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El metaverso y la educación
from REVISTA PI Nº19
by Editora Pi9
EL METAVERSO Y LA EDUCACIÓN
Alejandro Giuffrida, rector de la Universidad Champagnat, está impulsando una forma novedosa de utilizar el metaverso en el ámbito de la educación universitaria
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El metaverso está ocupando cada día más relevancia en diferentes actividades y la enseñanza no escapa a ello. Mendoza es una de las provincias argentinas con mayor vínculo e infraestructura relacionada con la economía del conocimiento y con el desarrollo de nuevas tecnologías, es por eso que se permite innovar en temas que tradicionalmente son conservadores y poco proclives a la adopción de nuevas modalidades.
En busca de saber un poco más sobre la experiencia, modelo en el espacio privado que está transitando la Universidad de Champagnat, es que buscamos una nota radial con el rector de dicha universidad e impulsor de estos cambios tecnológicos a nivel latinoamericano. Acá les transcribimos parte de lo que fue nuestro diálogo:
Pi: Hola Alejandro, sabemos que están muy entretenidos en la universidad.
AG: Sí, con mucha actividad, pero es un gusto estar en diálogo con ustedes.
Pi: Te consultamos porque evidentemente ustedes están haciendo punta con algunos temas en relación al metaverso y a la educación. Finlandia hace un tiempo hizo un cambio bastante profundo en su modelo educativo y en su construcción tomó varios pilares, como el de la experiencia del hacedor, el de la resolución de desafíos, el modelo del trabajo en comunidad, etcétera. ¿Basándonos en ello, cómo es la experiencia que están llevando ustedes adelante? Tengo entendido que han montado un Hub Mozilla, incluso.
AG: Bueno, nosotros estamos trabajando en el desarrollo de instancias de realidad virtual y realidad aumentada para poder aplicar en nuestra institución universitaria, en las clases de la universidad. ¿Qué implica eso? Ir lentamente formando y sensibilizando a nuestros docentes, por un lado, y por otro lado, desarrollando tecnología para poder llevar al aula instancias de realidad aumentada virtual o para poder directamente, dar una clase en un entorno inmersivo que, como vos sabés muy bien, está todo englobado dentro del término metaverso. Por ahora es un paraguas muy grande que contiene todas estas experiencias. Creo que con el tiempo se va a ir afinando. Técnicamente, como tal, el metaverso hoy no existe. Digamos, que es un proyecto, un desarrollo, unas ganas de hacer algo a nivel global y las distintas experiencias se van metiendo dentro del término metaverso. Por lo tanto, podemos decir que Champagnat está desarrollando sus experiencias de metaverso con una herramienta que es un Hub de Mozilla. Por otro lado, hemos presentado en el Congreso de Tecnología, que se estuvo desarrollando con Panamá y con Colombia, nuestra primera sala de metaverso con un aula virtual inmersiva con un metaverso que se llama Challau, de Pakistán.
Pi: Bien, contanos un poquito este tema del metaverso, ¿qué es lo que están ustedes esperando con respecto a esto? Porque es un elemento transformador dentro de lo que es la web 3 y hay un cambio de paradigma fuerte que todavía no llegó a Argentina masivamente.
AG: Sí se está viendo en otros países. Yo creo que acá se va a empezar a discutir en corto plazo porque las condiciones ayudan para eso. Argentina es un país que está teniendo problemas macroeconómicos muy grandes; entonces hay algunos elementos de web 3, sobre todo vinculados al tema cripto, que seguramente hagan que Argentina sea no sé si potencia, pero sí con mucho, líder en el tema. Lo digo por condiciones que parecen adversas, pero que nos han hecho desarrollar capacidades en ese sentido.
Pi: Web 3, certificaciones digitales, blockchain, descentralización, NFTs, etcétera. Criptomonedas, ¿no?
AG: Sí, sí. Y bueno, es un paradigma nuevo y dentro de ese paradigma está englobado todo el campo del metaverso y otras tantas tecnologías más que yo creo que van a tener mucho impacto en la educación en un mediano plazo. Lo estoy viendo así a corto plazo. Hoy estamos en tareas de formación docente, que los docentes puedan comprender, imaginar y encontrarle el gusto. Ver que ahí hay algo más atractivo, poder dar una clase de otra manera; creo que es una cuestión de tiempo. Y también de poder cerrar el gap tecnológico entre lo que implica tener un dispositivo para poder acceder, tener el casco o los lentes de realidad virtual, tener en las universidades también desarrollo tecnológico para poder bancar que corra eso en una computadora y etcétera, ¿no?
Pi: Bueno, vos estás tocando un tema bastante interesante y bastante relevante, que es por un lado el tema de la capacitación a los capacitadores, pero a su vez en esta capacitación a los capacitadores hay un cambio en los contenidos porque lo que permite justamente el metaverso es una vivencia.
AG: Y sí, en buena medida sí, en algunas disciplinas tendrá mucho más impacto, en otras tendrá menos sentido, por decirlo de alguna manera. Yo creo que igualmente es una tecnología que va a utilizarse transversalmente en el dictado de clases; no creo que reemplace la presencialidad, creo que la va a enriquecer. Me parece que vamos a ir a instancias presenciales cada vez más a medida, es decir, que vamos a asistir a la presencialidad si se justifica, si no, no. Por lo tanto, van a cambiar ahí bastante los modelos de trabajo con el que la Universidad Argentina funciona en general; para algunas materias será un cambio profundo porque va a cambiar el ejercicio profesional. Yo en esta universidad doy comunicación por ejemplo, comunicación digital. A mí me toca una materia que es análisis de públicos y audiencias. Y bueno, no es lo mismo una audiencia frente a un producto que se comercializa o se publicita en una red social a uno que se publicita en un metaverso. Naturalmente cambia la estrategia, cambia el branding, cambia la forma de analizar esa audiencia. Por lo tanto, ahí será una disciplina donde uno tendrá que ir apurando un poco estos contenidos. En otras como historia o derecho, posiblemente llegue de otra manera, llegue más lento, llegue con otras necesidades.
Pi: nosotros hablamos mucho aquí del concepto de comunidad; entonces creo que ahí es donde hay un cambio realmente bastante más profundo, ¿no es así?
AG: Sí, ha cambiado mucho eso. La idea de generar comunidad, darles valor a las comunidades. En el fondo, es una transformación de la idea de espacio y tiempo, ¿no? Yo ya no soy par del que está al lado mío. Antes yo hacía una revista impresa y ponía una publicidad pensando en que se distribuía en Godoy Cruz o en Barrio Norte y que esa persona tenía determinado tipo de característica, un segmento, lo que era el famoso ABC1, ABC2. Y entonces yo publicitaba pensando en ese segmento. Bueno, hoy lo que se arman son comunidades o tribus en donde puede haber alguien de Godoy Cruz, de Barrio Norte o de Colombia, que tienen diferencias sustanciales en su forma de ver el mundo, en su capacidad económica, en un montón de cosas, pero que coinciden justamente sobre el punto sobre el que estoy haciendo comunidad y por lo tanto puedo dialogar con esas personas sobre un punto en particular. Esta idea de comunidad es una transformación muy fuerte sobre cómo plantear una estrategia de comunicación. Por ejemplo, cómo nosotros dialogamos con las personas que están interesadas en nuestra institución o en nuestros productos o en lo que fuese, ¿no?
Pi: Exacto. Y justamente un poco siguiendo esta lógica y volviendo sobre el tema del metaverso ¿cuál es el impacto del uso de los avatares, especialmente en la gente más joven? Esto tomando en cuenta el tema de sus personalidades y si puede haber algún tipo de cambio en ellas. ¿Cómo es que ustedes lo están observando?
AG: Es una buena pregunta porque nosotros ya tenemos un poco más de años, los que estamos un poco más grandes, nos parece algo, vamos a decirlo para ser políticamente correctos, hasta resulta simpático el planteo en torno a un personaje que nos representa en una red social o en un metaverso. Para quienes son poblaciones más jóvenes o quienes están mucho más interiorizados en esto, en realidad es un cambio de fondo ver cómo se percibe su identidad. Y por lo tanto, lo que a priori nos parecía algo más simpático, hoy está empezando a tomar un cuerpo muy fuerte porque de fondo uno puede, en realidad, va a tener una identidad digital que va a sostener posiblemente mucha más relaciones, vínculos, pesos, responsabilidades que las que puede tener caminando en la calle. Si empiezas a trabajar, a hacer turismo, a estudiar, etcétera, dentro de entornos virtuales, inmersivos, metaverso o llamalo como quieras, entonces de repente, vas a tener una titulación, vas a tener una responsabilidad, vas a tener un rol. Y bueno, ese avatar, ¿qué es? Ese avatar por ejemplo, tiene que ser necesariamente Alejandro Giuffrida con una foto de Alejandro, puede ser una hormiga con otro nombre y si es una hormiga con otro nombre, Alejandro Giuffrida es responsable por lo que haga esa hormiga con otro nombre. Hay un montón de subcapas que uno puede empezar a analizar en cuanto a los metaversos. Otro tema es la interoperabilidad, yo soy el mismo Alejandro en los distintos metaversos, puedo ir llevando mi historia y si no quiero ir llevando mi historia, si quiero entrar a un metaverso sin que se conozca mi historia, quiero ser acá totalmente nuevo, ¿puedo hacerlo o no puedo hacerlo? Además se suma el tema de la autopercepción, ¿yo puedo ser mujer en un metaverso y hombre en una realidad física? ¿El Estado cómo me reconoce si yo dialogo con él en un metaverso y también en una realidad física? ¿Cuáles son mis derechos si me contrata un metaverso que no está alojado en un país y contrata mi avatar para hacer determinado trabajo y bajo qué justicia yo puedo reclamar algo, cuál es el sindicato que a mí me representa? Hay un montón de subcapítulos que se pueden abrir a partir de la identidad en entornos virtuales inmersivos y es un desafío muy fuerte que hay que pensarlo y con una particularidad: que antes uno pensaba estas cosas casi en abstracto, conceptualmente, y se iba desarrollando; uno primero hacía filosofía y después iba a la marcha y acá lo que está pasando es que la realidad nos está ganando de mano y hay un montón de cuestiones que hay que evaluar y tomar decisiones ahora, porque están saliendo ahora y necesitamos equipos para poder pensarlo, necesitamos gente, necesitamos cabeza, que el Estado se sensibilice con esto y empiece a desarrollar diálogos, discursos, congresos, foros, para poder dialogar sobre estos temas; que las empresas lo hagan, que nuestros abogados y la justicia lo puedan hacer, porque realmente es un tema urgente. La alegoría más cercana, es cuando empezaron a salir y todavía están saliendo, los autos autónomos con inteligencia artificial, digamos. Bueno, de repente alguien que estuviese programando y desarrollando inteligencia artificial tenía que poder tomar la decisión obligatoriamente sobre qué pasaba si un auto se encontraba frente a dos situaciones diferentes. Este ejemplo que está recontra remanido es muy interesante de analizar porque de fondo más allá de si es tan así o no, lo que queda es hay un montón de decisiones que pueden marcar profundamente la democracia de un país, por ejemplo. Por eso creo que hay que tomar las decisiones ahora sobre la marcha, porque las cosas están cambiando muy velozmente. Estamos creando el corpus.
Pi: ¿Ahora es más fácil o no?
AG: Recuerdo una publicidad: ahora es más fácil, decía. Pensaba mientras hablabas, en este nuevo metaverso kafkiano porque el auto va a tener que decidir entre la hormiga y el banquito. Entonces, tal vez pisó el banquito donde detrás había una persona interesante.
Pi: Te quería preguntar ya que estamos filosofando un poquito, y nombraste varias de las complejidades que se vienen o que ya son un hecho; ¿por qué una universidad como Champagnat se embarca en esto? Habiendo participado muy fuerte en el ambiente universitario público, conozco un poco la interna y lo que cuesta a veces cambiar, sobre todo el status quo de lo que ya viene funcionando. ¿Por qué Champagnat elige este experimento? Lo celebro obviamente, pero ¿por qué tomaron esta decisión?
AG: Mirá, el sistema universitario argentino es un sistema muy fuerte, de mucha tradición. Pensaba que nuestra primera universidad era inaugurada en 1621, que es la de Córdoba. Nosotros con el proceso de la reforma en 1918, marcamos gran parte de los estatutos de las universidades de la región latinoamericana y caribeña. Casi ni tenemos conciencia de eso. El sistema universitario argentino es un sistema sólido, fuerte, pero que tiene la particularidad justamente por la presencia fuerte de universidades públicas, y por la tradición de la universidad privada, de mirarse muy para adentro, de ser muy endogámico. Lo que estamos viendo como fenómeno en Champagnat, es que hay una necesidad de centrarse un poco más en nuestro egresado, que después va a tener que ingresar a un mundo l aboral que está cambiando mucho. Cada vez más, uno va a empezar a trabajar en distintos usos horarios, en distintos entornos virtuales, con distintas necesidades, con distintos idiomas, con habilidades que van a ser posiblemente diferentes a las que uno estudió y tiene que poder readaptarse, es decir, entrar en nuevas tecnologías que no estudió, no comprendió y tiene que poder hacerlo porque si no, se va a quedar fuera del mercado laboral. Entonces nosotros estamos haciendo un esfuerzo por poder darle a nuestros estudiantes un entorno de práctica y de aprendizaje lo más cercano posible a lo que va a ser su vida laboral. Y Champagnat en ese sentido ha empezado a hacerlo, en realidad siempre fue una universidad que le ha prestado mucha atención a la práctica y de la pandemia a esta parte también hemos puesto mucha atención en que los entornos virtuales de Champagnat crezcan y lo hagan con un paso sólido; todavía nos falta una enormidad, nos falta muchísimo porque nuestras carreras fueron siempre presenciales y recién ahora estamos haciendo la transición a la virtualidad. Tenemos la suerte que como empezamos más o menos ahora, es decir, los últimos tres, cuatro años, pues entonces nos permite con estos pasos, no cargamos con la mochila de hacer 20 años de campus sincrónicos o asincrónicos. Entonces nos podemos dar el lujo de esto. Pero bueno, en resumen es porque creemos que hay que conectar un poquito más la educación toda, con el mercado laboral, con las realidades laborales de lo que nuestros graduados van a hacer después.
Pi: ¿Una universidad integrada es la clave?
La educación es la base de todo lo que viene y si no comentamos la educación práctica, pragmática, estamos atrasados. No sé por qué está tan instalado esto de que si uno empieza a prestar la atención a cómo va a ser la inserción laboral de un estudiante, automáticamente es como que se prostituye la educación. ¿Por qué tiene que ser así, por qué no pueden ser las dos cosas, por qué no podemos hacer educación de calidad, investigación, cuidar a nuestros docentes, pero tener un ojo puesto en para dónde está yendo la economía, para dónde está yendo el sector laboral? Porque después nuestros alumnos salen y se vuelven locos haciendo cursos, certificaciones, cursito para poder complementar lo que le pide realmente una empresa, que pueda manejar un proyecto, que pueda manejar tecnología, que tenga idiomas, etc., o no terminan porque lo que les exige el mercado ya lo tienen y no necesitan el cartón después.
Pi: hablaste de este tema del rol del Estado y ahora se viene toda una nueva tendencia donde mucha de la gente que estamos en la descentralización avizoramos no el fin del Estado, pero sí un Estado mucho más pequeño, mucho más chiquito, entonces aparece este tema de las ciudades de ese Estado y las universidades de ese Estado. ¿Cuál es tu reflexión sobre esto?
AG: Mira, la primera respuesta es con una cita de Yuval Noah Harari que dice que si alguien te dice cómo, si alguien te quiere describir o te describe el 2050 taxativamente, posiblemente no sea así, porque nadie lo puede imaginar; pero si alguien intenta decirte que el 2050 va a ser igual que hoy, definitivamente no es así, porque está cambiando tanto que nadie tiene capacidad de poder anticipar qué es lo que va a pasar. Yo creo que el Estado se está diluyendo, me cuesta muchísimo, porque yo me formé en la idea de Estado-Nación, creo en el Estado, creo que el Estado es un órgano central para el equilibrio de una sociedad y creo que el Estado se está diluyendo por peso propio, porque si yo trabajo para afuera, me pagan en criptomoneda, me emplea alguien que no está radicado en ningún lugar y mis equipos están en cualquier parte del mundo, bueno, por lógica, la idea del Estado empieza a diluirse. Si yo estoy absolutamente conectado en forma virtual, todo lo que me sucede, me sucede en otro plano, y cada vez me entero menos de lo que le pasa al vecino de al lado.
El Estado está empezando a perder un poco el rol, creo que el Estado argentino es un Estado que todavía no se lo ha planteado, hay otros países donde sí se está planteando esto con mucha profundidad, sobre todo en Europa.
En Argentina me parece, hablo con desconocimiento, no sé si se está discutiendo, creo que en línea general, no hemos tomado conciencia de esto y me parece que el sistema político está pagando la factura de eso, porque el descreimiento cada vez más fuerte que hay con la política, en gran medida es porque la política está hablando con un discurso o está hablando en un lenguaje muy lejano a lo que está viviendo la mayoría de nuestra población joven, trabajadora, etc.
