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TOQUeS. más vale... ¿tarde? pág

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E ilustración: lady lov

ana orozco

Más vale… ¿tarde?

Pienso que en este año que fue de grandes festejos por el bicentenario del inicio de la Independencia y el centenario de la Revolución, los mexicanos estamos obligados a pensar en cómo ser mejores, y un muy buen comienzo es acabar con una improductiva y molesta tradición: la impuntualidad. Lamentablemente, los mexicanos somos catalogados –muy a mi pesar y con justificación– como “una cultura impuntual”.

La impuntualidad es un mal hábito de descortesía que denota una gran falta de respeto, ya que nuestra impuntualidad roba el tiempo de los demás. En el ámbito laboral esta mala práctica puede ocasionar que en citas, reuniones o negociaciones nos veamos en desventaja ante las personas que sí llegaron a tiempo, ya que se pudieron haber tocado temas importantes o asignado labores trascendentes en el periodo en que no estuvimos presentes.

Aunque vivir en grandes ciudades (como es el caso del Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey y muchas otras en la República Mexicana) y lidiar con los problemas de tránsito que eso representa podría parecer una muy buena defensa para excusar nuestra impuntualidad, la puntualidad es el claro reflejo del interés y uno de los valores más apreciados en todos los aspectos de la vida. Al practicarla demostramos atención, respeto y civismo hacia los demás, así que bajo ninguna circunstancia debemos hacer que nos aguarden ya que los pensamientos de quien nos espera pueden tomar un curso desfavorable, y es preferible no exponernos a que nos reciban con una actitud hostil aunque sea con causa justificada.

Si no conocemos dónde está la calle de la empresa que nos cita, no sabemos llegar o muy probablemente exista alguna manifestación que hará demorarnos más de los habitual, salgamos con tiempo de sobra y tratemos de llegar 15 minutos antes de nuestra cita para poder anunciarnos y ser estrictamente puntuales.

Sigamos la tradición japonesa que dice: “la persona que llega puntual a los compromisos es educada, quien llega cinco minutos antes demuestra respeto y quien llega tarde ofende”.

Así que acostumbrémonos a no ofender con nuestra impuntualidad y recordemos que la vida es muy corta y sus instantes corren sin jamás detenerse; así es que sólo en la economía del tiempo podremos encontrar los medios para administrarnos y romper con esa mala imagen de impuntuales que tenemos los mexicanos.

Es consultora en imagen Pública y experta en imagen Empresarial y Organizacional. colaboradora de www.monster.com.mx tuimagenpublica@gmail.com

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