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Noche de rabanos
23 de diciembre: Noche de rabanos.
La Noche de Rábanos es una fiesta de sello netamente popular en la que los hortelanos y floricultores exhiben sus diseños especiales realizados con el rábano, la flor inmortal y el totomoxtle. Dura sólo unas horas, pero congrega practicamente a todos los habitantes de la ciudad en el área del zócalo, quienes concurren con el objeto de admirar la creatividad de los participantes en este concurso anual que se realzia el 23 de diciembre. La usanza antigua de los oaxaqueños era la de asistir a las calendad y a la misa de Gallo. La cena de navidad surgió mucho después. Los comerciantes llevaban a vender en la Plaza de Armas de la Vieja Antequera el pescado seco salado, imprescindible en las comidas de vigilia, además de las verduras necesarias para complementar el menú. Los hortelanos de Trinidad de las Huertas llevaban sus verduras, expendiéndolas en pustos colocados con este objtivo. La Noche de Rábanos es una fiesta tradicional Oaxaqueña de sello netamente popular en la que los hortelanos y floricultores exhiben el talento artístico de sus manos con diseños especiales realizados en rábano, flor inmortal y el totomoxtle. La exhibición dura sólo unas horas, pero congrega prácticamente a todos los habitantes de la ciudad en el área del zócalo, quienes concu-
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rren con el objeto de admirar la creatividad de los participantes en este concurso que año con año se realiza el 23 de diciembre. Algunos autores mencionan certámenes coloniales de hortalizas, los frailes (en particular los dominicos) fueron los que enseñaron el cultivo de las flores y de las hortalizas, algunas traídas de España a los grupos de naborías (indígenas zapotecos y mixtecos) que servían en las casas de los vecinos. A ellos se les concedió por mandato del Virrey Luis de Velasco, el 7 de julio de 1563, las tierras cercanas a las haciendas de la Noria y Cinco Señores, fundándose así el pueblo de Trinidad de las Huertas o de las Naborías. Fue en este lugar que se agruparon todos los agricultores dedicados a la horticultura y floricultura. Sobre su origen, diversas versiones coinciden que la costumbre de los rábanos y sus diseños originales tienen su arraigo en el mercado de la Vigilia de Navidad que se realizaba precisamente cada 23 de diciembre. La usanza antigua de los oaxaqueños era la de asistir a las calendas y a la misa de Gallo. La cena de Navidad surgió mucho después. Los comerciantes llevaban a vender en la Plaza de Armas de la Vieja Antequera el pescado seco salado, imprescindible en las comidas de vigilia, además de las verduras necesarias para complementar el menú. Los hortelanos de la Trinidad de las Huertas llevaban sus verduras, expendiéndolas en puestos colocados con este objetivo.

