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LA RIBERALTA DE ANTAÑO
Recopilación : David BernaL P. (A)
Testimonio de la Prof Elisa Oyola Mojica (A)
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Riberalta en 1925 era muy hermosa, tenía unos 4 mil habitantes; las calles y cuadras siguen como hoy en el presente, aunque había hierba muy bonita. Las calles estaban sembradas de pasto, los pasadizos eran de tablones, los corredores eran grandes y hermosos.
Las autoridades eran el subprefecto, el alcalde, los jueces, oficina de Correos y el hospital civil que estaba atendido por un galeno muy caritativo, el Dr. Juan de Dios Martínez. Las escuelas eran sólo hasta 5º grado, pero las atendían excelentes profesores y la enseñanza se efectuaba de mañana y de tarde, siendo muy eficaz, por ejemplo : un alumno de 2do. o 3er. grado, podía competir con uno de 5to. o 2do. intermedio de hoy en día.
Existía una campana que se tocaba para la entrada y la salida del trabajo. Dicha campana estaba colgada en el comedor de la casa de la Subprefectura a una cuadra de la plaza principal
En aquellos tiempos existia un carro basurero propiedad de la alcaldia que era tirado por una mula y lo conducia el Señor Rivas.
El hospital estaba ubicado donde son las oficinas de Dirme y estaba dirigido por el Dr. Juan de Dios Martínez era construido de madera, al lado del hospital se alzaba un imponente mapajo que era muy bello con sus flores moradas.

Antes, en todas las casas del pueblo se ponía lampiones para el alumbrado de las aceras, ya que Riberalta no contaba con luz eléctrica.
El primer avión, fue en realidad un hidroavión y se lo llamó Coronel Salazar, su madrina fue la Sra. Josefina Vaca Diez.
Yo fui la primer mujer invitada, o mejor dicho una de las primeras mujeres, para volar en el avión por ser de la primera promoción del sexto curso. Volamos por el contorno de Ribera/ta.
En nuestro pueblo existían unas torres grandes, metálicas, donde estaban las antenas de radio comunicación, en el lugar que hoy se conoce como Marconi. No se sabe quienes destruyeron esas torres y parece que se encuentran enterradas en el mismo lugar.
Antes la gente practicaba mucho la solidaridad y ayuda mutua. Los barrios se reunían cada fin de semana para hacer trabajos de limpieza y existía respeto entre todas las personas. El pueblo ha ido creciendo y con eso se han perdido muchas cosas bonitas del pasado.
(Extractado de la revista Siringa Cultural, edición N°2 mayo del año 2000)
