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La sanación como aprendizaje
LA SANACIÓN COMO APRENDIZAJE
Por: Yadira Monterroso Juárez
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Ilustración: Yadira Monterroso Juárez
Diagramación: Pilar Isabel Salazar Argueta | Edición: Amalia Jiménez Galán
“El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman”.
Carl Gustav Jung
«Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.»
Elisabeth Kübler- Ross
Sanación es un proceso que se hace efectivo en el recuperar, restituir, restablecer o rehabilitar la salud que se había perdido. La sanación es un aprendizaje, la adquisición de conocimientos y habilidades que modifican formas de ser y estar, a través de percibir, sentir, observar, analizar, valorar y llevar a la acción en la vida cotidiana lo aprendido.
Veo la sanación como este proceso de aprender a bien-estar desde el buentrato hacia mí misma y hacia las personas con las que me vinculo.
En la juventud tuve la oportunidad de ser acompañada en terapia individual con enfoque Focusing o enfoque corporal. Esta experiencia personal me llevó a decidir ser Psicóloga, sabiendo que es posible disminuir el sufrimiento innecesario de las personas. Entré a la Escuela de Psicología en 2006, obteniendo el título en 2011. Desde entonces, no he parado de buscar cómo aprender a vivir una vida digna y una vida plena y, en este camino, muchas personas me han dado el privilegio de acompañarlas en este proceso, sabiendo que, para llegar allí, es necesario sanar el daño ocasionado por las violencias sociales. Durante 11 años, he acompañado a mujeres, hombres, jóvenes, otres, personas maravillosas que me han mostrado con su propio caminar cómo transitar mi propio camino.
En este año 2022, acompaño a un grupo en Terapia de Reencuentro (TR), un proceso para sanar desde la psicología transpersonal donde se trabaja el autoconocimiento y la observación de cómo es el vínculo con el sí misma: cómo transito crisis, duelos, cómo practicar el disfrute y gozo de la vida, activando el erotismo en mi cuerpo. Integrando mi sexualidad, sensaciones, emociones, pensamientos y acciones, me legitimo como un ser humano digno de buentrato y de buenvivir.
Activar el autocuidado es ruta para reencontrarme. Es posible reaprender a cuidar permanentemente todas las dimensiones que hacen parte de mi: lo personal, lo interpersonal, lo social, lo corporal, lo psicológico y lo espiritual.
Aprender a bien-estar desde el buentrato es una postura política, porque sanando una parte de la sociedad que soy yo como persona, estoy alumbrando el camino para que otras personas puedan ver que existe este lugar, donde hay seguridad, donde hay libertad, donde hay corresponsabilidad en el existir.
Gracias a la Terapia de Reencuentro, descubrí cómo transitar de un lugar de malestar hacia un lugar de bienestar y, muy importante, sé que puedo decidir en qué lugar quiero habitar, conociendo el camino en el caso de decidir movilizarme. Aceptando que tengo el derecho legítimo al bienestar, me apropio de esta legitimidad.
Puedo generar el placer por vivir y elegir estar en este buenvivir, es mi apuesta política personal.
¿Y por qué sanar es necesario? Por el simple hecho de que he nacido en una sociedad violenta y que he interiorizado formas de estar en el mundo que no dignifican, que degradan y causan mucho sufrimiento.
Sanar, pues, es un derecho y una decisión, en la cual la libertad es la postura de responsabilidad que se retroalimenta en este ciclo.
Sanar es un proceso por el cual restauramos la homeostasis 1 desequilibrada por daños ocasionados desde algunas dimensiones de nuestro ser, sabiéndonos seres psico-biosociales.
Después de un daño sufrido desde lo psicológico (mente, emoción), en lo corporal o psicosomático y lo social (vínculos), es necesario aprender a sanar para reestablecer la integridad del ser y tener la oportunidad de generar un desarrollo de la propia existencia de la mejor manera posible.
La sanación como camino de aprendizaje se ejercita como forma de ser, estar y de caminar. No es un momento en específico, ni tampoco se mide con tiempo ni con kilometraje. Es simplemente aprender a transitar de mejor manera las crisis, que son inevitables, para cambiar lo que ya no aporta o nutre la vida.
En el proceso de Terapia de Reencuentro (TR) es posible iniciar a transitar este camino de sanación desde la consciencia de que es una posibilidad y que implica el ejercicio de la responsabilidad que se invierte en hacerse cargo de sí misma desde un vínculo de amor con el propio ser.
El acompañar a otras personas en el proceso de reencontrarse con el propio ser, me permite estar en consciencia permanente de darme cuenta de las prácticas de malos tratos que hasta ahora han sido automáticas, vividas como un guion de vida que me ha creado la sensación de no tener control sobre lo que sucede dentro y fuera de mí, percibiéndose como indefensión aprendida. Puede llegar un momento en que me doy el derecho de desaprender desde un lugar de libertad. Aprender a practicar el buentrato y desaprender el maltrato son unas de las tareas que están en continuo movimiento en mi apuesta por aprender a legitimar mi existencia como un ser humano.
En Terapia de Reencuentro conformamos grupos terapéuticos en los cuales cada une va escribiendo el guion que lo sitúa como protagonista de su propia historia, politizando así la dominación y autoritarismo que se han establecido como formas de ser, estar, sentir y experimentar la realidad (psico política), lugar donde la violencia tiene sus raíces.
Desde ese caminar como acompañante de TR puedo ver los recorridos que he hecho, los avances, los nuevos saberes, las crisis personales, las metamorfosis por las cuales han transitado mis vínculos afectivos, mi cuerpo, mis emociones y mis prácticas de autocuidado. Desde una relación intrapersonal, transpersonal, interpersonal y espiritual; sentida y cuidada con gratitud.
He avanzado en prácticas de resiliencia ante la adversidad con la posibilidad de recrear mi realidad y transformar lo que se necesite, soltando los automatismos, las programaciones y volviendo una y otra vez al gozo de existir en libertad y autonomía del ser, cuidando así la vida propia y la de quienes me rodean.
Construimos la propia identidad con la mirada de los otros/otras sobre nuestros cuerpos. En el grupo terapéutico, volvemos a mirar para revisarnos, reconstruir, resignificar y recrear esa mirada desde un lugar de dignidad, auto empatía, seguridad, gozo y placer.
Sanar no es un estado, o un lugar: es un caminar. Y cuando se cumpla el recorrido de desarrollar y madurar, dejar la semilla para que otras personas puedan continuar fluyendo con la vida.
Centro de Formación-Sanación e Investigación Transpersonal Q’anil | Teléfono: 502 2474 0374 | www.sanacionqanil.org.gt