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ATENAS

La Ciudad de los Dioses.

Por Diana Urbina.

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Atenas es sinónimo de sorpresa, vida, color e historia. Un destino perfecto para dejarte envolver por un pasado místico, un futuro sorprendente y una gastronomía exquisita. Sin duda alguna, la capital de Grecia es perfecta para verla con calma, disfrutando de los increíbles atardeceres en alguno de los muchos vestigios de la gran civilización antigua, y también es ideal para combinarse con las preciosas islas del Golfo Sarónico; por lo que podemos pasar de cultura y tradición, a fiesta y diversión, en unas asombrosas vacaciones en este rincón del antiguo continente.

Con la floración ya muy avanzada, y el estallido de maravillosos colores y fragancias, mayo es, sin duda, uno de los meses más hermosos para visitar Atenas, puesto que el clima es lo suficientemente cálido como para disfrutar de las vistas al aire libre, pero no tan caluroso y lleno de gente como para que se vuelva molesto e incómodo. Atenas debe su nombre a Atenea, Diosa protectora nacida de la cabeza de Zeus. La ciudad fue fundada hacia el siglo X a.C. y desde un inicio se impuso a todas las demás urbes, creando lo que fue el centro espiritual y del conocimiento más importante de toda Grecia.

En definitiva, para poder decir que visitamos Atenas, nuestra primera parada debe de ser la Acrópolis, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por la historia que guarda cada uno de los monumentos que conforman esta “ciudad alta”. La Acrópolis está ubicada en un lugar estratégico capaz de dominar cada rincón de la ciudad y se encuentra situada en una cima que se alza a 156 metros sobre el nivel del mar. Dentro de las construcciones más conocidas de esta cima está el Partenón, el Templo de Atenea Niké, Erecteón, los Propileos y, por supuesto, el museo homónimo. El Partenón es el principal edificio del conjunto arquitectónico, además del mayor símbolo de la belleza de la antigua Grecia. Fue construido entre los años 447 y 432 a.C.; el imponente edificio dotado de inmensas columnas hechas de madera, marfil y oro, poseía una altura de doce metros. Su estructura clásica sirvió de inspiración para varias películas y series que enaltecían la grandeza de los Dioses del Olimpo.

El Templo de Atenea Niké, situado al sur, fue construido en el año 420 a.C. para conmemorar la victoria de los griegos sobre los persas. Este pequeño templo alberga una imagen de la Diosa Atenea, el cual simboliza la victoria, solo que encontramos la figura con las alas cortadas, para que a la Diosa guerrera le fuera imposible abandonar la tierra de los mortales y se quedara por siempre a proteger a su pueblo. Erecteón es un templo jónico levantado en el lugar más sagrado de la Acrópolis, donde Atenea hizo florecer el primer olivo de las tierras griegas. La zona más llamativa del templo es la cubierta de la galería sur, que se sostiene con ayuda de seis columnas con aspecto femenino que sujetan el techo del templo. Las que se pueden ver en la fachada son solo copias, puesto que las originales se conservan en el Museo de la Acrópolis. Hablando del museo, no nos podemos perder este recorrido, puesto que ahí se exhiben cerca de 4 mil objetos y artefactos que describen mejor el contexto e historia de la ciudad; además, tiene una terraza panorámica que da una magnífica vista de la Acrópolis.

Situado a solo quinientos metros al sureste de la Acrópolis, encontramos el Templo de Zeus Olímpico, un edificio que medía 96 metros de largo y 40 de ancho, construido en mármol. En la antigüedad, el templo constaba de 104 columnas corintias de 15 metros de altura, de las que hoy solo se conservan 15. En la esquina noroeste del templo se encuentra la Puerta de Adriano, un impresionante arco de mármol de 18 metros de altura que separaba la ciudad antigua de la moderna; y a pesar de que un terremoto destruyó la mayor parte de este majestuoso templo, los restos que aún se conservan son capaces de evocar la magnificencia que se conversa de la época de mayor esplendor griego.

El barrio más antiguo de Atenas, también conocido como el “Barrio de los Dioses”, debido a su cercanía con la Acrópolis, es el distrito de Plaka, una zona muy concurrida y turística que conserva su pintoresco encanto, con sus callejuelas estrechas y bonitas casa blancas con ventanales azules. Aquí podemos subir por la calle Stratanos para disfrutar de una asombrosa vista panorámica sobre toda la ciudad, además, en esta zona, se ofrecen los mejores productos locales para comprar los souvenirs. Junto a este barrio está Monastiraki, ambas zonas constituyen los barrios más interesantes y animados de Atenas. En la plaza de este distrito hay un pequeño monasterio donde podemos apreciar arte popular griego, y en sus calles están las mejores tiendas de ropa, artículos varios y restaurantes con delicias gastronómicas.

Desde este punto podemos tomar rumbo hacia el Ágora Antigua, el centro de la vida social, política y comercial de la ciudad en la Antigüedad. Este sitio es uno de los lugares más representativos de la ciudad gracias a su riqueza histórica y a la importancia que tuvo cuando Atenas tuvo su cúspide. Aunque un gran porcentaje de las construcciones están devastadas, aún podemos visitar el Templo de Hefesto, uno de los mejor conservados; y el edificio de la Stoa Átalo, antiguo centro comercial. Otro punto importante que debemos de visitar es la Plaza Sintagma, donde se localiza el Parlamento y la Tumba del Soldado Desconocido, la cual está custodiada día y noche por los “Evzoni”, guardias vestidos con uniformes tradicionales.

Uno de los mejores miradores que tiene la ciudad se encuentra localizado en el Monte Licabeto, esta colina está situada a 227 metros de altura y desde su punto más alto obtendremos unas fantásticas vistas panorámicas de toda la ciudad y de la impresionante Acrópolis. Tenemos dos opciones para subir a la cúspide, por el funicular o a pie; si realizamos el asenso a pie, tenemos la ventaja de ir parando en los diferentes miradores naturales. El mejor momento del día para subir en definitiva sería en la puesta de sol, puesto que detrás de la Acrópolis el cielo se torna rojo y nos da una vista que, sin duda, se convertirá en nuestra preferida.

Si aún tenemos tiempo y queremos disfrutar de un aire más festivo y relajado, debemos tomar el barco en el Puerto del Pireo para ir a las Islas Sarónicas, un conjunto de pequeños pueblos costeros con un encanto muy particular. Algo que debemos de dejar claro, no se asemejan a las grandes islas griegas, pero sin duda, son una gran escapada para disfrutar del mar y la playa. Las islas más llamativas de este recorrido son: Aegina, donde también podemos visitar el Templo de Aphaia y los restos de Paleochora, un antiguo pueblo bizantino. Si lo que buscamos es un lugar para fotografías increíbles, nuestro destino debe de ser Poros, las casas de colores le dan un toque único al lugar, y el mar de fondo harán de nuestra postal, un recuerdo para presumir. La última isla de la lista es Hydra, un sitio donde los autos están prohibidos, por lo que es perfecto para hacer senderismo y disfrutar de las hermosas playas sin el ruido de los automóviles.

Atenas es una ciudad como muy pocas en el mundo, su historia compite con su futuro, por lo que es un destino que nos ofrece de todo un poco. Principalmente, la capital griega recibe a turistas que se sienten atraídos por la mitología griega, por los grandes seres que crearon el mundo y que después desaparecieron; pero también puede enamorar a aquellos que no les interesa mucho el pasado y solo quieren recorrer sus calles por el sabor de su incomparable gastronomía o por sus hermosas playas y parajes. Sea cual sea la razón, Atenas es un gran must vist en nuestra lista de próximos destinos.

Por Gladys Bonifaz.

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