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ANÈCDOTAS DE UNA VIAJERA

AUTOR: SAMANTHA ZURITA

Cuando tenía 9 añitos

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viajamos con mi familia a Disney en Orlando y justamente cuando estábamos con mis hermanas, pidiéndole a la Sirenita un autógrafo no me di cuenta que yo había pisado su cola y cuando ella intentó moverse con un poco de fuerza las dos caímos al suelo, fue un momento muy vergonzoso y que por obvias razones tuvimos que borrar esas fotos.

En uno de nuestros viajes familiares a la Amazonía,cuando tenia más o menos 2 añitos, nosencontrábamos en un lugar llamado Misahuallí, yo unainocente bebé, me cuentan que tomé de la cabeza y lacola una boa pequeñita y me la coloqué en el cuellocomo una bufanda, pues no tenía miedo y me dicenque rápidamente

la gente empezó a ponerse a mialrededor para ver el espectáculo, me tomaban fotos y hasta querían darme unas monedas. Imagínense quévergüenza estábamos pasando todos. Aventurándonos por los hermosos paisajes de la ciudad de Baños, recorriendo uno de sus ríos, creo que tenía unos 7 añitos yo era la encargada de llevar una bolsa con sánduches, que sería el único alimento de la mañana qué comería mi familia. Y, ¡OH NO! me acerqué tanto a la orilla del río, que resbalé, me caí de rodillas y solté la bolsa, cuando mis hermanas reaccionaron nuestros alimentos se habían ido hacia la cascada y todos corrimos río abajo detrás de la bolsa.

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