Entrevista a Joseba Lazcano, por María Luisa Berzosa FI

VIVIR FI 12 de diciembre de 2014

CONOCIENDO ENTRECULTURAS, por María Luisa Berzosa FI

"La cercanía al mundo del pobre es la mejor vacuna contra los lógicos peligros de la burocratización institucional… y, por supuesto, de esta sociedad enferma de aburrimiento"

Joseba Lazcano: "Fe y Alegría es un movimiento de experiencias de vida, de pasión compartida" Desde mi colaboración en Entreculturas desde que llegué a Madrid, fui invitada a visitar algunas Delegaciones para hablar del Movimiento Educativo “Fe y Alegría”, como organismo internacional, sobre todo en Argentina y también de su presencia en Italia, que son los lugares más conocidos por mí.

Así estuve en León y Salamanca sola, pero en otras ciudades como Burgos, Valencia y las tres sedes de Galicia reunidas en Santiago de Compostela, acompañé a Joseba Lazcano, un jesuita de origen vasco que lleva toda su vida destinado en Venezuela y que conoce muy bien dicho Movimiento Educativo.

Aprovechamos para presentar el libro que acaba de publicar: “Fe y Alegría, un Movimiento con Espíritu”. Juntos también dimos un taller en el Encuentro Nacional de Entreculturas que tuvo lugar el primer fin de semana de octubre, destinado especialmente a quienes acababan de incorporarse “Conociendo FyA”.

Agradezco a Entreculturas esta invitación que me permitió conocer un poco más su compromiso en las diversas realidades del país y admirar la entrega generosa de tantas personas. Y a Joseba, amigo de años a través de los diversos congresos de FyA donde hemos podido compartir mucho de esta pasión por la educación que a ambos nos habita.

Y como quería compartir algo de su riqueza, he aprovechado su paso por aquí para hacerle la entrevista que sigue. ¡Muchas gracias, Joseba!.

María Luisa: Podrías decirnos el motivo que te ha llevado a escribir este libro?

Joseba: Puedo señalar tres: Un motivo personal. Según me iba involucrando cada vez más en Fe y Alegría, iba sintiendo más la necesidad de entender, clarificarme y ordenar mis propias experiencias, lecturas y observaciones. Pensé que el ir poniendo todo eso en el papel era la metodología más apropiada, aunque todavía no pensaba en ninguna publicación. Era más bien una necesidad expresiva mía. La idea de la publicación fue una propuesta de amigos que admiro y aprecio en Fe y Alegría y con los que compartí mis inquietudes.

Un motivo intrainstitucional. Hoy cualquier empresa o institución asume que la “identidad institucional” (entendida como la identificación personal de los miembros con la institución) hace a esta más “productiva”. En Fe y Alegría, la experiencia fundacional (sobre todo la conmovedora generosidad de Abraham y Patricia Reyes) ha sido tan determinante que es 1

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lógica la tentación de admirar a los fundadores y, en consecuencia, exigirnos heroísmos que nos pueden mover, pero también nos pueden amedrentar: “eso como que es demasiado para mí”. Pero Fe y Alegría no es producto de heroísmos (que evidentemente ha habido muchos, muchísimos…); es producto, más bien, de la alegría descubierta en la fe que se compromete en el servicio al necesitado. Es decir, el nombre de Fe y Alegría es toda una tesis antropológica (¡y teológica…!): ¡¡¡Así somos y así es la acción de Dios en nosotros!!! Por eso, mi insistencia en la identidad objetiva. Es decir, en cuáles son las claves objetivas por las que Fe y Alegría es lo que es y como es.

Y un motivo transinstitucional. Son no pocos los técnicos y políticos de instituciones públicas y privadas de alto nivel (podemos mencionar al Banco Mundial, al Banco Interamericano de Desarrollo, a la Universidad de Harvard con su red SEKN que ofertan posgrados de alta gerencia a través del estudio de casos exitosos…), que nos consideran un “capital social exitoso” y nos preguntan por las claves de nuestro éxito, que tal vez puedan servir a sus “clientes”. También ellos han estado presentes en mis motivos.

María Luisa: Por qué crees que, después de casi 60 años, la intuición de José María Vélaz sigue estando viva y se multiplica sin cesar.

Joseba: Porque la condición humana –por mucho que cambien sus expresiones culturales o por muy diversos que sean los contextos sociales– sigue siendo la misma.

El optimismo antropológico de Vélaz –“en el mundo hay más gente buena que mala”, “todos tenemos más de bueno que de malo”, “todos somos convocables si nos levantan una bandera que valga la pena”…– sigue teniendo la misma vigencia… Y tal vez más en estos tiempos de desencantos de los “grandes relatos” que nos habían ofrecido profundas revoluciones o de los hastíos que nos han dejado tantas publicidades gritonas de subrogatorios de la verdadera felicidad.

Vélaz, todo un prototipo de hombre “moderno”, buscaba ante todo la eficacia: “Cuando el mundo moderno nos ofrece hoy masivamente bienes y servicios que hasta hace muy poco eran privativos de unos poco privilegiados de la nobleza o de la burguesía, nosotros seguimos ofreciendo nuestros bienes espirituales, como la educación, en pequeños huertos familiares…!

Y no se conformaba con crear una “red de escuelas”, sino soñaba con “trasformar la sociedad por medio de la educación”. Esa clave que buscaba la encontró en el corazón humano: “Se ha dicho que no existe la verdadera alegría si no se está cerca del misterio. Yo creo que esto es verdad porque la fe nos acerca al misterio de Dios que ha querido necesitar de nosotros para la salvación de nuestros hermanos. Ante este inexplicable misterio de predilección, que nos dice dónde está la verdadera vida, se encienden todos los poderes de la alegría que transforma el mundo”.

Esta experiencia transformadora, que se traduce en iniciativa, en autonomía funcional, en identidad, nos lleva a poder afirmar que Vélaz, propiamente, más que “fundar” a Fe y Alegría – que evoca escritorios, planes estratégicos y POA– la “desencadenó”. Por eso, Fe y Alegría se sigue fundando –idéntica– en países distintos, en culturas distintas, ante necesidades distintas.

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María Luisa: Cuál sería el núcleo de su mensaje para nuestro momento histórico Joseba: Hoy la pedagogía insiste en las experiencias significativas de los educandos. Tal vez esto es todavía más importante en los educadores. Fe y Alegría no es ni una teoría ni un sistema, ni pedagógico ni organizativo. Es, ante todo, un movimiento de experiencias de vida, de pasión compartida.

Lógicamente, como constante sociológica, también en Fe y Alegría, el “movimiento” desemboca en múltiples diversidades organizativas de las que hay que hacerse cargo con responsabilidad. Pero creo poder afirmar que la cercanía al mundo del pobre es –¡sigue siendo!– la mejor vacuna contra los lógicos peligros de la burocratización institucional… y, por supuesto, de esta sociedad enferma de aburrimiento.

María Luisa: Qué mensaje nos dejarías a quienes trabajamos en Entreculturas-FyA y en general en el mundo de la educación.

Joseba: Para no “jugar a experto” ni dispersarme, señalaría solo lo que creo que se está haciendo en el Seminario que la Federación Internacional está celebrando, estos mismos días, en Managua. Reconocemos con toda humildad que somos una experiencia exitosa, un “capital social exitoso”. Pero también reconocemos el peligro de pensar los nuevos retos, con autocomplacencia, “desde nuestras ofertas exitosas”, y no “desde las angustias de las viejas y nuevas demandas”.

Lee aquí: - "Fe y Alegría, un movimiento con Espíritu".

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