Comienza de nuevo el Chasqui con equipo renovado, les deseamos todo lo mejor. El mes de abril se inicia con uno los tiempos litúrgicos más importantes, la Semana Santa. Ésta en especial será vivida de manera diferente por cada una de nosotras. La vivencia de la fe nos lleva por caminos insospechados, nuevos y creativos. El rostro de Dios presente en cada uno de los acontecimientos de nuestra vida nos da la sensación de estar siempre en camino. Y esa es nuestra vida, peregrinar... Nuestro caminar tiene características especiales como lo señalaba Clare en la carta de Apertura del Capítulo 2008, “nosotras como nuestro mundo estamos en constante evolución” y nos invita a que en cada parada del camino “nos abramos al Espíritu que habla a través de las otras, bebamos juntas agua fresca… así obtendremos la fuerza y el entusiasmo para emprender la siguiente etapa de nuestro viaje en común”. Que este nuevo año, sea para nosotras una llamada renovadora para “manifestar el amor del Corazón de Jesús” ahí donde estemos y con quienes estemos. Que Jesús Resucitado, nos pueda mostrar día a día que la fortaleza aún en el fracaso es signo de su PASCUA
CAMINANDO con las MUJERES en la PASCUA En la mañana del primer día de la semana, el miedo tenía encerrados a los discípulos en el cenáculo, pero las mujeres que habían seguido a Jesús buscaron un camino alternativo al de la decepción y la huída, echaron a andar "todavía a oscuras" y se acercaron con perfumes al sepulcro para intentar arrebatar a la muerte algo de su victoria. ". (Lc 24,1) Sabían que no podían mover la piedra, pero eso no las detuvo y el Señor Resucitado se les hizo el encontradizo y les confió la noticia que ellas corrieron a anunciar: "¡El Maestro vive!"(Lc 24,24). Lo mismo que ellas, también Sofía se dirigió muchas veces, con los perfumes de su fe y su confianza, al encuentro de situaciones y personas a quienes los demás "daban por muertas". Era consciente de la fragilidad y la desproporción de lo que llevaba entre las manos, pero esa lucidez no hizo su amor menos obstinado ni apagó el fuego de su confianza: estaba segura de la fuerza de Dios para hacer brotar la Vida de la muerte.