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Gobernador Alfonso Durazo puso fin a la reelección de rector en la UNISON

“Con la finalidad -dijo el gobernador Alfonso Durazo Montañode acabar con los grupos de poder que se han enquistado, sic, en la Universidad de Sonora” le añadió al proyecto original elaborado por las autoridades del Alma Mater, un artículo prohibiendo la reelección en la rectoría aunque, por otra parte, propuso es un decir porque los diputados de Morena que hacen mayoría en el Congreso del Estado, igual no le movieron “ni una coma”- el aumento de cuatro a cinco años en un periodo único al frente de la Universidad.

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Y, para evitar mayores contratiempos y que, como en otros sexenios, no se logró abolir la Ley Beltrones -llamada así por autoritaria y antidemocrática- que regía a la UNISON desde 1991 y que todo siguiera igual, logró que los diputados de su partido, Morena, con sus aliados del PT y del Verde Ecologista -conocidos como rémoras- resolvieran por la vía del fast track la aprobación de la iniciativa -ahora llamada Ley Durazo- que regirá el futuro de la Universidad.

La primera mujer al frente de la Rectoría, la Dra. Rita Plancarte Martínez, aceptó -en una especie de “ni modo”, el añadido del gobernador, aunque ella será la primera a quien se le aplique la ¨no reelección¨, que permitía un periodo adicional de cuatro años por una sola vez, pero negó que en la UNISON hubiera enquistamiento de grupo alguno de poder, ni mucho menos -tal vez en otras universidades, dijo- y aprovechó para recordarle al mandatario que la iniciativa original -que democratiza la vida interna de la Institución, incluida la elección del rector, y otros capítulos que modernizan la estructura y funcionamiento del Alma Mater, fue de parte de las autoridades de la propia Universidad. Aunque, claro, la ley prevé que sea el Ejecutivo quien la envíe al Congreso -lo cual no deja de “hacerle ruido” a la autonomía, pero también “ni modo”.

Lo anterior nos lleva a recordar que ya el gobernador se ha referido a grupos de poder en otras instancias sin mencionarlos y ahora lo repite en el caso de la UNISON. Por ejemplo, durante su campaña y que volvió con el tema en su Primer Informe de Gobierno aludió a la colusión del poder económico y el político que “desde siempre” se aprovecharon de Sonora -para anunciar que en lo sucesivo el poder estatal serviría al pueblo, etcétera. Pero no solo no dijo -ni hizo excepciones- acerca de quiénes estaba hablando.

Efectivamente en Sonora hubo cacicazgos, pero terminaron -o se sustituyeron por otros en la Revolución, allá por la época de los presidentes Calles, Obregón y si acaso con Abelardo L. Rodríguez, pero eso se acabó con la llegada de los “civiles” a los mandatos en el estado. E incluso el actual gobierno nombró, este 2023 como el Año Adolfo de la Huerta -quitándole el título de General, quien sabe por qué- reconociendo su legado a Sonora y a México, del que fue presidente interino. Y antes, el año pasado, se le vio -a Durazo- muy animoso con el exgobernador Eduardo Bours, el primer mandatario del estado realmente millonario y político al mismo tiempo, justificando la reunión en Cajeme para la adquisición por parte del gobierno de terrenos en el sur del estado dónde establecer plantas de electricidad ecológica, como si Bours fuera el síndico municipal o no hubiera cientos de ejidos y comunidades con enormes superficies disponibles -a menos que, efectivamente el exgobernador sea el dueño de las vidas y haciendas de medio Sonora.

Y ahora, en el caso de la UNISON, tampoco dice, aunque sí se codea, con quienes, en todo caso, es a los que se refiere… sin mencionarlos. Tal vez lo haga para parecerse un poco al populismo de AMLO, quien lo apoyó para la candidatura a gobernador, pero no es necesario. Durazo es un político serio y capaz que no necesita de esas entelequias.