Chasqui Perú Año 40 – 339 Agosto 2011
En este mes, todos los peruanos celebramos con gran alegría el tener un nuevo Presidente: Ollanta Humala Tasso; con muchas expectativas, esperamos que se produzcan verdaderos cambios en los espacios donde se toman las decisiones públicas, donde se promuevan condiciones para el ejercicio de los derechos políticos, en particular de los que hasta la fecha, han sido los menos beneficiados. Recogemos las palabras de nuestro Presidente Ollanta Humala, cuando dijo: que gobernará para todos los peruanos y que construirá un gobierno de concertación nacional, para mantener el crecimiento económico, pero con inclusión social. Añadió también, que su gobierno promoverá más inversiones e impulsará una economía nacional de mercado abierta al mundo, pero fortaleciendo primero el mercado interno. En lo referente a la política externa, anunció que, mantendrá relaciones fraternas con todos los pueblos latinoamericanos.. y buscará la “integración con los países de la región” (revista Signos). Con una firme esperanza y a ejemplo de Santa Rosa de Lima, pedimos que el Presidente Ollanta Humala, se entregue y sirva al pueblo con generosidad y disponibilidad.
Una fecha muy importante para todos los peruanos, es la celebración de la Fiesta de SANTA ROSA DE LIMA, Patrona de América, Perú y las Filipinas. Ella es: la primera rosa que el continente americano ofrece al Altísimo, el primer fruto de nuestra Iglesia que, nacida en Oriente, y extendida en Europa, recién llega a un territorio que le ha permanecido oculto, pero que encierra una riquísima historia y cultura que hasta hoy asombra al mundo. Santa Rosa fue laica (no monja de clausura como a veces se cree). Vivió en casa de sus padres como terciaria dominica (usando el hábito dominico). Dedicaba la mitad de las horas del día al trabajo manual: tejiendo, bordando y cultivando flores en su jardín, para aliviar en algo los gastos de su familia. Auxiliaba a los pobres y más necesitados de Lima, acondicionó para ello, una habitación de su hogar como enfermería. Vivió su anhelo de ser toda de Dios en la vida ordinaria. Tuvo fama de santidad, debido a su incansable labor para con los menesterosos y olvidados de Lima y a la pureza de su alma que irradiaba en todos los que la conocían. Esto explica que a su muerte