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LA INCOMPRENSIÓN

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Nunci Manso

El origen de la palabra incomprensión es el latín. Está formado por el prefijo “in” que significa negación más un sustantivo “comprehensión”.

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Según la RAE, esta palabra se refiere a la falta de comprensión entendimiento o perfección, es decir, la falta de capacidad o perspicacia para entender y penetrar las cosas.

Según Julieth Walker del Centro de Acción Integral, la sensación de esta surge cuando alguien te dice lo contrario de lo que quieres escuchar.

También es el estado en que la mente no puede conseguir o aceptar algo. Hay muchísimos casos en los que en nuestra vida, día a día, vemos su falta; desde los casos menos nocivos hasta ejemplos que suponen una notación negativa de comprensión. Podemos verla en el lenguaje cuando no se conoce bien un idioma y no salen determinadas palabras.

Por otro lado, este término abarca numerosos campos, etnia o razas, creencias religiosas, clase social, factores económicos, estéticos y sexuales y en el campo en el que la persona incomprendida quiere encontrarse, que este mismo está en todos los anteriores.

El “racismo”, hacia cualquiera, contiene grandes dosis de incomprensión. Como ejemplo, en los ricos, que no se preocupan de las necesidades de los que carecen de medios.

La cuestión de la belleza hace que unas personas sean más privilegiadas que otras y conlleva, en muchos casos, la frustración de los menos agraciados ante la indiferencia.

La condición sexual a menudo no es comprendida, ni respetada. La psicología engloba a todas las anteriores porque la persona que lo sufre y todas sus carencias padece al mismo tiempo incomprensión por las consecuencias que estas producen; falta de autoestima, sensación de inferioridad, invalidez o anulación la cual puede provocar desajustes o problemas a nivel mental y psicológico.

Según la opinión de Beatriz Anguis Sánchez, graduada en Trabajo social por la universidad Rovira Virgili, con máster coaching personal en inteligencia emocional y programación neurolingüística en la Universidad de Lleida, la aparición de estos problemas, por desgracia, hoy por hoy no son comprendidos ni respetados tanto como sería deseable. Hay un factor o palabra que ha quedado olvidada sin nosotros saberlo y que seguro que la hemos usado mucho; una palabra que supondría el antídoto perfecto contra la incomprensión: “la empatía”.

El origen de esta palabra viene del griego. Al principio significaba pasión y después, en el siglo II D.C. significó dolencia o enfermedad. Se compone del prefijo “en” y luego “peathos” que significa sentimiento y enfermedad.

La empatía tiene su origen en el siglo XIX en el circuito de artistas “románticos alemanes”.

El origen de la palabra empatía es tan curioso como inspirador a la vez. Si bien es cierto que llevamos casi un siglo usando este término, en realidad sus raíces son mucho más lejanas y diversas. No siempre ha significado lo mismo, pero de algún modo evocaba esa facultad del ser humano para conectar con realidades que iban más allá de la propia piel. (Página web “La Mente es Maravillosa”).

Según Juan Arana, catedrático de Filosofía de la Universidad de Sevilla, la incomprensión es el pan nuestro de cada día entre los que se dedican al pensamiento. La raíz del problema es que a los humanos nos cuesta mucho desnudarnos de nuestros puntos de vista para adivinar los del vecino.

Por otro lado, el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer, en su trabajo “La hermenéutica como tarea teórica y práctica (1978)” comenta que el término “hermenéutica” es muy antiguo, pero a finales del siglo XVIII y principios del XIX se le reconocía co¬múnmente como “la facultad práctica del comprender” desde una perspectiva eminentemente humana, es decir, como la intuición y perspicacia para comprender y guiar a los demás.

LA INCOMPRENSIÓN Y LA COMPRENSIÓN EN FILOSOFÍA

Hans-Georg Gadamer,allfamous.org

Gadamer indica que la hermenéutica no sólo es un método adecuado para un grupo de ciencias sino “sobre todo una capacidad natural del ser humano”, que le permitirá pensar y actuar adecuadamente en la vida (como experiencia humana del mundo).

El filósofo alemán afirma que se puede entender que la comprensión no es un acto de conocimiento, no es una competencia para saber quién tiene el mayor o menor grado de conocimientos, no es una lucha por el apoderamiento de la verdad, sino que comprender es nuestro modo de existir en el mundo. “El arte de comprender consiste seguramente y ante todo en el arte de escuchar. Sin embargo, a ello hay que añadir la posibilidad de que el otro pueda tener razón”.

En palabras del filósofo Heidegger (Alemania, 1889-1976) somos originariamente seres de comprensión, la comprensión es la forma originaria del estar ahí, de ser-en-el-mundo.

A continuación se expone una serie de frases que ilustran de alguna manera el espíritu de este artículo: “Cuando se admira algo de otra persona díselo, tengamos el hábito de levantarnos unos a otros y que el miedo no te robe la oportunidad de alcanzar tus sueños desde hoy. Amor propio también es una manera de decir no me merezco y alejarte”. (Cristina Barrientos, “La Noche en que tú mueras”) “A veces decirle a alguien que lo que hace es hermoso que no deje de intentarlo ya que no puede encajar en ningún lado”. (“La Mente es maravillosa”)

“Recordando a alguien que es muy valioso puede cambiar más cosas de las que no podemos ni imaginar y si una persona intenta herir a otra por venganza es porque tiene un vacío tremendo de “Amor” debemos observar con ojos más bondadosos. El empático no juzga y diría ‘estoy aquí, vas a sanar porque te ríes con el Alma’ porque eres de corazón noble y porque la Vida tiene algo aún mejor esperando para ti, te lo mereces y a pesar de todo brillas con el Alma Rota”. (“La Mente es mara“La empatía es la capacidad de comprender la vida emocional de otra persona, casi en toda su complejidad”. (“Psicología y mente”)

“Si alguien te trata como basura solo recuerda que hay algo malo con ellos no contigo, y el hecho de que tengan razón no quiere decir estar equivocado simplemente no han visto la vida desde mi lado cuando descubres que es mejor ser feliz que tener razón la vida se vive con altas dosis de empatía”. (“La Mente es maravillosa”)

Martin Heidegger, biografiasyvidas.com

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