1 minute read

Del nomadismo al sedentarismo

El desarrollo de la agricultura, marca el comienzo de la etapa conocida como Neolítico, que abarca desde el 8000 al 3000 a.C. Los hombres comienzan a cultivar la tierra y a criar y domesticar animales.

Ambas actividades producen un cambio importante en su forma de vida: si antes eran nómadas, esta nueva forma de obtención de alimentos les permitió asentarse en un lugar y establecer zonas geográficas permanentes. Se hicieron entonces Sedentarios. Los asentamientos humanos y las unidades económicas que se fueron formando dieron origen a las aldeas. La piedra tallada y pulida es característica de este período. Entre las técnicas agrícolas, como segar, trillar y almacenar, se desarrolló también el acopio de granos en hoyos, su molienda y la fermentación que diera origen al antepasado del pan actual. También encontró algunas dificultades: la menor variedad de vegetales producidos, en comparación de los obtenidos como recolectores, lo hizo más vulnerable a lagunas enfermedades.

Advertisement

Imagen: escena del neolítico

Paralelamente a la agricultura, el hombre desarrolló el tejido tanto con fibras vegetales (lino) como animales (lana). Fueron encontrados husos de madera y husos para retorcer y enrollar hilo que datan de 6700 a.C. Las técnicas y herramientas agrícolas siguieron avanzando. El hombre incorporó la tracción animal a sus tareas de labranza y transporte, este fue el primer intento por reemplazar su propio trabajo muscular por otra fuente de energía. La tracción animal dio origen a un invento fundamental: el arado. Se estima que el primero fue un arado liviano tirado por bueyes con un yugo como elemento tecnológico. Hacia el año 3200 a.C. aparece un invento que nos acompaña hasta nuestros días: la rueda, que facilitó el transporte y se incorporó como base en máquinas rudimentarias como la rueca. Varios desarrollos posteriores como el torno, tienen a la rueda como mecanismo principal.

Imagen: herramientas

Imagen: Arado antiguo

This article is from: