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24 años del Voley en el Club

¡24 años del Vóley en el Lawn!

Para recordar los 24 años de vida que cumplió el grupo de vóley del Club en el mes de agosto, la Sra. Martha Inchausti, quien lo integra desde sus inicios, intenta plasmar a continuación un reflejo de tantas vivencias compartidas por un “invalorable grupo de amigas”.

Para muchas de nosotras el vóley fue o es un deporte paralelo al tenis, para otras es el deporte por elección. El Club nos acogió con entusiasmo y el nuevo gimnasio inaugurado en julio de 1994, nos permitió que al mes ya estuviéramos armando el grupo de vóley. Aunque no llegábamos a tener el número suficiente para armar partido, contábamos con el gimnasio lunes, miércoles y viernes. Afortunadamente, apenas pasó un tiempo para que hubiera muchas más jugadoras.

Fuimos armando equipos, para lo cual hubo que acordar hacer práctica antes de “armar”. Casi todas nosotras ya éramos madres muy entusiastas; nos gustaba sacar el promedio de edad del grupo que ya en los comienzos rondaba casi en los 40 años, para reafirmar lo bien que estábamos.

Un buen día nos vimos organizando partidos con otros clubes, así que estrenamos aquella camiseta verde con el logo original del Lawn para representar al Club. Seguimos adelante, se modernizaron las camisetas en sus colores y el nuevo logo del Lawn fue incorporado. Los “profes” nos presionaban para entrenar, aprender a caer, corregir defectos y otros tantos detalles y, aunque no se crea, algo mejoramos. Hacia el 2003 éramos “multitudes”, armábamos partidos con rotación y en ocasiones eran tres equipos así que un equipo esperaba su turno para jugar con el que ganara. Así, logramos armar el suficiente bullicio como para atraer la atención de personas más jóvenes que traían nuevas técnicas de juego, incorporando renovación y energía, impulsándonos a no quedarnos atrás. Claro, siempre que pudiéramos no quedarnos atrás.

Hay que reconocer que fue un cambio para bien, aunque a las “vetes” nos costara seguir el ritmo. Con este panorama, el Club nos halagó permitiéndonos usar el gimnasio las mañanas de lunes a viernes, ¡qué conquista! Y aún estaba la chance de jugar “mixto” los sábados de tarde.

Cada uno de los profesores que tuvimos marcó su impronta en cada etapa que compartimos, Marina, Anahí, Carlos, Micaela y Rosario, a ellos tenemos que agradecer habernos acompañado, a mejorar el deporte y a practicarlo con entusiasmo.

Disfrutamos del deporte, aunque hoy las rodillas se quejen, y los hombros y las manos nos reclamen más cuidado. Tal vez algunos problemas nos lleven a perdernos un tiempo, pero siempre se vuelve, aunque sólo sea para vernos las caras al pasar o en los famosos almuerzos y amables tés que se organizan hasta el presente.

No olvidamos que juntas participamos del crecimiento de nuestros hijos y acompañamos con alegría el nacimiento de los nietos. Nos consolamos en las enfermedades y las tristezas, y también nos divertimos con alegría en los festejos y sobre todo sabemos cómo disfrutar de los buenos momentos.

Ahora cuando paso en limpio estos recuerdos, de los que sólo he anotado algunos, perdura en la memoria el hermoso grupo humano logrado. Gracias amigas por estos años.

Martha Inchausti

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