparecen unas pequeñas bolitas. ¿Qué son? Pues se trata de unas lucecitas que la Virgen lució en la diadema en los años 1922 y 1923, muy del estilo de la época, aprovechando que el trono que Nicolás Prados restauró esos años ya llevaba un acumulador eléctrico.

Dicho esto, podemos concluir que la fotografía en cuestión la realizó el famoso fotógrafo almeriense Diego Guirado Aguilar en los primeros años de la década de los años veinte del pasado siglo. Con esa cronología, nos atrevemos a exponer que se realizó en su estudio de la calle Azara, muy cerquita de la parroquia de Santiago. ¿Por qué en su estudio y no en el interior de la iglesia? Sencillamente, por la pared encalada que aparece como fondo en la imagen, difícil de encontrar en un templo pétreo como el de Santiago Apóstol (aunque también es cierto que pudo realizarse en la sacristía).

Así que, cada vez que contemplen esa tradicional y fervorosa fotografía, recuerden que salió de la cámara de Diego Guirado Aguilar, que fue su autor y que gracias a él la devoción soleana pudo seguir creciendo en las generaciones posteriores.

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Capataz paso San Juan Jorge Alonso Ramírez Capataces paso Virgen Basilio y Agustín García Navarro Exorno floral ambos pasos Francisco Valdivia Casas Nazarenos 150 Vestidor Juan Rosales Hermoso Hábito Sarga negra de cola con escapulario Acompañamiento Musical Trío de Capilla Santo Reino de la localidad de Jaén en Cruz Guía JCP Soledad

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ITINERARIO 2022 I.P. Santiago Apóstol [SALIDA - 20.00 HORAS], Las Tiendas, Virgen de la Soledad, Plaza Flores, Plácido Langle, Plaza San Pedro, Floridablanca, Real, Emilio Ferrera, Plaza Careaga, Campomanes, Real, Antonio González Egea, San Pedro, Padre Luque, Conde Ofalia, Lachambre, [ENTRADA CARRERA OFICIAL - 21,13 HORAS], Paseo de Almería, General Tamayo, Plaza Virgen del Mar, Gravina, Real, Eduardo Pérez, Plaza de la Catedral, [22,25 HORAS], General Castaños, José Ángel Valente, Gutiérrez de Cárdenas, Arráez, Juez, Plaza de la Administración Vieja, Mariana, Las Tiendas, I.P. Santiago Apóstol, [ENTRADA - 23.30 HORAS].

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VESTIR EL HÁBITO DE NAZARENO Antonio Montellano Fenoy

Diputado Mayor de Gobierno

VESTIR el HÁBITO de Nazareno (túnica de tela negra de las llamadas de sarga, con cola, escapulario, antifaz, cinturón y medalla de la Hermandad) IMPECABLE Y CORRECTAMENTE, se hace imprescindible tanto por tratarse de una vestidura religiosa, como para cumplir de este modo su finalidad igualadora del penitente ANÓNIMO. Nota: SÓLO podrán figurar en el cortejo los hermanos que vistan el HÁBITO NAZARENO ACTUAL establecido por el Cabildo de hermanos. Es importante poder contar con la colaboración de otra persona.

1.- Vestir calcetines negros y calzado de corte clásico negro, colocando el bajo de los pantalones doblado hacia la rodilla.

(Prohibición expresa de zapatillas de deporte). En caso de salir descalzo, se prescindirá de calcetines.

2.- Estirar la cola y enfundarse la sotana, abrocharla y arreglar debidamente el cuello y los puños. Recordamos que debajo de la sotana no se permiten puños de camisa con gemelos.

4.- Seguidamente, nos colocaremos el escapulario introduciéndolo por la cabeza, con el broche hacia delante y lo abotonaremos, fijándonos que quede bien colocado sobre los hombros. Después, fijaremos la cola provisionalmente con unos alfileres a la altura de los hombros de la sotana, cuidando que el bajo quede totalmente pare-

3.- Nos ajustaremos debidamente el cinturón de cuero con la hebilla y correa, de tal modo que no quede ni demasiado ajustado ni excesivamente suelto, pues en ambos casos resultaría incómodo. Comprobaremos que el cinturón no nos resulte molesto para la respiración.

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perfectamente vertical. Y ello depende del largo correcto del cartón. Si para ver correctamente el capirote debe quedar ligeramente inclinado hacia atrás, es señal de que el cartón es algo corto, por lo que deberemos rectificarlo ligeramente, prolongándolo uno o dos centímetros en su punta y ello no sólo por lo antiestético, sino por la incomodidad innecesaria que ello supone.

jo a todo alrededor. Se puede hacer con la ayuda de otra persona.

5.- Nos colocaremos la medalla de la hermandad, al cuello de la sotana y sobre el escapulario.

6.- Cuidaremos y revisaremos en este momento el que nuestras manos no llevan nada, salvo la alianza matrimonial (no se permiten relojes, joyas…). Tampoco uñas largas, pintadas. Los ojos tampoco podrán ir maquillados. No llevaremos guantes.

9.- En este momento retiraremos los alfileres que sujetan la cola a los hombros de la sotana y la dejaremos caer sobre el brazo opuesto al que se porte el cirio, mientras que los que lleven insignias y varas la llevarán sobre el brazo izquierdo. El escapulario y la cola siempre ha de pasar sobre el cin

7.- Guardaremos la papeleta de sitio así como cualquier otra documentación que pudiera sernos precisa, cuidando de colocar todo ello en lugar seguro y no visible. La papeleta sí deberá estar accesible con facilidad. Si portamos el teléfono móvil nos aseguraremos que esté completamente apagado.

8.- Seguidamente prepararemos el antifaz, con el capirote de cartón y nos lo colocaremos sobre la cabeza y cubriendo el rostro.

Es muy importante que el capirote quede

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turón, nunca por debajo.

10.- Cuidaremos de colocar correctamente la caída de la cola y posteriormente verificaremos el bajo de toda la túnica, para que mantenga un largo uniforme a todo su alrededor. Asimismo, cuidaremos que la esclavina del antifaz esté debidamente colocada, de tal modo que nos cubra los hombros.

11.- Una vez vestidos correctamente de nazarenos, nos dirigiremos al templo, totalmente cubiertos y cumpliendo estrictamente todas las normas. Los niños vestirán sotana de tela negra de las llamadas de sarga, escapulario y esclavina con el escudo bordado del corazón Doloroso de María, atravesado por siete puñales, en el lado izquierdo.

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CARTEL VIERNES SANTO 2022 José Constantino Heredia Torres

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