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¿EN QUÉ SE UTILIZA?

Lo que se colecta a través del diezmo se invierte en tres rubros importantes: la educación en la fe, el culto divino y la construcción de templos.

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La propagación de la fe se hace mediante apoyos a comisiones y secciones diocesanas de pastoral. Mediante el subsidio, los Sacerdotes encargados pueden cubrir el sueldo de quienes atienden las oficinas o pagar los gastos propios de una oficina de servicio.

El culto divino se refiere a la atención a los Sacerdotes, puesto que el Sacerdote es quien preside el culto. Debemos tener Sacerdotes sanos, y que una vez que hayan terminado su caminar pastoral y ya estén jubilados, también se les pueda apoyar gracias a la cooperación diocesana.

El culto divino también se refiere a la dignificación de espacios litúrgicos, y mediante el diezmo también se apoya a algunos templos que solicitan la ayuda.

Respecto a la construcción de templos, lo ideal es que los Sacerdotes y fieles se entusiasmen por ver crecer sus Parroquias desde los cimientos del templo material, según los recursos que ellos mismos vayan allegando, por lo que desde la Arquidiócesis se les puede dar una ayuda para que empiecen a ver crecer su templo y sea una motivación para que la comunidad continúe la labor de la construcción.

Actualmente, se apoya a 55 Parroquias, de las más de 550 que tenemos en la Diócesis, además a 13 comisiones y secciones diocesanas y 4 instituciones altruistas. ¿POR QUÉ ES UNA OBLIGACIÓN?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica (#2041-2043), los bautizados debemos cumplir con los mandamientos de la Iglesia, cuyo quinto mandamiento ‘Ayudar a la Iglesia en sus necesidades’, señala la obligación de apoyar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las necesidades materiales de la Iglesia, por lo que si no se aporta el diezmo o cooperación diocesana se está incurriendo en un pecado.

Se considera un pecado venial, un pecado de omisión, puesto que no se está transgrediendo la Ley de Dios, explican los ecónomos de la Diócesis, quienes añaden que “los mandamientos de la Santa Madre Iglesia son un apoyo, una ayuda para el cumplimiento de nuestra fe a través de la institución que es la Iglesia, por eso podríamos hablar de un pecado de omisión; de una falta a una responsabilidad como miembros de la Santa Iglesia Católica”.

¿EN DÓNDE ENTREGARLA?

Las personas que quieran hacer su aportación durante el año, pueden hacerlo a través de las Parroquias especificando al Sacerdote que se trata del diezmo. También se puede acudir directamente a la caja del Arzobispado (Alfredo R. Plascencia #995, Fracc. Chapultepec Country), abierta de 10 a 13:30 hrs., o también depositando a cuenta 65-09830126-6. CLABE 0143 2065 0983 012668, de banco Santander.

27 de Noviembre de 2022

PUBLIREPORTAJE Las tres violetas maristas

AnA GAbrielA renteríA VillAseñor licenciAdA en AdministrAción de empresAs, colAborA en UniVersidAd mAristA de GUAdAlAjArA como responsAble del áreA de enlAce UniVersitArio, misionerA y tAlleristA. ActUAlmente es estUdiAnte de lA mAestríA de desArrollo HUmAno en lAs orGAnizAciones

Recién llegada al Bachillerato Cervantes Loma Bonita como colaboradora y curiosa por conocer el carisma marista, encontré la biografía de Marcelino Champagnat para internarme en vida y obra del fundador. Un hombre admirable por su sencillez, su servicio, su tenacidad y la ternura con la que recibió a cada estudiante en sus aulas. Se dispuso a ir a cada provincia del mundo a donde llamaran a servir a los “hermanitos de María”. Una vida fascinante. Pero, ¿por qué el logotipo institucional incluye tres pequeñas florecillas?

“Son las tres violetas maristas, ¿sabes lo que significan?”, preguntó Sarah Lagarda. “No”, respondí. “Humildad, sencillez y modestia, las virtudes que Marcelino Champagnat veía en María”.

Tiempo después, Martha Eugenia Martínez, apasionada misionera marista, quien llegó a servir en l’Hermitage, en Francia (la casa que el propio Marcelino construyó con su primera comunidad de hermanos), me explicó que allá las violetas son plantas silvestres que crecen durante el frío del invierno y al iniciar la primavera. Estas florecillas, al igual que los arbustos, son pequeñas y no llaman la atención a la vista, una persona puede caminar por un campo de violetas sin percibirlas, hasta que su propio paso las remueve haciendo que despidan el aroma dulce y atrayente. Marcelino Champagnat ponía este ejemplo a sus primeros hermanos, pidiéndoles que su servicio fuera así, sutil y sencillo, tenaz y constante, que se perciba por el aroma que deja en la persona a quien se sirve. “¡Qué belleza!”, pensé, nuevamente atizada mi curiosidad. He conocido personas y recursos valiosos para mi formación. Mi propia femineidad y mi vivencia de la maternidad me han identificado de manera íntima muy particular con nuestra Buena Madre y lo que pudo significar para el Padre Champagnat. Descubrí que fue instruido en la fe por su madre, María Teresa Chirat, y su tía Luisa Champagnat. Mujeres que le dieron a conocer a través de María una trinitaria femineidad, por la cual se encontró con el acogedor amor del creador desde su más temprana edad, en una época en la que la guerra y el conflicto la daban una exponencial motivación al amor incondicional, constante y amable de una madre, de la madre del Hijo de Dios.

Fueron tres virtudes el sello de su obra, las que un irreverente corazón interpretó como llamado a la sumisión. Pero, tal como la esencia de las violetas inunda el espacio, la esencia marista se internó alegremente en mí sin que lo percibiera, hasta que después de varios años, me encontré explicando lo que para mí significan estas florecillas.

Humildad al reconocer mis carencias y limitaciones con caridad, compasión y respeto. Las mías y las de los demás.

Sencillez al hacer las cosas de la mejor manera, evitando la ostentación, buscando el bien para todos, disfrutando lo importante tanto como lo simple.

Modestia de reconocer los dones con los que se me dotó, los que he acrecentado según el llamado de mi corazón, con los que imprimo mi servicio personal y profesional.

Tres virtudes sostenidas por delgados y firmes tallos unidas en su raíz, que llevaron a una jovencita a dar pequeños pasos hacia la más grande misión: mostrar a su hijo un camino de amor que fuera anunciado al mundo a través del tiempo.

Soy hija de Dios, mujer, madre, hija, amiga. Ser marista es una forma de vida iluminada por el llamado con el que Dios resuena en mi corazón, la paz que encuentro al relacionarme con las personas y la satisfacción de disfrutar con alegría lo mucho y lo poco.

Inicié mi camino marista hace 14 años y hoy te invito a descubrir lo que es vivir con entrega y pasión nuestro lema: “Todo a Jesús por María y todo a María para Jesús”.

Los Seminaristas en Familia se preparan año con año para dar grandes pasos, por lo que algunos en el proceso deciden ingresar a los Seminarios Auxiliares, y otros a ingresar en el Seminario Menor, siempre con la intención de responderle generosamente al Señor. Por ello, los invitamos a no dejar de pedir por nosotros en la etapa que sea que nos encontremos, pues el que llama es Cristo, y la oración de la Iglesia nos anima a seguirlo.

Seminaristas en familia

“SEM-FAM”

SEM. CARLOS HUMBERTO RUIZ FLORES 4° DE TEOLOGÍA

“Dejen que los niños vengan a mí” (Mt. 19, 14). Queridos lectores, en esta ocasión, en nuestra sección Semillero de Vocaciones, queremos compartirles un poco sobre una de las etapas previas a la formación sacerdotal, la etapa en la que muchas veces encontramos en germen la vocación al sacerdocio ministerial. ¡Sí, me re ero a la etapa del Sem-Fam!, es decir, la etapa de los seminaristas en familia, donde muchos pre-adolescentes, invitados por sus Párrocos y motivados por su familia, se aventuran en un proceso vocacional que les ayude a descubrir qué es lo que quieren ser de grandes, o de qué forma quisieran servir a la Iglesia y a Cristo, que nos llama a todos los bautizados a la misión y a la santidad.

Esta etapa tiene dos procesos, uno se vive durante el tiempo de la secundaria, y el otro durante el tiempo del bachillerato, donde los varones adolescentes que estudian su secundaria y prepa en su comunidad y viviendo con su familia en su propio hogar, tienen a bien disponer de un par de horas a la semana para asistir a charlas y reuniones con los seminaristas de año de servicio o de apostolado en algunos puntos de reunión, mejor conocidos como módulos, en algunas Parroquias alrededor de la Diócesis, donde se pretende dar formación espiritual, humana y cristiana, ofreciendo herramientas de discernimiento para cada adolescente con la inquietud de conocer más sobre el sacerdocio.

Este apostolado es muy signifi cativo para nosotros los seminaristas mayores, pues aunque no todos tenemos la oportunidad de participar directamente en él, la gran mayoría nos involucramos en invitar a los que nos encontramos en las Parroquias, es decir, a los monaguillos y a los niños del catecismo, etc., pues recordamos siempre la invitación que algún día a nosotros nos hicieron: ¿No te gustaría ser Sacerdote? Dejando así la espinita, que solo logrará quitarse experimentando directamente con la asistencia al preseminario y de ahí en la reunión del Sem-fam.

En el apostolado Sem-Fam es muy común tener torneos deportivos, convivencias, retiros mensuales y retiros generales, donde participan por grados, es decir, un n de semana todos los de 1° de secundaria, al siguiente n 2°, y así sucesivamente, hasta llegar a los de bachillerato, que se reúnen los tres grados juntos, por ser un poco menos de participantes. En los retiros se trata de convivir, jugar, disfrutar, conocer y acercarse más a Dios, por medio de la interacción con más adolescentes de otras Parroquias, de otros pueblos y de otras realidades, pero siempre con el mismo n, conocer sobre el sacerdocio, y descubrir si Cristo los ha llamado para estar con Él.

En este apostolado nos convertimos en pequeños formadores, pues los seminaristas somos quienes acompañamos directamente a los semfamitas, les damos clases, charlas, predicaciones, jugamos con ellos, los ayudamos en su vida espiritual y compartimos con ellos la fe, nos esforzamos por ser un buen ejemplo de seminaristas y cristianos, pues al ser llamados por Cristo para el ministerio, debemos dar testimonio de lo que creemos y de lo que queremos ser, pues ellos muchas veces ven en nosotros a un hermano mayor en la fe, ¿y por qué no?, en el futuro ministerio, si Dios nos concediera a ambos la gracia del sacerdocio.

El mundo unido por un balón

HUMBERTO CASTILLO PASTORAL DEL DEPORTE

Días anteriores vimos la inFutbol y valores con el Mundial undial auguración del vigésimo segundo mundial de la historia en Qatar y nos hizo un recorrido de todos los mundiales dentro de un marco luminoso y lleno de luces y tecnología. La mayoría de los rincones del mundo estuvieron atentos a este majestuoso evento, sin importar la hora y las inclemencias del tiempo y del lugar, lo que más importaba era estar presentes, de una manera virtual, en este momento maravilloso. Por otro lado, ya vimos jugar a nuestra selección y todos, como pueblo, nos unimos para apoyar a nuestro representativo nacional en esta justa futbolera. Así estamos cada cuatro años cuando se juega el Mundial de Futbol. Quiero hacer referencia del lema que se utilizó en el Mundial que se jugó en nuestras tierras, allá por el año de 1986, donde vinieron a derrochar su clase muchos futbolistas que fueron íconos, e inclusive ídolos para algunos, como, por ejemplo, Maradona, Zico, Butragueño, Platiní, Hugo Sánchez, entre otros. Este lema es “El mundo unido por un balón”. Todo el mundo nos unimos para ver el deporte que más nos gusta, que es el futbol, aún a pesar que no juegue nuestra selección, estamos al pendiente de cada partido que se nos hace atractivo y/o que jueguen las selecciones donde aparecen los jugadores que nos llaman la atención.

FUTBOL Y UNIDAD

En nuestro entorno, nos reunimos en familia, con amigos, con compañeros de escuela, de trabajo o inclusive, con gente que no conocemos, pero estamos unidos viendo un partido de futbol, donde celebramos los goles, las bellas jugadas, las excelentes atajadas, y también nos lamentamos de las fallas o de los goles en contra. Este evento es el idóneo para destruir y acabar todas las cosas que nos separan y ver las cosas que nos unen.

En ocasiones, podemos tener rivalidad con otra selección, pero solo debemos verlo como una competencia entre equipos y no entre naciones, ya que no compiten país contra país, sino representativo contra representativo de un deporte que es hermoso, como el futbol.

VALORES QUE RESALTAN GRACIAS AL FUTBOL

Una de las cosas que debemos de re exionar en torno al Mundial del Futbol son los valores sociales que podemos encontrar y que los vemos muy palpables en este tiempo. El valor social que destacamos es la unidad, ya que dentro de nuestro país nos “quitamos” la camisa del equipo local que nos guste y nos ponemos todos la misma camiseta y apoyamos a nuestra selección.

Otro de los valores que sentimos a or de piel es el nacionalismo, pero hay que entenderlo de una manera justa y real, es muy bonito escuchar el Himno Nacional fuera de nuestro país, esto nos hace valorar todo lo grandioso que tenemos como nación y destacar valores que como pueblo tenemos, por ejemplo, el respeto, el trabajo y la solidaridad, entre otros.

Nos unimos como familia, como país y como humanidad para disfrutar ver a los mejores futbolistas del planeta. Allí están reunidos la mayoría de los mejores jugadores del mundo y, por lo tanto, debemos de admirarlos y seguir su ejemplo de tenacidad y disciplina.

Esta unidad, que surge con el mundial, no solo se debe vivir cada cuatro años, sino diario, como lo vimos en la inauguración, debemos de vivir dentro de esta esta de hermandad, de júbilo deportivo y veamos, en este caso, el futbol como un pretexto ideal para la fraternidad, que nos una como católicos y como seres humanos en general. Que nos una un balón.

Un jesuita de dos mundos

SERGIO PADILLA MORENO

Leer y estudiar historia no es simplemente para conocer datos fríos de hechos y personas de tiempos pasados, sino para tener la posibilidad de asomarse, con la perspectiva que da el tiempo –supremo juez–, a procesos humanos, sociales, culturales, políticos, etc., y así tratar de entendernos en la actualidad de manera individual y colectiva. Por lo menos esto es lo que pensaba al momento de conocer la vida y obra del jesuita guatemalteco P. Rafael Landívar (1731-1793), quien fuera, al igual que su contemporáneo Francisco Javier Clavigero, fruto y semilla de la presencia de la Compañía de Jesús en tierras americanas.

En el marco de la VII Semana del Humanismo y las Humanidades, que tuvo como tema principal el 450 aniversario de la llegada de la Compañía de Jesús a la América Septentrional, y que se efectuó hace unos días en el ITESO, se presentó el libro “Estudios en honor a Rafael Landívar, S. J.”, que reúne acercamientos de varios especialistas y desde diversas miradas a la obra poética de jesuita llamada Rusticatio Mexicana.

La Dra. Lucrecia Méndez de Penedo, directora de la Cátedra Rafael Landívar, hizo una presentación general de la vida y obra del jesuita guatemalteco, pero hubo algo que llamó particularmente la atención entre los asistentes, pues sabíamos que Landívar sufrió la expulsión decretada por el rey de España, pero no fue la única cruz que tuvo que cargar. Dice la Dra. Méndez: “Arrancado bruscamente de sus raíces, Rafael Landívar emprende, en 1767, un viaje sin retorno, como era usual para un exiliado de esos tiempos. Pero fue en 1773 cuando sufrió una triple embestida: el terremoto de Santa Marta destroza su ciudad natal y su residencia, muere su madre y la Compañía de Jesús es suprimida. Privado de referentes esenciales, esta última circunstancia lo marcará profundamente, pues la Orden constituía para él una patria espiritual universal. Sin embargo,

Landívar rehusó rendirse ante

las circunstancias, como es evidente en algunos momentos signi cativos del poema: terremotos, erupciones o inundaciones, que en clave metafórica pueden articularse a la fragilidad y límites de la condición humana.

Pasada la conmoción inicial, estoicamente se propuso siempre la acción reconstructiva.

Por medio de un proceso de

sublimación, Landívar transformó la pérdida de su espacio original en la elaboración de un objeto simbólico, Rusticatio Mexicana”.

No se puede evitar hacer la relación entre Landívar y el personaje profundo personaje bíblico de Job, y surge la pregunta: ¿Cómo hizo el jesuita para

enfrentar, humana y espiritualmente,

experiencias tan dolorosas en lo que sería, con toda propiedad, una honda noche oscura del alma, en referencia

1285/22.- ALONDRA: Tiene 19 años de edad se encuentra hospitalizada en espera de realizarse Estudio médico para valorar su estado de salud ya que presenta esclerosis múltiple, solicita tu

apoyo por la cantidad de $3,000.00 para completar el pago pues es de alto costo apoyala. Muchas gracias Dios pague tu generosidad.

1290/22.- ADRIANA: Tiene 53 años de edad presenta insuficiencia cardiaca, solicita apoyo

económico por la cantidad de $3,000.00 para completar el pago de estudio médico que requiere para valorar su estado de salud actual apoyala sus familiares no pueden solventar el gasto. Muchas gracias Dios ama al que da con alegría.

1304/22.- ARGELIA: Tiene 5 años de edad presenta parálisis cerebral infantil, solicita apoyo

económico por la cantidad de $3,000.00 para completar el pago de una silla de ruedas especial que requiere para su movilidad y acudir a sus terapias por favor apóyala sus familiares son de escasos recursos. Muchas gracias Dios te pague.

R. P. Rafael Landívar, S.J. No se rindió.

a San Juan de la Cruz? Y, por si fuera poco, faltaría un rasgo por analizar, que no es menor: Rafael Landívar, al igual que muchos jesuitas desterrados, terminaron por estar en dos mundos, es decir, espiritual y afectivamente estuvieron ligados a su cultura y tierra de origen, pero vivieron físicamente hasta el nal de su vida en tierras y culturas extrañas. Otra vez la pregunta: ¿Cómo

le hizo Landívar para no romperse internamente?

El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso.mx

Rusticatio Mexicana, una edición especial de Rafael Landívar

https://www.youtube. com/watch?v=ArUU4IPGdg8 También puede escáner el código QR:

Se busca al SR. JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ SÁNCHEZ para que se presente en el Tribunal de la Arquidiócesis de Guadalajara Calle: Alfredo R. Plascencia No. 995, Col. Chapultepec Country, C.P. 44620 Guadalajara, Jal., de 9:00 a 14:00 hrs., de lunes a viernes, para tratar un asunto de Nulidad de Matrimonio de la CAUSA: OREGEL – RODRÍGUEZ. Si alguna persona puede darnos alguna información, favor de llamar al Tel 33 38273900, con el Sr. Pbro. Lic. Luis Heliodoro Salcedo Morales. En las aulas del Tribunal, jueves 10 de Noviembre de 2022

Pbro. Luis Heliodoro Salcedo Morales Vicario Judicial

La creencia en la trascendencia después de la muerte nos une

En un ambiente de profundo respeto, se llevó a cabo el panel: “La visión de la muerte desde distintas religiones”, con motivo del cierre de actividades del Festival de la Muerte Zapopan 2022.

Sonia Gabriela Ceja ramírez

El evento, organizado por la Unidad de Vinculación con Asociaciones Religiosas de Zapopan, se realizó el martes 15 de noviembre en el Centro Cultural Las Águilas, y contó con la representación de siete religiones: la Iglesia católica, Cristianos Evangélicos, Islam, Judaísmo, Vaishnavismo (Hare Krishna), Budismo y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Cada uno desde su perspectiva explicó qué es la muerte y cuál es su creencia sobre lo que hay más allá de la vida.

Por ejemplo, la visión cristiana evangélica, al igual que el catolicismo, mantenemos la esperanza en la resurrección, pues el pastor evangélico Evelio Rodríguez González afirmó que como cristianos morimos para vivir. “Si morimos con Cristo, también viviremos con Él”.

PARA TODA LA ETERNIDAD

En su turno, el señor Jagannatha V. Das ofreció la visión del vaishnavismo, la religión más antigua de la India. Habló sobre la trascendencia del alma, para la cual no existen ni el nacimiento ni la muerte, sino que ésta es eterna, permanente y primordial; no muere cuando muere el cuerpo. “Somos como los conductores de una carroza que está jalada por cinco caballos que son nuestros cinco sentidos y las riendas son la mente”. Para ellos, el plano en el que estamos viviendo es un paso minúsculo temporal para la eternidad del alma, que va transmigrando en diferentes cuerpos materiales en un ciclo reiterado de nacimientos y muertes (reencarnación).

Por su parte, en representación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), el señor Emilio Gómez Saturno explicó que ellos creen en la vida preterrenal y en el propósito de la vida terrena. Dijo que la muerte puede considerarse otro nacimiento, y que el periodo en la Tierra es un proceso de probación. Es el paso de una esfera a otra en el mundo de los espíritus. Creen también en el don de la resurrección y la resurrección de Cristo. Ellos tienen templos y capillas. En sus templos se hacen sellamientos de parejas y familias para toda la eternidad, es decir, no creen, como nosotros los católicos, que la alianza matrimonial termina “hasta que la muerte los separe”, sino que es un pacto eterno así como la perpetuación de los lazos familiares.

Misael Ramírez, presidente del Consejo Interreligioso, agradeció a los asistentes y participantes, y dijo que nos toca seguir trabajando por nuestra libertad de expresión y nuestra libertad religiosa, respetando el pensamiento y sentimiento religioso de cada uno.

LO QUE NOS UNE

Al término del evento, Mons. Primitivo López Alonso, miembro del Consejo Interreligioso, destacó que para la Iglesia católica es importante conocer cómo piensan los demás, en lo que creen y lo que proponen desde distintas visiones y posiciones de fe. “Pero al final, todos creemos en algún tipo de sobrevivencia después de la muerte”. Señaló que estamos viviendo una época de apertura hacia los demás.

Por su parte, el Padre Silvio Marineli, quien participó en el encuentro, comentó que “hay semillas de verdad en todas las religiones, pues el Espíritu Santo actúa en todos y reparte sus dones”, por lo que este tipo de eventos son sin duda enriquecedores.

Subrayó aspectos como la perpetuación de los lazos familiares de los mormones, o el duelo muy elaborado que proponen los judíos, o el budismo con su visión muy espiritual que a veces perdemos; todos tienen matices que nos recuerdan nuestra tradición. Resaltó que el rasgo más característico de la creencia católica es el anuncio de la Resurrección de Cristo, la resurrección de los muertos, y una vida plena, eterna y feliz después de la muerte.

Los organizadores destacaron el derecho a expresar en lo público y en lo privado nuestras creencias religiosas con toda libertad.

Desde el Corazón

Tres buenos hábitos para una vida mejor

QUERIDA LUPITA:

He observado, en las últimas semanas, que somos una familia aburrida como tal. Estamos bajo el mismo techo, pero cada uno en sus cosas frente a sus pantallas. No hay diálogo ni colaboración, ni alegría. Les pido que dejen los celulares, pero solo consigo más enojo y distancia. María Graciela C. HERMANA MÍA, GRACIELA:

Pensar en cancelar o quitar de forma agresiva algunos objetos o conductas destructivas, es apostar por el fracaso.

La única manera de erradicar un mal hábito es sustituirlo por uno bueno. Si la convivencia familiar es aburrida o nula, podemos aportar mucho cuando ofrecemos opciones nuevas y atractivas.

No se trata de “castigar los celulares”, sino de hacer un ambiente más cordial en casa.

Recordemos este principio básico: si quieres resultados diferentes, ¡haz cosas diferentes!

Te propongo tres cambios que puedes incluir en tu rutina diaria y que influirán en el campo físico, emocional y espiritual de toda tu familia:

. Área física. Incluir por lo menos 20 minutos diarios de movimiento físico a nivel personal y familiar. Por ejemplo: realizar una caminata matutina juntos, jugar y/o practicar un deporte, acudir caminando a trabajar

Área emocional. Iniciar el día cantando, poniendo un poco de música alegre por la mañana. Recuerdo una canción de Alberto Lozano que se escuchaba en televisión muy temprano todos los días. Mi mamá la ponía para nosotros, y en verdad nos daba una clave muy positiva para vivir el día. Los que nacieron en los 60, como yo, seguramente la recordarán: “Hoy canto a la luz, que alegra las mañanas, cuando sale el sol que brinca en mi ventana, y me brinca el corazón, al sentir que la vida fluye en mí igual que ayer…”

Área espiritual. Demos un espacio especial para la oración en familia. No podemos decir que no hay tiempo para la oración; quienes somos cristianos sabemos que el primer lugar en nuestra lista de prioridades es para Dios, y que si lo colocamos a Él en primer lugar, todo lo demás se da por añadidura.

Invita a todos en casa a realizar estos tres cambios y convénceles de que el objetivo es ser felices en familia. Sin ofensas ni imposiciones agresivas, más bien con el ejemplo y con una actitud alegre. Recuerda que el rey Salomón, con sabiduría, a rmaba: “El corazón alegre hace tanto bien como el mejor medicamento”.

Lupita Venegas/Psicóloga Facebook: lupitavenegaso cial

Padres que cumplen años ¡Felicidades!

27 Noviembre Pbro. Javier Antonio Gutiérrez Razón. Pbro. Celso López Manzano. Pbro. Carlos Ramírez Estrada.

28 Noviembre Pbro. Ramón Aguilar Ramírez, Pbro. Rosendo Fajardo Arteaga. Pbro. Francisco Valentín Zárate Pérez.

29 Noviembre

Pbro. Gerardo Barajas Hernández. Pbro. Adrián Guerrero Guerra. Pbro. Víctor Alfonso Plascencia González. Pbro. J. Ma. Cuauhtémoc Ramírez Briseño.

30 Noviembre Pbro. Andrés Sánchez Sánchez. Pbro. José Asunción Solís Lara.

1 Diciembre

Pbro. Alfredo Chávez López. Pbro. Mario Alberto Díaz Hernández. Pbro. José Pedro Ramos Aceves. Pbro. Javier Romero Galván. Pbro. Eudaldo Torres Pérez.

2 Diciembre Pbro. José Luis Becerra Sánchez. Pbro. J. Santos Cervantes Buenrostro. Pbro. J. Cruz Gámez Rodríguez. Pbro. Rigoberto Martínez García. Pbro. Ricardo Javier Ramírez Romero. Pbro. Jorge Eduardo Luna Hernández.

3 Diciembre Pbro. Carlos Gustavo Cárdenas Rivas. Pbro. Cristóbal Domínguez Luna. Pbro. Jesús Gabriel Flores Villegas. Pbro. Federico Jiménez Pelayo. Pbro. Juan Martín López González.

PBRO. EDUARDO MICHEL FLORES

Hace unos días, una señora me preguntó: “Padre, ¿puedo seguir participando de la Misa por televisión?”, yo le respondí: “¿Cómo es eso? Por favor, explíqueme en qué circunstancias lo hace”. Entonces, ella me dijo: “Padre, desde que empezó la pandemia yo dejé de venir al templo por miedo al contagio, y empecé a ver la Misa por televisión, para no quedarme sin ella; sin embargo, ahora que poco a poco se ha ido normalizando el culto presencial, yo he seguido viendo la Misa por televisión, porque ya me acostumbré, y es más cómodo, pero además, cuando veo la Misa por televisión en mi casa, a veces hago que participe alguno de mis hijos o mi marido, que de otra forma no participarían, porque no acostumbran ir a la Iglesia.

Una amiga me dijo que debería volver a participar presencialmente en la Misa, porque el Sacerdote de su Parroquia había dicho que ya que se normalizó el culto, la gente ya no debe participar de la Misa por las redes o por los medios, sino que debe asistir presencialmente, si no, comete pecado mortal. Eso me inquietó mucho, pero dadas las circunstancias de mi familia, he querido preguntarle, ¿puedo seguir participando de la Misa por televisión?”.

Yo le respondí: “Mire, es verdad que en los tiempos más críticos de la pandemia, sobre todo cuando se tuvieron que cerrar los templos, la Iglesia no solo permitió, sino recomendó participar de la Misa a través de las redes o de la televisión; sin embargo, no debemos olvidar que los sacramentos tienen un componente presencial insustituible, de manera que es indispensable participar de forma presencial y no virtual en los sacramentos, para conseguir las gracias que ellos nos otorgan; además, como ha dicho la Iglesia, ninguna transmisión de la Misa por redes o por televisión es equiparable a la participación personal, ni puede sustituirla”.

“Padre, ¿puedo seguir participando de la Misa por televisión?

Ella me dijo: “Pero, ¿ni aun cuando le digo que mis hijos y mi esposo a veces ven la Misa por televisión porque yo la sintonizo?”.

Le contesté: “Es de nitivamente algo bueno que sus hijos y su esposo la acompañen de vez en cuando a ver la Misa por televisión cuando usted la sintoniza, sígalo haciendo, es decir, siga encendiendo la televisión y sintonizando la Misa dominical para que ellos se acerquen a Dios, aunque sea por ese medio”.

“Pero usted, que es consciente del valor de la Eucaristía, sabe que debe participar presencialmente para poder recibir las gracias que ellos nos transmiten. Así que yo la invito a que usted asista presencialmente a la Misa dominical e invite a sus hijos y a su esposo a hacerlo, si ellos no quieren venir; por lo menos hágalo usted y pida por ellos, y si cree que sintonizando la Misa en casa ellos se pueden acercar, entonces también hágalo, no importa que usted ya haya venido a Misa, esa Misa televisada le será también de provecho”.

El Papa Francisco ha dicho que ninguna red social podrá sustituir la belleza de los encuentros cara a cara. También dijo que la pandemia del covid nos hizo darnos cuenta de lo útiles que pueden ser las herramientas tecnológicas y las redes sociales. Lo vimos durante los periodos de encierro, cuando ya no era posible encontrarse, celebrar la Eucaristía juntos, estar cerca de nuestros seres queridos enfermos, unirse en oración junto a un familiar o amigo que nos ha dejado. Sin embargo, explicó que este tiempo ha sido excepcional, ya que, sobre todo en lo que respecta a la experiencia de la transmisión en línea de las celebraciones, el encuentro virtual no sustituye ni puede sustituir nunca al presencial.

Estar físicamente presentes en la fracción del pan Eucarístico y del pan de la caridad, mirarse a los ojos, abrazarse, estar uno al lado del otro sirviendo a Jesús en los pobres, estrechar la mano a los enfermos, son vivencias que pertenecen a nuestra experiencia cotidiana y que ninguna tecnología o red social podrá sustituir.

Sabemos que solo un encuentro personal y no anónimo con Jesús cambia la vida, y que el amor hay que cultivarlo frecuentando, escuchando y conviviendo a diario.

Que Dios los bendiga. Nos leemos la próxima semana.

PBRO. ADRIÁN RAMOS RUELAS

Las revelaciones privadas contribuyen a la vivencia plena del Evangelio. Conviene conocerlas para ver la riqueza que guardan en nuestra espiritualidad cristiana católica.

Las medallas, los rosarios, los escapularios, y otros objetos de devoción, son bendecidos por un ministro ordenado con la nalidad de estimular una determinada devoción, principalmente mariana, en los eles que los adquieren.

La historia de la “Medalla Milagrosa” se inserta aquí. Va de la mano con la vida de santidad de Santa Catalina Labouré.

Catalina nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 9 años, le encomendó a la Santísima Virgen que la acompañara como su madre. Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.

A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento, pero él, que la necesitaba para atender los muchos o cios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a

Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano Sacerdote que le decía:

“Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos”. La imagen de ese Sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria, era San

Vicente de Paúl. Lo comprendió al llegar al convento a visitar a su hermana. Desde ese día insistió y fue aceptada en la comunidad.

El 27 de noviembre de 1830, estando Santa Catalina rezando en la capilla del convento, la Virgen María se le apareció totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la Tierra. Ella le encomendó que hiciera una Imagen de Nuestra Señora, así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un

Santa Catalina Labouré Fortaleza, sencillez y humildad

lado las iniciales de la Virgen María “M”, y una cruz, con esta frase “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.

Catalina le comentó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo, el Sacerdote, al darse cuenta de la santidad de Catalina, intercedió ante el Arzobispo para obtener el permiso para hacer las medallas y, por ende, los milagros. Durante más de cuarenta años pudo vivir con discreción esta singular gracia.

Falleció el 31 de diciembre de 1876, en París. Mucha gente participó de sus funerales.

En 1947 fue canonizada por el Papa Pío XII. ¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE ESTA MUJER SANTA?

Su sencillez y humildad que le valieron la visita de la Virgen. 2

Su prudencia y fortaleza para dar a conocer lo revelado por Nuestra Señora.

1Sus deseos de consagrarse a Dios por entero. 3

LA PALABRA DEL DOMINGO

Juan López Vergara

Iniciamos un nuevo año litúrgico. Nuestra madre Iglesia nos propone la lectura continuada del santo Evangelio según san Mateo. En el texto de ahora encontramos un par de imágenes que nos invitan a despertar a la realidad, preparados para celebrar con esperanza renovada y auténtico compromiso la llegada del Señor Jesús, quien se hace presente en el rostro de cada uno de nuestros hermanos más necesitados (Mt 24, 37-44).

MATEO HA CONFIGURADO UN MARCO PERFECTO

Las dos parábolas se encuentran insertas en el último discurso del primer Evangelio. Para orientar su lectura, san Mateo ha con gurado un marco perfecto. Éste evoca la venida del Hijo del hombre. Compárense el verso inicial: “Así como

sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre” (v. 37) con el verso nal: “También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá

el Hijo del hombre” (v. 44). Nuestros primeros hermanos en la fe identi caron a Jesús con el ‘Hijo del hombre’, y esperaban su venida gloriosa (compárese: Dn 7, 13-14).

“VELEN Y ESTÉN PREPARADOS”

Sirviéndose del lenguaje apocalíptico, nos hablan de los últimos tiempos. La primera se refi ere a la época de Noé (véase v. 37). Haciendo hincapié en que: “Antes del di-

luvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca”

(v. 38). ¿Acaso se nos quiera decir que no percibían la acción de Dios en la cotidianeidad de sus vidas?, pues advierte que

“Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada” (vv. 39-41). Termina con una clara exhortación: “Velen, pues, y estén preparados, porque no saben que día va a venir su Señor” (v. 42).

UNA PROVOCATIVA IMAGEN

La segunda metáfora es muy atrevida, pues advierte que el Señor viene y se acerca sigilosamente a nosotros como un ladrón que irrumpe en nuestro hogar: “Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir

Despertar a la realidad

el ladrón, estaría vigilando que se le metiera

por un boquete en su casa” (v. 43). ¡Estemos despiertos como si esperáramos ser asaltados mientras dormimos! Así se nos exhorta en la conclusión del santo Evangelio del día de hoy:

“También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre” (v. 44).

Muy apreciables lectores, para actualizar el mensaje del santo Evangelio de este primer domingo de Adviento, los invito a tomar conciencia que el Adviento no radica en refugiarse en bellas ensoñaciones, en un “espiritualismo de evasión”, como lo previene el Documento de Puebla (n. 826), sino en despertar a la realidad. La mejor manera de hacerlo consiste en estar atentos y vigilantes, para ser capaces de reconocer al Señor en el rostro del hambriento, del sediento, del inmigrante, del desnudo, del enfermo, del encarcelado (compárese Mt 25, 35-36). Ya que ,cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, nos dirá:

“En verdad os digo que cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40).

¿Acaso sea un buen momento para reflexionar la conocida sentencia de Berdiaeff: “Si yo tengo hambre es un problema material; si otro tiene hambre es un problema espiritual”?

Para celebrar fructuosamente este nuevo comienzo, despertando a la realidad, conscientes que el covid-19 también infectó la economía mundial, la cual se colapsó, dando lugar a grandes necesidades, los invitamos a reconocer al Señor Jesús en el rostro de cada hermano desamparado, en quien Él se hace presente.

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