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FORMACIÓN DE MAYORES Y UBU
Formaciónde MayoresyUBU

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GEMMA MIGUEL MIGUEL Directora de los Programas de Mayores de la UBU
Cuando decidí escribir unas líneas para este estupendo proyecto intergeneracional como es “La Voz de la Experiencia” , mi primer pensamiento fue desarrollar un breve escrito que pivotara, de nuevo, sobre el Programa interuniversitario de la Experiencia y mi labor como directora del mismo. La gestión, ya sea de proyectos, personas, facultades, departamentos, ... es una de las capacidades que un profesor universitario, en algún momento de su iter profesional, debe abordar con más o menos éxito. Esta faceta como gestora y responsable, en este caso, de la Formación de Mayores de la Universidad de Burgos lleva ocupándome y preocupándome casi 7 años más allá de mis quehaceres de trabajo habituales. Por ello, han sido muchas las ocasiones en las que he verbalizado todo lo bueno que me está aportando esta experiencia consistente en construir una Universidad abierta al mundo, que se expande, gracias a, entre otros factores, la transferencia de conocimiento que se genera.
Soy gestora, pero también docente, vertiente ésta consustancial a mi forma de ser, sentir y vivir. La docencia es para mí la mejor profesión del mundo mundial; todos los días agradezco a la vida el privilegio de poder dedicarme a algo que realmente me apasiona. Acompañar a los estudiantes en la construcción del conocimiento de forma colaborativa o individual es una experiencia única y milagrosa. Los docentes vocacionales, y yo lo soy, siempre
se emocionarán ante los logros y el crecimiento académico y personal de sus alumnos, siempre conseguirán, de alguna manera, superar el desinterés y al desaliento con su entrega y motivación. Y sí, efectivamente, me instalo en lo positivo de ser profesora, que no son las vacaciones que disfrutamos (leyenda urbana al menos en la Universidad), sino esa experiencia diaria de contacto con los jóvenes y los no tan jóvenes que acuden a las clases y llenan nuestras aulas, porque las ganas de transmitir, de enseñar y de orientar ganan, aunque la respuesta recibida tenga margen de mejora. Los alumnos han cambiado, o eso dicen, hablamos de alumnos menos interesados, más dependientes, menos preparados para el esfuerzo... pero si realmente esto es así... los docentes ¿no tenemos una importante cuota de responsabilidad en esa realidad? Creo que los estudiantes de Grado han cambiado, sí, tienen habilidades que nosotros no teníamos a su edad y han perdido otras que, quizá, deberíamos potenciar o trabajar en ellos, pero ¿eso les hace ser peores alumnos que los de las generaciones pasadas? No lo tengo claro, la verdad... solo sé que, durante estos 25 años de docencia, un pequeño avance en un alumno me llena de luz, que el crecimiento en la autoestima de un alumno me llena de alegría, que un mayor esfuerzo consciente en un alumno me pone las pilas y que la satisfacción en la cara de un alumno cuando entiende lo que le cuentas me confirma que no podría dedicarme a otra profesión mejor que la que tengo. Ser mediadora y facilitadora del conocimiento es un privilegio maravilloso que no se debe desaprovechar nunca jamás, con independencia de la edad y la clase del estudiante que tengas en frente.
No entiendo la vida sin clases, sin aulas, sin libros, sin opinión...en definitiva, sin alumnos. Alumnos, entre otros, los que avanzando en su madurez no quieren relajar sus ganas de saber y de aprender y siguen formándose a lo largo de su existencia porque el saber te da alas...
Y aquí llegan, como docente, los aplausos al final la intervención, las ganas infinitas de seguir con la clase aunque llegue la hora, la tangible atención y curiosidad de los que te escuchan y el agradecimiento en su más pura expresión que se traduce en esa satisfacción honda y enorme que invade tu ser y tu alma de docente.
Gemma Miguel Miguel Directora de los Programas de Mayores de la UBU Universidad de Burgos
VANESA BAÑOS MARTÍNEZ Coordinadora de los Programas de Mayores de la UBU
Este año 2022 hemos podido dar respuesta a una de las demandas históricas de nuestro alumnado: solicitar un proyecto Erasmus, y así internacionalizar el Programa y poder salir a Europa como los estudiantes más jóvenes. Hasta el año 2020, aunque desde el Programa Interuniversitario de la Experiencia (PIE) hubiésemos solicitado una ayuda para este tipo de movilidades, solo hubieran podido viajar los docentes o responsables del Programa. En el año 2021, Europa se abrió a que los estudiantes de los programas de adultos también se pudieran beneficiar de las movilidades, principalmente aquellos que tienen menos oportunidades por contar con una menor formación, tener unos ingresos más reducidos o con un origen migrante, por ejemplo.
El nuestro es un proyecto KA122ADU y se denomina ECCE-
MIRA: La oportunidad de Europa para cambiar a sus
mayores. La solicitud del mismo también responde a la necesidad de actualizar y modernizar la oferta educativa que se ofrece en el PIE así como aumentar la calidad de la misma con la incorporación de nuevas prácticas, metodologías o estilos de gestión. Los objetivos del PIE se pueden alcanzar de una mejor manera acercando a los mayores la cultura europea, la alfabetización digital y la posibilidad de desarrollar sus capacidades en relación a la participación social.
La importancia de este proyecto radica en que las movilidades incluyen a todos los agentes de esta formación y se busca dotar de recursos a los más desfavorecidos, dar un papel protagonista a los alumnos que ya colaboran actualmente de alguna manera en la organización y alcanzar la excelencia en metodologías docentes y de organización. Hemos marcado objetivos para cuatro grupos de personas: alumnado con baja cualificación, gestores, profesorado y alumnado voluntario. Para el alumnado con baja cualificación hemos de lograr una mejora en sus competencias digital y lingüística así como de conocimiento de Europa y la posibilidad de relacionarse con estudiantes internacionales. Con los alumnos voluntarios vamos a desarrollar competencias de emprendimiento y liderazgo que redundarán en el conjunto del programa pues se plasmarán en acciones concretas de voluntariado y servicio a la comunidad. Para los docentes buscamos una actualización de metodologías, sobre todo activas. Finalmente, en relación con la gestión, queremos conocer otras experiencias que nos permitan incorporar novedades en el programa así como establecer redes de colaboración.
Vamos a desarrollar cuatro movilidades en grupo para alumnado con baja cualificación a Portugal, Finlandia y Eslovaquia y en estas se les proveerá de formación en TIC, competencias digitales y conocimiento de Europa. Estas movilidades tendrán su propia preparación y seguimiento a través de formación en idiomas y siguiendo la metodología COIL para conseguir un mayor impacto.
Del mismo modo, contaremos con dos expertos invitados de Chipre y Finlandia. Contribuiremos al desarrollo de iniciativas de educación de adultos en Chipre a través de una estancia de enseñanza y finalmente, habrá tres destinos para los job-shadowing u observaciones de los alumnos voluntarios, gestores del programa y docentes que van a permitir conocer metodologías, formas de organización y recursos de voluntariado para la participación activa de las personas mayores. Todas ellas están destinadas a alumnos de las cuatro sedes de la provincia de Burgos. Queremos actualizar y modernizar el PIE, deseamos poder ofrecer una oferta formativa renovada e internacional, con nuevas oportunidades para los alumnos y para los docentes. Esta experiencia va a abrir las puertas de Europa al alumnado, potenciará su autoestima, su empoderamiento y, por supuesto, sus competencias digitales, de ciudadanía activa y de expresión cultural.
Es un proyecto ambicioso pero realista que redundará en que la UBU sea un referente para otras instituciones en materia de educación permanente. Seguiremos informando.
Vanesa Baños Martínez Coordinadora de los Programas de Mayores de la UBU Universidad de Burgos
MARTA MÉNDEZ JUEZ Profesora del Área de Ciencia Política y de la Administración
Según la Real Academia de la Lengua Española, la política es aquella ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados. También esa actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a un país. En cuanto a su etimología, la palabra proviene del latín politĭcus y, a su vez, del griego politikós (πολιτικός), cuyo femenino se expresa en politikḗ (πολιτική), constituyéndose: 1) como adjetivo, para caracterizar a los ciudadanos que integran la comunidad en la cual conviven cívicamente; y 2) como sustantivo, para agrupar las estrategias y movimientos desarrollados en función del estado, asociado a politḗs (πολίτης). En definitiva, la política es la aquella acción colectiva que los miembros de una comunidad llevan a cabo con la finalidad de regular (que no resolver), conflictos entre diferentes grupos e intereses, adoptando decisiones de obligado cumplimiento para todos (Vallés, 2006[1]). No conozco -quizás por deformación profesional, oficio más noble que dedicarse a proveer el bienestar colectivo, incluso por encima de la satisfacción de los intereses particulares. La política invita a generar espacios de entendimiento donde parece que solo existe el caos, a dialogar sobre las posibles respuestas ante retos que se
nos presentan; la política debe ser consenso, respeto, con un sentido de estado, en donde podamos ceder para ser mejores y en donde todos tengamos voz, voto y responsabilidad para involucrarnos en lo que nos es común: honrar lo que tuvimos, cuidar de donde vivimos e intentar dejar un lugar mejor para quienes están por venir.
Vivimos tiempos convulsos en los que parece que se desmiembran las costuras de la política. En el plano supraestatal, fenómenos tales como la aparición y/o incremento de intensidad de retos globales que parecen inabarcables (globalización, crisis económica, movimientos migratorios obligados, cambio climático, ciberataques y terrorismo, crimen organizado, entre otros), muestran la debilidad de los estados para ofrecer respuestas válidas para toda la comunidad internacional. Sirva como ejemplo el hecho de que, en el año 2022, según el Índice de Democracia Internacional[2], solo el 6% de los estados del mundo vive en una democracia plena, el 39% en democracias defectuosas y el 55% de los estados en otros sistemas no democráticos. O, lo que es lo mismo, el 80% de la población mundial vive bajo regímenes no democráticos, en los que no se garantiza a los seres humanos el ejercicio de sus derechos fundamentales como pueden ser la libertad de expresión, el pluralismo político, la participación electoral, el acceso a los servicios públicos o el derecho a la propia vida. En el plano europeo, una guerra abierta en el corazón del continente, el envejecimiento de la población unido a su cada vez más escasa proyección en el ámbito colectivo, las deficiencias en la provisión del bienestar por parte del estado y el desmantelamiento de algunas de las políticas
sociales básicas como la sanidad, la educación o la jubilación, generan una sensación de vulnerabilidad a la que no terminamos de acostumbrarnos y nos lleva a desconfiar de nuestras instituciones. Construir vínculos de unión más sólidos y propiciar una identidad colectiva robusta, ser interlocutores válidos a nivel internacional, exportar valores y acciones que generen sociedades democráticas avanzadas, proyectar una imagen de conjunto y ser capaces de cumplir con nuestros objetivos concretos sin descuidar finalidades estratégicas, son algunos ejemplos de las deficiencias que aún debemos superar, si bien nuestra pertenencia a la comunidad europea ha servido para impulsa un fortalecimiento democrático inaudito en nuestro país. Robert Schumann[3], uno de los padres fundadores de lo que hoy conocemos como Unión Europea, ya advirtió de que “Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho” . No sería inteligente desistir de este empeño, tan histórico como necesario. En el plano estatal o más local, la creciente desconfianza de la ciudadanía en la clase política, la extendida sensación de que las democracias no funcionan o no son capaces de afrontar los nuevos problemas de dimensión global, la caída de los indicadores relacionados con la afiliación política o asociativa, la menor participación electoral, la emergencia de partidos populistas que tienden a cuestionar los fundamentos esenciales de los sistemas políticos, el descontento por lo colectivo política, el desapego ciudadano hacia lo público por comportamientos deshonestos que favorecen la “infantilización” de la ciudadanía, abren una brecha casi infranqueable entre los deseos y la realidad del momento.
Por eso, resulta urgente, considero, la adhesión a los valores, principios y normas éticos compartidos para mantener y priorizar el interés público sobre los intereses privados en (OECID[4], 2017) o, lo que es lo mismo, “armarse desde ahora con esa fortaleza de ánimo que permite soportar la destrucción de todas las esperanzas si no queremos resultar incapaces de realizar incluso lo que hoy es posible” (Weber[5], 1919). Toda crisis comporta una oportunidad de cambio, de mejora. La política abarca una dimensión que excede de la de sus propios protagonistas. La ciudadanía, con motivo crítica con sus mandatarios, también debe realizar un ejercicio de introspección y pensar en qué es lo que ella puede aportar al sistema para que sea mejor y responsabilizarse por conseguirlo. Nuestras instituciones políticoadministrativas están para facilitarnos la vida. En este sentido, los autores sostienen la necesidad de volver a los orígenes para tomar un rumbo acertado hacia la integridad pública, al uso de poderes y recursos confiados al sector público de forma efectiva, honesta y para fines colectivos (ONU[6], 2020), con estándares éticos que incluyan la transparencia, la rendición de cuentas, la eficiencia y la competencia. Y esto pasa, inevitablemente, por hacer una crítica constructiva al sistema político, sabiendo que sin él los problemas sociales nunca tendrán una respuesta satisfactoria, pero desde él es urgente depurar los comportamientos desleales, deshonestos y poco realistas. Cuando dudemos sobre el interrogante que titula esta nota -¿para qué sirve la política?, sería conveniente preguntarnos después: ¿podríamos vivir sin ella?
En palabras del Prof. Sanmartín Pardo (2022[7]), “gobernante puede ser una persona media, pero el status de estadista sólo lo alcanzará quien comprenda y prevea más allá del promedio. La provisión de soluciones antes de que aparezca el problema” . Necesitamos ciudadanía crítica e informada y líderes con sentido de estado, con capacidad de dialogar, consensuar, llegar a puntos intermedios, en definitiva, merecemos una política al servicio del interés general, que sea y actúe por él y desde él.
Referencias
[1] Vallés, J. M. (2006). Ciencia Política: una introducción. Barcelona: Ariel. [2] Conocido en inglés por The Democracy Index y elaborado, cada año, por Economist Intelligence Unit. [3] Extraída de la Declaración de Schumann, publicada en mayo de 1950. [4] Publicado en un informe titulado Recomendación de la OCDE sobre Integridad Pública de 2017. [5] Extracto de Max Weber en su obra El político y el científico, publicada en 1919. [6] Informe publicado, en octubre de 2022, por la Organización de Naciones Unidas, con el título de Estado de la integridad: Una guía sobre la realización de evaluaciones de los riesgos de corrupción en las organizaciones públicas. [7] Sanmartín Pardo, J. (2022). La resurrección del common sense. Revista Politeia, 26 de noviembre de 2022.
Marta Méndez Juez Profesora del Área de Ciencia Política y de la Administración Universidad de Burgos
PROGRAMA DE ACERCAMIENTO INTERGENERACIONAL
ÁNGELA RAMÍREZ CARRILLO y MIREYA IBAÑEZ GARCÍA CURSO: 4º GRADO EN PEDAGOGÍA
Hablamos con Lourdes Bustamante Díez, responsable del Programa de Acercamiento Intergeneracional ubicado en el Edificio de Administración y Servicios, C/ Don Juan de Austria, planta baja. Despacho 0-5.
¿POR QUÉ Y CUÁNDO SURGIÓ ESTE PROGRAMA?
El programa surge desde la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. En Burgos comenzó su andadura en octubre de 2006 gracias a un convenio de colaboración entre la Universidad de Burgos, la Gerencia de Servicios Sociales y el Ayuntamiento de Burgos. Funciona en las cuatro universidades públicas de la comunidad de la misma manera. Por un lado, los alojamientos compartidos son una alternativa de convivencia entre personas mayores y alumnado universitario, dirigida a favorecer las relaciones intergeneracionales y dar respuesta a las motivaciones de ambos colectivos para compartir la vivienda, según el proyecto de vida de cada persona.
La finalidad del programa se centra en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores y el alumnado universitario, favoreciendo las relaciones intergeneracionales en el marco de la vida cotidiana.
OBJETIVOS:
A través de este programa se pretenden conseguir los siguientes objetivos: Favorecer la permanencia de las personas mayores en su entorno, evitando situaciones de soledad y aislamiento. Facilitar modalidades de alojamiento alternativo al alumnado universitario. Fomentar la solidaridad entre ambas generaciones.
REQUISITOS PARA PARTICIPAR EN EL PROGRAMA: Requisitos de las personas mayores
Con carácter general, tener 60 o más años cumplidos. Ser titular, usufructuaria o arrendataria de la vivienda habitual, que deberá disponer de adecuadas condiciones de habitabilidad, higiene y espacios. Posibilitando que el alumnado pueda contar con su propia habitación y con el equipamiento e infraestructuras necesarias para el desarrollo de su actividad académica.
Se deberá disponer de un seguro de hogar, en caso contrario, se estudiará la posibilidad de gestionarlo con cargo al programa. Ser una persona autónoma para las actividades de la vida diaria, por sí misma o con los apoyos de cuidadores/as informales o profesionales necesarios. Estar en condiciones óptimas para compartir alojamiento, convivir con la persona universitaria y contribuir a que ésta sea una experiencia positiva para ambas partes. No ser portadora de enfermedades infectocontagiosas en fase activa o que supongan un riesgo. No presentar ningún tipo de adicción que suponga un riesgo para la convivencia. Asumir los compromisos acordados y aceptar las condiciones del programa. Requisitos del alumnado universitario
Tener 18 años (menores con autorización). Ser estudiante de la UBU. Excepcionalmente, podrán participar en el programa otras personas que formen parte de la comunidad universitaria. Ser una persona autónoma para las actividades de la vida diaria, por sí misma o con los apoyos necesarios. Estar en condiciones óptimas para compartir alojamiento, convivir con la persona mayor y contribuir a que ésta sea una experiencia positiva para ambas partes.
Los compromisos que deben asumir todas las personas participantes en el programa son los siguientes:
De la persona mayor: Poner a disposición del o la estudiante una habitación con lo necesario para que pueda desarrollar su actividad académica, incluyendo la posibilidad de acceso a internet. Facilitar al alumnado hacer uso de todas las habitaciones y equipamientos de la vivienda que se consideren comunes. Proveer al alumnado de una llave de la vivienda. Respetar la intimidad de la persona universitaria (vestuario, enseres, dependencias propias, horarios de clases y estudios, etc...) Las específicas que se acuerden por ambas partes.
De la persona universitaria: Hacerse cargo de la limpieza, mantenimiento de su habitación y colaborar en el de las dependencias comunes. Cuidar las dependencias de la vivienda y respetar la intimidad de la persona mayor. Hacer uso adecuado de la llave de la vivienda. Abonar los gastos correspondientes al 50% que, en ningún caso, podrán superar los 75€ (cantidad revisable), para contribuir a gastos comunes como la electricidad, calefacción, agua o conexión a internet. Las específicas que se acuerden por ambas partes.
Después de un riguroso proceso de selección y antes de iniciar la convivencia, se establecen las condiciones y acuerdos necesarios para que la experiencia sea beneficiosa para ambas partes.
El personal técnico realiza un seguimiento continuado para garantizar el éxito de la convivencia.
Actividades intergeneracionales
Ofrece la posibilidad de compartir experiencias y conocimientos entre personas mayores y personas de la comunidad universitaria, mediante acciones de solidaridad social, de intercambio de experiencias y conocimiento, participación social y de enriquecimiento a través de intercambios intergeneracionales.
¿En qué beneficia este tipo de programas a la universidad?
La Universidad debe ser un espacio abierto a la comunidad en la que se encuentra ubicada. Debemos ser una Universidad socialmente responsable y con este tipo de programas contribuimos a que así sea.
Además, facilitar alternativas de alojamiento a estudiantes con pocos recursos económicos hace que algunos se animen a matricularse al tener esta posibilidad.
¿Qué beneficios tiene para los usuarios? Son múltiples los beneficios que producen los programas intergeneracionales para las personas que participan en ellos. En el caso del Programa de Alojamientos Compartidos, por un lado, los estudiantes durante su etapa universitaria, lejos de su casa, cuentan con un lugar para vivir más tranquilo, familiar y económico. Además, tienen la posibilidad de enriquecerse con los conocimientos y experiencias de la persona mayor con la que viven. Por otro lado, las personas mayores además de sentirse seguras y acompañadas, cuentan con la alegría y frescura de una persona más joven que además puede brindarles su apoyo en tareas puntuales. Hay personas mayores sumamente solidarias y que no necesitan ningún tipo de apoyo, pero acogen a estudiantes en su casa que de lo contrario, debido al alto coste de las residencias universitarias y alquileres, no podrían plantearse acceder a estudios superiores.


PROGRAMA DE ACERCAMIENTO INTERGENERACIONAL
ENTREVISTA A UNA ALUMNA JÓVEN
¿Cómo valorarías la experiencia? La experiencia la valoró en positivo ya que es una forma de compartir vivienda y yo me siento como si estuviese en casa porque Cruz y yo tenemos un buen trato y siempre nos estamos riendo y ayudando aunque cada una haga su vida.
¿Volverías a repetir? Sí, porque de momento el tiempo que llevo he estado muy bien y desde mi punto de vista me gusta volver a casa y comer acompañada y estar un rato hablando.
¿Tienes alguna anécdota interesante de esta experiencia que puedas contarnos? Un sábado que yo estaba en casa durmiendo hasta tarde, Cruz se preocupó por mí pensando que no estaba en casa, hasta que llamó a mi cuarto y yo estaba durmiendo. Pero solo fue un susto y a día de hoy nos reímos de lo que nos pasó.
¿Cómo conociste el programa y cómo te decidiste a participar? Conocí el programa porque mi madre ya lo conocía, me lo comentó y me animó a participar.
¿Ha cambiado tu opinión sobre las personas mayores? No ha cambiado la opinión que tenía sobre las personas mayores porque siempre he convivido con ellas y me han tratado bien.
ENTREVISTA A LA PERSONA MAYOR DE ACOGIDA
¿Cómo valorarías la experiencia? Yo valoro mucho esta experiencia porque vi que estaba sola en casa y a mí se me hacía duro estar sola. Además, yo tengo mucha familia y siempre he estado rodeada de gente y desde que tengo chicas estoy mejor, además de que es una forma de compartir.
¿Volverías a repetir? Sí, porque llevo participando desde el 2012. Todos estos años he estado contenta con ellas y ellas parece ser que conmigo también, además nunca he tenido problemas con ninguna.
¿Tienes alguna anécdota interesante de esta experiencia que puedas contarnos? Siempre he estado muy pendiente de ellas como si fuesen de casa y cuando llegan tarde yo me preocupo enseguida y las llamo.
¿Cómo conociste el programa y cómo te decidiste a participar? Conocí el programa gracias a dos de mis nietas que me animaron a buscar a alguna chica de la Universidad. Entonces hable con la asistenta social que vino a mi casa y decidió que me daba una chica. Desde entonces todos los años he tenido a varias chicas con la gran suerte de que han sido todas majas.
¿Ha cambiado tu opinión sobre los jóvenes? No ha cambiado mi opinión sobre los jóvenes porque yo siempre he tratado con ellos en mi pueblo y tengo muchos nietos, por lo que estaba acostumbrada a tratar con gente joven. Además, las chicas que he tenido cada una tiene su carácter y es de una forma pero nunca he estado mal con ninguna.

Rosi, joven de acogida que participó en este programa, quiso compartir su experiencia a través de una carta muy emotiva.
Buenas noches, Lourdes: Soy Rosi Cruz, permíteme que me presente, aunque ya me conoces, pero después de tantos años seguro que ya no te acuerdas. Soy una de las alumnas que participó en el Programa de Alojamientos Compartidos entre estudiantes y personas mayores hace ya 6 años. Estuve toda mi etapa de la carrera en este Programa con la misma señora, Elena de la Cámara. Hicimos una entrevista para el periódico contando nuestra experiencia.
Te escribo porque, desgraciadamente, nos ha dejado. Ahora mismo estoy con el corazón en un puño, jamás imaginé aquella primera vez que la vi, una mujer llena de vitalidad y fuerza, con esa mirada llena de energía. Acabaríamos forjando un lazo especial, todo gracias a que por casualidad se cruzó este Programa y me dio la oportunidad de conocerla. Parecerá mentira cómo dos personas con edades tan diferentes pudieron congeniar tan bien. Nos convertimos en el apoyo una de la otra, en grandes amigas, en FAMILIA.
Sí, lo puedo decir, después de todo lo que vivimos, tanto bueno como malo, se formó un vínculo inseparable entre nosotras, inexplicable. Se convirtió en mi tercera abuela y yo, como decía ella, en su "ángel" .
No solo me abrió las puertas de su casa, sino también de su vida y de su familia.
No he conocido gente tan buena y con tanto corazón. Gracias a ellos me he dado cuenta de que la familia no solo viene marcada por la sangre. No voy a poder agradecer nunca el cariño que he recibido y que sigo recibiendo de ellos. Para mí son parte de mi familia y lo seguirán siendo por siempre. Pase el tiempo que pase, sé que los tendré y ellos me tendrán a mí.
En la vida hay personas que se van cruzando en tu camino, algunas te aportan cosas, otras se van, otras se quedan por un tiempo... y otras, que son luz. Dejan huella en tu vida, te marcan para siempre, como es el caso de Elena y su familia.
Por eso te escribo, porque quería dejar reflejado de alguna manera que este Programa va más allá de lo que puede llegar a parecer.
No es solo ayudar a la persona mayor, sino que más bien, es el estudiante el que aprende lecciones de vida, y que, si tiene suerte y se encuentra con una Elena, todo se hace mucho más fácil y bonito.
Por eso animo a que prueben esta experiencia. Es diferente, pero única. Otra vez gracias por haberme dado esta oportunidad.
Muchas gracias y saludos. Rosi
