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Patricio Tamaríz Apasionado promotor de Bahía de Caráquez

Apasionado promotor de Bahía de Caráquez

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Patricio Tamaríz Dueñas es un caraquense de cepa, querido amigo de muchos años e incansable promotor del turismo en Bahía de Caráquez y sus alrededores, además de un destacado Embajador Turístico del Ecuador en los principales foros mundiales. Me recibe con amplia sonrisa y su contagioso entusiasmo que desborda pasión por su maravillosa tierra natal, a la que le ha dedicado enormes esfuerzos como promotor, emprendedor y gestor de política pública y empresa privada. Ni las adversidades, como el terremoto de abril de 2016 que asoló varias poblaciones de la costa norte ecuatoriana y que afectó gravemente a Bahía y a su propia casa lo han doblegado, digno representante de la proverbial fortaleza de la gente “manaba”, gentilicio afectuoso con el que los demás ecuatorianos llamamos a los habitantes de esta fértil provincia costera.

Bahía es sin duda una de las ciudades costeras más hermosas y pintorescas del Ecuador.

Situada en una península natural, tiene hacia el este el inmenso estuario del gran Río Chone y de fondo al colorido balneario de San Vicente. Hacia el norte y oeste está el Océano Pacífico. Aquí se abrazan las aguas barrosas del Río que desciende desde los Andes hasta fundirse con las azules aguas del Pacífico. Estamos en la ciudad considerada como la “cuna de la nacionalidad ecuatoriana”. En efecto, siglos antes de la llegada de los Incas al actual territorio ecuatoriano y mucho antes de la llegada de los españoles, aquí estuvo el legendario asentamiento de Carán, sede originaria del gran Imperio Quitu-Cara que llegaría a ocupar importantes áreas del actual territorio del Ecuador. Bautizada siglos más tarde, durante la conquista española, como “San Antonio de Morga de la Bahía de los Caráquez”, este fascinante puerto y balneario manabita desborda historia y tradición. Orgulloso, Patricio me muestra el imponente puente “Los Caras”, el más grande del Ecuador en longitud y uno de los más modernos del país, cruzando sobre el estuario del Río Chone para enlazar Bahía con San Vicente y las decenas de poblaciones y playas prístinas que se extienden en sucesión interminable hasta el extremo norte de la provincia de Manabí, la más grande de la costa ecuatoriana.

Es hora del almuerzo y nada mejor que empezar la visita a Bahía degustando un delicioso “viche” manabita que aquí adquiere dimensiones únicas en sabor, textura y variedad de ingredientes. La gastronomía es una de las mejores cartas de presentación de una cultura y de un destino turístico y Manabí es un ícono culinario del Ecuador. La hermosa ciudad es pequeña en superficie pero deleita por su ambiente tranquilo, relajado y la genuina hospitalidad de su gente.

Guiado por Patricio, quien es una enciclopedia viva de historia, anécdotas y personajes, visitamos la parte antigua de la ciudad, a corta distancia del Malecón. Aquí, sus viejas casas de estilo arquitectónico neo-republicano costero destacan por sus ventanales de madera que se alzan o bajan para morigerar la acción del viento, el calor o el sol. Algunas puertas, dinteles y ventanas están adornadas con tallados y arabescos que le dan especial singularidad.

El Museo Arqueológico de Bahía es sin duda uno de los mejores en su género de todo el Ecuador. Con una réplica en tamaño natural de una de las emblemáticas balsas mantenses y una bien ordenada colección de piezas correspondientes a varias de las notables culturas que se asentaron en esta parte del actual Ecuador hace miles de años, es un lugar digno de visitarse.

El Malecón, con su Muelle y una colorida Marina es el lugar de anclaje para docenas de veleros de todos los tamaños, colores y nacionalidades que surcan el Pacífico y lo escogen por su tranquilidad y fondeadero seguro, además de darle un aspecto muy cosmopolita al pequeño e histórico puerto.

Apasionado por el surf, Patricio ha sido un activo promotor de este deporte marino en la costa ecuatoriana y, en su terruño, de lugares como Punta Bellaca con sus estupendas olas. En el extremo norte de la ciudad, se encuentra la parte más “moderna” de la urbe, con sus altos edificios, fruto del boom inmobiliario de finales de los años 90, cuando Bahía se convirtió en el balneario favorito especialmente para muchos quiteños y ecuatorianos adinerados. El terremoto de 2016 causó severos estragos a la infraestructura que aún se evidencian, pero la gente de Bahía sigue trabajando tesoneramente en la reconstrucción. Patricio ha jugado un rol no solo inspirador sino muy activo en el proceso de reconstrucción, liderando iniciativas ciudadanas y conmovedores ejemplos de voluntariado y solidaridad.

El Mirador de Bahía nos ofrece una vista de casi 360º de la hermosísima ciudad, el impo-

nente Río Chone y los balnearios y poblaciones de la ribera oriental del Río. Hacia el oeste, la naturaleza nos regala una espectacular puesta del sol: el enorme disco que va mutando de amarillo intenso a rojo escarlata hasta sumergirse como cada noche en las profundas aguas del Pacífico. Me cuenta Pato que, haciendo otra de sus actividades favoritas, el buceo, apenas al norte de Bahía, se encontraron en el fondo del mar con un laberinto de largas murallas, aparentemente de adobe, de lo que debe haber sido alguna construcción de importancia y magnitud. Más tarde me nuestra un vídeo que atestigua ese intrigante misterio, ahora sumergido en el mar y del que aún se sabe poco. Arqueólogos, historiadores y antropólogos trabajan en ello. Solo el tiempo develará si se trata de alguna construcción precolombina o más probablemente hispánicomestiza que pudo sucumbir a un sismo, un tsunami o una gigantesca inundación que se llevó parte de la antigua ciudad.

Patricio, un activo gestor de causas cívicas, buscando siempre servir a su ciudad, su provincia y su país, ha ocupado relevantes cargos, incluyendo los de Subsecretario y Viceministro de Promoción Turística del Ecuador. También fue Director Ejecutivo del Fondo Mixto de Promoción Turística del Ecuador, en el cual realizó una notable labor, promocionando con gran entusiasmo y excelentes estrategias de Marketing, el Destino Ecuador en los más importantes foros, eventos y ante los más exigentes públicos de la industria turística mundial. Sus altas funciones jamás cambiaron su innata sencillez y esa incansable pasión por “hacer cosas” por su país, su provincia y su ciudad. Hoy sigue dedicado incansablemente a sus negocios turísticos particulares y familiares así como a ayudar de múltiples maneras a la reconstrucción de Bahía.

El desayuno del día siguiente tiene como plato estrella un delicioso “corviche” de camarones, además de café de Manabí, jugo de naranja fresco y frutas variadas. Hoy vamos a visitar el Refugio de Vida Silvestre Isla Corazón y Fragatas, parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador. Este islote, anclado en medio del Río Chone y formado por un impresionante laberinto de manglares entrelazados, es el hogar de docenas de especies de aves que lo han escogido como el sitio perfecto para anidar y tener un hogar seguro y a la vez cercano a una fuente de abundante alimento: la bocana del Chone en el Océano Pacífico. De ello hablaremos en una próxima edición, al igual que de nuestra visita a Chirije, uno de los emprendimientos de Patricio y su familia, paraíso escondido a pocos kilómetros de Bahía que incluye playa, bosque seco tropical, un sitio arqueológico de gran valor y hasta avistamientos frecuentes de OVNIS.

Pletórica de atractivos naturales y culturales en sus alrededores y cercanías, como el Bosque Protector Cerro Seco y el Humedal de La Segua, de los que también les hablaremos en una próxima edición, así es de mágica Bahía de Caráquez y su gente maravillosa que tiene en Patricio Tamaríz a un extraordinario Embajador de su Turismo y su Cultura.