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Promesa Cumplida: AMLO Vendió el Avión… a Precio de Ganga

Aun sacando “cuentas mochas” por la depreciación del valor del avión presidencial por el paso de los años, la aeronave se vendió en un precio muy inferior a su avalúo internacional actual , en otro pésimo negocio de la 4T. La expresión de que el gobierno de AMLO “no sirve para nada” se escucha cada vez más fuerte y más lejos.

*Francisco Santacruz Meza

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Entre bombos y platillos -por él mismo presumidos- el presidente Andrés Manuel López Obrador consumó la venta del flamante avión presidencial “José María Morelos y Pavón”, al gobierno de Tayikistán en mil 658 millones de pesos, con lo cual dio fin a un pendiente más que tenía desde su campaña triunfante de 2018, cuando prometió deshacerse del avión que “no tenía ni Obama” -lo cual, desde luego, fue de las primeras fake news del sexenio. Con ello, sacando cuentas, solo le quedan 21 compromisos que hizo a la nación al inicio de su gestión, al asegurar que en los primeros siete meses de gobierno ya había cumplido su palabra con 78 de los cien compromisos firmados al inicio de su sexenio, al así pronunciarlo en un acto multitudinario en el Zócalo de la CDMX.

En sus acostumbradas conferencias mañaneras, el presidente anunció que por fin vendió el avión presidencial incómodo, lo que al calor de la noticia algunas voces en redes sociales se comenzaron a preguntar si la actual venta fue favorable para México o no, por lo que, para satisfacer esta duda, se debe de revisar el proceso de compra/venta de la aeronave y la cual se concretó el pasado jueves 20 de abril.

La polémica aeronave es un Boeing 787-8 de 1983 remodelado con acabados de lujo que Banobras adquirió en 2012 por un costo de 114.6 millones de dólares. El gobierno de Felipe Calderón (del PAN) ya cerca de su final fue el encargado de realizar la compra, algo que fue sumamente criticado pues se trataba de un lujo que, para buena parte de la opinión pública, era un “regalo” para Enrique Peña Nieto (del PRI), y que reafirmaba la construcción política del PRIAN, sospechada, de hecho, desde que Fox no fue tras ninguna de las “víboras tepocatas y prietas del tricolor” cuya supuesta extinción le valió el triunfo el año 2000, y que abriría el milenio a un nuevo devenir de México. Pero nada.

Efectivamente, la adquisición del avión se realizó después de las elecciones de 2012, en las que triunfó el PRI, pero Calderón nunca lo utilizó. Peña Nieto sí durante todo su sexenio para viajar, lujosamente y muy a gusto a diferentes partes del mundo acompañado de su séquito, familia y amigos.

Desde que inició su campaña en 2018, López Obrador tildó al Boeing 787-8 como un lujo que denotaba la opulencia de un gobierno rico y de un pueblo pobre, de donde nació la célebre frase de que ese avión “no lo tiene ni Obama” -la realidad es que el Air Force One de los EU, que utilizan todos los mandatarios de ese país, es superior, con mucho, al adquirido por México.

Al dar a conocer la venta del avión presidencial, AMLO adelantó que el monto recaudado se utilizará para la construcción de dos hospitales en Guerrero y Oaxaca, con una capacidad de 80 camas cada uno y, de esta manera, garantizar el derecho a la salud de poblaciones vulnerables, lo cual sucede al mismo tiempo que la Cámara de Diputados decretó, a propuesta del partido del propio presidente la extinción del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar ( el INSABI), en un fracaso estrepitoso en esa materia. Jorge Mendoza, director de Banobras señaló, por su parte, algunos pormenores de la transacción y explicó que el depósito ya fue cubierto por el gobierno de Tayikistán y cuentan con 10 días naturales para llevarse el avión a su país, ubicado en Asia, sin precisar qué pasa si no vienen por él.

Sin embargo, se debe preguntar si esto es benéfico para el pueblo de México o no. En números redondos, el avión costó en 2012, 114 millones de dólares; y ahora se vendió en 92 millones de dólares que representa una pérdida de 22 millones; sin embargo, se debe considerar que como cualquier bien, el valor del avión se depreció, sumado a que, según lo señaló el propio AMLO, tenía desperfectos de origen que había que deducir.

Por si fuera poco, resulta que el avión se le vendió a una nación tribal y pobre que orbita a Rusia, y con un gobierno dictatorial -por lo que se especula que, en realidad el precio lo pagó Vladimir Putin, en agradecimiento al apoyo de AMLO a la invasión a Ucrania.

*Francisco Santacruz Meza. Periodista con más de 50 años de ejercer la profesión. Trabajó para Excelsior de 1970 al 2006; corresponsal en varias partes del país y en el extranjero. Estudió en la escuela de periodismo Carlos Septien y en el Instituto Técnológico del Noroeste.

Correo: franciscosantacruzmeza@gmail.com