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El rol del Capital Riesgo en una estrategia de inversión

Los fondos de Capital Riesgo o Capital Privado (“Private Equity”) se tratan de una clase de activo que invierte en empresas privadas, es decir, que no cotizan en los mercados financieros.

Los fondos de este tipo invierten en empresas consolidadas que ya tengan flujos de caja recurrentes. Por lo general, los fondos invierten en empresas familiares que necesitan de algún socio privado que les aporte el capital necesario para financiar el crecimiento y profesionalización de la empresa, al mismo tiempo que les ofrecen una labor de asesoramiento. Se trata además de una inversión a largo plazo ya que los Fondos venden su participación una vez que la empresa haya madurado, en un plazo en torno a los 7 años.

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Los inversores institucionales en España están apostando cada vez más por las inversiones alternativas en general, siendo el capital riesgo uno de los principales componentes de esta clase de activos. Dicho esto, no se trata de un suceso aislado en el mercado local, sino de una tendencia global que ya está siendo aprovechada por los inversores institucionales de otros países europeos y de Estados Unidos en los últimos años.

El entorno actual de la renta fija ha sido uno de los desencadenantes en la inversión en activos alternativos para los inversores institucionales. Los tipos de interés a corto y largo plazo en la eurozona están en mínimos históricos para la mayoría de los países y se espera que permanezcan en un entorno de tipos bajos durante los próximos años. Por ello, los inversores se ven obligados a buscar alternativas a los activos de renta fija que han dejado de ofrecer rentabilidad alguna. Al incluir inversiones alternativas en su estrategia de inversión, los inversores asignan capital a una clase de activos con un binomio rentabilidad-riesgo atractivo, que les proporcionará mejores rentabilidades que la renta fija y menor riesgo que la renta variable.

En este sentido, el Fondo de Pensiones de los Empleados de Repsol ha ido realizando cambios en los últimos años para introducir inversiones alternativas en su estrategia de inversión. En 2017, la Comisión de Control aprobó por primera vez la inclusión estratégica de este tipo de inversiones, con un peso del 5% en la estrategia de inversión. En los años posteriores, se ha ido incrementando el peso en activos alternativos. En 2021, el Fondo invertirá 13,5% de su patrimonio en esta clase de activos; desglosado en 8,5% de inversión en alternativos líquidos y un 5% en mercados privados.

El horizonte temporal como ventaja competitiva

Otra de las razones para invertir en fondos de capital riesgo es que se alinea con una de las características más distintivas de los inversores institucionales: un horizonte de inversión de largo plazo.

Los fondos de capital riesgo invierten en compañías no cotizadas con el objetivo de ayudar a su crecimiento y transformación hacia empresas más maduras. Además, las empresas en las que invierten no se ven afectadas por la volatilidad a corto plazo que sufren las empresas cotizadas. El Fondo de Pensiones de los Empleados de Repsol es un inversor a largo plazo y por ello, la inclusión de este tipo de activos es coherente con su horizonte temporal de inversión.

En resumen, la inversión en capital riesgo permite obtener rentabilidades atractivas con un nivel de riesgo comedido a aquellos inversores de largo plazo que pueden permitirse invertir en momentos de crisis. Se trata de una clase de activo que permite mitigar las caídas y mejorar las posibilidades de consecución del objetivo de inversión.

Callejo Bodas Lead Associate Willis Towers Watson

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